El enigma Milan Kundera, el cl¨¢sico huidizo
Dos libros ahondan en los misterios del maestro checo, alejado de la vida p¨²blica desde hace d¨¦cadas, y en la relaci¨®n que ha mantenido con su pa¨ªs, que esta semana le ha concedido su mayor gloria literaria, el premio Kafka
Milan Kundera vive en el centro de Par¨ªs, en uno de los barrios de la ciudad, y quiz¨¢ del mundo, con m¨¢s concentraci¨®n de periodistas, editores y personas vinculadas al mundo de las letras. A los 92 a?os, su salud se ha deteriorado, pero hasta no hace tanto hac¨ªa vida social. Se dejaba ver en la calle y en restaurantes, y cultivaba un c¨ªrculo de amigos y conocidos amplio.
El autor de La broma, La insoportable levedad del ser y otras novelas y ensayos que son cl¨¢sicos de la literatura contempor¨¢nea (publicadas por Tusquets en castellano) lo ten¨ªa todo para estar bajo los focos en la rive gauche parisiense, donde reside desde hace d¨¦cadas con su inseparable Vera. Y, sin embargo, ha conseguido durante a?os y a?os escapar a la exposici¨®n p¨²blica. Hay pocas fotos recientes de ¨¦l. Mantiene un control f¨¦rreo sobre sus obras publicadas y traducidas. Su biograf¨ªa la resume en dos frases: ¡°Milan Kundera naci¨® en Checoslovaquia. En 1975, se instala en Francia¡±. El resto no importa: cuentan los textos. No da entrevistas ni asiste a actos con c¨¢maras y fot¨®grafos.
Tampoco acudi¨® el jueves en la Embajada de Francia en Praga, cuando fue galardonado con el prestigioso premio Franz Kafka, que antes hab¨ªan merecido Philip Roth, Margaret Atwood, Peter Handke y Eduardo Mendoza, entre otros. Recibi¨® el premio, en nombre del escritor, la traductora de su obra francesa al checo, Anna Kareninova.
Un cuarteto interpret¨® obras de Pavel Haas, maestro de composici¨®n del joven Kundera en su ciudad natal, Brno, y muerto en Auschwitz en 1944. Haas era el padre de su primera esposa, Olga Haas, ¡°borrada de la novela oficial¡±, escribe la periodista francesa Ariane Chemin en ? la recherche de Milan Kundera (En busca de Milan Kundera), uno de los libros recientes que indagan en la vida de un autor que siempre consider¨® que su biograf¨ªa no ten¨ªa ning¨²n inter¨¦s.
La ceremonia no pod¨ªa ser m¨¢s kunderiana. Ah¨ª estaba su idolatrado Kafka, ¡°el menos comprendido de todos los grandes escritores del siglo pasado¡± que, como escribi¨®, ¡°mezcla lo grave y lo ligero, lo c¨®mico y lo triste, el sentido y el sinsentido¡±. Ah¨ª estaba la ausencia de Kundera, uno de los ¨²ltimos gigantes vivos de las letras del siglo XX, un cl¨¢sico huidizo. Y ah¨ª, tambi¨¦n, su compleja relaci¨®n con el pa¨ªs natal ¡ªentonces Checoslovaquia, ahora Rep¨²blica Checa, en sus novelas Bohemia y Moravia¡ª, una relaci¨®n algo m¨¢s distendida aunque no del todo apaciguada.
La nostalgia impregna las ¨²ltimas p¨¢ginas del libro de Ariane Chemin, basado en una serie de reportajes publicados en Le Monde. ¡°En su esp¨ªritu¡±, escribe, ¡°los Kundera est¨¢n en Brno, en Moravia¡±, aunque sigan en Par¨ªs.
¡°Los recuerdos vuelven, quiz¨¢ es la nostalgia, un movimiento natural al envejecer¡±, dice el ensayista Christian Salmon. Antes de ser el autor de celebrados libros como Storytelling. El arte de fabricar historias y formatear las mentes (editorial Pen¨ªnsula), Salmon fue la mano derecha de Kundera en el legendario seminario de literatura que en los a?os ochenta imparti¨® la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de Par¨ªs, y es un buen amigo de la familia.
¡°Los recuerdos vuelven, quiz¨¢ es la nostalgia, un movimiento natural al envejecer¡±, dice Christian Salmon
El momento para la reconciliaci¨®n podr¨ªa ser propicio, despu¨¦s de d¨¦cadas de desencuentros. El r¨¦gimen comunista prohibi¨® sus libros, le expuls¨® del partido y le esp¨ªo despu¨¦s de la Primavera de Praga en 1968. Ayudados por sus amigos intelectuales franceses, Milan y Vera se marcharon a Francia, primero a Rennes, en Breta?a y despu¨¦s a la capital.
Tras la Revoluci¨®n de terciopelo en 1989 y la ca¨ªda del bloque comunista, las cosas no se arreglaron enseguida. Kundera, al que el antiguo r¨¦gimen le hab¨ªa quitado la nacionalidad, ya era ciudadano de Francia y hab¨ªa adoptado el franc¨¦s como lengua literaria. Carec¨ªa del pedigr¨ª resistente del dramaturgo y padre de la nueva naci¨®n Vaclav Havel: ¨¦l tampoco lo hab¨ªa buscado, pues, una vez en Francia, se sinti¨® inc¨®modo con la etiqueta de disidente y se consagr¨® a la novela. Rehu¨ªa los focos y la imagen del intelectual medi¨¢tico que de todo opina sin saber de nada. Si era un escritor comprometido, lo era con su arte.
¡°En el fondo, Kundera piensa que el arte del novelista es antag¨®nico con el lirismo, es decir con una cierta manera de mostrarse, que hoy se ha vuelto dominante entre los autores que se venden en los medios o las redes sociales¡±, explica Salmon. ¡°?l piensa que la obra pasa por delante del autor, porque el autor acaba reduciendo y simplificando la obra. No es una posici¨®n de solitario eremita, sino de retirada de la vida p¨²blica y, sobre todo, medi¨¢tica. Es una especie de afirmaci¨®n de una elecci¨®n: el novelista debe eclipsarse detr¨¢s de la obra¡±.
¡°En el fondo, Kundera piensa que el arte del novelista es antag¨®nico con el lirismo¡±
Con el tiempo, los gestos entre Kundera y la Rep¨²blica Checa se han multiplicado. En 2007, obtuvo el premio nacional de literatura. En 2018, el primer ministro, Andrej Babi?, lo visit¨® en su apartamento del distrito VII de Par¨ªs y unos meses despu¨¦s el embajador le restituy¨® la nacionalidad. Los Kundera han donado a la ciudad de Brno su biblioteca y archivos.
La normalizaci¨®n, sin embargo, no se ha completado. La percepci¨®n de Kundera en la Rep¨²blica Checa y en otros pa¨ªses no es id¨¦ntica, seg¨²n Jan Nov¨¢k, autor de Kundera: ?esk? ?ivot a doba (Kundera: su vida y sus tiempos checos), una biograf¨ªa de 900 p¨¢ginas publicada en 2020. ¡°Aqu¨ª la gente conoce su pasado. En el extranjero ¨¦l pudo reescribir su biograf¨ªa¡±, dice Nov¨¢k. ¡°Creo que es un gran escritor, pero es un personaje problem¨¢tico¡±.
En el pr¨®logo del libro, Nov¨¢k pone en duda que la famosa alergia de Kundera al g¨¦nero biogr¨¢fico ¡ªy su insistencia en que lo importante es la obra, no el autor¡ª obedezca a ¡°un postulado est¨¦tico o fil¨®sofo¡±. Sostiene que ¡°m¨¢s bien parece estrictamente defensivo y calculado: a Kundera no le gusta revisar su vida¡±. Seg¨²n ¨¦l, oculta algo. ?Qu¨¦?
El pasado estalinista
¡°Su pasado estalinista¡±, responde Nov¨¢k. ¡°A principios de los cincuenta era un poeta totalmente estalinista. Era un funcionario literario poderoso. Y se march¨® de Checoslovaquia con la bendici¨®n del Gobierno, con parte de su biblioteca y en su coche, al contrario que la gente expulsada tras la invasi¨®n rusa de 1968. En sus primeros a?os en Francia, se comportaba como un buen ciudadano socialista checoslovaco¡±.
Nov¨¢k aborda en el libro el episodio que siempre regresa cuando se discute el pasado de Kundera en la Checoslovaquia de la posguerra mundial. En 2008, la revista Respekt revel¨®, tras investigar en los archivos de la seguridad del Estado, un documento que daba a entender que, en 1950, el joven Kundera denunci¨® a un opositor que acab¨® condenado a 22 a?os de prisi¨®n. Kundera rompi¨® su silencio para negar la acusaci¨®n.
Todo esto puede haber enfriado la reconciliaci¨®n. Ariane Chemin, quien mantuvo contactos frecuentes con la esposa del escritor para preparar sus reportajes y el libro, explica por tel¨¦fono que hace unos a?os, los Kundera tuvieron el proyecto de regresar a su pa¨ªs, ¡°pero ocurri¨® esta historia de los archivos y el art¨ªculo de Respekt, y esto impidi¨® el regreso¡±. Y es as¨ª como Milan y Vera siguen en Par¨ªs, pero con la mente en otro lugar, su vieja patria. ¡°Est¨¢n en ninguna parte¡±, dice Chemin. ¡°Es el lado tr¨¢gico de esta historia¡±.
Babelia
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