La voz de las mujeres gitanas truena en el teatro
La activista Silvia Ag¨¹ero se sube por primera vez a un escenario para interpretar un mon¨®logo contra los t¨®picos y el racismo
¡°Pues hija, no pareces gitana...¡¯, me dicen. Y yo digo: ¡®?Qu¨¦ tengo que hacer para que os parezca gitana?¡¯. Cantarles por buler¨ªas nada m¨¢s saludar o ponerme a bailar por tantos en medio de la conversaci¨®n¡±. Es Silvia Ag¨¹ero, una mujer gitana de 36 a?os, nacida en el barrio madrile?o de Vallecas y madre de cuatro hijos, que se enfrenta por primera vez a un escenario para lanzar un grito atronador pero cargado de humor contra los t¨®picos y el racismo que sufre el pueblo gitano. No soy tu gitana, un mon¨®logo teatral escrito por la propia Ag¨¹ero y N¨¹ll Garc¨ªa, tambi¨¦n de 36 a?os y vallecana, pone voz y datos precisos a los 600 a?os de legislaci¨®n antigitana y machista y deconstruye los estereotipos asociados a las mujeres gitanas. El espect¨¢culo se estren¨® este mi¨¦rcoles en el Teatro del Barrio de Madrid, donde se representar¨¢ hasta el pr¨®ximo 29 de mayo.
Activista feminista, ahora desde Valencia, donde vive con su marido, el soci¨®logo Nicol¨¢s Jim¨¦nez, y sus hijos, Silvia Ag¨¹ero lleva mucho tiempo haciendo una investigaci¨®n sobre la historia del pueblo gitano y la legislaci¨®n en torno a ellos, que se plasm¨® en un libro titulado Resistencias gitanas. ¡°Han sido los hombres payos, heteros y cat¨®licos los que hasta ahora han realizado la mayor parte de la investigaci¨®n en torno a los gitanos¡±, asegura Ag¨¹ero tras un ensayo de la obra, acompa?ada de la directora de la funci¨®n, N¨¹ll Garc¨ªa, realizadora del alabado cortometraje Ferrotipos, que protagonizaron Alba Flores, Susana Abaitua y Adolfo Fern¨¢nez.
En medio de un patio de vecinos, con coloridos pa?uelos, chales y dem¨¢s objetos colgados con pinzas en un tendedero, Ag¨¹ero se dirige al p¨²blico de manera muy natural y va desgranando a lo largo de algo m¨¢s de una hora datos de la historia sobre el pueblo gitano. Desde la primera ley gitana, en tiempos de los Reyes Cat¨®licos ¨D¡±si fueseis hallados o tomados, sin oficio, sin se?ores o juntos, que os den a cada uno cien azotes y destierren perpetuamente de estos reinos..¡±, palabras que la int¨¦rprete invita a leer a un espectador¨D, hasta el texto de Cervantes que en La gitanilla aseguraba que los hombres y las mujeres gitanas hab¨ªan nacido para ser ladrones. ¡°La historia ha sido muy cruel con ellos¡±, se?ala N¨¹ll Garc¨ªa, quien ha tenido muy presente el tono de humor y alejado de la moralina que han pretendido dar al espect¨¢culo. ¡°Como espectadora te das cuenta de que formas parte de los que han sido crueles con el pueblo gitano. Hay muchas cosas que desconocemos y por eso queremos que el espectador empatice y que lo que aqu¨ª se cuenta llegue a mucha gente¡±, a?ade Garc¨ªa.
Miembro de la asociaci¨®n Pretendemos Gitanizar el Mundo y autora del libro Mi feminismo es gitano, Silvia Ag¨¹ero no oculta su enfado ¡ªeso s¨ª, con una sonrisa enorme¡ª por el maltrato y la invisibilidad que sufre el pueblo gitano. ¡°Yo sufro el racismo y el machismo todos los d¨ªas. La opresi¨®n que sufrimos las mujeres gitanas es m¨²ltiple¡±, dice la actriz, para quien la identidad es ¡°algo vivo y que se aprende d¨ªa a d¨ªa¡±. ¡°El pueblo gitano ha tenido que amoldarse a los tiempos a base de transgresiones y es por eso por lo que hemos resistido y sobrevivido. Un pueblo que se estanca desaparece¡±, a?ade Ag¨¹ero, que asegura dedicar su vida a ¡°gitanizar el mundo¡±, creando una nueva narrativa y una alternativa real a lo establecido para crear un ¡°mundo m¨¢s feliz¡±. ¡°Lo peor del racismo y del antigitanismo, que es uno de los m¨¢s violentos y persistentes, es que es institucional. Los t¨®picos de la calle se pueden ir solventando en cuanto la gente tenga un esp¨ªritu cr¨ªtico, pero el racismo institucional, ese que hace que en cuanto entras en un establecimiento te persiga el de seguridad por el hecho de ser gitano, es lo m¨¢s terrible. Yo y mis hijos lo sufrimos todos los d¨ªas¡±, concluye esta mujer valiente y decidida, que tambi¨¦n denuncia la gordofobia de la sociedad.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.