Verdades y mentiras sobre la falsificaci¨®n del Torico de Teruel: los informes de los expertos no se ponen de acuerdo
Los estudios difieren incluso sobre el material en el que fue realizada la escultura original y las cr¨®nicas hist¨®ricas son contradictorias. El alcalde en 1938 asegur¨® que la figura hab¨ªa sido cambiada por los republicanos y el presidente de la Diputaci¨®n pidi¨® 50 kilos de ¡°bronce ruso¡± para una r¨¦plica
Dice la leyenda ¨Da la postre parece la fuente m¨¢s fiable en la actual pol¨¦mica sobre el presunto cambiazo del Torico de Teruel¨D que Alfonso II de Arag¨®n fund¨® la ciudad en 1171. El sitio elegido se correspond¨ªa con el lugar donde se hall¨® un toro ¨Dno se sabe si real o de piedra, ya que la zona estuvo ocupada por los celt¨ªberos, grandes amantes de tallar astados de granito en sus poblados¨D sobre el que brillaba una estrella, en realidad una supernova denominada Actuel. Los sabios le explicaron al rey que este era, sin duda, el lugar m¨¢s propicio para levantar una ciudad y que esta prosperase.
Con estos brumosos antecedentes hist¨®ricos, determinar c¨®mo y cuando apareci¨® la primera figura del Torico ¨Duna representaci¨®n de solo 45 cent¨ªmetros alzada sobre una columna y rodeada de una fuente¨D en la plaza m¨¢s importante de la ciudad resulta bastante complicado, m¨¢xime cuando los expertos no se ponen de acuerdo sobre el material con que fue elaborada. Para unos era de hierro, para otros de bronce. Sin tener en cuenta el posible morlaco p¨¦treo celt¨ªbero, que pudo terminar en cualquier parte con la llegada de los dioses romanos, las primeras cr¨®nicas que se refieren a la escultura hablan de una fuente en el centro de Teruel en el siglo XVI creada por un arquitecto franc¨¦s llamado Pierres Vedel, responsable de la tra¨ªda de aguas a la ciudad. En el imaginario popular se describe aquella fontana de 1557 como coronada por un toro, porque un paseante de la ¨¦poca dej¨® escrito que inclu¨ªa ¡°un peque?o y hermoso toro de bronce dorado con una estrella entre las astas...¡±. No obstante, el escribidor nunca detall¨® d¨®nde estaba colocado el astado ¨Dsobre una pilastra, en un lado o en el suelo¨D, solo que era de bronce, no de hierro fundido.
Fuera como fuera, la obra de Vedel fue sustituida en 1855 por otra y supuestamente esa es la que se ha mantenido en la plaza hasta la actualidad, la misma que el pasado 19 de junio se rompi¨® al caer accidentalmente de su pedestal. No se conserva ning¨²n documento que se?ale qui¨¦n dise?¨® y qui¨¦n esculpi¨® la estatua bovina ni con qu¨¦ material. Se especula que fue obra de Ponciano Ponzano, el autor de los leones (de bronce) de las Cortes, pero el actual cronista de la villa, el catedr¨¢tico de Historia Medieval Vidal Mu?oz, admite que no ha encontrado un solo archivo que lo corrobore. Sirva como justificaci¨®n ante tanta desmemoria que Teruel fue completamente destruida durante la Guerra Civil y numerosos edificios hist¨®ricos, documentaci¨®n incluida, resultaron calcinados. En el estudio Teruel 1938. Destrucci¨®n del patrimonio y aportaciones documentales, de Wifredo Rinc¨®n, del CSIC, se reproducen las palabras de un periodista dos a?os despu¨¦s de acabada la guerra: ¡°Imag¨ªnate, lector, una colosal pir¨¢mide arrumbada sobre un suelo pre?ado de metralla y pozos profundos. Una ciudad muerta... un pueblo abatido, truncado, sangrante por el tremendo suplicio de varios meses de agon¨ªa. E imag¨ªnate un cementerio sin fin, desordenado, sucio, purulento, tachonado de cr¨¢neos destrozados, y de rostros crispados por el dolor y la agon¨ªa¡±.
Fue precisamente a finales de 1937 cuando comenz¨® el aut¨¦ntico galimat¨ªas hist¨®rico y patrimonial que ha provocado el estupor de los turolenses tras desvelar EL PA?S que el informe t¨¦cnico encargado por el Ayuntamiento por la ca¨ªda de la estatua ¨Ds¨ªmbolo, icono, imagen, emblema, efigie, insignia y distintivo de la ciudad¨Dpon¨ªa en duda que fuese la original de 1855. La imagen destrozada era de hierro y no de bronce como se?alaban los documentos municipales.
Alfonso Casas, estudioso de la batalla de Teruel, recuerda que el 15 de diciembre de 1937 las bombas incendiarias del Ej¨¦rcito republicano cayeron sobre la capital, en ese momento en manos de los franquistas, y da?aron el pedestal y el toro, que perdi¨® su pit¨®n derecho y sufri¨® da?os en el cuerpo. El alcalde del momento, Jos¨¦ Maicas, decidi¨® entonces resguardar la figura en el Ayuntamiento, posiblemente en una carbonera. El 21 de diciembre, las tropas republicanas entraron en la capital y el alcalde huy¨® a zona sublevada con un centenar de vecinos. Las fotograf¨ªas de la ¨¦poca demuestran que el Torico ya no estaba en el pedestal cuando Teruel pas¨® a manos de la Rep¨²blica.
Pero el 22 de febrero de 1938, los franquistas la retomaron y el regidor regres¨® con ellos. El Torico fue encontrado no en el Ayuntamiento, sino encima de una mesa de la Oficina de Arbitrios. Maicas asegur¨® entonces que ese no era el que ¨¦l hab¨ªa retirado y que ¡°se lo hab¨ªan llevado las hordas rojas¡±, seg¨²n un documento consultado por Casas. Una opini¨®n que comparti¨® un d¨ªa despu¨¦s, el 23 de febrero, el presidente de la Diputaci¨®n de Teruel, Miguel Allu¨¦ Salvador, que reclam¨® a los generales sublevados ¡°50 kilos de bronce ruso¡± para crear una r¨¦plica. Se desconoce la respuesta. Curiosamente, Maicas, unos d¨ªas despu¨¦s de la petici¨®n de Allu¨¦, cambi¨® de opini¨®n y afirm¨® que s¨ª, que era el Torico porque le falta el cuerno derecho, que antes no se hab¨ªa dado cuenta.
Unos meses antes de la toma de Teruel por los franquistas, el Gobierno de la Republica hab¨ªa creado la Junta de Incautaci¨®n y Protecci¨®n del Patrimonio Art¨ªstico con el fin de evitar da?os a los monumentos y objetos religiosos, culturales e hist¨®ricos del pa¨ªs. Y, por supuesto, una delegaci¨®n lleg¨® a la ciudad aragonesa, donde redact¨® un inventario de todo lo que se iba a llevar a Barcelona: el fuero de Teruel, los c¨¢lices de la catedral, las im¨¢genes de las principales iglesias... Todo, menos el Torico. Este no aparece en el inventario que los franquistas hallaron al final de la guerra en la capital catalana y tampoco estaba en el interior de las cajas de madera donde se guardaban los objetos requisados. ¡°La verdad es que eso no tiene sentido que no aparezca en el listado dada la importancia emocional de la figura para Teruel. Qu¨¦ raro¡±, afirma Casas.
El experto no se atreve a aventurarse sobre la autenticidad del actual Torico. ¡°Solo puedo decir que Maicas, el mismo que lo hab¨ªa escondido para salvarlo y que dijo, en principio, que no era el original se lo ofreci¨® al general Moscard¨®, jefe del Cuerpo de Ej¨¦rcito de Arag¨®n, para un futuro museo de la Guerra Civil en Zaragoza, museo que nunca se cre¨®. Si tan importante era para Teruel...¡±.
El pasado domingo 19 de junio, a las seis de la ma?ana, el Torico ¨Dcopia u original¨D se precipit¨® sobre el pavimento desde una altura aproximada de unos 11 metros. Con motivo de la celebraci¨®n en la ciudad durante toda esa semana del Congreso Nacional del Toro de Cuerda, el Ayuntamiento hab¨ªa decidido unir el pedestal de la estatua con los balcones de la plaza mediante 23 cables, uno por cada municipio participante. Pero nadie cay¨® en la cuenta de que por ese lugar deb¨ªa transcurrir el domingo la procesi¨®n del Corpus y que las sirgas iban a impedir su paso. As¨ª que, seg¨²n Mar¨ªa Jos¨¦ Izquierdo, presidenta de la Asociaci¨®n de Vecinos del Casco Hist¨®rico, se decidi¨® quitarlas de urgencia a primera hora del domingo y no fue la empresa que mont¨® la instalaci¨®n la que retir¨® los cables, sino operarios municipales que carec¨ªan de la formaci¨®n necesaria. ¡°A las seis comenzaron a soltarlos, porque a esa hora, y en un domingo, resultaba imposible que los trabajadores de la empresa contratada acudieran a Teruel. As¨ª que, sin encomendarse a nadie, los empleados municipales destensaron las cuerdas de un solo lado, sin tener en cuenta las tensiones y el pedestal. L¨®gicamente, se venci¨®. ?Qu¨¦ desastre!¡±. Resultado: dos patas, los cuernos rotos y da?os en el cuerpo.
El Ayuntamiento decidi¨® entonces repararlo a toda prisa, porque el 1 de julio comienzan las tradicionales fiestas de la Vaquilla, que lleva a miles de turolenses a reunirse en torno a la estatua y colocarle un pa?uelo al cuello el 9 de julio. En Navidad la rodean con un abeto y cuando uno de los equipos locales gana un trofeo le atan una bufanda. Se encarg¨® as¨ª el estudio Reparaci¨®n de urgencia del fuste de la fuente del Torico. Criterios t¨¦cnicos planteados, rubricado por el arquitecto Francisco Javier G¨®mez Patrocinio y la restauradora Rosana Herrero Mart¨ªn: ¡°En todas las fuentes consultadas se indica que la figura [deber¨ªa ser] de bronce, igual que los ca?os [decorativos de la fuente]. Sin embargo, al desplomarse y partirse, se ha podido comprobar que el material en el que est¨¢ ejecutada es fundici¨®n [hierro] gris¡±.
Soledad D¨ªaz, restauradora especializada en metales del Instituto de Patrimonio Cultural Espa?ol (IPCE), sostuvo en una telerreuni¨®n celebrada el d¨ªa 21, antes de redactar el informe final, que el material de la figura era ¡°propio de un periodo m¨¢s industrial. En base a estas apreciaciones, se podr¨ªa intuir que no es la aut¨¦ntica de 1855, sino una r¨¦plica de principios de siglo XX, tal vez vinculada a una reparaci¨®n de la fuente tras los da?os sufridos durante los bombardeos en 1937. Esta es una hip¨®tesis que deber¨ªa ser corroborada por medio de un estudio hist¨®rico y documental antes de poder ser dada por cierta¡±, indic¨®. Es decir, en alg¨²n momento de la guerra se pod¨ªa haber producido la sustituci¨®n.
Pero eso no concuerda en absoluto con el informe realizado por el Museo de Teruel en 1994, que afirmaba que la superficie del Torico conservaba ¡°restos de un revestimiento de color verde, con trazas azules en algunos puntos, que en su momento debi¨® cubrirla por completo, cumpliendo una importante funci¨®n protectora. Seguramente con su aplicaci¨®n se intentaba conseguir un aspecto similar al del bronce¡±. O lo que es lo mismo, el Torico nunca fue de bronce como cre¨ªan quienes lo observaban, pero su aspecto exterior s¨ª lo era, lo que provoc¨® supuestamente la confusi¨®n y la creencia de que hab¨ªa sido cambiado en alg¨²n momento entre 1855 y 2022.
Sin embargo, para el catedr¨¢tico Vidal Mu?oz y para el gerente de la Fundaci¨®n Santa Mar¨ªa del Albarrac¨ªn, Antonio Jim¨¦nez, la entidad que coordina la restauraci¨®n, es m¨¢s que probable que la figura fuese cambiada durante los bombardeos de 1937 y 1938. Algo que el director del Museo Teruel, Jaime Vicente Red¨®n, niega tajantemente: ¡°Qui¨¦n se va a poner a fundir una copia en hierro en mitad de una guerra. Eso carece de sentido¡±.
El director del museo esgrime como prueba que las fotograf¨ªas que se conservan desde principios del siglo XX muestran que es la misma figura siempre. El contraargumento que ofrecen los que se oponen a esta tesis, adem¨¢s de que las fotograf¨ªas no permiten saber con qu¨¦ material fue fundida, es que no resulta l¨®gico que los ca?os de la fuente ¨Dcuatro peque?as cabezas de toro¨D fueran de bronce y la escultura principal de hierro. ¡°Los ca?os eran de bronce por sus propiedades biocidas, para que el agua supiese mejor. El toro no necesitaba ser de ese material, pod¨ªa ser perfectamente de hierro¡±, replica Vicente Red¨®n.
El a?o 1938 no fue el ¨²nico en que el astado baj¨® a la plaza. En 1932, la fuente fue reformada y entregada al Ayuntamiento 12 meses despu¨¦s. En 1969, a causa de otra rehabilitaci¨®n, la escultura tambi¨¦n fue expuesta en la casa consistorial ¡°todo el tiempo que duraron los trabajos¡±.
El cronista Vidal Mu?oz concluye que, seg¨²n los documentos municipales, el Torico original fue esculpido en bronce, mientras que Red¨®n replica que era pura apariencia creada por la p¨¢tina protectora que detalla el informe del museo. As¨ª pues, ser¨¢ pr¨¢cticamente imposible determinar, a no ser que aparezcan nuevas pruebas, si en alg¨²n momento se produjo el supuesto cambiazo. Lo que s¨ª afirma el Ayuntamiento es que para las fiestas de la Vaquilla habr¨¢ en la plaza una r¨¦plica temporal de la ic¨®nica estatua se est¨¢ haciendo una fundici¨®n de Zaragoza, pero nadie se podr¨¢ subir a ella el 9 de julio para arroparla con un pa?uelo rojo como marca la tradici¨®n de una ciudad rebosante de leyendas e interrogantes.
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