El diablo que come helados en la catedral de Salamanca pierde una pezu?a
El Ayuntamiento de la ciudad investiga los da?os sobre uno de los adornos escult¨®ricos m¨¢s populares de la fachada del templo
Un diablo cojuelo trepa por la catedral de Salamanca como si acabara de asaltar una helader¨ªa y hubiese perdido la pezu?a izquierda en la fechor¨ªa. Este Belceb¨² de piedra lleva all¨ª encaramado desde que en 1992 las restauraciones del templo lo incorporaron como adorno pagano y goloso, pues en su mano izquierda agarra un cucurucho, pero la mueca burlona que luce en su rostro desaparecer¨ªa hoy si mirara hacia sus pies. La extremidad inferior izquierda ha desaparecido. Algo o alguien ha osado mutilar al mism¨ªsimo Satan¨¢s, uno de los ornamentos ex¨®ticos de la catedral charra, donde al atractivo patrimonial se a?ade la curiosidad de localizar a un astronauta, una langosta o una liebre distribuidos por el conjunto.
Esta catedral, del siglo XVI, ha visto c¨®mo a medida que se le aplicaban reformas y se arreglaban los da?os por la erosi¨®n se iban incorporando a?adidos no originales pero que aumentaban la curiosidad hacia el inmueble, adem¨¢s de ilustrar la ¨¦poca en la que se le agregaron esas mejoras. La conocida como Puerta de Ramos cuenta con este demonio, a quien algunas voces consideran m¨¢s mono o drag¨®n que demonio. Se cree que la mutilaci¨®n se produjo el pasado fin de semana. El alcalde de la ciudad, Carlos Garc¨ªa Carbayo (PP), ha ofrecido la ayuda consistorial para reponer la pezu?a ¡°o lo que haga falta¡± de esta popular escultura. ¡°Para eso est¨¢n las m¨¢quinas fotogr¨¢ficas, para llevarse recuerdos, no para agarrar patas de diablo¡±, ha insistido Garc¨ªa Carbayo, deslizando as¨ª que la figura ha sido v¨ªctima de alg¨²n v¨¢ndalo. Fuentes municipales detallan que el Cabildo de la catedral debe remitir un informe de actuaci¨®n que ser¨¢ estudiado por el Ayuntamiento y dirigido a la comisi¨®n de Patrimonio de la Junta de Castilla y Le¨®n para validar la actuaci¨®n.
El profesor de Historia del Arte y vicedecano de la Facultad de Geograf¨ªa e Historia, Jes¨²s ?ngel Jim¨¦nez, explica que es habitual que se ubiquen adornos contempor¨¢neos sobre elementos antiguos porque ¡°hay que hacer una diferenciaci¨®n entre lo original y lo restaurado¡±, si bien admite que ¡°hay expertos en contra de agregar nuevas im¨¢genes¡±. El historiador evoca un caso conocido: un Darth Vader, personaje de La guerra de las galaxias, ubicado en la catedral de Washington (Estados Unidos). ¡°No le encuentro sentido a romper un distintivo de Salamanca¡±, lamenta el experto, que rememora que ¨¦l era precisamente universitario cuando comenzaron esas intervenciones sobre la fachada, v¨ªctima de la humedad que perjudicaba sus elementos. Las figuras que se incorporaron entonces, visibles desde la plaza de Anaya de la ciudad, ¡°son accesibles perfectamente con la mano¡± y ya en su ¨¦poca de estudiante bromeaba con sus compa?eros sobre si en el futuro alguien creer¨ªa que los salmantinos del siglo XVI estaban tan avanzados como para tener astronautas: ¡°Cuando los turistas no tienen conocimiento, se asombran, es como haber anticipado el futuro como hac¨ªa Julio Verne en sus novelas¡±.
Este episodio, de confirmarse la tesis del vandalismo, no es el ¨²nico registrado en los ¨²ltimos tiempos contra el patrimonio salmantino. El astronauta que se divisa desde la misma plazoleta perdi¨® su brazo derecho en 2010, tambi¨¦n por culpa de unos inc¨ªvicos. Los m¨¢s curiosos, si se fijan, podr¨¢n constatar que la pieza a?adida para repararlo no tiene la misma textura y encaje que el resto del cuerpo. M¨¢s cari?o ha recibido, por la cuenta que les corre a los estudiantes, una liebre. Cuenta la leyenda, pues en Salamanca es inmensa la cantidad de cantinelas populares y supersticiones que corren sobre los universitarios, que acariciar a ese escurridizo animal trae buena suerte, de ah¨ª que el animal est¨¦ mucho m¨¢s pulido que otros ornamentos, resultado de tantos alumnos sob¨¢ndolo en busca de fortuna en los ex¨¢menes o, puestos a pedir, en lo que haga falta.
El vicedecano evoca al escritor Miguel de Unamuno, que se quejaba durante sus a?os de rector en la Universidad de Salamanca (1931-1936) de que la gente estaba m¨¢s pendiente del ic¨®nico batracio de la fachada de la sede de la universidad que del valioso conjunto art¨ªstico completo: ¡°No es lo malo que vean la rana, sino que no vean m¨¢s que la rana¡±. Jim¨¦nez afirma que la pezu?a se reparar¨¢ con otra restauraci¨®n ¡°m¨¢s all¨¢ de la an¨¦cdota¡± para que el demonio, helado en ristre, pueda seguir haciendo de las suyas en la monumental catedral de la ciudad.
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