La fuerza vital de una nonagenaria acusada de brujer¨ªa en la Kenia actual

Como en tantos otros pa¨ªses africanos, la divisi¨®n de roles de g¨¦nero en muchas partes de Kenia reserva la pasiva posici¨®n de mando a los hombres y el trabajo f¨ªsico, tanto en el campo como en el hogar familiar, a las mujeres. En el documental The Letter de Maia Lekow y Christopher King, que DocsBarcelona proyecta este martes en la Cineteca de Madrid y a lo largo del mes de marzo en salas de toda Espa?a, el joven Karisa Kamango viaja desde Mombasa a sus or¨ªgenes rurales. Ha descubierto que su abuela, la nonagenaria Margaret, est¨¢ en peligro: se le acusa de brujer¨ªa.

Gracias a sus encuentros, el espectador descubre que su t¨ªo, azuzado por una combinaci¨®n de superstici¨®n e intereses econ¨®micos, es el instigador de esa acusaci¨®n. Por otro lado, sus t¨ªas intentan proteger a la abuela. La anciana, que es due?a de un codiciado terreno, vive con miedo a ser asesinada en su propia casa, al tiempo que da muestras de una gran fuerza de voluntad. El relato es principalmente una historia de amor intergeneracional entre un nieto y su abuela. ¡°Y tambi¨¦n uno de fuerza femenina en el centro de un patriarcado¡±, destaca Maia Lekow por tel¨¦fono sobre la cinta, que tambi¨¦n puede verse a trav¨¦s del servicio de alquiler de la plataforma digital Filmin. ¡°Era un asunto delicado, un conflicto familiar basado en la superstici¨®n y tambi¨¦n en aspectos universales, como las rencillas del pasado. Pero la humildad, el carisma y el respeto con el que Karisa trat¨® a sus familiares logr¨® que todos ellos nos explicaran en sus propias casas lo que estaba ocurriendo¡±, recuerda King.

Por muy extra?o que pueda parecer ante la mirada del mundo desarrollado, es com¨²n en el pa¨ªs encontrar a ancianos apartados socialmente por un agravio que resulta tan medieval como profundamente occidental. The Letter evidencia c¨®mo los valores de las comunidades rurales se han visto afectados por la enorme influencia del colonialismo y de la religi¨®n. Tan habitual es la persecuci¨®n de mayores por cuestiones relacionadas con la brujer¨ªa que existen varios refugios keniatas para aquellos que se han quedado abandonados y repudiados a tan avanzada edad. En su investigaci¨®n junto al d¨²o de directores, el protagonista de la cinta visita uno de ellos. En muchos de los casos, el objetivo de estas calumnias es el de quedarse con las tierras de los supuestos brujos.

¡°Cuando mostramos a Margaret im¨¢genes de esos ancianos nos dijo que ella no pod¨ªa aparecer en la misma pel¨ªcula que ellos, porque ellos estaban de verdad endemoniados. Eso nos dej¨® muy sorprendidos y nos demostr¨® el lavado de cerebro que la religi¨®n ha hecho a pa¨ªses como Kenia, en los que [naciones europeas] les han hecho creer que muchas de sus costumbres son sat¨¢nicas y deben ser evitadas¡±, comentan los cineastas, que registraron todo lo que ocurr¨ªa con tan solo una peque?a c¨¢mara y un micr¨®fono. El relato se salpica con elementos muy poco sobrenaturales, como la avaricia propia del capitalismo. ¡°De la mano de la fe, el colonialismo tambi¨¦n import¨® el concepto de liberalismo econ¨®mico. En las ¨²ltimas d¨¦cadas, la globalizaci¨®n ha terminado por inocularlo en esta parte del mundo¡±, comenta King.

Cambio de rumbo

El matrimonio formado por Lekow y King recorr¨ªan Kenia, de donde procede el padre de ella, en busca de un relato que ambos deseaban contar en su primer largometraje juntos. Ten¨ªan en mente la figura de Mekatilili Wa Menza, una hist¨®rica pionera que hace m¨¢s de 100 a?os lider¨® revueltas contra los brit¨¢nicos para defender los derechos de su naci¨®n. Por su esp¨ªritu combativo, los colonos comenzaron a definir a la hero¨ªna como bruja. Mientras conviv¨ªan y entrevistaban a gente de la costa del pa¨ªs para recapitular lo ocurrido, los directores entendieron que ese argumento hab¨ªa calado en el pa¨ªs y segu¨ªa vigente desde entonces. Comenzaron a escuchar testimonios sobre ancianos asesinados por ser vistos como una amenaza para su comunidad. Al menos 10 de ellos siguen muriendo cada mes por estas acusaciones. Cuando Karisa, que colaboraba en el documental en labores de traducci¨®n, les cont¨® la situaci¨®n personal que viv¨ªa su abuela, la pareja decidi¨® cambiar el foco de su pel¨ªcula. La trayectoria vital de Margaret y el carisma de su nieto result¨® una combinaci¨®n ganadora. ¡°La historia de Mekatilili ten¨ªa mucho trasfondo social, pero nos faltaba el gancho que nos permitiera humanizar el relato. Encontrarnos con Margaret y Karisa nos permiti¨® hablar de los mismos asuntos desde una perspectiva mucho m¨¢s cercana¡±, comenta Lekow.

Para completar la financiaci¨®n de un proyecto como The Letter, recibieron apoyo de grandes instituciones cinematogr¨¢ficas, como el Instituto Sundance y el Festival de Cine documental de ?msterdam (IDFA). ¡°Apenas se hace cine en ?frica oriental y eso ayud¨® a que nuestra propuesta despertara el inter¨¦s de estas organizaciones. Pero suponemos que fue determinante el tratar dos asuntos como el feminismo y el trato que damos a nuestros mayores, que en estos momentos trascienden cualquier barrera cultural¡±, apunta Lekow.