Almudena Grandes: divertida, llena de amigos, rigurosa, del Atleti y roja
La vida de la escritora, fallecida en Madrid, estuvo marcada por su compromiso pol¨ªtico
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Al margen de su relaci¨®n con la literatura, la figura de Almudena Grandes, fallecida este s¨¢bado en Madrid a los 61 a?os, ha destacado siempre por su posici¨®n ideol¨®gica claramente de izquierdas. Y a¨²n m¨¢s. Siempre reivindic¨® a todos los que pusieron en pie la Segunda Rep¨²blica espa?ola y vieron c¨®mo esta desaparec¨ªa tras un cruento golpe de Estado seguido de una guerra, para ella interminable y a la que dedic¨® muchos a?os de su vida a investigar.
De ah¨ª que no es casual que Almudena hubiera afirmado desde hace a?os que ella quer¨ªa ser enterrada en el Cementerio Civil de Madrid, junto a los suyos. Un cementerio creado a mediados del siglo XIX para albergar a librepensadores, ateos, sindicalistas, heterodoxos, protestantes, masones, suicidas y jud¨ªos. Es como si Almudena, tan rica en amigos en vida, quisiera estar rodeada de amigos tambi¨¦n en la muerte. Junto a los presidentes de la Primera Rep¨²blica, Estanislao Figueras, Francisco Pi y Margall y Nicol¨¢s Salmer¨®n. Junto a Pablo Iglesias y otros l¨ªderes pol¨ªticos de la izquierda como Juli¨¢n Besteiro, Francisco Largo Caballero, Dolores Ib¨¢rruri, Marcelino Camacho, y otros muchos con los que hubiera trabado una buena amistad, como Francisco Garc¨ªa Lorca, Blas de Otero, Juli¨¢n Grimau, Rosario la Dinamitera y Eduardo Benot, entre otros.
Son muchas y continuas las batallas en las que Grandes se involucr¨® en su vida, antes y despu¨¦s de ser una reconocida escritora. Su compromiso fue cada vez m¨¢s s¨®lido, m¨¢s claro, m¨¢s contundente. Ella misma afirm¨® en m¨¢s de una ocasi¨®n que, aunque tuviera inclinaciones desde la adolescencia, lo que le hizo ser verdaderamente de izquierdas fue leer. Algo que tambi¨¦n la form¨® en diferentes e importantes cuestiones vitales. La lectura le apasion¨® desde muy ni?a, cuando su abuelo le regal¨® un libro realmente especial, la Odisea, para gran disgusto de ella, que esperaba y deseaba un juguete. Sin embargo, aquel libro le termin¨® abriendo la puerta que le permiti¨® acceder a un para¨ªso interminable de mundos, que la fueron acompa?ando hasta d¨ªas antes de su muerte. Nunca dej¨® de ser una lectora, casi compulsiva, de obras de muy diferentes estilos, tendencias y escuelas. De todos dec¨ªa aprender. De los malos tambi¨¦n. Y el acto de leer no solo la convirti¨® en una mujer de izquierdas, sino tambi¨¦n en alguien que vivi¨® acorde con lo que eso significa.
Nunca dej¨® de ser una lectora, casi compulsiva, de obras de muy diferentes estilos, tendencias y escuelas. De todos dec¨ªa aprender. De los malos tambi¨¦n
En m¨¢s de una ocasi¨®n vot¨® a Izquierda Unida y el apoyo a¨²n fue mayor cuando su marido, el poeta Luis Garc¨ªa Montero, encabez¨® la lista de esa formaci¨®n para la Comunidad de Madrid. En las elecciones de 2015 se limit¨® a no desvelar a qui¨¦n votar¨ªa, ya que asegur¨® que ning¨²n partido la representaba ideol¨®gicamente.
Su compromiso ideol¨®gico y vital fue el que la empuj¨® a que casi toda su obra girara en torno al franquismo y la herencia que este hab¨ªa dejado, analizando tanto a la parte perdedora como a la golpista. ¡°El franquismo fue una dictadura protot¨ªpica debido a su certera aplicaci¨®n progresiva del terror; se sembraba toda esa represi¨®n desde el Gobierno para que nadie se moviera ni quisiera cambiar las cosas¡±, lleg¨® a decir.
Casi obsesionada por el silencio que ha rodeado los 40 a?os de dictadura, para poder escribir desde el rigor de esa ¨¦poca y de sus consecuencias en generaciones posteriores, Grandes sac¨® a la historiadora que llevaba dentro y realiz¨® una profunda y rigurosa labor de investigaci¨®n. De ah¨ª que todas sus novelas sobre este periodo est¨¦n trufadas de hechos y personajes reales con otros emanados de su imaginaci¨®n, pero que encajaban a la perfecci¨®n.
Algo similar le pasaba con la Segunda Rep¨²blica, cuyo recorrido conoc¨ªa hasta en los m¨¢s peque?os detalles. Admir¨® a personajes fundamentales de aquel periodo, como Juan Negr¨ªn. Hecho que fue utilizado por los hijos de Almudena, que se presentaron un d¨ªa en casa con un gato abandonado de la calle y para doblegar la voluntad de Almudena, reacia a tener mascotas en casa, solo tuvieron que decirle que el gato se llamaba Negr¨ªn. Y Negr¨ªn vivi¨® con ellos, tanto en Madrid como en Rota, hasta que falleci¨® hace unos meses.
Por esas casas han desfilado algunos de los mejores escritores contempor¨¢neos, pero tambi¨¦n gente an¨®nima, que quer¨ªan y quieren a ese binomio fant¨¢stico que formaban Luis y Almudena. Y para recibir a tantos amigos, Almudena se met¨ªa en la cocina con su delantal rojo y preparaba croquetas, tortillas, ensaladilla rusa y otros manjares cocinados con virtuosismo, incluidos los platos preferidos de Luis y de alg¨²n que otro amigo como el Vitello tonnato que tantas veces preparaba para Eduardo Mendicutti. Amiga incondicional de los suyos, pose¨ªa un car¨¢cter en el que aunaba ser divertida hasta la hilaridad, rigurosa en extremo, del Atleti y sobre todo una roja, ¡°muy roja¡±, que no dudaba en denominarse as¨ª.
Y para recibir a tantos amigos, Almudena se met¨ªa en la cocina con su delantal rojo y preparaba croquetas, tortillas, ensaladilla rusa y otros manjares cocinados con virtuosismo
Junto a su prol¨ªfica actividad literaria, a su af¨¢n por cultivar y cuidar a los amigos, la actividad social de Almudena era casi tan incansable como la de su marido. Acud¨ªa a muchas mesas redondas, especialmente de car¨¢cter pol¨ªtico, conferencias, charlas, encuentros con lectores y muchos m¨ªtines y manifestaciones a los que prestaba su voz. Se implic¨® con el Teatro Espa?ol de Madrid moderando los encuentros con el p¨²blico cada vez que se produc¨ªa un nuevo estreno. Las artes esc¨¦nicas fueron otras de sus pasiones. De hecho, sus dos ¨²ltimas intervenciones p¨²blicas fueron en julio en el Festival de Teatro Cl¨¢sico de Almagro y en agosto en Rota, c¨®mo no, en un acto al aire libre bajo el nombre de Reencuentro con las Letras.
Los afectos de Almudena eran muchos y muy diseminados, pero curiosamente la mayor¨ªa emanaban de un centro tel¨²rico en torno a la ciudad gaditana de Rota, a la que estaba ligada hac¨ªa muchos a?os. Tantos como la relaci¨®n con su marido, Luis Garc¨ªa Montero, ya que, al principio de consolidarse como pareja, ambos decidieron ir a descansar a Rota porque a Almudena le gustaba la playa y a Luis, no. Fue el poeta quien le dijo que conoc¨ªa un pueblo donde viv¨ªa un gran amigo de ¨¦l (Felipe Ben¨ªtez Reyes) y adem¨¢s ten¨ªa bell¨ªsimas playas. Seguramente Rota cumpl¨ªa las expectativas de ambos y all¨ª se fueron y muy pronto tuvieron su segunda residencia. All¨ª estaba el punto de encuentro de su propia familia, formada por tres hijos que terminaron creciendo en los veranos rote?os. Los dos mayores, Mauro e Irene, fueron aportaci¨®n de cada miembro de la pareja en su relaci¨®n anterior. Elisa, la peque?a, es la ¨²nica hija de Almudena y Luis.
Hijos que al crecer a veces se dispersaban en los largos inviernos madrile?os, pero siempre recalaban en Rota, donde el destino, trufado de deseo, hab¨ªa llevado a sus m¨¢s ¨ªntimos. Se sumaron a Ben¨ªtez Reyes el escritor Eduardo Mendicutti, con casa y ra¨ªces a pocos kil¨®metros de Rota y con quien Grandes compart¨ªa muchas complicidades. La periodista y editora ?ngeles Aguilera y su marido Bienve Mart¨ªnez, con quienes los largos a?os compartidos afianzaron su s¨®lida amistad. El poeta y escritor Benjam¨ªn Prado y Mar¨ªa, tan cerca de su vida desde muy joven, al igual que el cantante Joaqu¨ªn Sabina y su inseparable Jimena Coronado, que tuvieron claro d¨®nde y con qui¨¦n quer¨ªan estar a la hora de hacerse con su casa de veraneo.
Junto a ellos, otros inseparables de la pareja como Conchita y Chus Visor, este tantas veces editor de Luis Garc¨ªa Montero, pero sobre todo amigo incondicional e incuestionable de la pareja. A todos ellos hay que unir a los fijos discontinuos que Almudena y Luis atra¨ªan, como el poeta ?ngel Gonz¨¢lez, quien siempre veraneaba en su casa hasta que falleci¨®; los cantantes Miguel R¨ªos y Javier Ruibal, los periodistas Jes¨²s Mara?a y Juanjo T¨¦llez, los amigos de Granada con Cristino y el pintor Juan Vida a la cabeza y muchos otros que hoy se sentir¨¢n hu¨¦rfanos.
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