Escritores de Europa del Este lanzan la alarma ante el nuevo muro que recorre el continente
La dram¨¢tica situaci¨®n en la frontera bielorrusa y el regreso al enfrentamiento entre los viejos bloques europeos despiertan la indignaci¨®n. Grandes autores reflexionan sobre el paso atr¨¢s en derechos, el cinismo de unos valores cristianos en Polonia que no se cumplen y una creciente influencia de Rusia
El desgarro de las fronteras europeas que se contempla estos d¨ªas y, de fondo, el nuevo pulso sangrante que siguen librando Este y Oeste a pesar del fin de la Guerra Fr¨ªa, es un revulsivo para los intelectuales de ese antiguo lado del tel¨®n de acero que han vivido y retratado la divisi¨®n que fractur¨® el continente. Zarandeados por un deterioro que avanza sin soluciones a la vista, los escritores del Este consultados por EL PA?S lanzan la alarma sobre la triste cosecha de esta ¨¦poca. ¡°Despu¨¦s de casi medio siglo de historia bajo dictaduras comunistas o libertad dominada por el consumo, las mentalidades de las dos Europas siguen siendo diferentes¡±, clama Ana Blandiana, gran poeta rumana, con importante obra reci¨¦n reunida por Galaxia Gutenberg. ¡°Las dos Europas tienen que conocer y entender las diferencias de cada una. Se necesita m¨¢s tiempo y empat¨ªa para crear una Europa verdaderamente unida¡±.
Lo que ha emponzo?ado a¨²n m¨¢s una situaci¨®n ya deteriorada ha sido la dram¨¢tica situaci¨®n de cientos, de miles de inmigrantes atascados no solo en la frontera entre Bielorrusia y Polonia, sino en ese combate Este-Oeste que ha encontrado en esos fr¨ªos bosques un nuevo campo de batalla. La joven autora Dorota Maslowska, una de las escritoras polacas con m¨¢s proyecci¨®n internacional en la actualidad, cuenta que unos amigos suyos con casa en la zona de Podlasie se encontraron en verano a varias personas hambrientas y enfermas que se escond¨ªan en el bosque. Intentaron ayudarles, pero apenas pudieron.
¡°Aquellos pronto se convirtieron en miles de sirios, iraqu¨ªes y kurdos que hab¨ªan llegado enga?ados por Bielorrusia y que han acabado congel¨¢ndose y pasando hambre atrapados entre dos pa¨ªses¡±, cuenta Maslowska, autora de la interesante Dos pobres rumanos que hablaban polaco (La u?a rota). ¡°Nuestro Gobierno c¨ªnico y populista, que tanto apela a la propaganda de valores cristianos, ha fallado. Echan para atr¨¢s a los refugiados y aunque haya muchos activistas y voluntarios intentando hacer algo, con un Gobierno que reh¨²sa ayudar y que les deja sin ninguna posibilidad de sobrevivir, todos nos sentimos culpables. Y probablemente lo somos¡±, asegura.
Y es que la operaci¨®n que libra Bielorrusia para acarrear inmigrantes hasta las puertas de la Uni¨®n Europea, que todos vinculan con el amparo del Kremlin, no es sino un cap¨ªtulo m¨¢s que afea las perspectivas de entendimiento. La checa afincada en Espa?a Monika Zgustova, fina novelista que ha salvaguardado su olfato y capacidad de reflejar la realidad del Este (sus libros est¨¢n en Galaxia Gutenberg), es hija de refugiados y, como tal, ¡°ver a otros inmigrantes sufriendo me hace mucho da?o¡±. ¡°No me hago ilusiones: esta crisis o guerra h¨ªbrida se prolongar¨¢ y recrudecer¨¢. Espero que lo que estamos presenciando sirva para que Europa desarrolle un riguroso plan migratorio. Darle una propina a Erdogan para que alejara a los refugiados de la frontera europea solo ha servido para que otro dictador, el bielorruso Lukashenko, apoyado por Putin, tambi¨¦n tienda la mano hacia Europa para recibir su regalo¡±.
¡°Europa exhausta¡±
El polaco Andrzej Stasiuk, que narra el deambular de quienes viven en los m¨¢rgenes en el Este de Europa en Taksim (Acantilado), admite albergar un c¨²mulo de sentimientos complejos entre la compasi¨®n por esos refugiados, la rabia ante el Gobierno polaco, que les utiliza c¨ªnicamente para fortalecer su posici¨®n, y la impotencia ante la utilizaci¨®n de la gente com¨²n como instrumento de la gran pol¨ªtica. ¡°Conocemos bien esta pr¨¢ctica en nuestra parte de Europa y Europa no tiene forma de cambiar o revertirlo¡±, se?ala. Stasiuk cree que Europa est¨¢ exhausta y con las ideas agotadas, aunque no haya surgido nada mejor en su lugar, y que Polonia vive atrapada en la polarizaci¨®n de la sociedad. ¡°Qui¨¦n sabe si el futuro de Europa es una guerra en la que todo cambie¡±.
La jugada de desafiar las fronteras occidentales con inmigrantes la ensay¨® Rusia en 2015 en el l¨ªmite con Finlandia, recuerda Sofi Oksanen, una combativa autora nacida en este pa¨ªs y de madre estonia. ¡°Rusia acarre¨® a refugiados sin apenas ropa a la frontera con Laponia para que se congelaran en condiciones salvajes. Entonces la UE no ayud¨® a Finlandia, cuando en realidad se trataba de un desaf¨ªo, de un test de Putin a la UE, ¡°y esa actitud fue un error¡±. Esa operaci¨®n, cuenta, le sirvi¨® a Rusia para reunir mucha informaci¨®n sobre las reacciones de la gente, de los pol¨ªticos y de la propia UE. ¡°Si esta hubiera reaccionado de otra forma, no estar¨ªamos hoy en esta situaci¨®n. El resultado fue que hoy el dictador bielorruso castiga a Lituania en su frontera por acoger a opositores y que Rusia mina los valores europeos al poner en evidencia la incapacidad de actuaci¨®n de la UE. Con ello env¨ªan un mensaje muy claro: mira Europa y la UE, no son una alternativa mejor, su democracia no es mejor que nuestro sistema¡±, asegura Iksanen, autora de las obras Purga y Norma (Salamandra) y activista comprometida con la democracia frente a la amenaza que viene del Este.
El pensador h¨²ngaro L¨¢szl¨® F?ldenyi, con importante obra publicada sobre los totalitarismos, no es optimista ante las escenas que llegan desde las fronteras de Bielorrusia o Grecia. ¡°Esto asusta. Tambi¨¦n asusta que solo Alemania ha recibido a un mill¨®n y medio de migrantes en los ¨²ltimos a?os y muchos no se pueden integrar. Debemos de ser conscientes. Lo que espera a Europa en los pr¨®ximos a?os y d¨¦cadas no me deja ser optimista. Temo que la migraci¨®n en todo el mundo nos llevar¨¢ antes o despu¨¦s a tensiones peligrosas y cat¨¢strofes sociales tambi¨¦n en Europa¡±, alerta.
M¨¢s all¨¢ del desaf¨ªo en este momento en la frontera, los entrevistados est¨¢n seguros de que los derechos adquiridos en la Uni¨®n Europea ya est¨¢n minados en sus pa¨ªses, y no solo amenazados, por los pulsos constantes que pa¨ªses como Hungr¨ªa o Polonia libran con los socios europeos. ¡°Los derechos v¨¢lidos en la UE ya han sido rebajados en Hungr¨ªa¡±, cuenta F?ld¨¦nyi. En cuanto la UE investiga los incumplimientos de Hungr¨ªa, dice, se la compara con la Uni¨®n Sovi¨¦tica, ¡°pero la diferencia es que quer¨ªamos unirnos a la UE y no al bloque sovi¨¦tico. Adem¨¢s, el partido Fidesz [ultranacionalista] y el Estado ya no est¨¢n separados, siguiendo el modelo sovi¨¦tico, y esto es incompatible con la UE¡±.
Hungr¨ªa ha servido de ejemplo decisivo para que lo imiten pa¨ªses como Eslovenia y Polonia y lo citen partidos populistas en Pa¨ªses Bajos, Suecia, Francia o Alemania en su objetivo de minar a la UE. Zgustova culpa a Angela Merkel de haber sido demasiado permisiva con Viktor Orb¨¢n, el l¨ªder h¨²ngaro, al que ¡°en m¨¢s de una ocasi¨®n ha sacado las casta?as del fuego¡±, y cree que la huella sovi¨¦tica ha sido poderosa en los pa¨ªses del Este. ¡°Durante cuatro d¨¦cadas, la sociedad se hab¨ªa acostumbrado a la l¨®gica totalitaria con su ideolog¨ªa retorcida. Aceptar a esa parte en el seno de la UE era problem¨¢tico y se sab¨ªa, pero de no haberlo hecho estar¨ªan en las garras de Putin. No hubo otra opci¨®n¡±.
La huella del Kremlin est¨¢ claramente en el traslado de inmigrantes a la frontera de Polonia, asegura Blandiana, con el objetivo de socavar a la UE. ¡°Es una forma m¨¢s del ataque c¨ªnico a Europa, convertir en v¨ªctimas tanto a los desesperados migrantes como a los polacos, colocados en situaci¨®n desesperada, como parte de la pol¨ªtica exterior rusa de violar todas las normas, desafiar los tratados internacionales y los derechos humanos. Desenmascarar este desaf¨ªo de manera solidaria no es solo la respuesta correcta y ganadora, sino tambi¨¦n el certificado de fuerza de la UE¡±.
Todos alertan del deterioro de las relaciones, del nuevo peligro de confrontaci¨®n, pero algunos alzan las voces por la comprensi¨®n mutua. ¡°No deber¨ªamos cometer el error de identificar estos problemas con el Este de Europa o con pa¨ªses individuales. El nacionalismo y el populismo son fen¨®menos de toda Europa, aunque difieran en nivel¡±, asegura Michael Zantovsky, bi¨®grafo del fallecido l¨ªder checo Vaclav Havel. ¡°La soluci¨®n debe emerger del respeto mutuo y el debate y no de la confrontaci¨®n¡±. As¨ª sea.
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