El Prado compra una diosa de Alonso Cano

Con un vestido verde que deja ver uno de sus pechos, una diadema dorada y un cetro que simboliza su riqueza, estatus y belleza. As¨ª aparece representada la diosa Juno en el cuadro de Alonso Cano (Granada, 1601-1667) que acaba de entrar a formar parte de los fondos del Museo del Prado, comprado a una colecci¨®n privada espa?ola por 270.000 euros. El lienzo es una rareza en la pintura espa?ola barroca por su tem¨¢tica mitol¨®gica y la exhibici¨®n de partes de la anatom¨ªa femenina, que generalmente se ocultaban en esa ¨¦poca, seg¨²n ha explicado esta ma?ana en la presentaci¨®n de la nueva adquisici¨®n Javier Port¨²s, jefe de conservaci¨®n de pintura espa?ola hasta 1700.

El cuadro se exhibe ya en una sala junto a otras cinco obras de Alonso Cano y un dibujo del mismo autor de tem¨¢tica mitol¨®gica. ¡°Completa de manera excepcional la representaci¨®n de este pintor en la colecci¨®n del Prado [19 pinturas y una treintena de dibujos] y prueba su inter¨¦s por la tem¨¢tica mitol¨®gica. Aparte de eso, sus valores pl¨¢sticos son indiscutibles y son un ejemplo perfecto de las singularidades de este artista: su dominio del dibujo, la composici¨®n y el color¡±, ha asegurado Port¨²s.

El conservador tambi¨¦n ha aclarado la raz¨®n por la que el pintor pudo decidir representar a la diosa con el pecho descubierto: ¡°Juno era tambi¨¦n la diosa protectora de la maternidad. Se le consideraba madre de dioses y ese pecho que muestra es un pecho nutriente¡±. Junto a la diosa aparece en el lienzo un pavo real, otro de los atributos con los que com¨²nmente se la relaciona en la literatura mitol¨®gica.

La historia del cuadro es difusa, como tantos de esa ¨¦poca. La primera referencia documental se remonta a 1657, cuando aparece en el inventario de bienes de Margarita Caj¨¦s, hija del pintor Eugenio Caj¨¦s, cuyo viudo se lo vendi¨® poco despu¨¦s al tambi¨¦n pintor Juan Antonio de Fr¨ªas y Escalante, seguidor de Alonso Cano. Su tema, sus caracter¨ªsticas estil¨ªsticas y el hecho de que se citara en el inventario de Caj¨¦s sugieren que el artista pudo pintarlo entre 1638 y 1652, cuando estaba en Madrid colaborando en la decoraci¨®n del Alc¨¢zar.

Tras la venta del cuadro a Escalante, el rastro del lienzo se pierde hasta los a?os noventa del siglo pasado, cuando llega a manos del entonces director del Prado, Alfonso P¨¦rez S¨¢nchez, una fotograf¨ªa del lienzo que da muchas pistas de que podr¨ªa ser de Alonso Cano: por su composici¨®n, su juego crom¨¢tico, la precisi¨®n del dibujo y la tipolog¨ªa facial de Juno, que evoca otras obras suyas como la Visi¨®n de san Antonio de Padua. El paisaje apenas sugerido, el cuidadoso estudio de los pliegues con su sombra y la combinaci¨®n de gamas fr¨ªas con otras c¨¢lidas eran tambi¨¦n se?as de identidad.

En 2002 se exhibi¨® en las exposiciones que se organizaron en Madrid y Barcelona para celebrar el cuarto centenario del nacimiento del artista, lo que ya dejaba clara su atribuci¨®n. A partir de ah¨ª, el Estado espa?ol se puso en marcha para llegar hasta la familia y estudiar la posibilidad de adquirirlo para el Prado hasta que finalmente, tras dos a?os de negociaciones, se ha materializado la compra.

El dibujo junto al que se exhibe ahora el cuadro es otro ejemplo del inter¨¦s de Alonso Cano por la tem¨¢tica mitol¨®gica. Realizado entre 1645-1650 y titulado Desnudo femenino, representa a una mujer recostada y desnuda que podr¨ªa ser D¨¢nae por su expresi¨®n corporal.