Lecciones de los cl¨¢sicos para un mundo en crisis
El escritor y helenista David Hern¨¢ndez de la Fuente refleja en ¡®El hilo de oro¡¯ la vigencia de las ense?anzas del mundo antiguo
El historiador griego Polibio (200 a. C.¨C118 a. C.) describi¨® la decadencia de la democracia en Atenas utilizando como met¨¢fora un barco en el que cada uno se ocupa de lo suyo, y los marinos son incapaces de ponerse de acuerdo en un m¨ªnimo com¨²n: ¡°Unos pretenden continuar la traves¨ªa, mientras que otros presionan al capit¨¢n para echar el ancla, estos sueltan velas y aquellos se lo impiden. No solo se produce un espect¨¢culo vergonzoso, sino que esta situaci¨®n se convierte en un peligro para el resto de los pasajeros. A menudo, tras escapar de las tormentas m¨¢s fieras naufragan en puerto¡±. Resultan inquietantes los ecos de esta cita en el presente, porque parece describir la divisi¨®n irreconciliable en varias democracias occidentales. Est¨¢ incluida en El hilo de oro (Ariel), el erudito y sorprendente libro del helenista David Hern¨¢ndez de la Fuente que en sus nueve cap¨ªtulos presenta muchas de las lecciones que los autores cl¨¢sicos pueden ofrecer para ayudar a leer el presente.
La obra de este escritor y catedr¨¢tico de Filolog¨ªa Cl¨¢sica de la Universidad Complutense es una de las muchas que han llegado a las mesas de novedades de las librer¨ªas tras el ¨¦xito de El infinito en un junco (Siruela), de Irene Vallejo. El ensayo sobre la historia de los libros, que acumula ediciones, traducciones y premios, es a la vez la causa y la consecuencia de este auge. Su ¨¦xito ha provocado un efecto de arrastre, sin duda, pero es a la vez un s¨ªntoma del inter¨¦s por el mundo antiguo que, como subraya Hern¨¢ndez de la Fuente, de 46 a?os, tambi¨¦n queda reflejado en la cantidad de revistas sobre temas de historia o incluso en las pel¨ªculas de superh¨¦roes. Parad¨®jicamente, el lat¨ªn y el griego tienen cada vez menos presencia en la ense?anza.
El libro incide en una paradoja: los cl¨¢sicos son muy actuales. Hay una vieja cita que dice que Homero es joven cada ma?ana y que no hay nada tan viejo como el peri¨®dico del d¨ªa
¡°El mundo cl¨¢sico no es patrimonio de nadie¡±, se?ala en una terraza del parque madrile?o del Retiro, adonde Hern¨¢ndez de la Fuente acude con la misma bicicleta con la que va a la universidad. ¡°La asociaci¨®n entre un pensamiento conservador y el lat¨ªn y el griego nos ha perjudicado mucho. Tambi¨¦n ha sido asociado a una idea imperialista, de superioridad occidental y europea. Y no es as¨ª. Hay muchos ensayistas que han roto ese esquema y se est¨¢n estudiando los cl¨¢sicos desde muchos puntos de vista. El libro incide en la paradoja de que los cl¨¢sicos son muy actuales. Hay una vieja cita que dice que Homero es joven cada ma?ana y que no hay nada tan viejo como el peri¨®dico del d¨ªa anterior¡±.
¡°No creo que la historia sea circular, pero s¨ª podemos ver patrones de comportamiento, paralelismos que se repiten en las dos grandes sociedades participativas del mundo antiguo, no quiero decir democr¨¢ticas porque son muy diferentes: Atenas y Roma¡±, prosigue el autor de ensayos como Or¨¢culos, Vidas de Pit¨¢goras y Mitolog¨ªa cl¨¢sica, y colaborador del suplemento Babelia. Estas son algunas de las lecciones de los cl¨¢sicos que aparecen en El hilo de oro. La m¨¢s importante de todas es que no hay que idealizarlos.
Aprender de sus errores
¡°Los cl¨¢sicos son nuestro modelo: idealizados, falseados a veces, o pervertidos, pero como hemos construido nuestros Estados y sociedades sobre ellos conviene ver en qu¨¦ no estuvieron tan afortunados. Cuando lees a Tuc¨ªdides, que es el gran maestro de los polit¨®logos contempor¨¢neos, a Salustio o a Cicer¨®n, ves, por ejemplo, las equivocaciones de la Rep¨²blica romana a la hora de no incluir a grupos descontentos o de la democracia ateniense a la hora de confiar el poder a ciertas facciones, con corruptelas y demagogos. Son asuntos muy actuales. No hay que olvidar esos errores hist¨®ricos que propician el cambio de r¨¦gimen. Debemos ser conscientes de que Roma cay¨®, Grecia cay¨®, Troya en el mito tambi¨¦n y Constantinopla. No tenemos garantizado no caer, no solo por una pandemia, que es un tema que me interesa tambi¨¦n de la actualidad de los cl¨¢sicos, sino porque se acabe la democracia, como ocurri¨® en Roma, cuando un liderazgo populista y absolutista acab¨® por destruirla¡±.
Entender al otro
¡°Los cl¨¢sicos representan una escuela de valores y de humanidad. Homero nos ense?a la humanidad, el respeto al otro. Esa es la gran lecci¨®n de los cl¨¢sicos griegos: Her¨®doto admira a los persas, a los escitas, aunque hablen otras lenguas, y Homero admira a los troyanos. No hay choque de civilizaciones. Las fronteras nacionales vienen despu¨¦s de la ca¨ªda del mundo cl¨¢sico. La verdadera patria de los cl¨¢sicos es la lengua y la cultura. El ciudadano, el ser humano, debe formarse siempre. Es un ideal, nunca dejas de aprender, los ancianos tambi¨¦n tienen que formarse. La idea es que, para mejorar como comunidad, tenemos que mejorar como individuos y eso significa seguir aprendiendo. Otra idea que marca la herencia cl¨¢sica es la necesidad de trascender las fronteras ¨¦tnicas, religiosas, nacionales. En el mundo heleno, despu¨¦s de Alejandro, los mejores escritores no son griegos, son sirios, son fenicios, son egipcios. La lengua, la cultura y la educaci¨®n son la verdadera patria, otro valor indiscutible que nos aportan los griegos¡±.
Un tiempo de h¨¦roes
¡°Hay autores que sostienen que no tenemos una mitolog¨ªa viva en la sociedad y que parte de nuestros problemas vienen de ah¨ª. Yo no lo creo, creo que tenemos una mitolog¨ªa: los superh¨¦roes, La guerra de las galaxias, que se estrena el mismo a?o en que David Bowie canta su canci¨®n H¨¦roes. Representa la vuelta del h¨¦roe, muy influido por las teor¨ªas de Joseph Campbell. ?Por qu¨¦ vemos pel¨ªculas de superh¨¦roes? Porque representan el ciclo de la vida: la llamada, la reticencia, el cruce del umbral. Todos tenemos que descubrir nuestra misi¨®n, triunfar sobre nosotros mismos. De todo eso eran muy conscientes los griegos y los antiguos y por eso eran m¨¢s libres a la hora de comprender muchas pulsiones y muchos modos de comportamiento que nosotros solo hemos entendido desde Nietzsche y Freud gracias a la psicolog¨ªa. Pero ellos no necesitaban ninguna aclaraci¨®n. Utilizaban esos arquetipos del h¨¦roe, que en el fondo somos nosotros. Hay muchos h¨¦roes que son muy complejos, a veces son traidores y bastante negativos. Ulises, por ejemplo, es un mentiroso¡±.
Volver a los sofistas
¡°Me entristece mucho ver nuestro Parlamento, la decadencia de la buena ret¨®rica parlamentaria y tambi¨¦n de la capacidad para ponerse de acuerdo. Los sofistas y la ret¨®rica tienen mala fama. Cuando se acusa a alguien de ser ret¨®rico es normalmente negativo. Y no digamos los sofistas. Pero su objetivo era muy importante: alcanzar un punto medio entre posiciones irreconciliables. Para eso es fundamental la ret¨®rica y la defensa de la moderaci¨®n¡±.
Babelia
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