Luc¨ªa Lijtmaer: ¡°A los machistas les jode que seamos libres y felices¡±
La escritora, y coautora del premiado ¡®podcast¡¯ feminista ¡®Deforme semanal¡¯ junto a Isa Calder¨®n, presenta ¡®Cauterio¡¯, su primera novela, en la que dos mujeres de distintas ¨¦pocas se rebelan contra la trampa del amor como objetivo de vida
Quedamos en la sede de la cadena SER, en el caos de la Gran V¨ªa de Madrid, aprovechando que a ambas nos pilla de paso en nuestro ca¨®tico d¨ªa. Llega, malet¨®n en ristre, porque de aqu¨ª sale directa a coger el AVE a Barcelona, la ciudad donde creci¨® desde que lleg¨® de beb¨¦ con sus padres, emigrantes argentinos, y de la que huye, devastada tras una ruptura, una de las protagonistas de su novela. Apremiado por las prisas y aprovechando la luz del atardecer en la terraza, el fot¨®grafo la acribilla a fotos y, al final, le muestra una en la que la encuentra ¡°m¨¢s dulce¡± que en otras y la se?ala como su favorita. Ella asiente, educad¨ªsima. Es luego, a solas las dos, cuando, matiza: ¡°Igual no quiero parecer dulce. O no siempre¡±.
En v¨ªsperas del 8-M, ?qu¨¦ les dir¨ªa a quienes dicen que, con Ucrania ardiendo, no hace falta salir a manifestarse por el feminismo, cuando el mundo puede irse al carajo?
Que es urgente hablar de lo que nos pasa a las mujeres. Que parece que siempre, constantemente, hay algo m¨¢s urgente y m¨¢s importante. Y que nuestros derechos son importantes, important¨ªsimos.
?Cu¨¢l es el secreto del ¨¦xito de Deforme semanal, su laureado podcast y espect¨¢culo junto a Isa Calder¨®n?
Que es una fiesta. Una conversaci¨®n sincera entre dos se?oras ¨ªntimas amigas que disfrutan hablando de cultura y de vida. Y que ah¨ª hay, tambi¨¦n, como una especie de reparaci¨®n despu¨¦s de tanto tiempo de que hablen solo ellos. De decir: ahora hablamos nosotras de lo que nos gusta y lo que nos molesta. La gente lo nota y lo disfruta.
?No dicen algunos/as que la mujer es una loba para la mujer?
Decir que todas somos enemigas entre nosotras es tan falso como decir que todas debemos ser amigas. Nosotras debemos ser libres, y ya est¨¢.
Decir que todas somos enemigas entre nosotras es tan falso como decir que todas debemos ser amigas. Nosotras debemos ser libres, y ya est¨¢
?Cu¨¢l fue su ca¨ªda del caballo para abrazar el feminismo?
Nadie nace feminista ni machista, pero s¨ª nacemos en una sociedad que es la que es y que a cada uno nos afecta de forma distinta. Igual que yo tengo que revisar si con ciertas actitudes fui complaciente con el sexismo, los hombres de mi generaci¨®n est¨¢n viendo que igual han estado en una situaci¨®n de privilegio. En mi casa son muy progresistas y, al no tener hermanos varones, yo no vi diferencias de trato. Fue fuera, en el colegio, en el trabajo, y, sobre todo, en las relaciones sentimentales, cuando me di ese golpe de realidad y me vi como feminista.
?Tuvo parejas machistas?
Es algo m¨¢s all¨¢ de eso. Me di cuenta de que hay todo un relato en el arte, la literatura, pero tambi¨¦n en nosotras mismas, de que el amor es lo m¨¢s importante para las mujeres. El amor funciona como una trampa: atrapa a las mujeres, y, cuando hay un rev¨¦s amoroso, tienes una sensaci¨®n de fracaso personal, y hablo en primera persona porque yo tampoco estoy libre de ese sentimiento.
?El de sentirse como vaca sin cencerro, que dir¨ªa Pedro Almod¨®var?
Exacto. Una de las protagonistas de mi novela va como una zombi por la ciudad cuando la dejan. Eso es lo que me interesaba explorar narrativamente. Ver qu¨¦ nos pasa m¨¢s all¨¢ del amor. Por qu¨¦ sentimos que es lo m¨¢s importante, algo vital, y qu¨¦ pasa cuando eso se rompe. Que hay m¨¢s relaciones m¨¢s all¨¢ del amor: amigas, compa?eros, trabajo, vida... Mis protagonistas se curan y se vengan de todo eso.
Est¨¢ muy bien ser la feminista aguafiestas. No pasa nada. No hay que forzar la alegr¨ªa
?A los hombres no les pasa?
Creo que de forma distinta. Para los hombres el amor es importante, pero el estar en pareja, o enamorado, no es lo que define su vida ni su masculinidad. No digo que no se sientan solos ni busquen el amor. Pero el que una mujer, sobre todo a partir de cierta edad, se quede soltera, conlleva, todav¨ªa, esa sensaci¨®n de fracaso.
?Por eso algunas, incluso las muy feministas, aguantan lo inaguantable?, ?por no separarse?
A veces las alarmas, cuando tienen que ver con las relaciones sentimentales, est¨¢n en sordina y, socialmente, las ignoramos todos. Seguro que tienes amigas con una relaci¨®n que no es buena y no necesariamente lo sabe nadie. A¨²n as¨ª yo no quer¨ªa hacer ensayo pol¨ªtico ni autoficci¨®n. Mi novela es una narraci¨®n y todo eso forma parte de la intimidad de la literatura.
?Por qu¨¦ cree que molesta tanto a algunos el viejo eslogan feminista ¡°sola y borracha quiero llegar a casa¡±?
F¨ªjate que creo que es por lo de ¡°borracha¡±, asociado no tanto al alcohol, que aqu¨ª es simb¨®lico, sino a la fiesta, al goce, a la alegr¨ªa, al placer. Hay una escritora argentina, Luciana Peker, que habla del feminismo del goce. Ella dice que el placer de las mujeres es lo que m¨¢s jode a los machistas. Creo que, aparte de otras cosas, a los machistas les jode nuestro goce, que seamos libres y felices.
?Y qu¨¦ hay de las Femen, esas activistas feministas con cara de eternamente enojadas?
Sus razones tienen. Nosotras, Isa y yo, tambi¨¦n estamos cabreadas. Est¨¢ muy bien ser la feminista aguafiestas. No pasa nada. No hay que forzar la alegr¨ªa. Lo que pasa es que nosotras nos re¨ªmos mucho. Y la combinaci¨®n de eso es lo que recomiendo y lo que, en mi humilde opini¨®n, funciona en nuestro programa. Quiz¨¢ habr¨ªa que dejar de dar tantas explicaciones. A ellos no se las piden.
Este a?o hay dos manifestaciones por el 8-M. A favor y en contra de la ley ¡®trans¡¯. ?Esa divisi¨®n entre feministas no apuntala a los machistas?
Es un s¨ªntoma de divisi¨®n, cierto. Pero ya no estamos en 2017, la conversaci¨®n ha cambiado, ha avanzado, hay pluralidad de opiniones y, algunas, enfrentadas.
Pese a que me subo a un escenario, pese a que hago un podcast, pese a que escribo libros y los presento en p¨²blico, siempre vivo en un constante miedo a la exposici¨®n p¨²blica
?Las mujeres ¡®trans¡¯ son mujeres?
S¨ª.
?Qu¨¦ es ser mujer?
Ser mujer es algo aprendido, una construcci¨®n social, y es muy diversa. Pero d¨¦jame pensarlo... En realidad, no s¨¦ qu¨¦ es ser mujer. Y tampoco me preocupo por definirlo. Las mujeres no somos un colectivo, estoy harta de eso. Somos la mitad de la poblaci¨®n, y yo salgo a la calle para denunciar la desigualdad de esa mitad y exigir la igualdad entre todos los seres humanos.
En su libro Ofendiditos trolea a los poderosos que se ofenden por las cr¨ªticas. Ahora que se estrena como novelista, ?teme a la cr¨ªtica literaria?
S¨ª. Yo es que le temo a todo, pero esa es una cuesti¨®n personal. Pese a que me subo a un escenario, pese a que hago un podcast, pese a que escribo libros y los presento en p¨²blico, siempre vivo en un constante miedo a la exposici¨®n p¨²blica, que puede llegar a ser muy bestia, sobre todo con las mujeres, cuando se supera la l¨ªnea roja de la crueldad. Vivo aterrada, pero supongo que eso es ya carne de div¨¢n.
Su madre es argentina y psicoanalista. ?No le hace precio?
[Risas] Ella no podr¨ªa psicoanalizar a su hija. Eso no puede ser.
DOBLE ONDAS
"Deletreando 'ele, i, jota, te, eme, a, e, erre' desde finales de los 70". Así se presenta, en su cuenta de Twitter Lucía Lijtmaer (Argentina, 45 años), autoparodiando la dificultad de pronunciación por estos lares de su apellido, de origen polaco. Criada en Barcelona, adonde emigraron sus padres por razones políticas cuando ella era bebé, Lijtmaer, hija única, voló pronto del nido y comprobó que, fuera de su casa, la trataban distinto por ser mujer. Periodista, animadora cultural y escritora, escribió Ofendiditos, un ensayo sobre las redes sociales, antes de embarcarse en "la fiesta" de Deforme semanal, ideal total, el show y podcast feminista con el que llena auditorios con su colega e íntima amiga Isa Calderón, y que ha sido galardonado con dos premios Ondas. Ahora, la seria del dúo presenta Cauterio, que alcanzó la segunda edición al día siguiente de ponerse a la venta.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.