¡°Subirse al carajo¡±, ¡°chupar unas pollas¡± o ¡°coger el tranv¨ªa¡±: expresiones del espa?ol que dan lugar a malentendidos
21 escritores recopilan en el libro ¡®Lo uno y lo diverso¡¯ algunas palabras y frases del espa?ol que causan situaciones hilarantes seg¨²n el pa¨ªs donde se pronuncien
A un espa?ol no le debe extra?ar que un mexicano de Monterrey le proponga, como muestra de amistad, salir a chupar unas pollas. Ni tampoco hay que arrugar el entrecejo por que en Per¨² se diga que alguien perdi¨® la virginidad con una polilla (prostituta). Son dos de los ejemplos por los que la lengua espa?ola es, en su unidad, tan rica y diversa seg¨²n el pa¨ªs que se pise. De ello se ocupa el libro Lo uno y lo diverso, editado por el Instituto Cervantes y Espasa, presentado este martes en la sede de la instituci¨®n en Madrid. En esta obra se ha invitado a 21 autores de ambos lados del Atl¨¢ntico a recoger palabras y expresiones del castellano que provocan situaciones divertidas o malentendidos embarazosos por los diferentes significados en funci¨®n de d¨®nde se pronuncien. He aqu¨ª algunas.
¡°Chupar unas pollas por ah¨ª¡±. Esto le sucedi¨® a la escritora espa?ola Marta Sanz, que cuenta, con humor cuando, con 23 a?os, dio un curso en Madrid sobre creatividad literaria a un grupo de j¨®venes de una universidad del norte de M¨¦xico. Entre caligramas y anacolutos, Sanz y sus alumnos hablaban de los mejores sitios para comer y beber en la capital. Hasta que sucedi¨® lo que ella llama ¡°interferencia ling¨¹¨ªstica¡±, cuando un joven le propuso: ¡°Maestra, ?quiere venirse hoy con nosotros a chupar unas pollas por ah¨ª?¡±. La autora de Far¨¢ndula recuerda que nunca hab¨ªa tenido ¡°un grupo tan desinhibido¡±. A punto de perder pie y por su gesto, el alumno entendi¨®: ¡°S¨ª, a tomar unas ca?as como ustedes dicen¡±. ¡°Hecha la aclaraci¨®n¡±, dice Sanz, ¡°les aconsej¨¦ que no entraran en los bares madrile?os con desparpajo anunciando que quer¨ªan chupar unas pollas¡±.
¡°Bichos grandes¡° que no dejan dormir. En su texto, el director del Cervantes, Luis Garc¨ªa Montero, recuerda an¨¦cdotas que contaba el escritor Francisco Ayala, un granadino exiliado en Argentina, como cuando dijo ¡°bicho muerto¡± en Puerto Rico; la primera palabra se evita porque es sin¨®nimo de pene. Eso tampoco lo sab¨ªa una pedagoga peruana que, cuando le preguntaron si estaba a gusto en la isla, contest¨® que lo ¨²nico que le molestaba eran ¡°esos bichos tan grandes¡± que no la dejaban dormir. O el profesor argentino que hablaba a sus alumnos y cit¨® unos versos: ¡°Todo bicho que camina / va a parar al asador¡±, para risas de los j¨®venes.
¡°Aqu¨ª cogemos todos¡±. Garc¨ªa Montero menciona tambi¨¦n la an¨¦cdota de un amigo de Ayala en Argentina, que hab¨ªa llevado a su suegra desde Espa?a. Cuando toda la familia tom¨® un tranv¨ªa atestado, ella le grit¨® a su hija: ¡°?Ven por este lado, que aqu¨ª cogemos todos!¡±, sin tener en cuenta que, para los viajeros del tranv¨ªa, les estaba invitando a unirse a una org¨ªa.
¡°Hacer algo por las huevas¡±. El peruano Fernando Iwasaki enumera los muchos usos de la palabra ¡°huevo¡± en su pa¨ªs. Cuando un trabajo resulta sencillo se dice que es bien huevo, o si se presenta dif¨ªcil es que tiene huevos. El habla de Per¨² tambi¨¦n le da importancia al femenino: hacer algo por las huevas es por gusto, y negarse ni de huevas a algo es que de ninguna manera se har¨¢. Hay tambi¨¦n lugar para sutiles diferencias: ¡°Cuando alguien nos tiene hasta las huevas es que nos tiene hartos; pero si uno se siente hasta las huevas es que est¨¢ exhausto¡±, escribe. No hacer huevadas es no hacer tonter¨ªas y estar en la huevada es estar en la pomada. Y si alguien est¨¢ en las nubes, es que est¨¢ pensando en los huevos del gallo. En conclusi¨®n, un huevo de acepciones.
¡°?Le provoca un tinto?¡±. La novelista y acad¨¦mica espa?ola Carme Riera escribe sobre el desconcierto que vivi¨® en su primera visita a Colombia, cuando la directora de la Casa de Poes¨ªa Silva le pregunt¨® a la hora del caf¨¦ si le provocaba un tinto. La espa?ola desconoc¨ªa ese uso coloquial del verbo y pensaba que le iban a traer un vino. Para su alivio, le sirvieron un caf¨¦ solo. Y a la inversa, tuvo que explicar al empleado que despachaba billetes en una estaci¨®n del metro de Barcelona que la joven colombiana que le hab¨ªa pedido que le regalara un billete estaba dispuesta a pagarlo. Ese ¡°regalo¡± es la forma educada en Colombia de pedir algo.
Carme Riera escribe sobre el desconcierto que vivi¨® en Colombia cuando le preguntaron a la hora del caf¨¦ si le ¡°provocaba un tinto¡±
Avistar el horizonte ¡°desde el carajo¡±. Con la argentina Mar¨ªa Teresa Andruetto se pasa del huevo al carajo, que as¨ª se llamaba en las naves antiguas al canasto en lo alto del m¨¢stil al que sub¨ªan los marineros para divisar otras naves, explica. La palabra remite al miembro viril y se recogi¨® por primera vez en un cancionero hace m¨¢s de 600 a?os. Un escritor uruguayo incluso le dedic¨® un poema, Apolog¨ªa y nomenclatura del carajo, aunque con el tiempo ha adquirido otros significados: puede referirse a algo que no vale nada, o al desprecio de mandar a alguien a ese sitio, o ser algo muy bueno. Hablando de miembros, que los espa?oles no olviden, como se?ala la colombiana Nancy Rozo Melo, que degustar una repolla es comerse ¡°un pastel dulce con forma de repollo¡±. O que, como recuerda el subdirector de la Unidad de Edici¨®n de EL PA?S, ?lex Grijelmo, antes de que ¡°polla¡± nombrase al pene, aquella era ¡°la porci¨®n que se apuesta entre los que juegan¡±, por lo que en los naipes un jugador necesitaba cinco bazas para ganar, o ¡°sacarse la polla¡±.
Ch¨¦vere de ida y vuelta. En la presentaci¨®n del libro, Fernando Iwasaki mantuvo un di¨¢logo con Marta Sanz. ?l subray¨® que ¡°de los 7.800 millones de habitantes de la Tierra, el 5% hablamos espa?ol, y nos entendemos, lo que no les pasa a los chinos o a un alem¨¢n en Z¨²rich¡±. Con humor, lament¨® que se haya implantado la palabra fake, ¡°cuando en espa?ol tenemos hasta veinte sin¨®nimos de mentira y anda que no hemos tenido en Latinoam¨¦rica presidentes mentirosos para que se imponga fake¡±. Sanz record¨® c¨®mo los culebrones venezolanos popularizaron en Espa?a la palabra ch¨¦vere. ?Un pr¨¦stamo de Am¨¦rica? Ello dio pie a Iwasaki para apuntar una teor¨ªa sobre su origen: ¡°Procede de un asistente que vino con Carlos V a Espa?a desde Gante, el se?or de Chi¨¨vres, un diplom¨¢tico que vest¨ªa de colores cuando en la corte predominaba el negro. Chi¨¨vres se castellaniz¨® por ch¨¦vere y pas¨® a Am¨¦rica, donde tom¨® el significado de algo estupendo, elegante... mientras que en Espa?a se perdi¨® hasta que lo trajeron de vuelta los culebrones¡±.
Un dialecto de ladrones. Mempo Giardinelli, escritor y periodista argentino, recorre en el libro la historia del lunfardo, popular lengua dialectal de su pa¨ªs. ¡°Nacido como lenguaje del hampa bonaerense¡±, se?ala, el lunfardo empez¨® a ser recogido desde los bares y caf¨¦s de barrios marginales por un periodista, Benigno Baldomero Lugones, nacido en 1857, con t¨¦rminos como ¡®batir¡¯ (delatar), ¡®mina¡¯ (mujer), ¡®cana¡¯ (polic¨ªa), ¡®atorrar¡¯ (dormir)... Y siendo un idioma de ladrones, list¨® hasta 29 sin¨®nimos de esa palabra. El lunfardo tom¨® palabras de otros idiomas, se extendi¨® a ciudades portuarias argentinas y a otros pa¨ªses, una popularidad que facilit¨® el tango, con letras como esta: ¡°El que roba es el que afana; el chorro, un vulgar ladr¨®n¡±.
El acto lo cerr¨® la secretaria general de la Secretar¨ªa General Iberoamericana, Rebeca Grynspan, y entre los mensajes que llegaron por v¨ªdeo, destac¨® el del mexicano Juan Villoro, que concluy¨® que, a pesar de las diferencias entre hispanohablantes, ¡°que reivindicamos con orgullo regionalista, estamos condenados a entendernos¡±.
Los 21 autores que han participado en la obra, por invitaci¨®n del Instituto Cervantes, son Mar¨ªa Antonieta Andi¨®n, Mar¨ªa Teresa Andruetto, Gioconda Belli, Gonzalo Celorio, Luis Garc¨ªa Montero, Mempo Giardinelli, ?lex Grijelmo, Carla Guelfenbein, Carlos Herrera, Fernando Iwasaki, Rolando Kattan, Sergio Ram¨ªrez, Laura Restrepo, Carme Riera, Nancy Rozo, Daniel Samper, Marta Sanz, Maia Sherwood, Pablo Simonetti, Juan Jos¨¦ T¨¦llez y Juan Villoro.
Lengua materna en 21 pa¨ªses
El n¨²mero de personas con el espa?ol como lengua materna alcanz¨® los 493 millones en 2020, seg¨²n los datos que adelant¨® el director del Cervantes, Luis Garc¨ªa Montero, el 18 de marzo. Es la lengua materna en 21 pa¨ªses que ocupan 19 millones de kil¨®metros cuadrados y pese a lo complicado que pueda resultar entender el lunfardo bonaerense o el llanito gibraltare?o, la unidad de la lengua espa?ola ¡°est¨¢ fuera de duda¡±, se?ala en el pr¨®logo del libro Pedro ?lvarez de Miranda, miembro de la Real Academia Espa?ola. El porcentaje de palabras no comunes del espa?ol es solo del 2%, seg¨²n ?lex Grijelmo, mientras que la directora acad¨¦mica del Cervantes, Carmen Pastor, subraya en otro apartado que ¡°los medios audiovisuales, las nuevas tecnolog¨ªas y la movilidad han facilitado intercambios entre los pa¨ªses hispanohablantes, que nos familiarizan con las diversas voces del espa?ol¡±.
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