Adolfo Marsillach revive en el Festival de Teatro Cl¨¢sico de Almagro
La 45? edici¨®n de la muestra se inaugura este jueves con un espect¨¢culo-homenaje al director y actor, la entrega del Premio Corral de Comedias a Llu¨ªs Pasqual y Uruguay como pa¨ªs invitado
¡°?En qu¨¦ medida los cl¨¢sicos no est¨¢n muertos y pueden salirse de los estantes polvorientos de las bibliotecas y desprenderse de las manos, cuidadosas pero te¨®ricas, de los profesores para convertirse en algo concreto, palpable, atractivo y pr¨®ximo? Naturalmente, no somos tan est¨²pidos para creernos capaces de responder positivamente a tan delicada cuesti¨®n. De todas formas, lo vamos a intentar¡±. As¨ª se expresaba el director, actor y escritor Adolfo Marsillach cuando en 1987 cre¨® la Compa?¨ªa Nacional de Teatro Cl¨¢sico (CNTC), que desde entonces qued¨® ¨ªntimamente ligada al Festival de Teatro Cl¨¢sico de Almagro, nacido casi una d¨¦cada antes. No solo intent¨® hacer realidad ese sue?o, sino que lo consigui¨®. Y de qu¨¦ manera. Marsillach dej¨® las bases para que posteriores generaciones pudieran seguir haciendo teatro con los cientos de textos cl¨¢sicos pertenecientes al barroco espa?ol y aleda?os, a veces de manera rabiosamente contempor¨¢nea y transgresora.
As¨ª ha sido y sigue siendo en los 35 a?os de vida de la compa?¨ªa, que en la actualidad dirige el tambi¨¦n actor y director Llu¨ªs Homar, que ha querido que el nombre de Marsillach resonara de nuevo con fuerza en Almagro. Junto con el actual dramaturgo de la CNTC, Xavier Albert¨ª, ha puesto en pie una suerte de homenaje al fundador de la formaci¨®n bajo el nombre de Adolfo Marsillach soy yo, con el que se inaugura este jueves la 45? edici¨®n del Festival de Almagro, despu¨¦s de que se le entregue el Premio Corral de Comedias de este a?o al director Llu¨ªs Pasqual.
A?o tras a?o, en paralelo a la consolidaci¨®n de la CNTC, el Festival de Almagro ha ido creciendo hasta convertirse en referente imprescindible del teatro barroco espa?ol. Eso despu¨¦s de haber nacido t¨ªmidamente en 1978 como complemento esc¨¦nico a unas jornadas en las que investigadores y estudiosos debat¨ªan concienzudamente sobre diversas cuestiones, casi todas acad¨¦micas, en torno al teatro cl¨¢sico espa?ol. Las jornadas a¨²n se celebran hoy en d¨ªa bajo el paraguas del festival y en ellas se re¨²nen eruditos de diferentes pa¨ªses para poner en com¨²n sus avances y conocimientos. Pero el festival ahora es la joya de la corona del teatro cl¨¢sico en Europa, algo que trat¨¢ndose de este tema casi es decir del mundo.
Su director, Ignacio Garc¨ªa, habla de sus objetivos, que una vez m¨¢s se ven ampliados con respecto a ediciones anteriores: ¡°Esta muestra es una aut¨¦ntica reserva natural del Siglo de Oro, al tiempo que todo un referente en cuanto a la calidad, la excelencia y la variedad. No hay lugar en el mundo donde ver tan bueno y tanto teatro cl¨¢sico¡±, comenta el responsable, quien recuerda que hay unas l¨ªneas de trabajo estrat¨¦gicas muy concretas, como son que el festival sea feminista, americanista, accesible e inclusivo. Y lo demuestra con las m¨¢s de 20 dramaturgas y directoras que figuran en la programaci¨®n del festival, con la presencia de pa¨ªses como Chile, Argentina, Colombia, Guatemala, Estados Unidos, M¨¦xico y la participaci¨®n como pa¨ªs invitado de Uruguay, que enmarca adem¨¢s un homenaje a Margarita Xirgu ¨Dque vivi¨® exiliada en Montevideo¨D en forma de ficci¨®n sonora producida por RNE. En total, hasta el 24 de julio se representar¨¢n hasta medio centenar de espect¨¢culos provenientes de 10 pa¨ªses y 12 comunidades aut¨®nomas.
¡°Se trata de plantear una panor¨¢mica cada vez m¨¢s abierta y que el canon del Siglo de Oro que se construya tenga otros aromas, est¨¦ticas, acentos, lenguas y modos muy diferentes. En ese contexto tenemos dos presencias fundamentales¡±, se?ala Ignacio Garc¨ªa en referencia al galard¨®n que se le concede a Llu¨ªs Pasqual y un homenaje que recibir¨¢ la directora Helena Pimenta, antecesora de Llu¨ªs Homar al frente de la CNTC. ¡°Los dos han llevado a cabo una defensa rigurosa del teatro cl¨¢sico, con atrevimiento, osad¨ªa y modernidad, abriendo puertas a nuevos lenguajes, lo que no ha supuesto destruir, sino construir otra visi¨®n del patrimonio con respeto, solvencia y conocimiento¡±.
Adolfo Marsillach soy yo, que s¨®lo se representar¨¢ este jueves y ma?ana, cuenta con un plantel de actores relacionados con el fundador de la CNTC. N¨²ria Espert trabaj¨® con ¨¦l al principio de su carrera y en el ¨²ltimo montaje del director, en la recordada puesta de Qui¨¦n teme a Virginia Wolf. Adriana Ozores y Carlos Hip¨®lito, j¨®venes y con una dicci¨®n perfecta, fueron dos actores fundamentales para Marsillach en los or¨ªgenes de la CNTC. Llu¨ªs Homar es hoy el capit¨¢n de esa nave que ¨¦l puso en marcha y la joven Natalia Huarte representa las bases que puso Marsillach para el futuro. Participa tambi¨¦n Blanca Marsillach, su hija peque?a, que ofreci¨® un proyecto propio a la CNTC pero finalmente se sum¨® a esta producci¨®n. Y la cantante y el m¨²sico Mar¨ªa Hinojosa y Dani Espasa, respectivamente, que transitar¨¢n por una serie de melod¨ªas que son ecos de la vida de Marsillach, como la habanera de la Carmen de Bizet, ¨®pera que mont¨® el director, temas de sus admiradas zarzuelas o cupl¨¦s, entre ellos El comunista, como alguna vez lleg¨® a definirse Marsillach.
Homar y Albert¨ª han querido rescatar una de las figuras m¨¢s importantes de la historia del teatro espa?ol: ¡°Adolfo Marsillach es teatro, es compromiso, es ciudadan¨ªa, es pol¨ªtica, es iron¨ªa, es nostalgia, es activismo, es fuerza e incertidumbre, es debilidad y coraje, es memoria, es contemporaneidad, es vocaci¨®n de servicio, es consciencia de lo p¨²blico, es inteligencia, es humanidad, es amor, es disciplina, es teor¨ªa, es cultura, es patrimonio¡ ?es teatro!¡±, escriben en el texto de presentaci¨®n del montaje. Ambos tienen claro que han pretendido un acercamiento al pensador, al hombre de teatro y, sobre todo, a la persona.
Elegir sus textos ha sido dificultoso por la amplitud de su obra: ¡°Adem¨¢s de hacer mucho teatro y muy bueno, escribi¨® mucho sobre teatro. La procedencia de los textos es muy heterog¨¦nea, est¨¢n su autobiograf¨ªa Tan lejos, tan cerca, sus programas de mano o sus muchos art¨ªculos, labor a la que dedic¨® gran parte de su tiempo, para hablar siempre de pol¨ªticas teatrales y de cultura. A todo ello hay que unir material a¨²n in¨¦dito¡±, se?ala Albert¨ª. Tanto ¨¦l como Homar defienden la absoluta vigencia de sus reflexiones: sobre c¨®mo construir espectadores, c¨®mo construir actores, c¨®mo decir el verso, c¨®mo construir sistemas pol¨ªticos que desde la verdad sostuvieran el teatro y la cultura¡..
¡°No hay nadie en nuestro pa¨ªs que haya hecho m¨¢s que ¨¦l por el teatro cl¨¢sico y su apuesta fue muy decidida. ?l cre¨ªa en Calder¨®n, Lope, Tirso¡ que ten¨ªan una vigencia y fuerza enormes, como pod¨ªan tener los textos de la Com¨¦die-Fran?aise o el National Theatre¡±, apunta Homar, quien recuerda que la aportaci¨®n m¨¢s importante de Marsillach ha sido romper con esa idea de que los cl¨¢sicos son algo muse¨ªstico, ya que ¨¦l hizo con ellos teatro contempor¨¢neo, divertido y valiente, arriesgado y riguroso. A este homenaje se sumar¨¢ en septiembre una exposici¨®n en la sede madrile?a de la CNTC.
Babelia
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