¡®El amor en su lugar¡¯: homenaje al teatro en el gueto de Varsovia

El gueto de Varsovia durante la Segunda Guerra Mundial ha sido escenario de infinidad de novelas y pel¨ªculas de todos los estilos y ¨¦pocas, pero las vertientes dram¨¢ticas y humanas de la tragedia resultan tan inabarcables que siempre parece haber lugar para un relato m¨¢s, con ¨¢ngulos, tonos y personajes que parezcan nuevos. Rodrigo Cort¨¦s lo logra con la bonita El amor en su lugar, melodrama de emociones cl¨¢sicas y puesta en escena contempor¨¢nea, que recupera una historia no demasiado conocida: la pervivencia del teatro en medio del aislamiento, de un cierto soplo de aire en medio del infierno, de unas risas entre las muecas. El encierro de los jud¨ªos no evit¨® que cada noche una compa?¨ªa representara una comedia musical que ayudara a expurgar, al menos durante un par de horas, las penurias, la sangre, la desolaci¨®n y la muerte de unos seres humanos al borde de la aniquilaci¨®n durante la ocupaci¨®n alemana, en el invierno de 1942.

Un brillante plano secuencia abre la pel¨ªcula, filmada en ingl¨¦s, y empieza a mostrar sus virtudes: una c¨¢mara agil¨ªsima que va y viene, que recorre calles, oscuridad y miedo entre la barbarie nazi; una sensaci¨®n de agobio constante, de falta de aire, de martirio en vida, de hambre, fr¨ªo y recelo, de que el fin de los d¨ªas acecha en cualquier esquina; un notabil¨ªsimo dise?o de producci¨®n, candidato en la categor¨ªa en los pr¨®ximos premios Goya; y una impecable factura t¨¦cnica y art¨ªstica. Los primeros minutos parecen de superproducci¨®n americana, pero son casi los ¨²nicos en el exterior. El resto del relato est¨¢ ambientado en el teatro donde se escenifica una obra del dramaturgo y compositor polaco Jerzy Durandot, representada realmente en el teatro Femina de Varsovia en aquellos d¨ªas, de la que sobrevivieron las letras, y que Cort¨¦s ha recuperado para acompa?arlas de una m¨²sica original creada especialmente para la pel¨ªcula por V¨ªctor Reyes.

La obra teatral se fusiona con otros dos aditamentos: el tri¨¢ngulo amoroso de dos chicos y una chica, protagonistas de la pieza teatral; y el plan de fuga trazado por uno de ellos para escapar del encierro. As¨ª, con un ritmo endiablado que pocas veces desfallece, las entradas y salidas del escenario, los problemas entre bambalinas, las carreras por la supervivencia y el romance se entremezclan con un apasionado amor al teatro, en la l¨ªnea de lo que supusieron, en tonos muy distintos, ?Qu¨¦ ruina de funci¨®n!, de Peter Bogdanovich, y ciertos pasajes de Noche de estreno, de John Cassavetes.

No son los ¨²nicos aspectos en los que destaca El amor en su lugar, escrita por el autor de Buried (Enterrado) junto con el novelista alem¨¢n David Safier. Tambi¨¦n, la frescura de los int¨¦rpretes ¡ªdesconocidos en Espa?a, quiz¨¢ salvo el veterano Henry Goodman¡ª, que deben cambiar continuamente de registro, y en apenas un segundo, desde la pantomima del escenario a la tragedia de sus existencias, y la perfecta sonorizaci¨®n del ambiente en la platea, con las risas, las palmas y los gritos, sin que se pierdan los di¨¢logos. Mientras, de fondo, el subtexto que lo mueve todo: ?qu¨¦ significa exactamente querer a una persona? ?C¨®mo se demuestra el amor en tiempos de exterminio y humillaci¨®n? La respuesta es imposible, pero quiz¨¢ se trate, m¨¢s que de ofrecer amor, de otorgar vida.