In¨¦s Mart¨ªn Rodrigo: ¡°Cuando estamos rotos amamos de una forma peligrosa¡±
La periodista, ganadora del ¨²ltimo premio Nadal por ¡®Las formas del querer¡¯, reflexiona sobre sus motores creativos, el tratamiento de la salud mental en la ficci¨®n y c¨®mo superar el s¨ªndrome de la impostora
Aunque ya lleva dos libros a cuestas ¡ªAzules son las horas (2016) y Una habitaci¨®n compartida (2020)¡ª In¨¦s Mart¨ªn Rodrigo (Madrid, 39 a?os) ha necesitado ganar el premio Nadal por Las formas del querer (Destino) para cambiar el ¡°escritora a ratos¡± de su biograf¨ªa de Instagram por ¡°escritora¡±. El 2 de febrero se publica su nueva novela, el¨¦ctrica y honesta, con la que la periodista cultural de ABC cierra heridas de su pasado y se sacude definitivamente el s¨ªndrome de la impostora.
Pregunta. ?C¨®mo es pasar de hacer la cr¨®nica sobre un premio a recibirlo?
Respuesta. El d¨ªa de la entrega me vi en el Palace de Barcelona como Julia Roberts en Pretty Woman y pens¨¦ ?rock and roll! Llevamos dos a?os tremendos. Yo por el camino he tenido varias p¨¦rdidas, entre ellas mi primera editora. Creo que si no lo viviera de esa manera estar¨ªa cometiendo un error.
P. ?Hemos aprendido algo?
R. La pandemia es un presente continuo y necesitamos m¨¢s carpe diem. Aunque yo tengo esa filosof¨ªa muy incorporada. Perd¨ª a mi madre cuando ten¨ªa 14 a?os y la muerte forma parte de mi conversaci¨®n desde siempre, y esto me conecta m¨¢s a la vida. La ausencia es una manera de estar presente muy dolorosa y cuando la experimentas desde tan joven eso te define de una forma muy cruda.
P. En su novela la historia se cuenta tambi¨¦n a trav¨¦s de las muertes. ?Es autoficci¨®n?
R. No. Esta novela es el final de un viaje que comenz¨® hace 25 a?os con la muerte de mi madre. Y hubiera sido distinta si no la hubiese escrito en pandemia, quiz¨¢ ni me hubiera atrevido a escribir en primera persona. Me ha apropiado de la voz de la protagonista para reconciliarme con muchas partes de m¨ª. Ella y yo no somos la misma persona, pero compartimos muchos padecimientos y una dolencia.
P. La anorexia aparece reflejada con una verdad que es muy dif¨ªcil encontrar en la ficci¨®n.
R. Escribir sobre esta enfermedad fue un desahogo, pero tambi¨¦n dur¨ªsimo, mi pareja quer¨ªa tirarme el ordenador por la ventana durante el proceso. La anorexia fue una vivencia traum¨¢tica: estuve a punto de quedarme por el camino literalmente. Pero la abord¨¦ porque creo que es un debate muy importante que tenemos pendiente como sociedad.
P. Usted recuerda, y parece incre¨ªble que haya que hacerlo en 2022, que no es una enfermedad de ni?as que quieren estar tan delgadas como modelos.
R. No somos conscientes de que cualquiera puede padecer una enfermedad de ese tipo, porque el origen de muchos casos es una depresi¨®n y todos estamos expuestos a padecer una.
P. ?Ha conseguido firmar las paces consigo misma despu¨¦s de este libro?
R. Siempre he sido mi peor enemiga. Tanto que me sabote¨¦ hasta casi la muerte. Pero ahora me permito cometer errores de vez en cuando, cosa que hasta ahora no hac¨ªa, y a partir de esta novela, creo que un poquito m¨¢s. Es curioso porque yo pens¨¦ que la puerta de esta enfermedad estaba cerrada, pero cuando me puse a escribir me di cuenta de que la herida no estaba curada.
P. ?Igual que la cicatriz que su protagonista tiene en el ri?¨®n, que como no la ve es como si no existiese?
R. Bueno, aqu¨ª est¨¢ [se levanta la sudadera de Mickey Mouse]
P. As¨ª que no es metaf¨®rica sino literal
R. S¨ª, existe. La utilic¨¦ porque me gusta jugar con la simbolog¨ªa de las cicatrices que no vemos.
P. El intento de suicidio que aparece en la novela es tambi¨¦n un desahogo u otra forma de luchar contra el tab¨² de las enfermedades mentales.
R. Es m¨¢s una fabulaci¨®n de hasta d¨®nde podr¨ªa haber llegado, pero no lo hice. Podr¨ªa haber sido Noray [la protagonista] intentando no acabar con su vida sino con su dolor. El suicidio sigue siendo tab¨² cuando constituye una de las principales causas de muerte. ?Por qu¨¦ la ficci¨®n, que es una de las herramientas que m¨¢s nos sirven para enfrentarnos a la vida, no lo trata?
P. La historia de amor tambi¨¦n es afilada
R. Cuando estamos tan rotos por dentro amamos de una forma peligrosa. No solo para nosotros, sino tambi¨¦n para quienes queremos.
P. ?Es el trauma el motor creativo m¨¢s potente?
R. Si soy escritora es por ese dolor que me ha obligado a explorar partes de m¨ª a las que solo llegaba a trav¨¦s de la creaci¨®n. De hecho, con la escritura de esta novela he descubierto cosas de m¨ª que no sab¨ªa.
P. ?Como cu¨¢les?
R. Que soy bastante m¨¢s fr¨¢gil de lo que de lo que cre¨ªa. Me he visto muy expuesta. Me he dado cuenta de que no estoy curada al 100%.
P. En su novela, que abarca de la Guerra Civil hasta nuestros d¨ªas, no hay tanto machismo como paternalismo.
R. Hay veces que me molesta m¨¢s el paternalismo que el machismo, siendo el primero una consecuencia del segundo. Pero es que las mujeres que trabajamos en determinados ¨¢mbitos profesionales todav¨ªa tenemos que recibir la palmadita en la espalda de los hombres a modo de reconocimiento. Incluso hay mujeres que se sienten m¨¢s orgullosas cuando les felicitan ellos. Es como si su validaci¨®n pesase m¨¢s. Sucede m¨¢s en el ¨¢mbito intelectual, cultural y de las letras. Nos va a costar bastante m¨¢s quit¨¢rnoslo de encima que el machismo.
P. En la novela hay mucho de costumbrismo tambi¨¦n.
R. Hay un homenaje muy importante a mis or¨ªgenes. Yo me cri¨¦ en un pueblo de Extremadura y tengo unos recuerdos maravillosos de mi infancia, que he intentado trasladar sin ning¨²n af¨¢n de reivindicar la vuelta a lo rural.
P. ?Es creativamente ¨²til la nostalgia?
R. No me gusta como herramienta, sino como sentimiento. Si en un momento dado se siente nostalgia, hay que dejarse llevar sin que se apodere de uno.
P. Empez¨® estudiando medicina y luego se cambi¨® a periodismo ?Cu¨¢ntas veces al d¨ªa se arrepiente?
R. Es una de las mejores y m¨¢s valientes decisiones que he tomado en mi vida. Me vi metida en medicina por una equivocaci¨®n total que ten¨ªa mucho que ver con mi trauma. Pero me di cuenta de lo que quer¨ªa era escribir y el camino m¨¢s corto para conseguirlo era el periodismo. Probablemente desde entonces llevo deseando hacer esta novela.
P. En Una habitaci¨®n compartida recopila sus entrevistas con algunas de las autoras contempor¨¢neas m¨¢s importantes ?Qu¨¦ aprendi¨® de ellas?
R. Me ayudaron a quitarme el s¨ªndrome de la impostora. El periodismo y la literatura no son pareja, pero s¨ª hermanos porque trabajan con las palabras. No comparten lecho, pero s¨ª techo. Ahora digo con todas las letras que soy escritora.
P. Asegura usted que es muy TOC ?Cu¨¢l es su ritual para escribir?
R. En los ¨²ltimos meses me he estado levantando a las 6 de la ma?ana todos los d¨ªas, fines de semana y las vacaciones, porque la escritura para m¨ª es ante todo disciplina, si no, no podr¨ªa compaginarla con el periodismo. Hasta una hora determinada soy la In¨¦s escritora y a partir de otra, la In¨¦s periodista. La ducha es lo que separa la ficci¨®n de la realidad.
P. Ya ha vuelto a la redacci¨®n ?C¨®mo vive lo de tener un Nadal y hacer trabajos de currito?
R. No hay ninguna diferencia. Tengo el ego a raya. Pero unas de las cosas m¨¢s bonitas que me ha tra¨ªdo este premio es la alegr¨ªa compartida. Mis iguales, por decirlo de alguna manera, se han sentido muy identificados. Es como un reconocimiento com¨²n de que finalmente el trabajo bien hecho es valorado.
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