Del tebeo a la novela gr¨¢fica: 20 a?os de c¨®mic de autor en Espa?a
La aparici¨®n de editoriales independientes como Astiberri ayud¨® a transformar la acogida de la vi?eta y la valoraci¨®n de sus creadores, que tienen m¨¢s lectores y museos interesados en su obra
Corr¨ªa el a?o 2001. Las Torres Gemelas a¨²n no hab¨ªan ca¨ªdo. El mundo estaba a punto de detenerse para dar la bienvenida al incierto siglo XXI. Inmersa en su propio cambio de ciclo, que hab¨ªa dado comienzo a mediados de los noventa, la vi?eta daba pasos de gigante en Espa?a. Tres amigos pon¨ªan en marcha en Bilbao la editorial que acab¨® de dar forma a un nuevo formato, el de la novela gr¨¢fica, que permitir¨ªa cambiar para siempre la concepci¨®n que se ten¨ªa del c¨®mic en Espa?a. Un formato que iba a permitir al autor crear sin pensar en nada m¨¢s que su creaci¨®n. Ni un n¨²mero de p¨¢ginas cerrado, ni un g¨¦nero concreto. Es por eso que los 20 a?os que celebra Astiberri en marzo son un buen punto de partida para revisar la explosi¨®n del c¨®mic de autor en Espa?a, a la que ellos han contribuido de manera singular.
¡°La primera vez que se habla de un movimiento de c¨®mic de autor en Espa?a es en los a?os ochenta¡±, asegura Fernando Taranc¨®n, fundador de Astiberri y de Joker, la librer¨ªa bilba¨ªna donde todo empez¨®. ¡°Pero se trata de un movimiento de reivindicaciones m¨¢s profesionales que art¨ªsticas que lo que pretende es liberar al autor de la esclavitud del proceso industrial. Pararle los pies al modelo Bruguera¡±, a?ade. Paco Roca (Valencia, 52 a?os), autor talism¨¢n de la propia Astiberri e insigne impulsor del concepto de novela gr¨¢fica en espa?ol ¨Ccapaz de traspasar la barrera del lector generalista y expandirse por el mundo¨C, se muestra de acuerdo. ¡°Se avanzaba, pero como se viv¨ªa sobre todo de lo que se vend¨ªa en Francia, a¨²n segu¨ªas ce?ido al formato franco-belga, y en muchos casos, a sus tem¨¢ticas¡±, dice.
Y, pese a todo, la explosi¨®n de revistas ¨CEl V¨ªbora, Cairo, Madriz, Zona 84¨C ampliaba el campo de batalla hasta l¨ªmites inimaginables. ¡°La libertad era absoluta. No parec¨ªa haber l¨ªmites de formato ni de tem¨¢tica. Yo entonces ten¨ªa 13 o 14 a?os, y las le¨ªa todas. Ya quer¨ªa ser dibujante. Para m¨ª fueron cruciales¡±. La que habla es Cristina Dur¨¢n (Valencia, 51 a?os), Premio Nacional del C¨®mic en 2019 por El d¨ªa 3 junto a Miguel ?ngel Giner y Laura Ballester, que ha estado al frente en diversas etapas de destacadas asociaciones profesionales de ilustradores. Las cosas empezaban a cambiar, pero el p¨²blico era el mismo, dice. Uno ya convencido, guetificado. Tambi¨¦n eran las mismas las condiciones, que obligaban a aquellos que quer¨ªan dedicarse a la historieta a buscarse la vida en lo que H¨¦lo?se Guerrier, editora de Astiberri, llama ¡°el para¨ªso franco-belga¡±.
Guerrier form¨® parte del equipo de Ediciones Sins Entido, un exquisito sello, junto a Ponent, que prob¨® suerte en el nuevo formato a finales de lo que Taranc¨®n llama ¡°el erial de los noventa¡±. En esos a?os las revistas desaparecieron y el modelo de venta en quiosco (con ventas estratosf¨¦ricas a partir de la posguerra) entr¨® en crisis. Sins Entido y Ponent aspiraban a llevar la historieta a las librer¨ªas y empezaron a lanzar al mercado ambiciosas obras de aqu¨ª y de fuera. A ellas se sum¨® en 2001 Astiberri y justo es rese?ar el papel de La C¨²pula, que el a?o pasado celebr¨® su 40 aniversario, y que tambi¨¦n ha contribuido al boom actual del tebeo en Espa?a. Entre todas, y aprovechando los inicios borrosos de la comunicaci¨®n por correo electr¨®nico, fueron capaces de fichar a artistas de primera l¨ªnea. ¡°Por entonces todo era arroba hotmail, y los sellos extranjeros no ten¨ªan forma de diferenciar a una editorial de un gran grupo de una peque?a¡±, dice Taranc¨®n.
¡°Lo que hicimos nosotros durante esa d¨¦cada fue tantear con el formato. Publicamos ya novela gr¨¢fica, pero por partes. Publicamos, por ejemplo, Agujero negro de Charles Burns, pero en ediciones en grapa, a uno y medio y dos euros¡±, dice Emilio Bern¨¢rdez, editor de La C¨²pula. Se refiere a la famosa colecci¨®n Brut Comix que dio a conocer a lo mejor del cat¨¢logo de la efervescente editorial estadounidense Fantagraphics: Daniel Clowes, Peter Bagge, Jaime y Beto Hern¨¢ndez, y tambi¨¦n a futuros nombres clave de la historieta en espa?ol como Miguel B. N¨²?ez. ¡°No hac¨ªamos novelas gr¨¢ficas porque no pod¨ªan hacerse. El p¨²blico del c¨®mic no estaba dispuesto a gastarse lo que se gastar¨ªa en una novela,¡±, a?ade Bern¨¢rdez. La primera que se atrevi¨® fue la asturiana Dude C¨®mics, que public¨® el Bone de Jeff Smith en 1998.
Un antes y un despu¨¦s de ¡®Blankets¡¯
Para Astiberri, hay un antes y un despu¨¦s de la edici¨®n de Blankets, de Craig Thompson, en 2004. ¡°Pens¨¢bamos publicarlo por entregas, pero de repente el autor anunci¨® que ven¨ªa a Espa?a, y decidimos lanzarnos. Nos sali¨® un volumen de 600 p¨¢ginas que costaba 35 euros¡±, recuerda Guerrier. Cruzaron los dedos para que funcionara. Y funcion¨®. ¡°El recambio generacional en la prensa tambi¨¦n ayud¨® much¨ªsimo en la percepci¨®n que se ten¨ªa del c¨®mic, pero sobre todo ayud¨® el poder llegar a librer¨ªas generalistas. Desde distintos ¨¢mbitos se abon¨® el terreno para que la novela gr¨¢fica despegara¡±, dice Taranc¨®n. Y a la vez, los autores empezaron a sentirse autores. ¡°Cuando recib¨ª el primer contrato de Astiberri se me saltaron las l¨¢grimas, ?era un contrato justo!¡±, dice Dur¨¢n. ¡°Ganas confianza cuando ves un p¨²blico amplio¡±, dice Paco Roca, que vendi¨® m¨¢s de 60.000 ejemplares de Arrugas despu¨¦s de ganar el Nacional en 2008.
Pasadas estas dos d¨¦cadas, las tiradas medias de una novela gr¨¢fica se sit¨²an entre los 2.000 y los 3.000 ejemplares y los c¨®mics espa?oles se traducen a numerosas lenguas. Astiberri vende sus t¨ªtulos en una veintena de pa¨ªses, ¡°cuando antes ten¨ªamos que llorar para que un editor extranjero se sentara a escucharnos¡±, compara Guerrier. Parte del ¨¦xito de la editorial vasca es la fidelidad de sus autores. Paco Roca y Cristina Dur¨¢n coinciden: ¡°La sensaci¨®n era que est¨¢bamos todos en el mismo barco y que rem¨¢bamos en la misma direcci¨®n¡±. Taranc¨®n a?ade que el salto de estos 20 a?os tambi¨¦n se debe a un cambio de valoraci¨®n social: ¡°Se ha empezado a no distinguir el c¨®mic de otra propuesta art¨ªstica, que interesa por el tema del que habla¡±. Ayud¨®, much¨ªsimo, la creaci¨®n en 2007 del Premio Nacional del C¨®mic, que desde entonces ha reca¨ªdo en seis obras producidas por Astiberri.
?Qu¨¦ queda por hacer? ¡°Los c¨®mics han llegado incluso a los museos, y tienen el respeto que merecen hoy¡±, contesta Roca, que considera que ¡°tal vez nos faltar¨ªa, para poder equipararnos a la novela, un best seller importante, algo que vendiese 200.000 ejemplares, para hacer que la industria del c¨®mic fuese potente, porque a¨²n hoy la mayor¨ªa de editores subsisten y si pillan un mal momento, se quedan por el camino¡±, dice Roca. ¡°La suerte ha sido fundamental en todo esto¡±, se?ala Fernando Taranc¨®n, convencido de que tomaron las decisiones correctas ¡°en los momentos adecuados¡±. ¡°Una editorial es aire, lo que debe hacer es permitir que una obra pase de la cabeza del autor a las manos del lector de la mejor forma posible¡±, a?ade el cofundador de la editorial, junto a Laureano Dom¨ªnguez y Javier Zalbidegoitia, a quienes se sumar¨ªa pocos a?os despu¨¦s H¨¦lo?se Guerrier. ¡°La familia Astiberri¡±, les llama Paco Roca.
10 c¨®mic esenciales de Astiberri
En dos d¨¦cadas Astiberri ha construido un cat¨¢logo de 751 t¨ªtulos, que incluyen 310 obras espa?olas, que representan alrededor del 41% de la colecci¨®n. Entre ellas figuran seis que recibieron el Premio Nacional de C¨®mic, que se estren¨® en 2007.
Aqu¨ª, una selecci¨®n del c¨®mic de autor espa?ol de la casa, por Tereixa Constenla.
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