Michael Maul: ¡°Nunca se ha interpretado tanta m¨²sica de Bach como ahora¡±
El director del Festival Bach de Leipzig, que comienza este jueves, es tambi¨¦n uno de los m¨¢ximos expertos mundiales en la vida y la obra del compositor alem¨¢n
El music¨®logo Michael Maul (Leipzig, 1978) caus¨® sensaci¨®n entre sus colegas internacionales y entre los buenos conocedores de la m¨²sica barroca alemana cuando, muy joven, public¨® en 2012 un estudio de referencia sobre la Thomasschule de su ciudad natal y sobre los diversos Cantores que estuvieron a su frente desde el siglo XIII hasta el siglo XIX, el m¨¢s famoso de los cuales es, sin duda, Johann Sebastian Bach, que ocup¨® el puesto entre 1723 y 1750. Este mismo a?o ha publicado una magn¨ªfica biograf¨ªa del composit...
El music¨®logo Michael Maul (Leipzig, 1978) caus¨® sensaci¨®n entre sus colegas internacionales y entre los buenos conocedores de la m¨²sica barroca alemana cuando, muy joven, public¨® en 2012 un estudio de referencia sobre la Thomasschule de su ciudad natal y sobre los diversos Cantores que estuvieron a su frente desde el siglo XIII hasta el siglo XIX, el m¨¢s famoso de los cuales es, sin duda, Johann Sebastian Bach, que ocup¨® el puesto entre 1723 y 1750. Este mismo a?o ha publicado una magn¨ªfica biograf¨ªa del compositor en forma de una sucesi¨®n de im¨¢genes ordenadas cronol¨®gicamente y acompa?adas de textos breves pero sustanciales. Desde 2018, Maul, que irradia conocimiento y entusiasmo a partes iguales, est¨¢ al frente del Festival Bach de Leipzig, el m¨¢s importante y antiguo de cuantos se celebran en el mundo dedicados de manera casi monogr¨¢fica al autor de El arte de la fuga. La 96? edici¨®n se inaugura este jueves y, en medio de los ¨²ltimos preparativos y una llovizna de los todav¨ªa inevitables cambios y cancelaciones como consecuencia de la pandemia, ha accedido a responder por escrito en alem¨¢n a las preguntas de EL PA?S, que cubrir¨¢ tambi¨¦n los primeros conciertos del festival, con un centenar largo de actos programados hasta el 19 de junio.
La entidad encargada de organizar el festival es la Neue Bach-Gesellschaft, la Nueva Sociedad Bach creada en 1900 tras la disoluci¨®n de la fundada originalmente en 1850. Esta ¨²ltima se cre¨® con el solo objetivo de publicar todas las obras de Bach, una buena parte de las cuales segu¨ªan entonces a¨²n in¨¦ditas, mientras que su sucesora se impuso como principal meta la difusi¨®n de esta misma m¨²sica. ?Cu¨¢les ser¨ªan, m¨¢s de un siglo despu¨¦s, y en un mundo radicalmente diferente, las nuevas metas? ¡°Desde una perspectiva global, nunca se ha interpretado tanta m¨²sica de Bach como ahora. Por ello las visiones y los objetivos que se propusieron tanto la Sociedad Bach como de la Nueva Sociedad Bach ya se han cumplido en la pr¨¢ctica. Yo mismo soy miembro del consejo de la Nueva Sociedad Bach y tambi¨¦n estamos plante¨¢ndonos la pregunta de cu¨¢l deber¨ªa ser nuestra futura misi¨®n. Yo creo que la misi¨®n en el siglo XXI va a consistir en integrarnos en una red. La meta ahora es conectar el gran n¨²mero de actividades globales en torno a Bach, desarrollar sinergias, traspasar fronteras. Nuestro Festival Bach de este a?o, bajo el lema ¡°BACH ¡ª ?Somos FAMILIA!¡±, al que hemos invitado a Sociedades Bach y Coros Bach procedentes de todo el mundo, como el Bach Collegium de Barcelona, deber¨ªa proporcionar una plataforma para conseguir este objetivo: al fin y al cabo, Leipzig es el Bayreuth de Bach, por as¨ª decirlo, esto es, el lugar al que ans¨ªa peregrinar cualquier bachiano al menos una vez en su vida. Y la Nueva Sociedad Bach podr¨ªa convertirse quiz¨¢, si adopta una orientaci¨®n internacional, en una especie de organizaci¨®n que aglutine las numerosas actividades relacionadas con Bach. Al mismo tiempo, quienes amamos su m¨²sica tenemos que aspirar siempre a encontrar maneras atractivas de transmitir nuestro entusiasmo por el compositor a las futuras generaciones. Y esta es una tarea que no se acaba nunca¡±.
Una de las muchas cosas que han cambiado, interpretativamente hablando, es que ahora es relativamente frecuente escuchar obras como la Misa en Si menor o la Pasi¨®n seg¨²n San Mateo, sin el tradicional coro, con un cantante por voz, sobre todo despu¨¦s de que Joshua Rifkin justificara con argumentos de peso que este pudo ser el modo en que las interpret¨® el propio Bach. Como m¨¢ximo experto en la historia del Thomanerchor, Maul es una voz m¨¢s que autorizada para opinar sobre este debate: ¡°Honestamente, no soy ning¨²n dogm¨¢tico, ni a favor de Rifkin y su teor¨ªa de una voz por parte, ni a favor de la teor¨ªa tradicional seg¨²n la cual Bach hizo m¨²sica en Leipzig con un coro de entre 12 y 16 cantantes. Como historiador de la m¨²sica, lo que tengo que decir es que, tras estudiar los documentos, he llegado a la conclusi¨®n de que hab¨ªa realmente 54 alumnos internos, de edades entre 13 y 23 a?os, en la Thomasschule de Leipzig durante los siglos XVII y XVIII, todos los cuales ten¨ªan que cantar simult¨¢neamente los domingos en los servicios de, en un principio, las dos, y en la ¨¦poca de Bach, las cuatro principales iglesias. Al mismo tiempo, sin embargo, puede demostrarse que siempre hab¨ªa ocho ni?os cantores privilegiados: la conocida como ¡°Erste Cantorey¡± (Primera Cantor¨ªa) que, bajo la direcci¨®n del cantor, presentaba todas las interpretaciones musicales en las que se ganaba dinero: bodas, grandes funerales, etc. Creo que este grupo era tambi¨¦n el n¨²cleo del coro de Bach en las cantatas que se interpretaban los domingos. Mi f¨®rmula para las dimensiones de su coro es, por tanto, 8 + x: y la x variaba arriba o abajo. Como amante de la m¨²sica, sin embargo, me alegro mucho de que en la actualidad contemos con tantas opciones para escuchar la Misa en Si menor o las Pasiones: con un gran coro adulto, con un coro infantil, con cuatro u ocho solistas de primera. Todo puede tener su encanto y sus ventajas. Bach, el Cantor de Santo Tom¨¢s, no ten¨ªa estas diferentes opciones a su alcance; encontr¨® una tradici¨®n con la que se ve¨ªa obligado a trabajar. Sin embargo, el hecho de que tambi¨¦n interpretara en Leipzig toda una serie de cantatas que hab¨ªa escrito en Weimar con los muchachos de Santo Tom¨¢s, con los Thomaner, que hab¨ªan sido interpretadas en Weimar, en cambio, por un peque?o grupo de solistas adultos de la capilla de la corte, muestra que ¨¦l no era tampoco ning¨²n fundamentalista, sino que adaptaba siempre su pr¨¢ctica interpretativa a las circunstancias locales¡±.
Maul tambi¨¦n opina sobre el supuesto car¨¢cter legendario de Bach como ¡°supremo cantor, como siervo creativo de la Palabra de Dios, como luterano ac¨¦rrimo¡± que defendi¨® Friedrich Blume ya en 1962: ¡°Yo creo a Bach cuando escribi¨® al concejo de M¨¹hlhausen en 1708 que consideraba que la ¡®interpretaci¨®n de m¨²sica sacra bien regulada¡¯ era el aut¨¦ntico ¡®objetivo final¡¯ de su vida. Cuando pienso en todas las met¨¢foras musicales llenas de inventiva que utiliz¨® Bach para plasmar con sonidos ciertos textos espirituales (de la Biblia), me doy cuenta de que jam¨¢s utiliza su arte como un fin en s¨ª mismo, sino que lo hace siempre para mostrar conexiones teol¨®gicas concretas. Tambi¨¦n puede disfrutarse su m¨²sica religiosa, por supuesto, desligada del texto y escuch¨¢ndola como m¨²sica absoluta: solo esto explica, por ejemplo, el enorme entusiasmo que muestran los japoneses por las obras vocales de Bach. Pero creo al mismo tiempo que entonces no puede cobrarse realmente conciencia de algunos de los efectos geniales de su m¨²sica. Sin embargo, coincido con Blume en que ciertamente no hay que ser creyente para reconocer la especial belleza de la m¨²sica y el arte de Bach¡±.
Al mencionarle la famosa encarnaci¨®n del compositor que hace Gustav Leonhardt en la pel¨ªcula Cr¨®nica de Anna Magdalena Bach, de Jean-Marie Straub y Dani¨¨le Huillet, Maul se apresura a responder que, ¡°por m¨¢s que admire enormemente a Leonhardt como clavecinista, creo que el Bach que se ve en la pel¨ªcula es algo r¨ªgido e imperturbable. Mi imagen de Bach es diferente de la del famoso retrato de Haussmann, que parece mostrar a una persona bastante formal y conformista. Pudiera ser que Bach resultara realmente inaccesible para algunas personas. Pero cuando escucho su Passacaglia en Do menor o algunas de sus cantatas juveniles u obras para clave, veo a un m¨²sico impetuoso, intransigente, con un aura casi demon¨ªaca. No es ninguna sorpresa que, cuando trabajaba a los veinte a?os como organista en Arnstadt, acabara pele¨¢ndose con un estudiante de bachillerato local que era incluso mayor que ¨¦l. ?Y es imposible que el compositor de obras como los Conciertos de Brandeburgo, la incre¨ªblemente dram¨¢tica Pasi¨®n seg¨²n San Juan o la Ciaccona en Re menor fuera una persona conformista!¡±
Leipzig es el Bayreuth de Bach, el lugar al que ans¨ªa peregrinar cualquier bachiano al menos una vez en su vida¡±
Maul tampoco reh¨²ye la pregunta de si est¨¢ de acuerdo con ese Bach aquejado de una supuesta melancol¨ªa que propuso Paul Hindemith en una conferencia impartida en Hamburgo en 1950 con motivo de la conmemoraci¨®n del bicentenario de la muerte de su compatriota: ¡°La interpretaci¨®n que da Hindemith al extra?o descubrimiento de que, comparativamente hablando, tenemos pocas obras nuevas de Bach de la ¨²ltima d¨¦cada de su vida, por haberse abatido sobre ¨¦l una ¡®melancol¨ªa de la capacidad¡¯ (invirtiendo los t¨¦rminos de una cita de Nietzsche sobre Brahms), resulta muy tentadora. Pero yo soy algo esc¨¦ptico. El ¨²ltimo Bach resulta extra?amente fascinante y, al mismo tiempo, es una imagen llena de lagunas. Es fascinante porque, como compositor, se traslad¨® a las m¨¢s altas esferas del contrapunto; a un mundo de un arte can¨®nico extravagante, de fugas en espejo, triples fugas, etc. All¨ª se encontraba con seguridad muy solo, porque apenas hab¨ªa nadie que pudiera seguirle intelectualmente. Hasta hoy resulta pr¨¢cticamente imposible escuchar una obra como El arte de la fuga de una sentada y comprender todos sus elaborados prodigios polif¨®nicos, porque lo cierto es que Bach plantea enormes exigencias a sus oyentes con esta m¨²sica o con la Ofrenda musical. Sin embargo, tambi¨¦n vemos que el ¨²ltimo Bach sigui¨® mostrando una gran curiosidad por la m¨²sica contempor¨¢nea innovadora: estudia sistem¨¢ticamente la m¨²sica religiosa en lat¨ªn de compositores italianos y de Zelenka, y finalmente completa su apabullante Misa en Si menor. Entra en contacto con el Stabat Mater de Pergolesi, quiere interpretar esta m¨²sica ultramoderna que expresa el dolor de Mar¨ªa en un servicio religioso protestante. Y entonces incorpora un nuevo texto a la obra: la par¨¢frasis latina de un texto de los salmos (Tilge, H?chster, meine S¨¹nden, BWV 1083); y compone sin vacilar una nueva parte para viola. ?Qu¨¦ documento tan maravilloso de un temprano ecumenismo! Pero tambi¨¦n hay muchas lagunas en la biograf¨ªa del ¨²ltimo Bach. Por ejemplo, s¨®lo podemos rastrear de manera muy selectiva qu¨¦ obras interpret¨® domingo tras domingo en la iglesia de Santo Tom¨¢s en la ¨²ltima d¨¦cada de su vida. Seg¨²n mis investigaciones, he logrado reunir varias pruebas que apuntan a que sus enfrentamientos ¡ªque empezaron a ir a m¨¢s ya en 1730¡ª con sus superiores en Leipzig sobre el papel de la m¨²sica en la Thomasschule redujeron significativamente su energ¨ªa creadora como m¨²sico eclesi¨¢stico. Por eso se concentr¨® mucho m¨¢s en otros ¨¢mbitos musicales¡±.
Aunque Leipzig ha acabado por convertirse en la ciudad bachiana por antonomasia, sabemos por la carta del compositor a su amigo Georg Erdmann in 1730 que quer¨ªa irse de all¨ª y encontrar un puesto de trabajo diferente en otro lugar: ¡°A menudo se afirma que Bach no compuso nunca una ¨®pera, que jam¨¢s se convirti¨® al catolicismo o que nunca abandon¨® voluntariamente la Alemania Central. Yo no estoy tan seguro de todo esto. Muy bien, sus antepasados ¡ªm¨²sicos tambi¨¦n ellos¡ª se tuvieron por turingios extremadamente sedentarios. Creo que si Bach hubiera recibido una oferta de trabajo apetecible en una corte cat¨®lica alemana, o incluso en el sur de Europa, ¨¦l la habr¨ªa sopesado cuando menos largamente. M¨¢s a¨²n porque en 1730 estaba completamente horrorizado con las autoridades lipsienses, que, como escribi¨® a Erdmann, eran ¡®caprichosas y poco afectas a la m¨²sica¡¯. Porque, en 1729, el concejo municipal hab¨ªa empezado de repente a ordenar a Bach cu¨¢les eran los ni?os cantores a los ten¨ªa que incorporar a su coro. Tenemos que imaginarnos una cosa as¨ª: ?pol¨ªticos dici¨¦ndole a Bach con qui¨¦nes ten¨ªa que interpretar su m¨²sica!¡±
La pandemia tambi¨¦n ha hecho estragos en el Festival Bach, pero Maul intenta sacar ense?anzas positivas de las restricciones: ¡°Durante la pandemia aprendimos lo que puede conseguirse tambi¨¦n en el espacio virtual. El Viernes Santo de 2020 interpretamos la Pasi¨®n seg¨²n San Juan con tan solo tres m¨²sicos en la iglesia de Santo Tom¨¢s junto a la tumba de Bach y lo ofrecimos en streaming a todo el mundo de forma gratuita: m¨¢s de medio mill¨®n de personas en 74 pa¨ªses lo escucharon en sus casas. ?Al tiempo que cantaban! Esto fue una sustituci¨®n verdaderamente emocionante para el Festival Bach que hubo que cancelar por completo en 2020 y al que hab¨ªamos invitado a Leipzig a 50 coros Bach en parte semiprofesionales de todos los continentes bajo el lema ¡®BACH ¡ª ?Somos FAMILIA!¡¯, adem¨¢s de los int¨¦rpretes famosos. Los planes de 2020 los hemos recuperado ahora en 2022 y volveremos a hacerlo en 2024. En 2021 conseguimos hacer el eje central del Festival Bach que hab¨ªamos dise?ado, el ciclo llamado ¡®El Mes¨ªas de Bach¡¯, aqu¨ª en Leipzig, de manera h¨ªbrida: con un p¨²blico reducido (el que entonces se autorizaba) en las iglesias de Bach y m¨¢s de seis mil entradas vendidas para el streaming en directo. Esto se tradujo en que todo el que quer¨ªa pod¨ªa estar ah¨ª, al margen de que pudieran hacer o no el peregrinaje a Leipzig. Pero la pandemia tambi¨¦n nos ense?¨® aquello que no es posible en el espacio virtual: establecer una cercan¨ªa real y encuentros reales. Por eso resulta a¨²n m¨¢s maravilloso que esto vuelva a ser otra vez posible¡±.
La violinista espa?ola Lina Tur Bonet toca en esta edici¨®n en tres sesiones nocturnas: ¡°Conozco a Lina desde hace a?os y admiro su manera tan hermosamente articulada y llena de vida de tocar el viol¨ªn. Y, adem¨¢s, desde la pasada primavera Lina se ha convertido, por as¨ª decirlo, en una sucesora de Bach en Weimar. All¨ª, donde Bach fue nombrado concertino de la orquesta de la corte en 1714, Lina es ahora catedr¨¢tica de viol¨ªn barroco en la Musikhochschule. Espero con ilusi¨®n colaborar con ella en diversos ¨¢mbitos y estoy tambi¨¦n muy contento de haber recibido un generoso apoyo econ¨®mico de la embajada espa?ola para sufragar sus actuaciones¡±.
El Festival Bach tambi¨¦n acoge interpretaciones en las que la m¨²sica de Bach se mezcla con otros g¨¦neros, como los tres conciertos de Lina Tur Bonet, en los que compartir¨¢ escenario con un DJ. Todas estas desviaciones extramuros del Barroco han sido moneda com¨²n en los siglos XX y XXI, lo cual resulta posible ¡°porque la m¨²sica de Bach es universal e intemporal. Su Ciaccona para viol¨ªn solo o la gran Passacaglia en Do menor para ¨®rgano tambi¨¦n funcionan perfectamente en los arreglos de Stokowski para gran orquesta sinf¨®nica con un sonido chaikovskiano. Aun soplada en un peine o tocada con guitarras el¨¦ctricas, la m¨²sica de Bach suena de maravilla, precisamente porque la sustancia es muy poderosa. ans¨ªa Sting me dijo una vez que sol¨ªa coger su guitarra por la ma?ana para tocar un movimiento de una suite para violonchelo de Bach. ?Bach levanta puentes entre g¨¦neros!¡±
La m¨²sica de los hijos de Bach tambi¨¦n tendr¨¢ una importante presencia en la edici¨®n del Festival Bach que hoy se inaugura: ¡°Los hijos de Bach no lo tuvieron nada f¨¢cil para abrirse camino. Comparadas con la m¨²sica de su padre, sus obras parecen menos equilibradas; y comparadas con las obras de un Mozart o un Haydn, a veces parecen inconclusas e imperfectas. Pero esta es una imagen distorsionada. Si nos sumergimos en las obras de Carl Philipp Emanuel o Johann Christian Bach y las aceptamos como independientes, son sencillamente gran m¨²sica. Esta fue tambi¨¦n la opini¨®n de sus contempor¨¢neos. Mozart dijo de C. P. E. Bach: ¡®?l es el padre, nosotros somos los ni?os¡¯; y Mozart dio forma significativamente a su Allegro cantabile a partir de las obras de Johann Christian Bach, el ¡®Bach de Londres¡¯. Tambi¨¦n me impresiona comprobar qu¨¦ diferentes e innovadoras son, estil¨ªsticamente hablando, las obras de cada uno de los hijos de Bach. Esto es, en realidad, un enorme elogio dirigido al profesor Johann Sebastian Bach. Est¨¢ claro que era capaz de ense?ar a sus hijos un oficio supers¨®lido sin destruir su creatividad. ?Bravo!¡±
Michael Maul ha protagonizado los m¨¢s importantes descubrimientos de la musicolog¨ªa bachiana reciente. ?Es a¨²n posible encontrar algunas de las obras que no han llegado hasta nosotros, pero de las que nos consta que fueron compuestas? ¡°Creo que es mucho lo que se ha perdido irremediablemente y hay con toda certeza obras de Bach a¨²n desconocidas en alguna parte. Pero estoy seguro de que se encuentran en lugares donde nadie sospecha de su existencia. Es lo que han mostrado los ¨²ltimos grandes descubrimientos bachianos. En 2005, yo mismo descubr¨ª la primera obra vocal desconocida de Bach despu¨¦s de 80 a?os en la biblioteca de la duquesa Anna Amalia en Weimar: el aria ¡°Alles mit Gott und nichts ohn¡¯ ihn¡±, BWV 1127. La encontr¨¦ escrita por Bach en dos p¨¢ginas en blanco de un poema de cumplea?os impreso para el duque Wilhelm Ernst de Weimar, a cuyo servicio trabajaba el compositor. Nadie hab¨ªa reparado en esas notas, especialmente dado que Bach no escribi¨® su nombre. Yo lo reconoc¨ª por su caligraf¨ªa. Pocas semanas despu¨¦s, en la misma biblioteca, descubr¨ª los manuscritos m¨¢s antiguos de m¨²sica de Bach de los que tenemos noticia: transcripciones de fant¨¢sticas obras organ¨ªsticas de sus grandes modelos del norte de Alemania, Dieterich Buxtehude y Johann Adam Reincken, copiados en la conocida como nueva tablatura para ¨®rgano alemana. Los bibliotecarios pensaban que se trataba de una especie de escritura secreta y probablemente archivaron los manuscritos en la secci¨®n de ¡®Manuscritos teol¨®gicos¡¯, bajo el ep¨ªgrafe ¡®Literatura mon¨¢stica¡¯. Ning¨²n music¨®logo los hab¨ªa examinado all¨ª antes que yo. Por eso estoy seguro de que en bibliotecas muy conocidas y bien investigadas se encuentran a¨²n fuentes importantes de Bach sin descubrir, como, por ejemplo, copias de obras de otros compositores. Bach tuvo que tener una gran biblioteca musical, porque siempre sinti¨® una gran curiosidad por las obras extranjeras¡±.
No conozco ning¨²n otro compositor que sea tan vers¨¢til y tan adaptable a cualquier instrumento. ?Bach levanta puentes entre g¨¦neros!¡±
?Es posible compaginar la investigaci¨®n de alto nivel con la gesti¨®n del festival m¨¢s importante dedicado a Bach? ¡°S¨ª, esa era mi esperanza: poder combinar el trabajo de director de un festival con el de investigador. Pero eso es dif¨ªcil, porque como responsable m¨¢ximo del Bachfest, soy el director art¨ªstico del festival, el ide¨®logo, el principal recaudador de fondos, el encargado de establecer redes de colaboraci¨®n con otras instituciones y el rostro y el portavoz de este gran festival internacional. Tengo grandes posibilidades creativas que hacen que muchos me envidien. Por medio de mis ideas entro en contacto con much¨ªsima gente: con motivo de mi ciclo ¡®El Mes¨ªas de Bach¡¯, que interpretamos en el Festival Bach de 2021, pude incluso intercambiar impresiones con Benedicto XVI, porque ¨¦l es tambi¨¦n un bachiano declarado. Pero hay veces en que a?oro la ¨¦poca en que pasaba tres d¨ªas a la semana inmerso en los archivos del centro de Alemania y pod¨ªa sumergirme en profundidad en el mundo de Bach sin ninguna prisa. Es algo que ya dif¨ªcilmente puedo permitirme hacer ahora. Aun as¨ª, intento seguir publicando, dar clases en la universidad y, sobre todo, infundir entusiasmo por la m¨²sica de Bach en la gente por medio de libros, programas de radio y podcasts, al mismo tiempo que dejo claro que la m¨²sica de Bach puede parecer divina, pero que ¨¦l era tambi¨¦n un ser humano, con sus fortalezas y sus debilidades¡±.
En otro gran festival de m¨²sica antigua, el de Utrecht, Maul hablar¨¢ en agosto sobre ¡°Johann Sebastian Bach, Federico el Grande y la pol¨ªtica de la Ofrenda musical¡±. ?Da este t¨ªtulo a entender que Bach era un compositor ¡°pol¨ªtico¡±? ¡°Ese es uno de los peque?os proyectos de investigaci¨®n que estoy realizando en paralelo en este momento. Estoy seguro de que su viaje a Potsdam en 1747 y su genuflexi¨®n musical all¨ª ante Federico el Grande y m¨¢s tarde en la Ofrenda musical impresa se tuvieron por una aut¨¦ntica afrenta dom¨¦stica desde el punto de vista de la corte sajona. Al fin y al cabo, no debemos olvidar que Bach hab¨ªa sido miembro honor¨ªfico de la orquesta de la corte de Dresde desde 1736 y que ¨¦l mismo se calificaba de ¡®Compositor de la corte electoral sajona¡¯. Y Federico el Grande hab¨ªa sido el enemigo p¨²blico n¨²mero uno de Sajonia desde la primera guerra silesia y la batalla de Kesselsdorf, por lo que al conde Von Br¨¹hl, el primer ministro saj¨®n, no tuvo que hacerle ninguna gracia esa genuflexi¨®n de Bach ante Federico. Sospecho que Bach confiaba secretamente que en que el rey lo contratar¨ªa para que trabajara a su servicio, ofreci¨¦ndole quiz¨¢s una gran pensi¨®n si se trasladaba a Berl¨ªn. Pero le fallaron los c¨¢lculos. No creo, sin embargo, que Bach fuera un hombre pol¨ªtico. Su ocupaci¨®n era la m¨²sica y, a fin de conseguir sus objetivos en este ¨¢mbito, a veces intentaba literalmente atravesar la pared, costara lo que costara. No siempre sali¨® airoso de su empe?o, y a veces se puso las cosas innecesariamente dif¨ªciles. Y me imagino incluso que a los profanos deb¨ªa de parecerles poco menos que un autista debido a la extrema concentraci¨®n en su arte y su aparente reticencia a alcanzar ning¨²n tipo de compromiso¡±.
La recepci¨®n de Bach est¨¢ en una situaci¨®n de flujo permanente y es importante lograr que todo esto resulte audible
Con el centenario del Festival Bach a cuatro a?os vista, Maul se plantea nuevos objetivos a medio plazo: ¡°Creo que tenemos que conseguir ofrecer, por encima de todo, una amplia secci¨®n transversal de la interpretaci¨®n y la recepci¨®n bachiana actual en la principal ciudad en que el compositor llev¨® a cabo su actividad, incesantemente y de manera siempre diferente. Me encanta pensar en ciclos. En 2018 fue el ¡®Anillo de Cantatas¡¯, con interpretaciones de las que son supuestamente las 30 mejores cantatas de Bach, confiadas a los m¨²sicos m¨¢s famosos: John Eliot Gardiner, Ton Koopman, Masaaki Suzuki. Este proyecto se vio seguido en 2021 del ¡°Mes¨ªas de Bach¡±, la vida de Jes¨²s de Nazaret contada a trav¨¦s de 33 cantatas de Bach, los tres oratorios y la Pasi¨®n seg¨²n San Mateo. A¨²n tengo unas cuantas ideas m¨¢s para este tipo de grandes conceptos c¨ªclicos, especialmente en el ¨¢mbito infinitamente hermoso y hasta ahora muy infrautilizado de las cantatas. Creo que el eje del incre¨ªble arte de Bach se encuentra realmente en las cantatas. Al mismo tiempo, creo que deber¨ªamos romper un poco los formatos tradicionales. Necesitamos conciertos en los que los artistas no solo interpreten m¨²sica, sino que transporten al p¨²blico en un viaje verbal de descubrimiento. Tambi¨¦n creo que la m¨²sica de Bach se presta muy bien a interpretarse de un modo en el que se desligue del contexto y la pr¨¢ctica interpretativa originales. La historia de la recepci¨®n de Bach est¨¢ en una situaci¨®n de flujo permanente y es importante lograr que todo esto resulte audible¡±.
2023, por lo pronto, ya tiene su eje conceptual dise?ado: ¡°El pr¨®ximo a?o, el Festival Bach se celebrar¨¢ con el lema ¡®BACH para el FUTURO¡¯. Celebraremos entonces el tercer centenario de la toma de posesi¨®n de Bach en su puesto de Thomaskantor. Por un lado, queremos mostrar que en aquel momento Bach compuso casi m¨¢s para el futuro que para el presente, porque es evidente que hubo muchas personas entre sus contempor¨¢neos que, en un principio, se sintieron literalmente abrumados por su m¨²sica. Pero queremos prepararlo para el futuro, por as¨ª decirlo, con muchos formatos nuevos y tambi¨¦n interactivos, por m¨¢s que su m¨²sica realmente no lo necesite. Vuelvo a repetirlo: no conozco ninguna m¨²sica que sea m¨¢s intemporal e ilimitada que la de Bach. Esto se demuestra tambi¨¦n con los numerosos visitantes que realizan el peregrinaje desde todos los continentes para acudir al Festival Bach en Leipzig: este a?o, por cierto, proceden de al menos 51 pa¨ªses diferentes¡±.