Vermeer, ¡®La joven de la perla¡¯ y otras 34 obras que cambiaron la historia del arte
El Rijksmuseum de ?msterdam espera reunir en 2023 la mayor¨ªa de las pinturas del artista de Delft en la primera muestra de su historia dedicada al pintor del Siglo de Oro holand¨¦s
En el Siglo de Oro holand¨¦s de la pintura, la especializaci¨®n de los pintores por g¨¦neros convirti¨® las escenas dom¨¦sticas en uno de los temas m¨¢s reclamados por una burgues¨ªa con gran poder adquisitivo. La demanda de cuadros que reflejasen la intimidad de sus due?os no rebaj¨® su calidad, y lienzos y tablas se llenaron de interiores que mezclaban el recogimiento con tareas tan cotidianas como ordenar ropa limpia. En ese momento de ebullici¨®n art¨ªstica, el pintor Johannes Vermeer (Delft, 1632-1675), tal vez el...
En el Siglo de Oro holand¨¦s de la pintura, la especializaci¨®n de los pintores por g¨¦neros convirti¨® las escenas dom¨¦sticas en uno de los temas m¨¢s reclamados por una burgues¨ªa con gran poder adquisitivo. La demanda de cuadros que reflejasen la intimidad de sus due?os no rebaj¨® su calidad, y lienzos y tablas se llenaron de interiores que mezclaban el recogimiento con tareas tan cotidianas como ordenar ropa limpia. En ese momento de ebullici¨®n art¨ªstica, el pintor Johannes Vermeer (Delft, 1632-1675), tal vez el menos prol¨ªfico de sus colegas, consigui¨® retratar las bondades del hogar, de la seducci¨®n y el amor, con realismo y un punto enigm¨¢tico. A pesar de ser una de las firmas m¨¢s famosas de su ¨¦poca, cay¨® casi en el olvido a su muerte y solo se conocen hoy unas 35 obras suyas, seg¨²n el Rijksmuseum, de ?msterdam. En el competitivo mundo de las grandes exposiciones, la sala prepara la mayor retrospectiva dedicada en su historia al artista, con ayuda de la galer¨ªa Mauritshuis, de La Haya. Pa¨ªses Bajos conserva apenas siete obras de Vermeer, y la muestra espera reunir ¡°por primera y ¨²ltima vez¡±, todos los cuadros repartidos por el mundo que est¨¦n en condiciones de ser trasladados.
Nacido, criado y enterrado en Delft, hacia los 22 a?os Vermeer empez¨® a pintar temas b¨ªblicos y mitol¨®gicos, tambi¨¦n muy en boga en la ¨¦poca. Eran piezas que requer¨ªan un conocimiento hist¨®rico previo, y para algunos clientes eran superiores a los bodegones o a las im¨¢genes cotidianas. Sin embargo, ¨¦l prefer¨ªa la intimidad hogare?a y a los 24 a?os se estren¨® en este campo. La mayor¨ªa de sus modelos son mujeres pintadas con realismo, y si bien est¨¢n entre cuatro paredes, tienen personalidad propia. Tambi¨¦n un punto misterioso sin el artificio de las alegor¨ªas. Cuando plasma exteriores, como en La callejuela o La vista de Delft, los trata con la misma armon¨ªa que parec¨ªa buscar a lo largo de su obra. La envergadura de la retrospectiva, que precisar¨¢ de la colaboraci¨®n de pinacotecas dentro y fuera de Europa, llev¨® al Rijksmuseum a anunciar ya el pasado diciembre que la abrir¨¢ en 2023. Entre las piezas que se presentar¨¢n hay t¨ªtulos conservados en el pa¨ªs, como La joven de la perla y La lechera, y otros que llegar¨¢n del extranjero, como El ge¨®grafo y Muchacha leyendo una carta frente a una ventana abierta. Momentos ¨ªntimos ba?ados en virtuosos juegos de luces para una suerte de a?o Vermeer encapsulado en ?msterdam.
¡°Es uno de nuestros pintores m¨¢s famosos junto con Rembrandt, Van Gogh y Mondrian, y podremos acercarlo a una nueva generaci¨®n de visitantes e investigadores¡±, ha dicho Taco Dibbits, director del Rijksmuseum. El ¨²ltimo gran encuentro con Vermeer en Pa¨ªses Bajos tuvo lugar en 1996 en la galer¨ªa Mauritshuis, con 22 obras. Fue el m¨¢s visitado de su historia. En la actualidad, La joven de la perla y La vista de Delft cuelgan una frente a otra en su sala principal. Un esfuerzo de estas caracter¨ªsticas quedar¨ªa hu¨¦rfano sin el rostro de esta chica, an¨®nimo y mil veces reproducido, y que Martine Gosselink, directora de la galer¨ªa Mauritshuis, califica de ¡°la holandesa m¨¢s famosa del mundo¡±. La vista de Delft y Diana y sus ninfas, los otros cuadros de la colecci¨®n permanente de la pinacoteca, ser¨¢n llevados tambi¨¦n en 2023 al Rijksmuseum. Este ¨²ltimo cuenta con cuatro piezas propias: La lechera, La callejuela, Mujer leyendo una carta y La carta de amor, ejecutadas entre 1650 y 1670.
Delft, ciudad natal del artista, era muy pr¨®spera en el siglo XVII pero qued¨® destruida en parte debido a la explosi¨®n de un polvor¨ªn municipal en 1654. De mayor¨ªa calvinista entonces, el catolicismo era tolerado, y el pintor se convirti¨® para casarse con Catharina Bolnes, una joven cat¨®lica. Tuvieron al menos 11 hijos, y ¨¦l complement¨® sus ingresos como marchante de arte y tasador, aunque a su muerte dej¨® muchas deudas. Los cerca de 35 cuadros que se conservan son pocos comparados con contempor¨¢neos como Rembrandt, cuyo cat¨¢logo oficial consta de 340. Ello se debe a su temprana muerte, a los 43 a?os, y tal vez tambi¨¦n a su manera de trabajar. Meticuloso y pausado, utilizaba adem¨¢s pigmentos muy caros, de ah¨ª el reducido tama?o de muchas de sus creaciones. Le gustaba en particular el ultramar natural. Extra¨ªdo del lapisl¨¢zuli finamente molido, una piedra semipreciosa obtenida en Afganist¨¢n, otros artistas solo lo usaban para conseguir un efecto azul brillante en algunas zonas del cuadro. En su caso, destaca en el delantal de La lechera y hay trazos en telas, porcelana y hasta baldosas de m¨¢rmol. Y las perlas, claro. Muy populares en su ¨¦poca, aparecen en 18 de sus obras, seg¨²n la galer¨ªa Mauritshuis, aunque la m¨¢s recordada sea la de su joven y desconocida modelo. Como Rembrandt, la luz domina las composiciones de Vermeer, pero donde el primero juega con el claroscuro, el otro prefiere ma?anas luminosas y ventanales abiertos.
En el siglo XVII, segu¨ªa su curso la Guerra de los 80 a?os, 1568-1648, la revuelta liderada por Guillermo de Orange contra Felipe II de Espa?a, quien propici¨® el nacimiento de Pa¨ªses Bajos y B¨¦lgica. Aunque Vermeer ten¨ªa solo 16 a?os cuando todo acab¨®, no reflej¨® el eco de esa ¨¦poca, sino los secretos de una vida urbana. Los documentos de la pinacoteca de La Haya mencionan el debate sobre si el artista se apoy¨® en la c¨¢mara oscura ¡ªprecursora de la c¨¢mara fotogr¨¢fica¡ª para pintar con tanta precisi¨®n. ¡°Suger¨ªa el reflejo de la luz a base de innumerables puntos de pintura, una t¨¦cnica que lleva a preguntarse si lo hizo as¨ª. ?Pero la habr¨ªa necesitado un artista capaz de reproducir tan bien perspectivas y luz?¡±, es su respuesta.
En 2023 se abrir¨¢ a su vez en el Museo Prinsenhof, en Delft, una muestra sobre el contexto hist¨®rico y cultural en el que estuvo inmerso el pintor. En su caso, podr¨¢n verse obras de sus vecinos contempor¨¢neos, adem¨¢s de la famosa porcelana y alfombras. Esto ¨²ltimo puede parecer raro, pero en la tradici¨®n holandesa, que ha llegado hasta hoy en algunos lugares, hab¨ªa tapices sobre las mesas. Algunos de sus cuadros los reproducen con gran detalle, como La lecci¨®n de m¨²sica ¡ªllamada asimismo Gentilhombre y dama tocando el virginal (un tipo de clavec¨ªn)¡ª, donde llega hasta el suelo. Sus tonos rojos y elaborados motivos contrastan con una jarra blanca puesta encima. Pertenece a la Royal Collection y est¨¢ en el Palacio de Buckingham (Londres). En El ge¨®grafo, el estudioso apoya sus mapas sobre otra cubierta estampada. Cuelga en el St?del Museum, de Fr¨¢ncfort (Alemania).
Entre las obras que se espera ver por primera vez en Pa¨ªses Bajos destaca Muchacha leyendo una carta (Gem?ldegalerie Alte Meister, Dresde, Alemania). Una vez restaurada, se present¨® en agosto pasado con el Cupido de grandes dimensiones que inclu¨ªa en origen en la pared retratada. Gracias a los rayos X, los historiadores del arte saben desde 1979 que el dios romano del amor en forma de ni?o desnudo estaba ah¨ª, y se crey¨® que el propio Vermeer lo hab¨ªa tapado. En 2017, la informaci¨®n recogida en Alemania con ayuda de m¨¦todos m¨¢s avanzados demostr¨® que no fue as¨ª: se hab¨ªa pintado encima d¨¦cadas despu¨¦s de su muerte. Debido a ello, se decidi¨® devolver la obra a su estado original, una labor supervisada al microscopio para evitar da?os. Para los expertos, la presencia de Cupido en la composici¨®n refuerza el car¨¢cter rom¨¢ntico de la misiva. En la mesa, la fruta de una fuente se desliza sobre un tejido de tapicer¨ªa.