?ngelo N¨¦store, poeta: ¡°Lo ¡®queer¡¯ no es una identidad fija sino una forma de ver el mundo¡±
Poeta y ¡®performer¡¯, el artista hispanoitaliano fluye con soltura en diferentes ¨¢mbitos. No le gusta la playa, pero s¨ª los cementerios, que ve ¡°llenos de vida¡±
?ngelo N¨¦store (Lecce, Italia, 35 a?os) es una persona contradictoria e inclasificable. De Italia y de Espa?a, ni de un g¨¦nero y ni de otro, poeta, pero tambi¨¦n performer, pero tambi¨¦n edita, pero tambi¨¦n traduce¡ hasta su acento es una encantadora mezcla de italiano y andaluz. Fund¨® la editorial po¨¦tica Letraversal y codirige el festival Irreconciliables. Con sus poemarios ha ganado premios como el Hiperi¨®n o el Emilio Prados. Su afici¨®n secreta son los cementerios, por eso se ha querido fotografiar en el de San Miguel de M¨¢laga, cerca de su casa.
Pregunta. ?Qu¨¦ le pasa a usted con los cementerios?
Respuesta. Me encantan. Cada vez que viajo a una ciudad visito los cementerios. Es un lugar de transici¨®n, h¨ªbrido y contradictorio. O sea, es un lugar muy queer.
P. ?Qu¨¦ hace en el camposanto?
R. Paseo, leo, juego con los gatos (a alguno le he puesto nombre). No es un morbo esot¨¦rico. Observo c¨®mo la gente lleva la vida donde se supone que hay muerte. Miro las plantas que brotan de las grietas. Se ritualizan ciertos gestos en memoria de las personas, como llevar flores. No me gusta citar, pero este verso es de Javier Fern¨¢ndez: ¡°No es una mujer limpiando una l¨¢pida / sino una madre ba?ando a su hijo¡±.
P. Este otro verso es suyo: ¡°Mi madre compr¨® un nicho en Italia y me dijo: / aqu¨ª descansaremos los dos con tu padre¡±.
R. Estos sitios tambi¨¦n permiten hablar sobre la identidad nacional. Cuando un cuerpo muere, ?d¨®nde acaba? Mi cuerpo, cuando muera, ?ser¨¢ el de una persona espa?ola o italiana? No lo s¨¦.
P. Dichosos cuerpos.
R. Es muy triste que pensemos en los cuerpos sobre todo cuando ya no tienen vida. Durante la vida parece que no los percibimos, porque estamos hiperestimulados, se nos olvida. Es como el lenguaje, que, aunque lo utilizamos todo el rato, no somos conscientes de su uso y sus consecuencias pol¨ªticas.
P. Los est¨ªmulos que ya no nos dejan ni aburrirnos.
R. El aburrimiento me fascina. Cuando voy a visitar a mi madre a Italia la llevo a la playa para complacerla, aunque a m¨ª no me gusta. As¨ª que aprovecho para aburrirme, que eso s¨ª que me gusta. Es uno de los pocos momentos en los que somos conscientes del cuerpo.
P. Sin playa, ?qu¨¦ hace usted en verano?
R. Aprovecho para ver a amistades. Ser¨ªa postureo si dijera que me dedico a leer y trabajar menos. Editando y escribiendo trabajo siempre por igual. Este a?o tampoco me puedo mover mucho, porque me he comprado una casa muy peque?a que tengo que arreglar. No muy lejos del cementerio, por cierto.
P. ?C¨®mo acab¨® en Espa?a?
R. Soy del sur de Italia, de la regi¨®n de Apulia, en el tac¨®n de la bota, frente a Albania, muy influenciada por la cultura balc¨¢nica. Por circunstancias de la vida me vine a Espa?a, a estudiar y a conocer otro sur mediterr¨¢neo que no fuera el m¨ªo. Recal¨¦ en M¨¢laga y me encant¨®. As¨ª que me qued¨¦.
P. En qu¨¦ se diferencian ambos sures.
R. En el sur de Italia se viv¨ªa la mafia. Una vez vi explotar la tienda de una persona que no pagaba el pizzo, el impuesto mafioso. Eso en Espa?a no pasaba, aunque hab¨ªa habido, eso s¨ª, terrorismo. Tambi¨¦n me pareci¨® un pa¨ªs muy civilizado, en el que la gente hac¨ªa cola para esperar el autob¨²s y no te atropellaba al cruzar la calle.
P. ?Algo m¨¢s?
R. Claro: los derechos de las personas homosexuales eran mucho mayores. En Italia mi madre me dejaba la casa para que me viera con mi pareja, porque ten¨ªa un miedo atroz a que nos pegaran por la calle. Eso s¨ª, yo no era exactamente un hombre homosexual, sino una persona no binaria, como descubr¨ª cuando entr¨¦ en contacto con las pol¨ªticas queer.
P. ?Qu¨¦ demonios es lo queer, que tantas pasiones genera?
R. La palabra es la reapropiaci¨®n de un t¨¦rmino que era un insulto. Lo que me interesa de esta teor¨ªa es que desestabiliza normas aparentemente fijas. Lo queer nace de la academia, donde yo trabajo, pero tambi¨¦n desde la calle, de esas lesbianas estadounidenses, negras, latinas, migrantes, ind¨ªgenas, que quer¨ªan reivindicar su presencia dentro del movimiento LGTB, muy centrado en el gay blanco de clase media.
P. ?Cu¨¢l es el meollo del asunto?
R. Lo queer dice que la orientaci¨®n sexual, la identidad sexual de las personas, es el resultado de una construcci¨®n social. No hay papeles esenciales en estas cuestiones, son formas variables de desempe?arlos. Se rechazan las categor¨ªas universales: homosexual, heterosexual, hombre, mujer¡ Se consideran variaciones culturales.
P. A veces la terminolog¨ªa en estos territorios resulta confusa. Para los extra?os, pero incluso para los propios.
R. Claro, es que no se puede definir y acotar, porque cerrarlo ir¨ªa en contra de la propia idea. No puedes definirlo totalmente. Es un devenir, algo en continuo cambio y evoluci¨®n. Pero hay que entender que lo queer no es una identidad. Uno no dice ¡°soy queer¡± como dice ¡°soy gay¡±. Son unas pol¨ªticas, una forma de ver el mundo.
P. Ha tenido problemas por hablar de ello.
R. He recibido mucho hate [odio] en las redes, mucha gente atac¨¢ndome gratuitamente, llam¨¢ndome escoria¡ Yo trato de que no me afecte, pero hay veces que es imposible. Por ejemplo, cuando me llamaron pederasta. Es como¡ buff.
Me gusta el arte que incomoda, porque cuando te incomodas est¨¢s en un lugar desde el que es m¨¢s f¨¢cil empatizar?ngelo N¨¦store, poeta
P. ?Por qu¨¦ asusta tanto lo queer en ciertos sectores?
R. Asusta porque hace tambalearse el sistema pol¨ªtico y hasta lo LGTB. Es un movimiento completamente transversal. Y eso es porque se basa en la contradicci¨®n, la contradicci¨®n como opci¨®n pol¨ªtica, cuando se nos educa como cuerpos que no pueden entrar en contradicci¨®n.
P. Esto incomoda.
R. Me gusta el arte que incomoda, porque cuando te incomodas est¨¢s en un lugar desde el que es m¨¢s f¨¢cil empatizar¡ Puedes imaginar la incomodidad de otro, aunque sea de otro tipo. Lo queer genera tort¨ªcolis, porque pone en duda todo este sistema. Pero me parece importante que todo esto lleve a un lugar de reconciliaci¨®n. La provocaci¨®n sin motivo no me interesa.
P. ?Es kamikaze meterse a editar poes¨ªa, como hace en Letraversal?
R. Algo de eso hay. Pero Letraversal es mi proyecto po¨¦tico m¨¢s grande. Con Letraversal estoy escribiendo mi libro, un libro escrito a trav¨¦s de libros de otras personas. Para m¨ª editar es eso. Nacimos en 2020, en febrero, poco antes de los confinamientos, con poemarios del dramaturgo Alberto Conejero y la fil¨®sofa Elizabeth Duval.
P. ?C¨®mo surgi¨®?
R. Estaba en la librer¨ªa Los Editores, en Madrid, tristemente desaparecida. Pilar [Eusamio], la librera, propiciaba encuentros entre personas que podr¨ªan encajar. Un d¨ªa me present¨® a Alberto [Conejero] y ¨¦l recit¨® un poema. Me dijo que buscaba editorial. Pens¨¦: ¡°Me gusta tanto ese poema que montar¨ªa una editorial solo para publicarlo¡±. Y lo hice. Alberto fue muy generoso en confiar en m¨ª, en un proyecto que no exist¨ªa.
P. Ahora se ha metido en el ¨¢mbito de la m¨²sica, la performance, vincul¨¢ndose al voguing y lo drag.
R. Me interesa lo po¨¦tico en modo extendido, la poes¨ªa que sale de los libros. No es algo nuevo, hay una larga tradici¨®n, desde el nacimiento oral de la poes¨ªa. El proyecto Incognito, por ejemplo, est¨¢ basado en un poema m¨ªo. Es un videoclip sobre c¨®mo se crea el deseo sexual violento. Surgi¨® cuando vi que t¨¦rminos como ¡°La Manada¡± o ¡°San Ferm¨ªn¡± eran de los m¨¢s buscados en las p¨¢ginas porno de internet.
P. ?Tiene conexi¨®n lo drag y la poes¨ªa?
R. Creo que s¨ª: el asombro. Tratan de tomar algo cotidiano, ya sea el lenguaje o la indumentaria, y convertirlo en algo que se sale de lo esperado. Yo no hago drag, pero me interesa el drag m¨¢s conceptual, pienso en Pink Chadora, Choriza May o Sasha Velour. Es un arte muy complejo y muy sacrificado. Adem¨¢s, hacer humor desde el arte me parece una cuesti¨®n muy complicada.
P. ?Qu¨¦ es el voguing?
R. La comunidad del voguing surge cuando la crisis del sida, cuando se expulsaba a homosexuales y trans y se quedaban en la calle. As¨ª se creaba una especie de familias para evitar caer en el tr¨¢fico y consumo de drogas o en la prostituci¨®n. Me parece muy hermoso. En aquellos n¨²cleos, llamados houses (casas), se reun¨ªan para bailar (celebrando balls).
P. ?C¨®mo eran esas reuniones?
R. Se compet¨ªa de una manera muy jocosa. Todo el mundo recib¨ªa dieces del jurado, porque lo importante era pasarlo bien, era una forma de celebrarse. Lo m¨¢s conocido del voguing son los pasos de baile, que imitan a las poses de las modelos en revistas de moda como Vogue. Pero lo hac¨ªan personas que, por su marginalidad, nunca aparecer¨ªan en aquellas revistas.
P. ?Qu¨¦ le dir¨ªa a quienes les atacan?
R. Lo que m¨¢s me duele es cuando esas cr¨ªticas virulentas vienen del feminismo. No me gusta alimentar el odio. Pero me encantar¨ªa que se dieran cuenta de que es un gran error reproducir los mismos c¨®digos contra los que estamos luchando.
P. Las llamadas TERF (feministas radicales que excluyen a las personas trans).
R. Est¨¢n empleando unos c¨®digos muy machistas. Me cuesta pensar que una persona feminista est¨¦ actuando desde un lugar de odio tan brutal. Dicen que una persona trans es un hombre con peluca. Ese tipo de afirmaciones tienen consecuencias. No podemos olvidar que hay peligros muy grandes.
P. ?Cu¨¢les?
R. Por ejemplo, el protagonismo de las pr¨®ximas elecciones en Italia se lo est¨¢ llevando la competici¨®n entre dos partidos de extrema derecha, el de Salvini y el de Meloni. Estamos empezando a recibir insultos por la calle, cuando pens¨¢bamos que el miedo a ir por la calle estaba superado. Quienes nos atacan tendr¨ªan que escuchar y tener una visi¨®n mucho m¨¢s emp¨¢tica. Y bailar voguing.
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