La novela negra se planta frente a la ultraderecha en Francia
Escritores y expertos analizan el papel de la ficci¨®n criminal como herramienta para reflejar y contrarrestar el auge de lo que llaman ¡°la peste parda¡± en Europa. ?Hasta d¨®nde puede llegar? ?Es esa su misi¨®n?
Un fantasma recorre Europa, pero no es aquel vaticinado por Marx y Engels. Hoy, domingo, se celebran las elecciones presidenciales francesas, con las opciones de la ultraderechista Marine Le Pen de conseguir un buen resultado intactas. Un Lyon fr¨ªo, ventoso y nevado acogi¨® el pasado fin de semana el Quais du Polar, el gran encuentro europeo de ficci¨®n criminal de Europa. Un clima perfecto para lanzar la gran cuesti¨®n: ?qu¨¦ puede hacer la novela negra, el g¨¦nero m¨¢s social y combativo, ante lo que algunos autores coinciden en llamar ¡°la peste parda¡±? ?Es ese su papel? La literatura no parece tener la soluci¨®n, pero puede aportar claves.
En el bullicio del gran vest¨ªbulo del Palace de la Bourse, atestado desde primera hora de lectores en busca de sus autores preferidos, escritores, libreros y editores se?alan a J¨¦r?me Leroy como el hombre clave para pulsar el ambiente. El escritor franc¨¦s (Ruan, 57 a?os) escribi¨® en 2011 Le Bloc (Gallimard), una novela negra, pol¨ªtica y aterradora por su capacidad visionaria, que situaba a una mujer claramente inspirada en Le Pen al borde de la presidencia. ¡°El g¨¦nero negro es, m¨¢s que nunca, el mejor instrumento para abordar este fen¨®meno. Es extremadamente pertinente porque no posa su mirada all¨ª donde est¨¢ la actualidad inmediata del periodismo. El escritor de g¨¦nero puede reaccionar moldeando la realidad a su gusto, algo que el periodista no puede hacer¡±, asegura. Fruto de la efervescencia cultural de estos d¨ªas, surgi¨® en anteriores ediciones una colaboraci¨®n entre el alem¨¢n Max Annas y Leroy para elaborar un cad¨¢ver exquisito negro, una novela a cuatro manos (Terminus Leipzig) que se mete directamente en la expansi¨®n, dentro y fuera del ¨¢mbito pol¨ªtico y de las fuerzas del orden, de una extrema derecha que cada vez encuentra m¨¢s formas para extenderse. ¡°No es un fen¨®meno exclusivo de Francia¡±, avisa, ¡°ha llegado por ejemplo a Espa?a, a pesar de que est¨¢n vacunados con el franquismo¡±.
La memoria y la mirada al pasado juegan un papel esencial en este abordaje literario a la actualidad. Fr¨¦d¨¦ric Paulin (?le de France, 50 a?os) es un orfebre de ese h¨ªbrido que junta historia y crimen. El autor de La fabrique de la terreur (Folio Policier) recorre los caminos abiertos por, entre otros, Herv¨¦ Le Corre ¡ªganador del Premio de los Lectores 20 Minutes en la edici¨®n de este a?o del festival¡ª para contar historias del pasado reciente cuyas claves resuenan en la actualidad. ¡°Mis novelas dicen que Francia no es tan pura como le gusta presentarse. Es el gran pa¨ªs de los derechos del hombre, cierto, hay un sentido hist¨®rico y todo eso, hay que reconocerlo, pero como ciudadano y todav¨ªa m¨¢s como escritor me siento responsable en cierto modo de la memoria de mi pa¨ªs. No tengo la respuesta a todas esas grandes preguntas, pero solo el hecho de cuestionarse ciertas cosas ya es esencial, sobre todo cuando ves c¨®mo est¨¢n las cosas en Francia y el auge de la extrema derecha. ?Qu¨¦ nos puede pasar?¡±, duda en voz alta.
Dominique Manotti (Par¨ªs, 79 a?os) es una cl¨¢sica viva de la novela negra francesa. Ya desde su primera obra, Sendero sombr¨ªo (1995), es la mejor representante de la influencia y el alcance del neopolar, movimiento de ultraizquierda dentro del g¨¦nero, iniciado por Jean Patrick Manchette en la d¨¦cada de los setenta. Antigua representante sindical en la industria textil, Manotti no ahorr¨® un solo ataque en sus m¨²ltiples apariciones en los tres d¨ªas del Quais du Polar. ¡±Francia es un pa¨ªs donde las verdaderas mafias han estado poco desarrolladas porque los mafiosos trabajan estrechamente con el poder pol¨ªtico y queda poco espacio para las organizaciones tradicionales. En Francia la historia y la sociolog¨ªa han ignorado esto, no han entendido la simbiosis poder-mafia¡±, asegura cuando habla de su novela Marsella 73 (Vers¨¢til), que s¨ª cumple, a su modo de ver, esa funci¨®n. El libro cuenta c¨®mo hace casi 50 a?os hubo en esa ciudad francesa un grupo de ultras que dispar¨® desde coches en movimiento a inmigrantes argelinos, con un considerable n¨²mero de muertos. Un suceso del que ni las autoridades ni la historiograf¨ªa quisieron acordarse. ¡°En Francia no hay racistas, as¨ª que no hay cr¨ªmenes racistas¡±, dice citando con sorna a Pompidou. ¡°Este es el resultado de esa pol¨ªtica que consiste en negar. ?C¨®mo va a haber racismo en el pa¨ªs de la raz¨®n, el laicismo, los derechos humanos? Hay una narrativa nacional, una novela que canta nuestras glorias¡±. Pero, ?y la situaci¨®n actual? ¡°No se hace buena literatura con buenos sentimientos. La literatura, la buena literatura, puede dar voz a los que no la tienen, que no es poco¡±, lanza para el que quiera entenderlo. ¡°El futuro no est¨¢ escrito, depende de lo que hagamos¡±, a?ade cuando se le pregunta si vivimos una ¨¦poca prefascista que llevar¨¢ de nuevo al fascismo.
Con la autoridad que le otorgan el Cuarteto de Yorkshire, un conjunto de obras con las que revolucion¨® el g¨¦nero, y GB84 (Hoja de Lata), una de las grandes novelas negras sobre las alcantarillas del poder de los ¨²ltimos a?os, David Peace (West Yorkshire, Reino Unido, 55 a?os), presente tambi¨¦n en Lyon, cierra con una frase el debate sobre la pertinencia del car¨¢cter pol¨ªtico del g¨¦nero: ¡°Leo y escribo ficci¨®n criminal para entender lo que ocurre en los sitios en los que vivo y no veo ninguna raz¨®n para que el noir no sea buena literatura y tenga adem¨¢s un car¨¢cter pol¨ªtico¡±.
El empuje del lector
Hay un factor sin el que la novela negra no ser¨ªa una eficaz herramienta social, al menos en Francia: una legi¨®n de lectores que se aferran a la ficci¨®n, un fen¨®meno del que este festival es la mejor muestra. ¡°Creo que el poder de la novela negra es advertir de este peligro sobre la democracia y nuestras libertades. Pero no impide divertirse y evadirse, depende siempre de c¨®mo trates los temas¡±, explica el francoespa?ol Marc Fern¨¢ndez, autor de una trilog¨ªa iniciada en 2015 con Mala vida (Les Livres de Poche) y redactor jefe de la publicaci¨®n especializada Alibi. ¡°No podr¨ªa tener todos estos lectores si no fuera ficci¨®n. Para eso sirve la novela¡±, comenta Paulin en el mismo sentido. ¡°Por supuesto que tiene que tener su parte entretenida porque es una ficci¨®n¡±, a?ade Alice Mon¨¦ger, directora editorial de ?ditions Filature(s) -Alibi, uno de los mejores ejemplos de c¨®mo usar el g¨¦nero para analizar la sociedad. ¡°Lo que me gusta cuando leo un polar es leerlo como un reportaje, porque me interesa aprender algo sobre un esc¨¢ndalo, una parte de la sociedad que no conozco, un asunto de droga, el funcionamiento de la justicia¡±, explica.
Franck Thilliez es un habitual de los primeros puestos en las listas de los m¨¢s vendidos, posici¨®n que consigue con libros siempre muy pegados a la actualidad. ¡°La funci¨®n del polar¡±, asegura, ¡°es, ante todo, recoger historias que, adem¨¢s, ocurren en la sociedad de hoy en d¨ªa. Es una fotograf¨ªa del mundo en el que vivimos en un momento dado¡±. En un mundo tan convulso, Thilliez busca ¡°contar el sufrimiento de la gente¡± y reflejar c¨®mo suben los extremismos de todo signo. Otros, como Benjamin Dierstein, autor de una negr¨ªsima trilog¨ªa sobre los a?os de Sarkozy, apunta en todas direcciones: ¡°Hay una tendencia entre ciertos autores franceses contempor¨¢neos a mirar al poder y c¨®mo manipula la opini¨®n y a la poblaci¨®n en general, y creo que para eso el g¨¦nero es perfecto¡±, comenta, cigarrillo en mano, antes de agitar la bandera anarquista: ¡°Si hubiera una nueva corriente neopolar tendr¨ªa que atacar a la derecha, a la extrema derecha y a la izquierda, y eso es lo que m¨¢s me interesa. Yo no creo en nada, as¨ª que lo que me gusta es mostrar que el problema no son las convicciones pol¨ªticas, sino el principio mismo de poder¡±.
De ese poder, en todas sus dimensiones habla, en realidad, la novela negra de corte m¨¢s pol¨ªtico. De ese poder habla tambi¨¦n Leroy en su ¨²ltima obra, Les derniers jours des fauves (Los ¨²ltimos d¨ªas de las bestias, La manufacture des livres), una ficci¨®n pol¨ªtica en un futuro pr¨®ximo en crisis constante que se parece mucho a nuestro presente. ¡°El desaf¨ªo es tal que hay una especie de pesimismo democr¨¢tico. Me pregunto c¨®mo van nuestros sistemas a hacer frente a crisis enormes de forma indefinida y seguir siendo democr¨¢ticos¡±.
Miren al futuro y tiemblen
En los últimos tiempos, un subgénero literario que cruza varias ramas de la ficción se ha afianzado como herramienta para analizar la realidad: la novela especulativa. Su mezcla con el género negro da productos de cierto éxito. “Un thriller tiene un camino que seguir para ir construyendo todo en una espiral, apoyado en un misterio: ¿cómo terminará todo?”, explica Elliot Ackerman, presente en Lyon con 2034, un thriller político que cuenta las consecuencias de una guerra nuclear entre China y Estados Unidos. El éxito de esta primera entrega ha llevado a este antiguo marine a planear una trilogía: 2054 especulará sobre una guerra civil en EE UU y 2074 sobre un desastre ambiental casi definitivo.
Otras veces, es la realidad la que atrapa al autor de ficción. Es lo que le ocurrió a Christina Sweeny Beard cuando estaba escribiendo El fin de los hombres (Umbriel). La autora británica terminó el libro sobre un mal que mata sólo al género masculino, poco antes del estallido de la pandemia de coronavirus, lo que hizo su vida y la promoción de su debut literario un poco extraños. Así explica, en un receso de una sesión de firma de libros, su apuesta por el thriller: “Cuando tienes una gran cuestión social entre manos la historia se cuenta mejor a través de las vicisitudes de ciertos personajes y eso implica que te tienes que preocupar por ellos, y la mejor manera de conseguirlo es a través del thriller: pon a alguien ante una experiencia complicada, muy peligrosa o terrible y puedes usar esa experiencia para explorar una idea más amplia de manera mucho más atractiva”.
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