Thomas Vinterberg: ¡°La muerte de mi hija me confirm¨® que deb¨ªa rodar una celebraci¨®n de la vida¡±

El 4 de mayo de 2019, en una autov¨ªa cerca de Bruselas, un conductor se distrajo con su m¨®vil, perdi¨® el control de su veh¨ªculo, y se empotr¨® contra otro coche, en el que viajaban Maria Walbom, la primera esposa de Thomas Vinterberg, e Ida, la hija mayor del exmatrimonio. La chica, de 19 a?os, falleci¨® en el acto, su madre se recuper¨® tras una estancia hospitalaria. Iban camino de Par¨ªs, a ver a unos amigos de Ida, antes de volver a Dinamarca, donde el cineasta estaba a cuatro d¨ªas de iniciar el rodaje de Otra ronda. ¡°Es complicado hablar de su muerte, pero es obvio que le dedico la pel¨ªcula, yo mismo lo he provocado¡±, contaba el director (Copenhague, 51 a?os) el martes por la noche a trav¨¦s de Zoom. En pantalla se ve al cineasta en el despacho de su casa, sorbiendo t¨¦ en una taza blanca: ¡°Soy padre de familia, ya no bebo¡±, se re¨ªa minutos antes. Para Vinterberg, Otra ronda es su trabajo m¨¢s personal: iba a rodarse en el instituto de Ida, sus compa?eros de clase saldr¨ªan en la figuraci¨®n; de los cuatro protagonistas, tres son los actores habituales del director y el cuarto, Mads Mikkelsen, se ha convertido en su mano derecha en la pantalla tras La caza (2012). ¡°Dud¨¦, dudamos mucho. No ten¨ªa sentido proseguir con el filme. Pero ella era parte del proyecto, hasta hab¨ªa opinado sobre el guion. Hubiera odiado que no lo rodara. Decidimos seguir adelante¡±, recuerda. Tras el funeral, iniciaron el rodaje. ¡°Los d¨ªas en que me derrot¨® el dolor me sustituy¨® Tobias [Lindholm, su coguionista]; por suerte, trabajaba entre amigos. Yo escrib¨ª para ellos, ellos conf¨ªan en m¨ª. Son parte de m¨ª¡±. El ¨²ltimo d¨ªa, por cierto, filmaron en la clase de Ida. ¡°Consid¨¦ralo un monumento a mi hija¡±.

Otra ronda se estrena en Espa?a subida a la ola de los premios. Tras su estreno en el festival de San Sebasti¨¢n, donde gan¨® la Concha de Plata a la mejor interpretaci¨®n masculina para sus cuatro actores, logr¨® los cuatro galardones principales de los trofeos del cine europeo (pel¨ªcula, direcci¨®n, guion y actor protagonista, para Mikkelsen), y ha entrado en dos categor¨ªas en los Oscar: mejor pel¨ªcula internacional ¡ªes la favorita¡ª y mejor direcci¨®n. ¡°Voy a volar a Los ?ngeles¡±, aclara. ¡°Me han contado que habr¨¢ sedes europeas de los premios, pero mi invitaci¨®n es para Los ?ngeles, y all¨ª estar¨¦¡±.

Todo lo ha logrado con una premisa aparentemente sencilla: cuatro profesores de instituto, hastiados de la monoton¨ªa que carcome sus vidas personales y profesionales, deciden empezar a beber, midiendo las dosis, para disfrutar de algo de alegr¨ªa. Sin embargo, Otra ronda, con sus m¨²ltiples giros y aristas, va mucho m¨¢s all¨¢ de una celebraci¨®n del alcohol. ¡°Puede que al inicio de la escritura arrancara por ah¨ª. Sin embargo, el guion superaba la mera provocaci¨®n. La pel¨ªcula no intenta vender alcohol ni trata de demonizarlo, porque igual que desinhibe y ayuda a las conversaciones y a socializar tambi¨¦n destruye familias. Adem¨¢s, la muerte de mi hija me confirm¨® que deb¨ªa rodar una celebraci¨®n de la vida. Hablo de elegir tu vida, tomar tus decisiones¡±, recuerda. ¡°En cualquier caso, vivimos inmersos en la cultura de la representaci¨®n. Todo se fundamenta en lo que aparentas, en los premios que ganas, en los likes que obtienes en redes sociales, en las entradas que vendes... Impostura. Ni los periodistas escap¨¢is del imperio del clickbait [anzuelo para lograr clics]. Para los adolescentes es a¨²n peor. Mi esposa es pastora luterana [mueve la c¨¢mara y se ve una sotana colgada en una estanter¨ªa de libros], y tras ver la pel¨ªcula me dijo que lo de hablar de cuando decides perder el control, olvidarte de las apariencias suena a como cuando te enamoras: es incontrolable cu¨¢ndo ocurre, c¨®mo ocurre y si ocurre¡±.

Vinterberg recuerda que creci¨® en una comuna hippy (una vivencia que inspir¨® su filme La comuna) y que all¨ª no exist¨ªan muchos l¨ªmites: ¡°Yo mismo me autorregul¨¦. Pero, como cualquier adolescente dan¨¦s, beb¨ªa los fines de semana. En mi pa¨ªs, el consumo de alcohol no est¨¢ mal visto. A ver, que descendemos de los vikingos. Sospecho que en Espa?a es parecido, ?no?¡±. Efectivamente. ¡°Ahora casi no bebo. Escribiendo La caza s¨ª que me aficion¨¦ al co?ac, alguna copa para animar su redacci¨®n... y ya lo dej¨¦¡±.

La hermandad del Dogma 95

Otra ronda iba a participar en el festival de Cannes 2020; la pandemia acab¨® con aquel lanzamiento en un certamen en el que el dan¨¦s gan¨® el premio del jurado con Celebraci¨®n (1998), su segundo largo y la carta de presentaci¨®n del movimiento Dogma 95, del que Vinterberg fue cofundador junto a Lars von Trier... y el primero en abandonar aquella estrategia maestra del marketing. El director suelta una de sus largas peroratas: ¡°Mis primeros trabajos buscaban la provocaci¨®n. En los noventa ¨¦ramos una hermandad algo salvaje, y aquellos chavales hubieran considerado Otra ronda una obra decadente [carcajada]. En cuanto a la pandemia, f¨ªjate que pens¨¦ que eso convertir¨ªa a Otra ronda en irrelevante, y por el contrario hoy la gente tiene ansias de vivir. Por no se?alar lo extra?o que se ve ahora que varios beban de una misma botella [risas]. La pel¨ªcula ha acabado siendo un extra?o artefacto, muy honesto. Porque de la honestidad nacen muchas cosas buenas. Acabo de charlar hace 10 minutos con Luca Guadagnino [presidente del jurado de San Sebasti¨¢n] y hemos hablado de c¨®mo a¨²n me sorprende este ¨¦xito. No se me ocurre, de mi carrera, una pel¨ªcula m¨¢s intr¨ªnsecamente danesa, y ha llegado a m¨¢s gente. Sospecho que cuando generalizas, el p¨²blico pierde inter¨¦s, cuando te centras en algo propio, provocas curiosidad. He aprendido la lecci¨®n¡±.

Antes de acabar el Zoom, Vinterberg comenta que los profesores son sus ¡°h¨¦roes, que no son suficientemente apreciados ni apoyados por la sociedad¡±, y habla de su siguiente proyecto, Families Like Ours: ¡°Es una serie de seis episodios que se desarrolla en un futuro cercano, en el que los daneses tenemos que abandonar nuestro pa¨ªs porque el mar lo devora. Y no todo el mundo tiene dinero como para asentarse en un pa¨ªs amigo. Espera, eso no quiere decir que deje el cine. Soy muy optimista con el futuro de las salas, porque la comuni¨®n que se logra en ellas es como la que se disfruta en un campo de f¨²tbol. No s¨¦, lo mismo soy demasiado na¨ªf¡±.