Cecilia Vicu?a: ¡°La revoluci¨®n de los j¨®venes de hoy no es ideol¨®gica, es ontol¨®gica¡±
La artista visual, galardonada con el Le¨®n de Oro a la Trayectoria en la Bienal de Venecia, llega de sopet¨®n a la cumbre de su carrera tras cincuenta a?os de trabajo
A la artista y poeta Cecilia Vicu?a (Santiago de Chile, 1948) le tom¨® medio siglo de trabajo sacarse la idea de que su obra era ¡°absolutamente invisible¡±. La veterana del ecofeminismo pas¨® de ese cuasi anonimato a colocarse en el exquisito ojo de los principales museos del mundo. Reci¨¦n galardonada con el Le¨®n de Oro a la Trayectoria en la Bienal de Venecia ¡ªla primera chilena en recibir el premio¡ª, y pr¨®xima a exponer en el Guggenheim de Nueva York y en el Tate Modern de Londres, Vicu?a le atribuye su momentum en gran parte a la nueva ola feminista, que descubri¨® en sus poemas, pinturas, libros y performances una resonancia a la bandera de lucha del movimiento. ¡°Las mujeres de mi generaci¨®n nunca se interesaron en lo que yo hac¨ªa¡±, comenta por tel¨¦fono desde la peque?a isla de Siro, en Grecia.
Hija de artistas y revoluciones, vive en el exilio desde la dictadura chilena. El golpe militar de Augusto Pinochet en 1973 la encontr¨® en Londres y no volvi¨®. Desde hace cuatro d¨¦cadas reside en Nueva York y, durante todo este tiempo, su poes¨ªa ha buscado distintos escaparates para reivindicar a los pueblos ind¨ªgenas, el feminismo y el ecologismo. La prematura toma de conciencia no se la achaca a los libros ni a un mentor, sino a ¡°la ense?anza del suelo¡±, la que entra por la planta de los pies. Ese contacto directo con la naturaleza la molde¨®. Ahora es la crisis clim¨¢tica la que est¨¢ moldeando a los j¨®venes:¡°Hay un deseo muy fuerte de ser lo que cada uno siente que debe y quiere ser que tiene que ver con la amenaza ecol¨®gica¡±.
Pregunta: ?En qu¨¦ momento vital recibe el Le¨®n de Oro?
Respuesta: Me pilla en un momento absolutamente incre¨ªble. De pronto, desde la feria Documenta 14 [2017, Atenas], se ha generado una capacidad de sentir y ver lo que ha sido mi obra durante m¨¢s de medio siglo, siendo que hasta ese momento era absolutamente invisible. Es como si la invisibilidad se hubiera convertido en visible de un minuto para otro. En los 80 escrib¨ª un poema en ingl¨¦s en el lenguaje de palabrarmas [uno de sus trabajos que consiste en resignificar el l¨¦xico en su propia morfolog¨ªa]: ¡®Lo visible est¨¢ dentro de lo invisible y lo invisible est¨¢ dentro de lo visible¡¯. Eso es lo que estoy viviendo.
P: Lo recibe en la primera Bienal de Venecia dominada por artistas mujeres.
R: Es como estar en medio de un cambio hist¨®rico y de paradigma. No solo nunca hab¨ªa habido una curadora italiana mujer -Cecilia Alemani-, sino que desde que comenc¨¦, que mi primera exposici¨®n individual fue en 1971, jam¨¢s se ha visto una bienal en ning¨²n pa¨ªs de la cultural occidental donde el 80% fuera artistas mujeres. Es un cambio, es un momento decisivo.
P: En 1972, de hecho, pint¨® el Frente Cultural, donde hab¨ªa un puesto de peri¨®dicos con titulares sobre la lucha mapuche y el derecho al aborto en Chile. Los mismos titulares que se ven hoy.
R: Exactamente. Una de las razones por las que me dieron el premio fue para dar visibilidad a artistas cuyas obras fueron anticipatorias y que cuando las crearon no tuvieron llegada. Sin embargo, ahora, sobre todo la gente joven, vibra con esas cosas porque est¨¢n usando ese lenguaje. Un lenguaje que viene de mucho antes, secuencialmente olvidado. Los poetas y artistas tienen que recordar lo que ha sido borrado y transformarlo en un lenguaje nuevo para que otra vez active las transformaciones. No podemos seguir viviendo en esta violencia contra la tierra y contra los seres vivos. Yo siento que la revoluci¨®n de los j¨®venes ya no es ideol¨®gica, es una revoluci¨®n ontol¨®gica, filos¨®fica, ¨¦tica y de la sensibilidad. El deseo de justicia es tan fundamental porque el abuso ha llegado a ser demasiado.
P: ?En qu¨¦ se caracteriza esta revoluci¨®n ontol¨®gica?
R: El valor principal de esta revoluci¨®n es el derecho a ser como ellos quieren ser. No se quieren definir como hombres ni como mujeres, sino como un estado no definido. Eso es indudablemente una revoluci¨®n ontol¨®gica. En muchos pa¨ªses se ha aceptado el matrimonio entre personas del mismo sexo. La definici¨®n de lo que es sexo, de lo que es sexualidad, de lo que es sensibilidad, todo eso est¨¢ cambiando. Esto es una revoluci¨®n de la sensibilidad del ser, ontol¨®gico, un deseo de ser lo que cada uno siente que debe y quiere ser, y creo que es una respuesta a la amenaza ecol¨®gica y de los estados autoritarios.
P: ?Esta revoluci¨®n la ha ayudado a acercarse a Chile?
R: Siempre he tenido una cercan¨ªa muy profunda con la tierra de Chile y con las personas que tienen una afinidad con mi sentir, pero esa afectividad y esa participaci¨®n ha sido invisible. Nadie sab¨ªa que yo estaba haciendo obras en las cordilleras, en las calles, en los mares con otras comunidades. Todo era como si no sucediera. De pronto, los j¨®venes, y sobre todo las j¨®venes, empezaron a discutir esto y eso empez¨® a intensificarse con la revoluci¨®n ping¨¹ina [de los estudiantes, 2006]. Las mujeres de mi generaci¨®n nunca se interesaron en lo que yo hac¨ªa. En cambio las que tienen 20, 30, 40 a?os menos que yo s¨ª se han interesado. Hay un cambio de perspectiva, no solo generacional.
P: ?Con qu¨¦ ojos ve los procesos de cambio que est¨¢ viviendo Chile?
R: Me parece una oportunidad extraordinaria la de escribir una Constituci¨®n colectivamente. No creo que haya muchos lugares en el mundo que se est¨¦n dando a s¨ª mismos ese derecho. Ese es un derecho precioso y fr¨¢gil, incre¨ªblemente fr¨¢gil, porque est¨¢ siempre sujeto a las distorsiones y a la violencia ling¨¹¨ªstica: el discurso del odio, del miedo, del desprecio. Esa fragilidad es para m¨ª lo fundamental del ser vivo, por eso cre¨¦ el arte precario [peque?as obras escult¨®ricas hechas a partir de desechos]. Hay una precariedad que nos hace infinitamente vulnerables e infinitamente poderosos. Creo que este es un momento de inmensa vulnerabilidad de la creatividad del pueblo chileno y, a la vez, si decide proteger y cuidar la oportunidad que tenemos de hacer una Constituci¨®n justa, eso abrir¨ªa unas puertas a una nueva realidad.
P: ?C¨®mo se relaciona esa vulnerabilidad con el lenguaje?
R: Tiene que ver con el lenguaje en el sentido de que el derecho a saber la verdad ya ha sido vulnerado porque hay un dominio del discurso falso con las llamadas fake news. Todo el poder del dinero est¨¢ orientado a ocultar la verdad. Con eso, el lenguaje ya est¨¢ vulnerado. Tambi¨¦n est¨¢ vulnerada la capacidad de Chile de autosustentarse porque se han robado el agua, la privatizaron, entonces el pa¨ªs se est¨¢ secando. Est¨¢ vulnerada la tierra por el cambio clim¨¢tico, por la contaminaci¨®n, por las pr¨¢cticas destructivas como la salmoneras o las minas que lo destruyen todo. Los cient¨ªficos de todo el mundo han declarado la alerta final, que implica que la habitabilidad del planeta para los seres humanos se est¨¢ terminando. Esa es la vulnerabilidad.
P: Usted ha dicho que la educ¨® la tierra.
R: Yo no form¨¦ mi consciencia ni por los libros ni por algo que me dijeron. Yo tuve la fortuna de crecer a pata pel¨¢ en el campo chileno y que nadie me controlara. Ten¨ªa zapatos, pero prefer¨ªa andar descalza porque sent¨ªa el suelo y lo que el suelo te comunica es infinito. No hab¨ªa nadie distorsionando ni mandando. Mis padres eran j¨®venes, libres y no se fijaban. Para ellos no hab¨ªa mucha diferencia entre los ni?os y los pollos, dicho como algo positivo. Esa libertad que tuve para pensar mis propios pensamientos, para sentir mis propios sentimientos, es lo que me hizo la artista que soy. Cuando en la adolescencia me empec¨¦ a encontrar con que pensar o sentir as¨ª no estaba bien, a m¨ª ya no se me pod¨ªa parar.
P: En un momento la sacan de ese campo.
R: Mi primer exilio fue a los 9 a?os, cuando me sacaron de esos bosques y me llevaron a vivir al barrio alto de Santiago. Me pusieron en un colegio ingl¨¦s donde a los ni?os los obligaban a comer jab¨®n gringo si dec¨ªan una palabra de espa?ol. Yo obviamente no sab¨ªa nada as¨ª que pasaba con la boca llena de burbujas.
P: ?A los 9 a?os ya no se la pod¨ªa parar?
R: Absolutamente. Ah¨ª inici¨¦ mi primera revoluci¨®n infantil. Me pon¨ªa un traje inventado por m¨ª y les dec¨ªa a los ni?os que si fu¨¦ramos ind¨ªgenas andar¨ªamos en pelota por los bosques y no en una escuela encerrados y obligados a escuchar cosas que no nos importaban. Yo he creado un sistema educacional basado en los pensamientos de esa ni?ita.
P: Esa ni?ita tiene hoy 74 a?os y varias exposiciones en carpeta.
R: En mayo se abre una muestra unipersonal en el Guggenheim de Nueva York. La muestra, que ocupa la mitad del museo, consiste en muchas de mis obras simb¨®licas desde los sesenta hasta ahora, es una perspectiva de mi trabajo. Habr¨¢ pinturas, instalaciones, palabrarmas, cine y performances. Tamb¨ªen est¨¢ una retrospectiva de mi obra llamada Veroir: el fracaso iluminado en Bogot¨¢, tras su paso por Holanda, M¨¦xico y Espa?a. Y en octubre expondr¨¦ en la Tate Modern de Londres.
P: ?Est¨¢ cansada?
R: No estoy cansada, estoy agotada a morir y a la misma vez llena de energ¨ªa. Es un estado paradojal porque esto sucede cuando soy una viejita, en vez de cuando era joven. ?Es algo bueno o malo? No se sabe. Vamos a ver si todav¨ªa estoy viva al cabo de dos a?os y ah¨ª podemos conversar.
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