Las bailarinas ucranias encuentran refugio en la Compa?¨ªa Nacional de Danza
Kateryna Chupina, Yelytzaveta Semenenko y Anastasiia Kovalevska son tres de las siete mujeres huidas de la guerra que la entidad espa?ola ha acogido a trav¨¦s de su programa ¡®Talento Emergente¡¯
En la sede de la Compa?¨ªa Nacional de Danza (CND), en Madrid, el instructor de ballet se dirige a sus alumnos en dos idiomas. Adem¨¢s del empleo del espa?ol, se vale del ingl¨¦s para dar paso a los ejercicios de los hombres con un ¡°boys¡± y hace lo mismo con las mujeres soltando un ¡°ladies¡±. Solo as¨ª pueden entender lo b¨¢sico de las instrucciones las ucranias Kateryna Chupina, Yelytzaveta Semenenko y Anastasiia Kovalevska, que junto a otras cuatro compatriotas han sido integradas en los ensayos de la CND a trav¨¦s del programa Talento Emergente. Acogi¨¦ndose a esta iniciativa, las j¨®venes pueden seguir cultivando su talento y desarroll¨¢ndose como bailarinas profesionales a pesar de que la invasi¨®n rusa de Ucrania haya truncado sus carreras en el ballet de la ?pera Nacional de Kiev.
Chupina, Semenenko y Kovalevska se incorporaron al programa desde el 9 de marzo. Los reconocidos bailarines Anastasiia y Denis Matvienko las pusieron en contacto con Joaqu¨ªn de Luz, director de la CND, para que pudieran continuar con su actividad art¨ªstica fuera de su pa¨ªs. Pero antes, todas ellas vivieron su particular odisea para escapar de un territorio en guerra, una experiencia que Kovalevska en particular sufre al recordar. ¡°Mi pueblo, Makariv, fue ocupado por los rusos. Me pas¨¦ una semana en el interior de un s¨®tano y luego entraron unos soldados con armas y me echaron¡±, cuenta la bailarina. Ella abandon¨® Ucrania por Polonia en coche junto a su madre, su t¨ªa y su hermano peque?o. Llegaron hasta Italia, donde se qued¨® su progenitora.
Una larga traves¨ªa en coche tambi¨¦n fue la v¨ªa de escape de Semenenko, que junto a su hermana tard¨® ¡°tres o cuatro d¨ªas¡± en alcanzar la frontera oeste de Ucrania a trav¨¦s de ¡°carreteras destrozadas y bosques¡±. Chupina, en cambio, se march¨® de Kiev en un ¡°tren de refugiados¡±, en el que asegura que estuvo cerca de doce horas sin poder sentarse por la cantidad de gente que hab¨ªa. Las tres bailarinas coinciden en que han sido recibidas con mucho cari?o en Espa?a, pero no se olvidan de la invasi¨®n que est¨¢ asolando la tierra que han dejado atr¨¢s. ¡°Vivimos entre dos realidades: la de un pa¨ªs en paz y la de otro en guerra. Pienso mucho en nuestros soldados¡±, resume Chupina.
Atr¨¢s tambi¨¦n quedaron sus compa?eros masculinos de la ?pera Nacional, que se sumaron a los esfuerzos del ej¨¦rcito ucranio por detener el avance ruso. Hasta 160 personas conformaban el equipo de bailarines de ballet, que cuando estall¨® la guerra se encontraban en el periodo de ensayos para la representaci¨®n de El lago de los cisnes y La bayadera. La ?pera Nacional de Ucrania, fundada en 1867, pas¨® ya por otras crisis, como el incendio que consumi¨® toda su sede en 1896. Por otro lado, en 1911, el primer ministro de la Rusia del zar Nicol¨¢s II, Piotr Stolypin, fue asesinado durante la representaci¨®n de una obra del compositor Nikolai Rimsky-Korsakov.
Las tres bailarinas ucranias se encuentran alojadas en un apartamento que puso a su disposici¨®n un amigo de Joaqu¨ªn de Luz. El director de la CND asegura que su entidad continuar¨¢ preocup¨¢ndose por el futuro de las j¨®venes, aunque advierte que su situaci¨®n de ahora con el programa Talento Emergente es temporal y que para soluciones a mayor largo plazo ¡°se tendr¨¢ que ver lo que se hace desde arriba, desde el Gobierno¡±. Mientras tanto, Chupina y Semenenko continuar¨¢n sus pr¨¢cticas de cara a las representaciones del ballet Giselle, que tendr¨¢ lugar los d¨ªas 18, 20 y 21 de mayo. Ellas dos, junto a Kovalevska, trabajan duro arrastrando una fatiga que va mucho m¨¢s all¨¢ de la que pueda generar cualquier ensayo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.