Dover: la luz y la oscuridad de lo nunca visto en el rock espa?ol
Ning¨²n radar les vio venir, destrozaron todas las reglas al triunfar cantando en ingl¨¦s y con dos hermanas al frente para luego generar un rechazo visceral. Se cumplen 25 a?os de su gran ¨¦xito, ¡®Devil Came to Me¡¯, con algunas heridas a¨²n abiertas
Jes¨²s Ant¨²nez, bater¨ªa de Dover durante los 23 a?os de vida del grupo, recuerda el momento m¨¢s bajo de la historia de la banda madrile?a. La ¨¦poca la tiene clara: la gira del disco de influencia africana I Ka Ken¨¦, en 2010. El m¨²sico bucea en sus recuerdos para encontrar el momento preciso: ¡°Fue un concierto organizado por una radio, en Galicia. Hab¨ªa cuatro gatos vi¨¦ndolo. Tocamos en la plaza del pueblo y el escenario era un cami¨®n. Compartimos escenario con Rebeca, la de Duro de pelar. Est¨¢bamos en el fango¡±. Lo contrapone a un recuerdo triunfal, a principios de los 2000, en un festival en Alemania: ¡°Eran dos escenarios separados por 60.000 personas, entregad¨ªsimas. Cuando acabamos de tocar, en el otro escenario empez¨® Muse. Esa era el nivel en el que est¨¢bamos. Pero luego¡¡±.
Dover naci¨® para hacer historia en el rock espa?ol. Nadie vio venir un caso como el suyo, ni la industria musical ni ellos mismos. Explot¨® en una discogr¨¢fica independiente, la madrile?a Subterfuge, con una infraestructura de batalla: un fax, tres personas y un gato. Y cantaban en ingl¨¦s. Todo al rev¨¦s. Pero lograron vender 800.000 ejemplares de un disco, Devil Came to Me (1997), que se code¨® con las dos superproducciones de la ¨¦poca: M¨¢s, de Alejandro Sanz, y Palabra de mujer, de M¨®nica Naranjo. Con unas canciones rabiosas y a la vez coreables y una actitud honesta lograron dotar de identidad a una generaci¨®n de j¨®venes confusos, necesitados de gritar sus angustias. Fueron los Nirvana espa?oles. Tanto calaron que cuando dieron un giro radical a su carrera y se alejaron del rock provocaron una ola de odio que los que lo vivieron no recuerdan un caso similar en la m¨²sica espa?ola. El cuarteto vuelve a la actualidad por el relanzamiento de Devil Came to Me en su 25? aniversario. Y lo hace de forma ins¨®lita, como lo fue su historia.
No ha sido posible reunir a los tres motores del grupo para charlar sobre su carrera. Las hermanas Llanos, Cristina (voz y guitarra, Madrid, 46 a?os) y Amparo (guitarra, Madrid, 56), no se hablan con el bater¨ªa, el otro miembro importante del grupo. No se relacionan desde poco despu¨¦s del ¨²ltimo concierto del grupo, en septiembre de 2015, en un festival en Getafe (Madrid). Cristina llor¨® entonces al entrar al camerino. La despedida fue triste. El p¨²blico no sab¨ªa que asist¨ªa al ¨²ltimo directo de la banda. No hubo gira de despedida ni rueda de prensa. ¡°No tenemos ninguna relaci¨®n con Jes¨²s. Cuesti¨®n de diferencias¡¡±, expone sin alterarse Amparo Llanos, que habla en plural, por boca tambi¨¦n de su hermana Cristina. Amparo est¨¢ sentada en las oficinas madrile?as de Subterfuge Records, la discogr¨¢fica donde estall¨® todo con Devil Came to Me. Al d¨ªa siguiente, Ant¨²nez (Madrid, 48 a?os) explica desde su casa madrile?a que al disolverse el grupo detect¨® ¡°algunas irregularidades¡± en los papeles de la sociedad de la banda (que forman las hermanas Llanos y ¨¦l) y que no descarta ninguna opci¨®n.
Cristina ha dejado que su hermana Amparo hable sola de Dover. La cantante decidi¨® hace unos a?os borrarse de la vida p¨²blica y no accede ni siquiera a responder por correo electr¨®nico. Tampoco participa en el documental sobre la banda, Die for Rock and Roll, que se estrenar¨¢ a lo largo de este a?o, dirigido por Miguel L. Garrido. Amparo justifica la ausencia: ¡°Termin¨® aburrida de todo. Bueno, aburrida no es la palabra. Pens¨® que ya hab¨ªa hecho lo que ten¨ªa que hacer con Dover. Y una vez que se baj¨® del escenario decidi¨® que no quer¨ªa volver a saber nada. No s¨¦ si en el futuro cambiar¨¢. Pero ser¨¢ en un futuro muy lejano, a lo ABBA¡±. Y a?ade: ¡°No es una cuesti¨®n de enfermedad, es una decisi¨®n que la tiene clar¨ªsima. No est¨¢ enferma. Bueno, est¨¢ tan enferma como yo¡¡±, apunta. La guitarrista cuenta que las dos padecen una alergia alimentaria. Amparo solo come un pu?ado de alimentos: arroz, pollo, patata, yuca y pavo. Ni verduras ni frutas ni l¨¢cteos. Ni alcohol ni caf¨¦. Desayuna con manzanilla. ¡°Ahora mismo, Cristina est¨¢ tan ricamente en su casa. Sigue siendo la persona a la que m¨¢s veo¡±, apunta Amparo. ?A qu¨¦ se dedica? ¡°Bueno, Cris es muy creativa, muy artista, y se dedica a muchas cosas, pero como parte de ese retiro no le gusta que se sepa. Lo que quiere ser es absolutamente privada¡±.
Dover vendi¨® de su primer disco, Sister (1995), 500 ejemplares. Una cantidad tan rid¨ªcula que cualquier otra banda lo hubiese dejado al instante. Pero ellos continuaron y ficharon por Subterfuge, que ya ten¨ªa en n¨®mina a Australian Blonde, grupo puntero del indie espa?ol. Habla el director del sello, Carlos Gal¨¢n: ¡°Dover demostr¨® que ten¨ªa una gran capacidad de trabajo. Ellos cre¨ªan por encima de todo que pod¨ªan trascender, y eso para una compa?¨ªa peque?a como nosotros era importante¡±. Y se public¨® Devil Came to Me, con bombazos como Loli Jackson, Serenade, Winter Song o la canci¨®n que da t¨ªtulo al ¨¢lbum. Era el disco que quer¨ªa escuchar la gente, ya fuera un preso (al grupo le llegaban muchas cartas de reclusos) o adolescentes de colegios privados. Result¨® fundamental la labor de Radio 3, con presentadores como Julio Ruiz y Chema Rey, que comenzaron a pinchar los temas sin tregua. Entre este apoyo, la inclusi¨®n de Devil Came to Me en un anuncio de la bebida Radical y el boca a boca comenz¨® a prender la mecha.
Diez d¨ªas despu¨¦s de la edici¨®n del ¨¢lbum hubo una actuaci¨®n que todos los protagonistas definen como ¡°clave¡± en la historia del grupo: su presencia en el festival madrile?o Festimad de 1997. ¡°La que se mont¨® no lo he vuelto a vivir. Era un grupo nuevo que acababa de sacar un disco. Con el primer acorde la gente comenz¨® a hacer una ola de cabezas, saltando. 5.000 personas brincando a las siete de la tarde. Chicos metidos en un lago que hab¨ªa por all¨ª y subidos a los ¨¢rboles. 45 minutos as¨ª. Yo estaba en un lateral del escenario y pens¨¦: ¡®Esto es muy fuerte¡±, cuenta Carlos Mari?o, que ese mismo d¨ªa se propuso como representante de la banda y lo consigui¨® para los siguientes 15 a?os. ¡°Dover es lo m¨¢s grande que me ha pasado en la m¨²sica. Si yo estoy aqu¨ª ahora es por ellos¡±, cuenta el hoy asentado representante de Kiko Veneno, Los Enemigos, Fangoria o Lori Meyers.
Subterfuge lleg¨® a despachar 25.000 discos diarios de Devil Came to Me, unas ventas impulsadas por unos directos cada vez m¨¢s potentes. Amparo llevaba tocando apenas dos a?os, pero su guitarra creaba un personal sonido que mezclaba decibelios, suciedad y melod¨ªa. El bater¨ªa (Jes¨²s Ant¨²nez) y el bajista (?lvaro D¨ªez despu¨¦s de la salida de ?lvaro G¨®mez) eran dos melenudos aporreando sus instrumentos, maltrat¨¢ndolos y sonando poderosos. Y Cristina era la pieza fundamental. Cantaba con el rostro enrojecido, el flequillo pegado a la frente por el sudor, la vena del cuello hinchada, la expresi¨®n de rabia y asco. Su voz transmit¨ªa angustia e ira. Ten¨ªa algo importante que expresar. Sus ojos miraban m¨¢s all¨¢ de la multitud, buscando su propio mundo, condensado en letras como la de Devil Came to Me: ¡°El diablo vino a m¨ª y dijo: s¨¦ lo que necesitas. / El diablo vino a m¨ª y dijo: me perteneces¡±. Un grupo sin equivalencias en Espa?a: dos chicas al frente, hermanas, cantando en ingl¨¦s y con las guitarras sonando a gran volumen. ¡°Todo el mundo nos dec¨ªa que era muy dif¨ªcil triunfar porque cant¨¢bamos en ingl¨¦s, toc¨¢bamos con las guitarras a todo trapo y Cristina pegaba alaridos. Est¨¢bamos mentalizadas para que fuera dif¨ªcil, pero Cris y yo ten¨ªamos una fe ciega en lo que hac¨ªamos. No ya sobre ad¨®nde ¨ªbamos a llegar, sino en la m¨²sica que est¨¢bamos grabando. Cre¨ªamos mucho en nosotras mismas como compositoras, cantantes y letristas. Una mezcla de no creerte el ombligo del mundo, pero a la vez considerar que lo que haces es lo m¨¢s grande¡±, cuenta Amparo.
El director del documental Die for Rock and Roll apunta la clave del ¨¦xito: ¡°Dieron con la misma tecla que los Beatles, pero evidentemente a otra escala: buenas canciones. Tan simple como eso. No hab¨ªa campa?as de marketing, no eran virtuosos y no ten¨ªan experiencia en otros grupos. Pero compusieron unas canciones tremendas¡±. Adem¨¢s de a Nirvana o Social Distortion, escuchaban a Hole, Come, L 7, una nueva ola de bandas grunge con componente feminista. ¡°Cris y yo ten¨ªamos un elemento subversivo muy grande. Est¨¢bamos trastocando el orden natural de las cosas: no hab¨ªa maromos delante. En las entrevistas nos preguntaron siempre: ¡®Y los chicos, ?no compon¨¦is?¡¯. Era como decir: o sea, es que no los dej¨¢is ?no?¡±, explica Amparo.
Comenzaron la gira de Devil Came to Me cobrando 200.000 pesetas (1.200 euros de hoy) y a los pocos meses ya les daban 4,5 millones. Fue un pelotazo salvaje en muy poco tiempo. ¡°El ¨²nico referente que ten¨ªa era H¨¦roes del Silencio. Me acuerdo de llamar a su manager y preguntarle: ¡®Qu¨¦ hago ahora, porque nosotros venimos del indie y no sabemos c¨®mo gestionar este bombazo¡¡±, explica Mari?o. Esa gira de 1997 result¨® la mejor de la historia del grupo. Casi al final de ella, Jes¨²s y Amparo romp¨ªan una relaci¨®n sentimental que hab¨ªa durado cuatro a?os, desde pr¨¢cticamente la fundaci¨®n del grupo.
Despu¨¦s de rondar el mill¨®n de ejemplares la peque?a infraestructura de Subterfuge se hizo inviable. Ten¨ªan ofertas de varias multinacionales y ficharon por la que m¨¢s dinero puso. Vivieron a capricho, grabando en Seattle y Los ?ngeles con uno de los productores de Nirvana, Barrett Jones. Un d¨ªa llegaron a su local de ensayo madrile?o y se encontraron con una pintada en la puerta: ¡°Vendidos, que cant¨¢is en ingl¨¦s para llevaros el dinero del mundo entero¡±. Amparo: ¡°Nos hizo mucha gracia y dejamos ah¨ª la pintada. Es parte del trato de tener ¨¦xito¡±. Las cr¨ªticas se extendieron entre parte de los periodistas especializados. ¡°La misma prensa que nos alababa nos empez¨® a machacar meses despu¨¦s. Este pa¨ªs es as¨ª, mira lo que pasa ahora con C. Tangana y Rosal¨ªa. Era una ¨¦poca en que los periodistas y los m¨²sicos se juntaban a tomar copas por Malasa?a [barrio de Madrid]. Pero Dover no sal¨ªa por la noche. Eso creo que influy¨® para el trato que se les dio¡±, explica Mari?o. Amparo: ¡°Mi hermana y yo nunca nos hemos drogado. Supongo que ¨¦ramos unos marcianos en aquel ambiente¡±.
Despu¨¦s de los 800.000 ejemplares de Devil Came to Me, Late At Night (1999) despach¨® 300.000; I Was Dead for Seven Weeks In The City of Angels (2001), 250.000; The Flame (2003), 30.000. ¡°Hab¨ªa mucho miedo a no tener ¨¦xito. Por parte de todo el mundo. Adem¨¢s, Cristina comenz¨® a cansarse. Ten¨ªamos que tirar siempre de ella. Eran muchos ensayos, muchos conciertos, muchas entrevistas, muchas sesiones de grabaci¨®n¡ Y hay que estar preparado para ello, y a Cristina le costaba. Fue una pena, porque si ella hubiese estado m¨¢s enchufada habr¨ªamos hecho muchas m¨¢s cosas. Pero no quer¨ªa, prefer¨ªa estar en casa¡±, cuenta Ant¨²nez. ¡°Es verdad que Cristina sufr¨ªa mucho. Recuerdo al principio: se volv¨ªa loca en el escenario, se lo com¨ªa, lo disfrutaba, se arrastraba, escup¨ªa. Era flipante verla: no necesitaba escenograf¨ªa. Pero a medida que iba pasando el tiempo se le fueron quitando las ganas. Fue desanim¨¢ndose¡±, corrobora Mari?o.
Ant¨²nez retrata el cambio que se produjo: ¡°El concierto del 97 de Festimad fue uno de los mejores de nuestra historia. El cach¨¦ no dio para nada y fue en el escenario peque?o, pero result¨® espectacular, con mucha ilusi¨®n y todos enchufados. Y un a?o despu¨¦s, en el mismo festival, pero en el escenario grande como cabezas de cartel, todo eran problemas: peleas con Festimad, managers nerviosos, nosotros pendientes de todo menos de estar bien para tocar... Un a?o anterior, ilusi¨®n; luego, problemas. Estoy hablando de la maquinaria, de c¨®mo somos los seres humanos. Un d¨ªa est¨¢s peleando por salir a tocar con toda la ilusi¨®n y al a?o siguiente, cuando tienes el bast¨®n de mando y todo el poder, ya todo eran tensiones¡±.
Con la peor crisis desde su fundaci¨®n, el grupo decidi¨® dar un giro a su carrera: publicaron Follow the City Lights (2006), un disco de electro-pop alejado de su esencia, cerca de Madonna y a kil¨®metros de distancia de Nirvana. ¡°?ramos una banda grunge que escup¨ªamos en el escenario y de repente nos convertimos en Madonna haciendo playback¡±, afirma el bater¨ªa. Cambiaron incluso su imagen: las hermanas guardaron los vaqueros ra¨ªdos y optaron por vestidos de colores vivos. Mario Vaquerizo, por aquella ¨¦poca relaciones p¨²blicas de la far¨¢ndula, se encarg¨® de llevarles la prensa. El c¨®digo grunge del cuarteto qued¨® enterrado y su p¨²blico rockero les dio la espalda. A cambio, entraron en el circuito de la radiof¨®rmula. El disco no despach¨® mal, unas 100.000 unidades, tres veces m¨¢s que The Flame, pero muchas de esas ventas fueron politonos. Era 2006 y hab¨ªa una fiebre por ese formato. El ¨¦xito de la canci¨®n fuerte de ese disco, Let Me Out, les report¨® contratos para conciertos gratuitos en fiestas patronales. Ya no llenaban pabellones con ventas de entradas y los responsables de los festivales no les cog¨ªan el tel¨¦fono. Pero lo peor estaba por llegar.
¡°He trabajado 40 a?os en compa?¨ªas de discos y nunca hab¨ªa visto un odio tan grande hacia una banda¡±, cuenta Carlos L¨®pez, presidente de Sony Espa?a durante 12 a?os y responsable del fichaje de Dover por esta multinacional. Habla de I Ka Ken¨¦ (2010), el llamado ¡°disco africano de Dover¡±, para los maliciosos, el ¡°Dover kebab¡±. Contin¨²a L¨®pez, que dej¨® hace 10 a?os la direcci¨®n de Sony: ¡°Fue una sorpresa que grabaran ese ¨¢lbum, porque romp¨ªa con todo lo que hab¨ªan hecho. Parec¨ªa que hab¨ªa cierta influencia de un novio de Amparo en la onda africana. A m¨ª me gustaban las canciones, pero se convirti¨® en el grupo m¨¢s odiado de Espa?a. En ese momento las redes sociales estaban comenzando y se llenaron de insultos. Ah¨ª supe lo que era un hater. Tambi¨¦n la prensa los destroz¨®. No vendimos nada¡±.
¡°Recuerdo estar viendo un d¨ªa el programa de Buenafuente y hac¨ªan chistes del tipo: ¡®Eso es m¨¢s malo que el ¨²ltimo disco de Dover¡¯. Nos pon¨ªan a parir en todos los lados¡±, afirma Mari?o, que en esa ¨¦poca dej¨® de ser manager porque propuso dar por muerto I Ka Ken¨¦ y editar otro trabajo diferente de inmediato. ¡°Pero el grupo quiso salir de gira con el ¨¢lbum africano. Tuvimos diferencia de criterios y me march¨¦¡±, se?ala. El propio bater¨ªa se hizo cargo de la representaci¨®n de la banda. Ant¨²nez recuerda: ¡°Ten¨ªa que suplicar para que nos contrataran. Fue un suicidio musical. La gente se descojonaba de nosotros. Perdimos el norte. Y cuando lo recuperamos ya fue tarde¡±. Amparo defiende que result¨® un cambio natural: ¡°Vi mucho machismo con aquel trabajo, porque yo dije que ten¨ªa una relaci¨®n con un africano. Consideraron una osad¨ªa impensable que dos mujeres hermanas tuvi¨¦ramos mundos creativos amplios, que nos gustara experimentar, que no tuvi¨¦ramos miedo. Si lo hace un menganito ingl¨¦s est¨¢ muy bien, pero a nosotras no se nos consent¨ªa. Ahora muchos de los que nos criticaron dicen: ¡®He vuelto a escucharlo y es un buen disco¡¯. Claro, porque ya no somos una amenaza¡±.
El expresidente de Sony Carlos L¨®pez cuenta la sorpresa que se llev¨® cuando trabaj¨® con ellos: ¡°Mi trato con ellos fue fant¨¢stico, porque son personas educadas y maravillosas, pero cuando los firm¨¦ cre¨ªa que era un grupo con muchas ganas de tocar en Espa?a y fuera (Alemania, Francia, Suecia, Noruega), y me equivoqu¨¦. No iban los tres para el mismo lado. Dover ten¨ªa el aspecto est¨¦tico de un grupo de rock en sus canciones, pero no era un grupo de rock. No era una banda de hacer giras en furgonetas durmiendo en pensiones. Les gustaba dormir en hoteles de cuatro estrellas. Era un grupo pijo que hac¨ªa rock¡±.
Con Complications (2015), su ¨²ltimo trabajo, el cuarteto volvi¨® al rock, pero hab¨ªan dilapidado lo m¨¢s sagrado de una banda: la confianza de sus fans. Ya no ten¨ªan seguidores. Amparo reconoce que en este ¨²ltimo trabajo se produjo una desconexi¨®n entre las hermanas: ¡°Era la primera vez que no estamos unidas creativamente. Compusimos por separado¡±. Cristina comunic¨® al grupo que lo quer¨ªa dejar. Jes¨²s y Amparo intentaron convencerla para seguir, pero la decisi¨®n de la cantante era firme. A¨²n as¨ª, llor¨® en aquel ¨²ltimo concierto de septiembre de 2015 en Getafe. ¡°Aunque Cris provoc¨® la ruptura al irse, fue tambi¨¦n doloroso para ella. El grupo era muy importante para todos, una gran fuente de energ¨ªa. Pero tambi¨¦n reconozco que, a pesar de que yo no quer¨ªa que se acabara Dover, ya hab¨ªa pensado que hab¨ªamos hecho todo lo que ten¨ªamos que hacer¡±, reflexiona Amparo.
Ant¨²nez actualmente produce discos (entre ellos, el nuevo de Clara Montes) en Estudio 73, en Madrid, y tiene un grupo, Feroe. Amparo mont¨® con el ¨²ltimo bajista de Dover, Samuel Titos, la banda New Day, la aparc¨® y ahora quiere rehabilitarla. El bater¨ªa tiene dos hijos. ¡°Ni mi hermana ni yo nos hemos casado ni hemos tenido hijos. En eso yo he sido ego¨ªsta: he preferido dedicarle el tiempo a la m¨²sica¡±, dice Amparo.
¡°Fuimos unos privilegiados porque vivimos algo grande, pero nos dimos alg¨²n hostiazo importante¡±, afirma Ant¨²nez como resumen de la carrera de la banda. La posibilidad de que Dover vuelva a la actividad es m¨ªnima. ¡°Nos han ofrecido mucho dinero y a Cris no le apetece. Y, si te soy sincera, a m¨ª tampoco¡±, comenta Amparo. Las hermanas Llanos suelen acudir muchos domingos juntas al Museo del Prado, aprovechando ¡°el horario gratuito¡±. ¡°En esos recorridos recordamos muchas cosas de Dover. Cris no reniega de Dover. Rememoramos cosas y es una gozada. Fue maravilloso, hicimos un recorrido muy largo y ella dijo: ¡®Yo me bajo aqu¨ª¡¯. No nos dejamos dentro nada por tener miedo al qu¨¦ dir¨¢n¡±. Quiz¨¢ sea un buen resumen de un caso que nunca m¨¢s se vivi¨® en el rock espa?ol.
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