La utop¨ªa de catalogar todo el arte espa?ol
La Junta de Museos de Barcelona inventari¨® desde 1913 los bienes culturales del pa¨ªs para seleccionar 5.000 obras para la Exposici¨®n Internacional de 1929. Las 106.000 fichas de este repertorio est¨¢n en el MNAC y pronto en internet
La idea de reunir el conocimiento y el arte producido por una comunidad social determinada est¨¢ en la base de bibliotecas y museos, algunos tan m¨ªticos como la Biblioteca de Alejandr¨ªa, una de las grandes heroicidades culturales de la humanidad. En ¨¦pocas m¨¢s recientes es dif¨ªcil encontrar un trabajo m¨¢s ambicioso y ut¨®pico como la idea de catalogar todo el arte espa?ol, una obra ingente que comenz¨® en 1913 y llev¨® a fot¨®grafos e historiadores del arte a recorrer el pa¨ªs en busca del patrimonio hasta ese momento desconocido con el objetivo de seleccionar las obras que participar¨ªan en la Exposici¨®n Internacional de Barcelona de 1929. Una gigantesca labor de planificaci¨®n que acab¨® reuniendo m¨¢s de 106.000 fichas con im¨¢genes de edificios, pinturas y esculturas, pero tambi¨¦n escenas de la vida rural y del folclore espa?ol, que fueron la base de la muestra que finalmente se present¨® en 1929: El arte en Espa?a, que reuni¨® en el Palau Nacional de Barcelona 5.000 bienes culturales de museos, colecciones particulares, bibliotecas, archivos y de instituciones religiosas desde la Hispania romana al periodo de Isabel II.
Todas aquellas fichas, conocidas como el Repertorio Iconogr¨¢fico del Arte Espa?ol, se conservan en el archivo del Museo Nacional de Arte de Catalu?a (MNAC), cuya sede se ubica precisamente en el antiguo Palau Nacional. El fondo constituye una herramienta fundamental para los investigadores que buscan saber c¨®mo eran y d¨®nde estaban obras desaparecidas o desplazadas, como las pinturas rom¨¢nicas de la iglesia de San Baudelio de Berlanga (Soria) que se arrancaron y vendieron en 1922 y acabaron en Estados Unidos, Madrid y Barcelona. Pero ahora, tras un a?o de trabajos de digitalizaci¨®n, cualquier persona podr¨¢ acceder a ellas en internet.
Todo comenz¨® en 1913 cuando los organizadores de la Exposici¨®n de Industrias El¨¦ctricas de Barcelona, prevista para 1917, propusieron a la Junta de Museos de Barcelona una muestra de arte espa?ol con todos sus periodos y tipolog¨ªas; algo que requer¨ªa un gran estudio previo que no exist¨ªa. La Junta acept¨® el encargo, nombr¨® responsables a los arquitectos Jeroni Martorell y Josep Puig i Cadafalch y aport¨® 5.000 im¨¢genes, la mayor¨ªa monumentos de Catalu?a, dando origen al inventario.
Martorell dirigi¨® una operaci¨®n gigantesca con campa?as para buscar obras provincia a provincia. Cont¨® con historiadores del arte como Joan Cabr¨¦ Aguil¨®, Pere Bosch i Gimpera, Pierre Paris, Leopoldo Torres Balb¨¢s, Manuel G¨®mez Moreno, El¨ªas Tormo, Joaquim Folch i Torres y Alberto del Castillo. Y fot¨®grafos como Mariano Moreno, Rafael de Salas, Jes¨²s Unturbe, Josep Maria Sagarra, Gonz¨¢lez Rom¨¢n y, sobre todo, Adolf Mas, que lleg¨® a registrar, con ayuda de su hijo Pelayo y otros fot¨®grafos que ellos contrataron, 50.000 im¨¢genes.
¡°Martorell y Puig i Cadafalch aprovecharon la necesidad de seleccionar el material para la exposici¨®n como la oportunidad para luchar contra el expolio del patrimonio espa?ol, que hab¨ªa comenzado a venderse a museos norteamericanos¡±, explica Pilar Cuerva, jefa de estudios e investigaci¨®n del MNAC, que junto con Dolors Planells, del archivo del museo, trabaja para dar visibilidad a este fondo.
La exposici¨®n de 1917 no se celebr¨®, pero los trabajos continuaron hasta reunir en 1929 unas 80.000 fichas con im¨¢genes. ¡°Tres a?os antes de inaugurar la Exposici¨®n Internacional, se dieron cuenta de que hab¨ªa zonas que se hab¨ªan conseguido documentar muy bien, pero otras, como Castilla, Andaluc¨ªa, Murcia y Extremadura, no. Y compraron 20.000 fotograf¨ªas y postales fotogr¨¢ficas de colecciones ya existentes¡±, explica la experta. Llegaron as¨ª a los 100.000 documentos gr¨¢ficos.
Pero los trabajos para crear este inventario no acabaron con la exposici¨®n que se inaugur¨® el 19 de mayo de 1929 ocupando todo el Palau Nacional. ¡°El Ayuntamiento de Barcelona decidi¨® fotografiar las piezas expuestas en la muestra y mand¨® a sus fot¨®grafos a hacerlo por las noches, con luz artificial, porque de d¨ªa era imposible por el ¨¦xito de p¨²blico, lo que sum¨® 14.000 negativos m¨¢s¡±, prosigue Cuerva.
De esta exposici¨®n no se hizo cat¨¢logo, solo una gu¨ªa en la que se cita y describe de forma somera todas las obras y su situaci¨®n en las salas del Palau Nacional. Las fotograf¨ªas de la exposici¨®n permiten verlas repletas de vitrinas. Tambi¨¦n las reproducciones de piezas que no se pudieron trasladar, como el P¨®rtico de la Gloria de la catedral de Santiago de Compostela, la cueva de Altamira, un santuario ¨ªbero en ausencia de piezas como la Dama de Elche, por entonces en el Louvre de Par¨ªs, y dioramas a tama?o natural que reproduc¨ªan episodios relevantes de la historia de Espa?a, como la llegada de Col¨®n a Am¨¦rica.
¡°En 1931 Folch i Torras propuso a la Junta de Museos crear un gran centro internacional de investigaci¨®n del arte hisp¨¢nico formado por el Repertorio, el material museogr¨¢fico, las reproducciones de esculturas, las maquetas de edificios y una biblioteca especializada de nueva creaci¨®n¡±, prosigue Cuerva. Pero la idea no prosper¨® y este fondo se integr¨® en la Biblioteca de los Museos de Arte de Barcelona. La Guerra Civil enterr¨® el proyecto, tras acabar sus impulsores represaliados o en el exilio. Despu¨¦s del conflicto, se continu¨® catalogando nuevas obras hasta que se puso final a estos trabajos en 1950 con la cifra de 106.844 documentos.
Toda esta documentaci¨®n se conserva en 1.300 cajas azules que ocupan siete m¨®dulos del compacto del archivo del MNAC. ¡°Es el conjunto m¨¢s grande de todos los que se conservan¡±, apunta Planells. Se mantiene la clasificaci¨®n original a partir de periodos art¨ªsticos y dentro de cada uno, por materias, adem¨¢s de una segunda categor¨ªa de localidades ordenadas alfab¨¦ticamente, adem¨¢s de las im¨¢genes realizadas a las obras durante la exposici¨®n. ¡°Una b¨²squeda muy compleja que la digitaci¨®n de las im¨¢genes y su indizaci¨®n simplificar¨¢¡±, aseguran las expertas. El volcado a internet se producir¨¢ en diferentes etapas. ¡°Antes del verano se podr¨¢n consultar ya las im¨¢genes de Barcelona, que son bastantes. El resto, poco a poco¡±, remacha Cuerva.
En el MNAC se conservan las copias fotogr¨¢ficas, pero no los negativos, que est¨¢n repartidos en varios centros de Barcelona, como el Instituto Amatller de Arte Hisp¨¢nico, donde est¨¢ el trabajo de Adolf Mas; el Museo Arqueol¨®gico de Catalu?a, adonde en 1935 se trasladaron 1.700 placas de vidrio del patrimonio arqueol¨®gico, y el Archivo Hist¨®rico de Barcelona, que alberga los negativos de las obras que se expusieron en 1929. En mayo, explica Cuerva, se celebrar¨¢ ¡°una jornada espec¨ªfica sobre el Repertorio con la voluntad de reconstruirlo invitando a todas las instituciones que tienen fondos, adem¨¢s de consensuar una mirada desde la modernidad de este Repertorio de gran valor para el patrimonio art¨ªstico espa?ol¡±.
Unas im¨¢genes muy viajeras
1915. Las fotograf¨ªas y las fichas realizadas se depositan en la sede del Instituto de Estudios Catalanes, ubicado en el Palau de la Generalitat.
1931. El fondo ingresa en la Biblioteca de los Museos de Barcelona en el parque de la Ciutadella. A finales de a?o una parte se traslada al Palau Nacional.
1933. La biblioteca se traslada al Pueblo Espa?ol (conjunto de construcciones erigidas para la Exposici¨®n Internacional), a un edificio habilitado por la Junta de Museos.
1936. El Repertorio viaja en diciembre Olot junto con las obras de los museos de Barcelona para protegerlo durante la Guerra Civil, dando a entender la importancia que se le daba.
1939. Tras la guerra, regresa al Pueblo Espa?ol.
1945. Se instala la biblioteca y el Repertorio en el Palau de la Ciutadella.
1970. Regresa, despu¨¦s 39 a?os, al Palau Nacional.
1997. El fondo ingresa en el Archivo del MNAC y se emprenden los trabajos de catalogaci¨®n, trasladando las fichas a nuevas cajas y colocando 57.000 hojas de papel barrera no ¨¢cido para proteger las fotograf¨ªas.
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