Paco Plaza: ¡°Hay una especie de dictadura de juventud y belleza¡±
El director de cine estrena ¡®La abuela¡¯, una pel¨ªcula de terror en la que el demonio es la vejez
El director de cine Paco Plaza (Valencia, 48 a?os), creador, junto a Jaume Balaguer¨®, de la exitosa saga [Rec], estrena La abuela tras varios retrasos por el coronavirus. El confinamiento par¨® el rodaje, y Vera Valdez, una de las dos protagonistas, de 85 a?os y con un enfisema pulmonar, le dijo: ¡°Me mantendr¨¦ viva¡±. La pandemia alter¨® el filme y Plaza cree que tambi¨¦n la lectura que el espectador haga de la pel¨ªcula, la primera de la que se siente ¡°plenamente orgulloso¡±.
Pregunta. ?Recuerda la primera sensaci¨®n que le produjo el cine?
Respuesta. La primera vez que fui al cine fue con el cole a ver El libro de la selva y como a cualquier ni?o, me fascin¨® la pantalla grande. La primera vez que el cine me interes¨® de otra forma fue el instituto. Nos llevaron a ver El acorazado Potemkin y nos dieron una charla. Qu¨¦ importantes son los profesores a una determinada edad. Ah¨ª entend¨ª que las pel¨ªculas no exist¨ªan, hab¨ªa que hacerlas, tomar decisiones y dependiendo de qu¨¦ persona las tomara, la pel¨ªcula era de una manera o de otra. Pens¨¦: ¡®Quiero ser de los que las hacen¡¯, compr¨¦ un abono en la filmoteca y se produjo ese clic, el camino de pasar de espectador que disfruta a no volver nunca a disfrutar del cine porque no puedo abstraerme, dejar de intentar descubrir c¨®mo est¨¢n hechas las cosas. Es una especie de condena. Le dedico mi vida a esto, pero siento nostalgia de la capacidad de ver de una forma inocente las pel¨ªculas.
P. A los magos les debe pasar algo parecido al ver a otros colegas.
R. Claro. El cine no deja de ser una forma de magia, de ilusionismo. Si el espectador estuviera viendo una peli pensando que son actores haciendo un texto, no se emocionar¨ªa, pero de alguna forma apaga un interruptor en su cabeza y sucede.
El cine de terror es el mejor cronista de la ¨¦poca
P. ?Por qu¨¦ eligi¨® contar historias a trav¨¦s del terror?
R. Cuando haces una historia circunscribi¨¦ndote a los l¨ªmites de la l¨®gica del mundo real, el terreno de juego est¨¢ acotado. Cuando entra la fantas¨ªa derribas ese muro y te expandes: pasas de jugar en un campo de futbito al Camp Nou. La capacidad evocadora, metaf¨®rica del terror no la tiene ning¨²n otro g¨¦nero. Apela a nuestros miedos y puedes hablar de las cosas sin ser panfletario o literal. Hay pel¨ªculas estupendas que te emocionan por lo que cuentan, pero igual que si lo leyeras en un libro, si te lo explicara un testigo o si lo vieras en un documental. En el terror puedes esconder dentro de la trama mensajes de gran profundidad. Creo que el cine de terror siempre ha sido el mejor cronista de la ¨¦poca en la que se circunscribe cada obra.
P. ?Por ejemplo?
R. El exorcista, por ejemplo, es una pel¨ªcula que habla de una madre que se siente culpable por no atender a su hija porque est¨¢ ocupada trabajando. La manera en que Friedkin, adaptando la novela de William Peter Blatty, cuenta eso es explicar que a esa ni?a la posee el demonio. Lo bonito del terror es que apela al inconsciente del espectador y volvemos a los magos: con la mano izquierda hago algo para que no veas lo que hago con la derecha. Explicas historias contando otras, hay algo muy bonito en ese trampantojo.
P. ?La profesi¨®n es condescendiente con el g¨¦nero? ?Da miedo dar premios no t¨¦cnicos a pel¨ªculas de terror?
R. Se mira muy por encima del hombro al terror y a la comedia. No s¨¦ si tiene que ver con cierto elitismo de desprecio a lo popular. ?Por qu¨¦ la interpretaci¨®n de un actor o actriz que hace una comedia s¨²per taquillera no merece muchos premios? Es como si se considerara que lo que es muy popular no es digno de ser admirado. Hay pel¨ªculas maravillosas de comedia o de terror y hay cierta condescendencia por ser g¨¦neros m¨¢s populares, como pas¨® con la copla en la m¨²sica. Tiene que pasar el tiempo. Las nuevas generaciones tienen menos prejuicios y esa actitud desconfiada hacia lo popular ya no es tan acusada como hace 15 o 20 a?os.
Llegamos a extremos absurdos de negaci¨®n de la realidad, hombres de 50 se visten como C.Tangana
P. ?Empez¨® a pensar en La Abuela en Quien a hierro mata, rodada en un geri¨¢trico?
R. Eso influy¨® much¨ªsimo. Creo que todas las pelis son autobiogr¨¢ficas, responden a un momento vital, a unas inquietudes. Al v¨¦rtigo de ver que las personas que han sido tu gu¨ªa empiezan a dejar de serlo. Una t¨ªa m¨ªa ten¨ªa alzh¨¦imer; hab¨ªa sido una mujer con mucha iniciativa y recuerdo ir a visitarla un d¨ªa y tener la sensaci¨®n de que la persona que hab¨ªa conocido se desvanec¨ªa. La miraba a los ojos y ella no me reconoc¨ªa, pero yo a ella tampoco. Recuerdo el dolor y la confusi¨®n que produce eso: tener a alguien delante que ha dejado de ser quien t¨² cre¨ªas. Le dije a Enrique L¨®pez Lavigne, el productor, que me gustar¨ªa hacer una pel¨ªcula en la que el demonio es la vejez. Hemos llegado a eso, a satanizar el paso del tiempo, lo cual es parad¨®jico porque cumplir a?os es el signo m¨¢ximo de vitalidad, y sin embargo no se pone en valor, casi es un pecado. Si bajara un marciano y viera nuestras series y nuestros anuncios pensar¨ªa que todo el mundo es joven y guapo, pero Espa?a es un pa¨ªs muy envejecido, como toda Europa. Y eso se oculta. Se mira hacia otro lado y llegamos a extremos absurdos de negaci¨®n de la realidad con hombres de 50 que se visten como C. Tangana.
P. Las actrices de Las chicas de oro interpretaban tener en la serie las mismas edades que las protagonistas de la secuela de Sexo en Nueva York. ?Qu¨¦ ha pasado entre Betty White y Sarah Jessica Parker?
R. Hay una aspiraci¨®n a una juventud perpetua. Frances McDormand se hincha a currar porque es como la ¨²nica estrella de Hollywood que aparenta la edad que tiene. Las actrices de su generaci¨®n viven con un filtro de Instagram en la cara. Es muy dif¨ªcil ver arrugas, cuerpos un poco fl¨¢cidos¡ por eso a m¨ª me gustaba en la peli mostrar tan crudamente el cuerpo desnudo de una mujer mayor. En La abuela hasta el fot¨®grafo le dice a Almu [la actriz Almudena Amor] que con 24 a?os es una vieja y ella me cont¨® que cuando trabajaba en Par¨ªs y Mil¨¢n le dec¨ªan que estaba gorda. Hay una especie de dictadura de juventud y belleza. Nos hacemos m¨¢s interesantes cuantos m¨¢s a?os tenemos, pero el foco del discurso hegem¨®nico est¨¢ puesto en gente que a lo mejor est¨¢ a medio hacer o que no tiene mucho que decir y despreciamos el tesoro de la experiencia. De alguna forma siento que la peli es una reivindicaci¨®n, una venganza de los ancianos contra una sociedad que les margina y les ignora.
P. ?Por qu¨¦ es revolucionario que una actriz no se ti?a las canas?
R. Porque pocas lo hacen. El primer gran susto de la pel¨ªcula es que ella se encuentra una cana, una cana como una secuencia de terror. Se ha impuesto la idea de ocultar el paso del tiempo. Es un tab¨². Hay una especie de pudor cultural a hablar de la muerte y de la vejez. Me parece infantil pensar que si no se habla de eso no existe. El hecho indefectible es que nuestro cuerpo degenera y envejecer tiene cosas buenas y malas.
P. El confinamiento total les pill¨® en pleno rodaje. ?C¨®mo afect¨® la pandemia a la pel¨ªcula?
R. Nos pill¨® en mitad de la peli con la incertidumbre de no saber si se iba a poder terminar y con una protagonista de 85 a?os con un enfisema pulmonar. Ella me dijo: ¡®Me mantendr¨¦ viva¡¯ y era escalofriante saber que no era una frase hecha, que estaba hablando de una posibilidad. Las pelis se alimentan mucho de las circunstancias que rodean al rodaje. Y en este caso es muy distinta de c¨®mo habr¨ªa sido si no hubiera ocurrido todo lo que ocurri¨®. La lectura del espectador tambi¨¦n ser¨¢ diferente. La figura de un anciano o una residencia no es lo mismo ahora que hace tres a?os porque todos tenemos una herencia adquirida a fuerza de ver im¨¢genes tremendamente dram¨¢ticas.
P. ?C¨®mo eligi¨® a Vera Valdez, la protagonista junto a Almudena Amor?
R. Arantza V¨¦lez, mi directora de casting, me ense?¨® un v¨ªdeo de un grupo brasile?o en el que sal¨ªa ella bailando desnuda con unos velos. Me qued¨¦ hipnotizado. Iba a ser una actriz espa?ola, pero me qued¨¦ fascinado cuando la vi. Luego investigu¨¦ su vida y descubr¨ª a esa mujer que es como un animal mitol¨®gico, un centauro. En su mirada yo ve¨ªa a la ni?a, a la adolescente, a la mujer y a la se?ora mayor. Todas estaban ah¨ª dentro. Cumplir a?os no es evolucionar, sino acumular capas. Nunca dejas de ser el ni?o, ni el adolescente, todo va sedimentando y es como los anillos del tronco de un ¨¢rbol, pero en el n¨²cleo nunca dejas de ser quien eres. Eres t¨², tus padres, tus abuelos... Por eso me gustaba jugar con la idea de la mu?eca rusa, porque habla de una mujer que tiene a muchas mujeres dentro.
P. Suele apostar por actrices poco conocidas como Almudena Amor, Sandra Escacena... ?Por qu¨¦?
R. Cuando ves El irland¨¦s de Scorsese, el hecho de que los actores sean Robert de Niro y Joe Pesci, que has visto en otros personajes similares, aporta mucho a la pel¨ªcula. Creo, sin embargo, que en el caso del cine de terror es muy gratificante descubrir al personaje antes que al actor, o a la vez. El terror requiere de una empat¨ªa con los personajes que ayuda mucho no haberlos visto antes para pasar miedo. Hay much¨ªsimos ejemplos de actores muy conocidos que lo hacen, pero me gusta sentir que la relaci¨®n del espectador es con el personaje y no con el actor.
P. Estren¨® La abuela en el festival de San Sebasti¨¢n, que por primera vez reparti¨® premios de interpretaci¨®n sin distinci¨®n de g¨¦nero. ?Le parece necesario? ?Perjudica a la promoci¨®n de m¨¢s pel¨ªculas?
R. Es un tema un poco farragoso. Entiendo y respeto la decisi¨®n del festival, como gesto es loable, pero resta posibilidades de promoci¨®n a m¨¢s pel¨ªculas porque es eliminar un premio del palmar¨¦s.
P. ?Cu¨¢nto caso le hace a las cr¨ªticas?
R. Mucho. De una buena cr¨ªtica negativa, razonada, puedes aprender much¨ªsimo. He tenido cr¨ªticas malas en las que estaba de acuerdo con el cr¨ªtico en lo que propon¨ªa de revisi¨®n de la pel¨ªcula. Cuando es un gusto personal la cr¨ªtica es menos interesante. A m¨ª hay pel¨ªculas maravillosas que no me gustan y pelis muy malas que me encantan.
P. ?Y cu¨¢nto caso le hace a la taquilla? ?El p¨²blico siempre tiene la raz¨®n?
R. Hay pel¨ªculas que tienen una vocaci¨®n muy popular y otras que van m¨¢s dirigidas a un cierto tipo de p¨²blico. Con La abuela yo aspiro a que los amantes del cine de terror la vean y la disfruten. En t¨¦rminos de taquilla creo que estamos todos un poco desconcertados porque ahora hay mucho consumo dom¨¦stico y no s¨¦ muy bien cu¨¢les son las reglas.
P. Suele poner a Corea del Sur como ejemplo de la compatibilidad entre el cine de autor, de g¨¦nero y la popularidad. ?Qu¨¦ tienen los coreanos que nosotros no?
R. A veces nos comparamos con Francia, pero deber¨ªamos hacerlo con Corea del Sur, un pa¨ªs que sale de una dictadura, con una poblaci¨®n similar a la nuestra, y que iba incluso por detr¨¢s de nosotros a nivel de alfabetizaci¨®n: en los a?os setenta ten¨ªa los mismos niveles de Afganist¨¢n. El Gobierno de Corea decidi¨® hacer una apuesta muy potente por las artes y la cultura como forma de venderse al mundo. Y funcion¨®. Ha sido una herramienta de promoci¨®n brutal para ellos: El juego del calamar, Par¨¢sitos, que gan¨® no s¨¦ cu¨¢ntos Oscar¡ All¨ª hay una apuesta del cine como bandera de una cultura y de un pa¨ªs hacia el exterior y es algo que yo s¨ª echo de menos en Espa?a. Invirtieron mucho en la escuela de cine de Se¨²l y han conseguido una cuota de pantalla muy superior a la francesa, en torno al 50 o 60%, contando historias que interesan a sus ciudadanos y utilizando sobre todo el cine de g¨¦nero, el thriller, el terror¡ como grandes eventos culturales. El que gan¨® el Oscar con Par¨¢sitos ven¨ªa de hacer Memorias de un asesino, The Host, que es una pel¨ªcula de monstruos... Hay un acercamiento desprejuiciado al g¨¦nero popular muy envidiable. Nosotros hemos tenido una tradici¨®n de seriedad o cierta propensi¨®n al drama que no ha ayudado. Pero tambi¨¦n son cosas que cambian y a veces somos un poco nosotros mismos los acomplejados. En la ¨¦poca de [Rec], cuando Jaume [Balaguer¨®] y yo viaj¨¢bamos por todo el mundo con la pel¨ªcula nos sorprend¨ªa la atenci¨®n que hab¨ªa hacia el cine espa?ol. Igual nos falta un poquito de autoestima.
Babelia
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