Dos cineastas afganas piden ayuda en el festival de Venecia

La Mostra de Venecia ha intentado este s¨¢bado salir un rato de su burbuja y poner dejar el micr¨®fono, por una vez, en lugar de las estrellas, a quienes est¨¢n protagonizando la tr¨¢gica realidad. As¨ª, el certamen cinematogr¨¢fico acogi¨® un encuentro con dos directoras afganas, Sahraa Karimi y Sahra Mani, para analizar el drama que sufre su pa¨ªs tras el regreso al poder de los talibanes. A los titulares sobre los muertos y huidos, y las amenazas a las mujeres que llenan peri¨®dicos y noticieros, las creadoras aportaron su relato personal.

¡°El 15 de agosto empec¨¦ mi d¨ªa normalmente. Me levant¨¦, me maquill¨¦, me vest¨ª y me puse en marcha. Pero, pocas horas despu¨¦s [cuando la milicia fundamentalista entr¨® en la capital, Kabul], tuve que tomar la decisi¨®n m¨¢s dif¨ªcil de mi vida: partir o quedarme. Vi como mi pa¨ªs y mis sue?os se derrumbaban. No se trata de m¨ª, o de unos pocos directores, sino de toda una generaci¨®n joven de Afganist¨¢n. En dos semanas, las mentes m¨¢s talentosas y prometedoras se han ido¡±, afirm¨® Karimi, directora de Parlika y primera presidenta del Afghan Film Organization.

El secretario general de la ONU, Ant¨®nio Guterres, alert¨® tambi¨¦n de la ¡°cat¨¢strofe humana inminente¡± ante el ¨¦xodo y la bancarrota de Afganist¨¢n y convoc¨® una conferencia de ayuda para el 13 de septiembre. Esto es un avance en l¨ªnea con los deseos de Karimi, que hace justo un mes lanz¨® una petici¨®n de socorro dirigida a la comunidad internacional. ¡°Ahora los talibanes muestran el lado m¨¢s suave, pero no son as¨ª. Son crueles como antes, y m¨¢s listos¡±, reiter¨® en el encuentro. Y Giuliano Battiston, periodista especializado en el pa¨ªs que moderaba la charla, explic¨® que, escondido detr¨¢s del conflicto militar, hay otro ¡°social y cultural¡±.

¡°Trabajar en una pel¨ªcula en Afganist¨¢n nunca fue sencillo. Tuvimos el Gobierno m¨¢s corrupto del mundo. A menudo nos encontramos sin electricidad, y sin Internet. Hay que pedir un sinf¨ªn de permisos. Cuando ¨ªbamos a trabajar, hab¨ªa bombardeos por todos lados. Cada vez que sal¨ªa de casa miraba mis cosas y pensaba: ¡®?Ser¨¢ la ¨²ltima vez que las veo?¡¯. Siempre tem¨ªa morir. No era f¨¢cil, pero no nos fuimos. Ahora, sin embargo, nos hemos quedado sin nada¡±, lament¨® Mani. Pese a todo, con su cine, la directora ha intentado denunciar las dificultades que se viven en el pa¨ªs.

El 15 de agosto empec¨¦ mi d¨ªa normalmente. Me levant¨¦, me maquill¨¦, me vest¨ª y me puse en marcha. Pero, pocas horas despu¨¦s [cuando la milicia fundamentalista entr¨® en la capital, Kabul], tuve que tomar la decisi¨®n m¨¢s dif¨ªcil de mi vida: partir o quedarme

Sahraa Karimi, directora

Su documental Thousand Girls Like Me cuenta la historia de una mujer, v¨ªctima durante a?os de los abusos de su padre, a la que la justicia tambi¨¦n da la espalda. La primera escuela de m¨²sica que juntaba a ni?os y ni?as, que retrat¨® en Kaloo School, ha sufrido ahora la envestida de los talibanes: ¡°La han ocupado, han roto todo, los estudiantes se han escondido o algunos han huido. Quiz¨¢ a esos ni?os se les ense?ar¨¢ a ser terroristas en lugar de m¨²sicos¡±. La directora ofreci¨® adem¨¢s el ejemplo reciente de un artista, detenido solo porque estaba tocando un instrumento: ¡°Est¨¢ sucediendo, ahora mismo. Y es una verg¨¹enza¡±.

¡°En el siglo XXI, de golpe entra gente en tu pa¨ªs y te dice: ¡®El cine y la m¨²sica est¨¢n prohibidos. Y las artistas deben ser arrinconadas¡±, agreg¨® Karimi. Y relat¨® los avances que el cine afgano hab¨ªa logrado poco a poco: enumer¨® varios proyectos que ella misma ten¨ªa en marcha, como creadora y productora, record¨® el hist¨®rico debut de una obra nacional en el festival de Cannes, el nacimiento de un premio nacional y un reciente certamen de cortos y, en general, un constante aumento de la producci¨®n f¨ªlmica. ¡°Los directores, y sobre todo las directoras, han hecho un gran trabajo representando Afganist¨¢n. Quer¨ªamos cambiar la narrativa sobre el pa¨ªs, est¨¢bamos hartas de los clich¨¦s. Y no os imagin¨¢is lo dif¨ªcil que es hacerle entender a alguien de nuestro Gobierno la importancia del cine¡±, a?adi¨®.

Todo ese proceso, a su juicio, ahora se tambalea. O ya est¨¢ perdido. As¨ª que volvi¨® a insistir: ¡°No tenemos un pa¨ªs del que contar las historias, al que dedicar nuestro trabajo creativo. Estamos sin casa. Os pedimos que no os olvid¨¦is de Afganist¨¢n¡±. Por lo pronto, recibi¨® una lluvia de aplausos. Aunque el apoyo m¨¢s importante har¨¢ falta en los pr¨®ximos d¨ªas. Y a?os.