¡®X¡¯: sexo, vejez y cine porno de autor para dar miedo

Hay una secuencia en X, la nueva incursi¨®n en el g¨¦nero del terror de Ti West, director de La casa del diablo, que concentra todo el poder visual de una pel¨ªcula cuyas ideas metaf¨ªlmicas se evocan desde el humor, el sexo y la sangre. Se trata de un momento tan cautivador como aterrador en el que la protagonista del filme, la magn¨¦tica Mia Goth, se ba?a desnuda en un pantano cercano a la granja donde ella y un grupo de conocidos ruedan una pel¨ªcula porno low cost. Como en el ic¨®nico cuadro prerrafaelita Ofelia, de John Everett Millais, el cuerpo de Goth flota desafiando a la naturaleza y la oscuridad. El espectador sabe que un cocodrilo enorme la observa y va a por ella. Con sus peculiares cejas transparentes y sus ojos pintados con una sombra azul el¨¦ctrico, uno de tantos detalles que apelan a su belleza algo perversa y siempre contempor¨¢nea, Ti West muestra la doble cara de un personaje tan inocente como fuerte y salvaje. El ojo pintado frente al poder de un animal de otro tiempo.

X es un filme-homenaje a las carreteras secundarias del cine de los a?os setenta, con especial atenci¨®n a dos pel¨ªculas de culto como La matanza de Texas y Garganta profunda. Con esos mimbres, ofrece una original y muy desatada inmersi¨®n en los peores miedos de la Am¨¦rica profunda y sus enrevesadas formas de paganismo puritano. La pel¨ªcula consigue dar verdadero mal rollo gracias a una ambientaci¨®n especialmente afinada y a un humor que hace digerible su banquete de v¨ªsceras.

La historia arranca en un burdel del que salen dos strippers dispuestas a rodar una pel¨ªcula porno de autor. Goth, Brittany Snow y Jenna Ortega bordan sus papeles, especialmente la primera, que compone ese personaje g¨¦lido y de fuego que se pasea por una granja polvorienta y llena de secretos repulsivos en topless y con peto.

Ti West se adentra en la t¨ªpica carnicer¨ªa de cuerpos j¨®venes desde una perspectiva cada vez m¨¢s explorada en el cine de terror actual, la vejez. Esta vez, llevado al extremo del voraz apetito sexual de una anciana. Es la parte menos convincente de una pel¨ªcula que, por el contrario, s¨ª logra hacer metacine fresco e inteligente sin caer en gui?os fatuos.