Huevos, or¨ªgenes y legados en la extraordinaria ¡®Watchmen¡¯

?Qu¨¦ fue antes, el huevo o la gallina? La eterna y cl¨¢sica paradoja filos¨®fica, bien mezclada con la justicia (desde diferentes puntos de vista), superh¨¦roes y/o deidades y qu¨¦ se podr¨ªa hacer con los poderes y habilidades de estos, es una de las bases de Watchmen, inspirada en el c¨®mic de Alan Moore y Dave Gibbons. La serie de Damon Lindelof acaba de cerrar un enorme a?o de HBO (Succession, Chernobyl, Years and Years, Gentleman Jack, Euphoria y los cierres de Juego de tronos, Veep y Sillicon Valley) con nueve episodios que, aunque han tenido uno final un poco m¨¢s convencional (pero igual de satisfactorio) que el resto, han estado entre lo mejor que se ha visto en la televisi¨®n en los ¨²ltimos a?os a nivel visual y de narrativa.

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Y s¨ª, esta vez Lindelof (Perdidos y la sensacional The Letfovers) ha atado todos los cabos y propuestas (y sin grandes complicaciones para los espectadores) que ha ido desplegando a lo largo de una ficci¨®n que habla del legado que recibimos de nuestros ancestros, y c¨®mo lo recibimos, y qu¨¦ tipo de mundo queremos dejar a nuestros descendientes, y la responsabilidad de hacerlo. Y lo hace con parte del discurso de Moore, a trav¨¦s de la figura de los justicieros, sobre por qu¨¦ escondernos detr¨¢s de m¨¢scaras. ?Qu¨¦ hay detr¨¢s de un antifaz? ?Rabia? ?Crueldad? ?Trauma?

El racismo en Estados Unidos y el supremacismo blanco es la vuelta de tuerca que aporta Lindelof a la historia original a cambio de aquella Guerra Fr¨ªa y amenaza nuclear que sobrevolaban los doce n¨²meros del c¨®mic original. El guionista, blanco, ha logrado reinventar el esp¨ªritu del c¨®mic con este tema, ponerlo sobre la mesa y dar un toque de atenci¨®n: un hecho hist¨®rico real como una masacre de poblaci¨®n negra en los a?os veinte en Tulsa (Oklahoma), que no aparece ni en los libros de texto escolares de EE UU, se convierte en la serie y en la trama de su personaje principal, Angela Abar / Sister Night, en un ejercicio de memoria hist¨®rica.

Es m¨¢s que probable que Watchmen no le guste nada a Alan Moore, si es que llega a verla alg¨²n d¨ªa, pero rebosa muy buenas intenciones, sutileza, conocimiento y reverencia absoluta respecto al material original. Y se puede ver sin conocer el c¨®mic. La serie es redonda, el reparto es de lo m¨¢s acertado (Regina King,?Jeremy Irons, Tim Blake Nelson, Yahya Abdul-Mateen, Jean Smart, Frances Fisher, Louis Gossett Jr, Don Johnson...) y no necesita una segunda temporada (aunque ser¨ªa bienvenida si plantease una historia nueva).

Watchmen est¨¢ llena de huevos de pascua (easter eggs) con referencias a la historia de 1986 que ir encontrando, empezando por el m¨¢s obvio en el primer cap¨ªtulo. Angela va a hacer una tortilla y echa varios huevos en un plato transparente. La c¨¢mara lo enfoca desde abajo y las yemas forman una cara sonriente, la smiley face de la portada de la novela gr¨¢fica y leit motiv de la historia en el papel. Incluso la yema de arriba a la izquierda tiene una mancha que recuerda al salpic¨®n de sangre de la cara original. En ese momento, Angela habla de separar las yemas de la clara, una alusi¨®n sutil al tema de la segregaci¨®n racial. No faltan por supuesto tambi¨¦n relojes y continuas alusiones al tiempo.

S¨ª, los huevos tienen referencia en casi todos los episodios. Y son fundamentales en la ¨²ltima secuencia, en un final abierto, pero coherente, que no desvelamos y que nos hace preguntarnos, una vez m¨¢s, ?qu¨¦ fue antes, el huevo o la gallina? Y hay un par de caminos a tomar a partir de? dos di¨¢logos en la serie. Para el divino doctor Manhattan, la respuesta es obvia, ambos a la vez. Para la pragm¨¢tica Angela, es preferible que primero sea la gallina. ?Ser¨¢ porqu¨¦ con la gallina llegan m¨¢s huevos? En definitiva, Watchmen es tambi¨¦n una historia de or¨ªgenes, desde los de los justicieros enmascarados hasta el posible inicio de una nueva ¨¦poca para enmendar errores pasados.