James Gaffigan, el emergente director de orquesta que cambi¨® Nirvana por Schubert
El nuevo responsable de la formaci¨®n del Palau de les Arts, de 42 a?os, no olvida que su educaci¨®n en las escuelas p¨²blicas de Nueva York le ha permitido actuar en los mejores escenarios del mundo
En su familia no hab¨ªa tradici¨®n. S¨ª, se escuchaba a Frank Sinatra y a otros cantantes populares, se bailaba, y la m¨²sica estaba presente, pero James Gaffigan nunca escuch¨® m¨²sica cl¨¢sica en su casa de Nueva York, ciudad donde naci¨® hace 42 a?os. La afici¨®n verdadera le vino m¨¢s tarde, con apenas 17 a?os. Era un admirador de Bj?rk, de Rage Against the Machine, de Kurt Cobain, de Nirvana; tambi¨¦n pas¨® por una etapa de m¨²sica electr¨®nica, como otros muchos adolescentes. Pero todo cambi¨® cuando descubri¨® a Mahler, a Puccini, a Strauss... ¡°Esa m¨²sica me ofrec¨ªa algo m¨¢s que el pop¡±, comenta el nuevo director musical de la Orquestra de la Comunitat Valenciana, radicada en la ¨®pera del Palau de les Arts. La experiencia de comprobar que en una orquesta todos ¡°respiran juntos y van en el mismo sentido¡± fue decisiva para decidir su futuro: quer¨ªa dedicar toda su vida a la m¨²sica cl¨¢sica.
Hoy, James Gaffigan es uno de los m¨¢s destacados directores sinf¨®nicos y oper¨ªsticos de la nueva hornada procedente de EE UU. Es tambi¨¦n director musical de la Orquesta Sinf¨®nica de la ciudad noruega de Trondheim (reside con su familia en Oslo) y principal director invitado de la Orquesta de la Radio de Holanda, entre otras formaciones y festivales. Un apreciable curr¨ªculo para un director a¨²n joven en el mundo de la m¨²sica cl¨¢sica que ha actuado en algunos de los principales escenarios del mundo sin olvidar sus or¨ªgenes.
¡°Si no fuera por las escuelas p¨²blicas de Nueva York, no estar¨ªa aqu¨ª. Me dieron la formaci¨®n gratuitamente para poder aprender m¨²sica. Estoy muy agradecido con el sistema. Cuando era adolescente, tambi¨¦n me dieron la oportunidad de ir a los conciertos y las ¨®peras, algo que mis padres no se pod¨ªan permitir¡±, explica, sentado en una espectacular estancia del Palau de les Arts, anexo al resto del complejo de la Ciudad de la Artes y las Ciencias de Valencia al que pertenece.
Guste o no la arquitectura de Santiago Calatrava, es dif¨ªcil sustraerse a sus inmensas formas escult¨®ricas. Gaffigan subraya la relevancia del continente, pero incide sobre todo en la importancia del contenido. Asegura que acept¨® la direcci¨®n musical que le propuso el director art¨ªstico de la ¨®pera valenciana, Jes¨²s Iglesias, cuando comprob¨® la calidad de la orquesta que fund¨® originariamente en 2006 el cotizado director Lorin Maazel. Eligi¨® a sus primeros m¨²sicos a golpe del talonario de la Generalitat, en los a?os de los eventos medi¨¢ticos previos a la eclosi¨®n de la gran crisis de 2008. Pronto fue ponderada como una de las mejores orquestas (si no la mejor) de Espa?a en los cen¨¢culos de la cr¨ªtica y de los mel¨®manos. ?Queda algo de la huella de Maazel, fallecido en 2014?
¡°Aquel sistema de creaci¨®n no fue el habitual, que es gradual. Fue como un big bang. En poco tiempo se juntaron a los mejores m¨²sicos j¨®venes, lo que es m¨¢s propio de los festivales. A¨²n noto esa fuerza de entonces. Pero fue una fiesta de gente joven y ahora la gran mayor¨ªa de m¨²sicos ronda los 45 y est¨¢n maduros, quieren mejorar y trabajar. El talento est¨¢ y el nivel es muy alto, parejo al de otras orquestas de las radios alemanas o suizas. Ahora lo tiene que saber el p¨²blico internacional¡±, sostiene. Las nuevas audiciones evidencian que la formaci¨®n valenciana es destino y no rampa de salida para los m¨²sicos espa?oles, como sucede en otras formaciones sinf¨®nicas y oper¨ªsticas de Espa?a, a?ade.
Gaffigan ha firmado un contrato con Les Arts por cuatro a?os para dirigir al menos dos ¨®peras y dos conciertos sinf¨®nicos por temporada, con los correspondientes ensayos. Su aterrizaje en Valencia coincidi¨® a principios de septiembre con la celebraci¨®n extraordinaria (debido a la pandemia de la covid-19) de las Fallas, que le dejaron un poco alucinado como m¨²sico, especialmente les macletades. ¡°Nunca hab¨ªa escuchado nada tan alto. Cada vez que pensaba que ya no pod¨ªa ser m¨¢s alto, s¨ª, a¨²n pod¨ªa. Incre¨ªble¡±, apunta mientras reproduce el sonido in crescendo de los petardos. Su personalidad parece ajena al clich¨¦ del director dictador. ¡°Quedan a¨²n algunos, pero est¨¢n fuera de contexto. Un dictador impone miedo y un l¨ªder, no. Escucha y los m¨²sicos van hacia ¨¦l¡±, asevera.
A ¨¦l le impone particularmente la emoci¨®n de la m¨²sica de Schubert si ha de entrar en el ¡°muy dif¨ªcil¡± juego de elegir entre sus compositores favoritos: ¡°Schubert me emociona hasta las l¨¢grimas. Sus canciones, sus Lieder, son como ¨®peras peque?as, tanto de dramaturgia como una ¨®pera¡±. ?Y sus referentes en la direcci¨®n orquestal? ¡°Desde el punto de vista educativo, Leonard Bernstein, porque consigui¨® que la m¨²sica fuese conocida en todas partes y a todos los niveles. Como sue?o, Carlos Kleiber, porque ten¨ªa una fantas¨ªa para contar la m¨²sica que va m¨¢s all¨¢ de cualquier otro director¡±, afirma.
Sobre la convulsi¨®n que ha producido en la m¨²sica cl¨¢sica las acusaciones de abusos sexuales contra Pl¨¢cido Domingo, por ejemplo, el director estadounidense lamenta todo lo sucedido y pide tambi¨¦n tiempo para analizar cada situaci¨®n, aunque es consciente de que el signo de los tiempos marcado por las redes sociales exige reacciones casi inmediatas.
Para estrenar la nueva temporada de Les Arts, dirigir¨¢ el 30 de septiembre una versi¨®n del Requiem de Mozart, con la direcci¨®n esc¨¦nica del italiano Romeo Castellucci, figura internacional del teatro, en una esperada coproducci¨®n con el festival de Aix-en-Provence, que se ha retrasado en Valencia a causa de la pandemia. ¡°Es una producci¨®n muy bonita y emocionante. Muy mediterr¨¢nea y colorida, con un trabajo excelente tambi¨¦n del coro, que baila y act¨²a al mismo tiempo que canta¡±, destaca.
El desaf¨ªo es recrear el sonido de Mozart con instrumentos actuales. Gaffigan busca una s¨ªntesis entre la ¡°gran precisi¨®n¡± de las orquestas estadounidenses y la ¡°enorme musicalidad¡± de las europeas. ¡°La principal virtud de una orquesta actual debe ser la versatilidad en el repertorio¡±, apostilla. ¡°No es necesario recurrir a una orquesta alemana para escuchar a Strauss o a una americana, para Gershwin. El futuro es que tengan un repertorio muy bueno y vers¨¢til¡±, agrega el director, que quiere romper con el protocolo encorsetado de los conciertos. ¡°Hay que cambiarlo de arriba abajo: todos callados, entra el director, saluda, aplausos; sale el director, silencio. Es aburrido. Hablemos de las obras, recitemos un poema, toquemos un solo... En un concierto de rock no hay silencios¡±, recalca.
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