Construir una identidad nacional a base de lengua y arqueolog¨ªa
Dos ensayos analizan c¨®mo la ciencia ha sido utilizada para elaborar un relato hist¨®rico en Espa?a, de las investigaciones en yacimientos a los estudios ling¨¹¨ªsticos
Al final del siglo XIX, tras la p¨¦rdida de las colonias de ultramar, el diagn¨®stico parec¨ªa claro: el Estado espa?ol no estaba a la altura de los tiempos. Para dar respuesta a problemas estructurales que lo corro¨ªan y que no hab¨ªa forma de abordar ¡ªreclamaciones sociales, las de autonom¨ªa pol¨ªtica en Catalu?a, la corrupci¨®n end¨¦mica protegida por el turnismo¡ª era necesaria una refundaci¨®n. Para acometerla, como ven¨ªa ocurriendo en otras democracias burguesas, uno de los desaf¨ªos era la invenci¨®n de una naci¨®n moderna que tuviese m¨¢xima capacidad de persuasi¨®n y cohesi¨®n. Dicho con otras palabras: era fundamental crear e imponer un relato hist¨®rico desde las instituciones del propio estado y a trav¨¦s de ellas solidificar una nueva identidad nacional. La previa identidad dominante, ligada a la idea de imperio como fuente de legitimaci¨®n no del pueblo sino de la monarqu¨ªa, hab¨ªa dejado de ser operativa tras la derrota del 98.
Desde el estado, de entrada, las iniciativas adoptadas para rescribir el relato fundacional de la naci¨®n privilegiaron valores asociados a la resistencia heroica y el sacrificio por la patria. El caso ideal para ser convertido en lugar de memoria era Numancia. ¡°Sin disputa, el acontecimiento m¨¢s memorable de la Espa?a antigua es el sitio de Numancia, cuyas veneradas ruinas y cuyo hero¨ªsmo ya legendario constituyen una de las p¨¢ginas m¨¢s gloriosas de la historia patria¡±. Lo escribi¨® un senador en 1904 en un informe dirigido al Ministerio de Instrucci¨®n P¨²blica para solicitar la construcci¨®n de un monumento conmemorativo de la gesta. All¨ª se present¨® al cabo de un a?o Alfonso XIII para inaugurarlo. Su nombre aparec¨ªa junto a los jefes numantinos en una fusi¨®n pol¨ªtica de pasado y presente. De acuerdo que despu¨¦s el monarca no apareci¨® por las excavaciones, que realizaban arque¨®logos extranjeros, y prefiri¨® ir a cazar al paraje de Cidones, pero el objetivo nacionalizador se estaba cumpliendo: se atravesaba ¡°un rebrote de nacionalismo cient¨ªfico, sustituyendo la l¨ªnea argumentativa imperial por la exaltaci¨®n de la independencia como eje del discurso narrativo¡±.
El de Numancia es uno de los m¨²ltiples hitos que el profesor Francisco Gracia Alonso estudia en Ciencia y pol¨ªtica, un libro de erudici¨®n monumental. Su objeto de an¨¢lisis es ¨¢rido y parecer¨ªa exclusivamente acad¨¦mico: la reconstrucci¨®n del inicio y despliegue de los estudios de arqueolog¨ªa en Espa?a desde mediados del siglo XIX hasta la Guerra Civil. Lo busca todo. Identifica el momento en el que cuaja la noci¨®n de patrimonio nacional, rebusca en la actividad de las reales academias o la creaci¨®n de museos, lista las excavaciones que se realizaron, ve los intereses gremiales en acci¨®n o analiza incluso la memoria de los opositores a las primeras c¨¢tedras. Y, naturalmente, disecciona tensiones entre nacionalismos, que, con Prat de la Riba como ide¨®logo, ya vio en La construcci¨®n de una identidad nacional y que aqu¨ª merecen un gran cap¨ªtulo a prop¨®sito de la creaci¨®n de la Escuela Espa?ola en Roma. ?Que no lleguen antes los catalanes! La suma de f¨®siles que desentierra y analiza con lupa le permiten iluminar la aclimataci¨®n de la ciencia en Espa?a y las tensiones ideol¨®gicas que ese proceso puso en juego. ?Solo ruinas? La investigaci¨®n pod¨ªa consolidar, pero tambi¨¦n convulsionar, estructuras pol¨ªticas obsoletas.
Otro libro acad¨¦mico, con algo menos de erudici¨®n y profundidad, cuenta una historia paralela: El orden de las palabras, de Mario Pedrazuela. Si la expedici¨®n militar francesa a Egipto a caballo de los siglos XVIII y XIX o las intervenciones en Pompeya abrieron el camino para la investigaci¨®n arqueol¨®gica moderna, el estudio del s¨¢nscrito activ¨® la modernizaci¨®n de los estudios sobre la lengua con voluntad cient¨ªfica. Para los padres fundadores de la filolog¨ªa europea, explica, el primer reto era transformar unos estudios que tradicionalmente buscaban un mejor uso de la lengua en una disciplina que permitiese analizar la lengua usando el m¨¦todo del comparativismo y la teor¨ªa darwinista.
A partir de ese pilar cient¨ªfico, de entrada, se pretendi¨® establecer leyes para fijar el origen y la evoluci¨®n de las lenguas. Con la lengua y el origen hemos topado. ¡°La identificaci¨®n entre lengua y pueblo tuvo unas consecuencias pol¨ªticas de gran relevancia que facilitaron el asentamiento de la ling¨¹¨ªstica¡±. Pocos combustibles m¨¢s potentes para la institucionalizaci¨®n de la naci¨®n. ¡°Los fil¨®logos, auspiciados en muchos casos por los propios Estados, publican gram¨¢ticas, diccionarios, recopilaciones de textos populares en sus lenguas, realizando as¨ª una labor fundamental para determinar los nacionalismos europeos del siglo XIX¡±.
Aunque en Espa?a la disciplina lleg¨® tarde, las tensiones pol¨ªticas no tardaron en impactar en su despliegue. Moderados y progresistas, hoy como ayer, vehiculaban su competencia a trav¨¦s tambi¨¦n de ideas pedag¨®gicas. Entonces, en especial, al situar el catolicismo como el marco de comprensi¨®n del objeto de estudio, como daba por sentado el gran pionero de esos estudios que fue Mil¨¤ i Fontalals ¡ªel maestro de Men¨¦ndez Pidal, ¡°el creador de la filolog¨ªa moderna en Espa?a¡±¡ª. Antes de llegar al Centro de Estudios Hist¨®ricos, pasaron a?os de controversias no resueltas. Tanto pod¨ªa serlo la mayor o menor presencia del lat¨ªn como el establecimiento de c¨¢tedras y en especial la falta de una legislaci¨®n estable hasta principios de siglo. Tres cuartos de lo mismo ocurri¨® con la docencia de la literatura en la ense?anza media, otra potente herramienta de nacionalizaci¨®n cuyo decantamiento Pedrazuela muestra analizando manuales y programas escolares del per¨ªodo. Los problemas para el afianzamiento de esta disciplina, impulsada por acad¨¦micos de los que se incluyen breves biograf¨ªas, son un nuevo ejemplo para constatar las dificultades de institucionalizaci¨®n de una noci¨®n moderna de naci¨®n.
Ciencia y pol¨ªtica. La organizaci¨®n de la arqueolog¨ªa y la prehistoria en Espa?a (1850-1939)
Autor: Francisco Gracia Alonso.
Editorial: Edicions de la Universitat de Barcelona, 2021.
Formato: tapa blanda (778 p¨¢ginas. 39 euros).
El orden de las palabras. Or¨ªgenes de la filolog¨ªa moderna en Espa?a
Autor: Mario Pedrazuela Fuentes.
Editorial: Marcial Pons, 2021.
Formato: tapa blanda (254 p¨¢ginas, 26 euros) y e-book (23 euros).
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