¡®Moneyboys¡¯, el drama de ser homosexual y chapero en China

Aunque la homosexualidad en China dej¨® de estar vetada en 1997, y en 2001 se elimin¨® oficialmente del registro de enfermedades mentales, a¨²n queda mucho camino por recorrer para los derechos de su comunidad LGTBI, sobre todo en las ciudades peque?as y en los pueblos, y particularmente en el n¨²cleo familiar. Por eso resulta tan ins¨®lita, y tan llamativa, una pel¨ªcula como Moneyboys, valiente debut del director chino C. B. Yi: el drama personal a trav¨¦s de los a?os de un grupo de j¨®venes gais dedicados a la prostituci¨®n masculina, representado principalmente por su protagonista, al que su familia de origen rural rechaza por su condici¨®n sexual, pero del que siempre ha aceptado una parte de las ganancias obtenidas con su trabajo.

La pel¨ªcula, rodada en mandar¨ªn y ambientada en el sur del pa¨ªs, tiene de todos modos unas cuantas particularidades esenciales que la han hecho posible: Yi, nacido en China, vive en Austria desde los 13 a?os, ha estudiado en la Academia del Cine de Viena, y la ha filmado ¡ªcon producci¨®n principalmente austriaca¡ª en Taiw¨¢n, donde a pesar de las habituales injerencias del gigante asi¨¢tico y de la ¡°ambig¨¹edad estrat¨¦gica¡± del gobierno de Xi Jinping, en palabras de hace unas semanas de Joe Biden, presidente de Estados Unidos, a¨²n hay una relativa independencia. Moneyboys, estrenada en la secci¨®n Una cierta mirada del festival de Cannes, en cines de Taiw¨¢n y en una decena larga de pa¨ªses de todo el mundo, no ha llegado, sin embargo, a las pantallas en China. Y dif¨ªcilmente lo har¨¢.

En este sentido, el de la producci¨®n y el rodaje en el exterior, quiz¨¢ est¨¦ m¨¢s cerca de t¨ªtulos como Happy together, del hongkon¨¦s Wong Kar-Wai, o El banquete de bodas, del taiwan¨¦s Ang Lee, que de la hist¨®rica East Palace, West Palace (1996), la primera pel¨ªcula plenamente china en abordar de un modo serio la homosexualidad, y producida un a?o antes de que se despenalizara, lo que le acarre¨® a Zhang Yuan, su director (por cierto, heterosexual), diversos problemas con el r¨¦gimen y a la pel¨ªcula, su prohibici¨®n.

De m¨²sica envolvente, aspecto estilizado y cierta explicitud en el sexo y en el lenguaje, la pel¨ªcula pretende mostrar una China a la que en modo alguno estamos acostumbrados en Occidente. Y lo hace con cierto gusto est¨¦tico, quiz¨¢ un tanto desequilibrado por la frontalidad de algunos planos sin demasiada expresividad, pero (casi) siempre con el suficiente inter¨¦s social, pol¨ªtico y humano como para no dejar de sentirse concernido por su drama personal y por su tragedia colectiva.

La caracter¨ªstica sumisi¨®n china al poder, sea el que sea, se ve aqu¨ª matizada por unas personalidades al margen, que deambulan entre la soledad, el rechazo y la valent¨ªa, sumando amor, deseo y simple trabajo en una suerte de existencias tan desacomplejadas como, en la pr¨¢ctica, imposibles de desarrollar. Los sue?os improbables de vida en pareja, el remordimiento y la compasi¨®n, y la dicotom¨ªa entre tradici¨®n y modernidad van apareciendo en un relato en el que destacan particularmente sus ejercicios el¨ªpticos. En la totalidad del relato, y en la secuencia en s¨ª.

Un tanto tediosa en su n¨²cleo central, aunque no lo suficiente para la desconexi¨®n, Moneyboys alcanza sus mejores instantes con sus cr¨ªticas a la familia, sobre todo cuando aborda la figura de los llamados tongqi, los homosexuales, solteros y solteras que permanecen sin descendencia llegada una cierta edad, y que, sepultados por una presi¨®n de ra¨ªz confuciana, acaban aceptando matrimonios concertados m¨¢s ficticios que cualquier pel¨ªcula.