Nerea P¨¦rez de las Heras: ¡°Las pel¨ªculas de terror siempre han estado conectadas con lo LGTBI¡±
La periodista es aficionada al cine y la literatura de g¨¦nero, pero tambi¨¦n al submarinismo y las subastas, que no son lo que parecen. Teme la llegada del fin del mundo
¡°Me gustan bastante los vampiros, muy poco los zombis, mucho los fantasmas y todo lo relacionado con las criaturas ancestrales en el fondo del mar¡±. Nerea P¨¦rez de las Heras (Madrid, 40 a?os) es periodista. En sus trabajos utiliza las herramientas del humor para tratar temas de la actualidad pol¨ªtica, sobre todo relacionados con el feminismo o lo LGTB, aunque no solo. ¡°M¨¢s que humorista, como a veces me dicen (y que me da un poco de apuro), soy una periodista con gracia¡±, bromea.
Tiene un espect¨¢culo teatral que se llama C¨®mo hemos llegado hasta aqu¨ª, un podcast que se llama Saldremos mejores y otro que se llama Lo normal. Pero una de sus facetas m¨¢s ocultas es su gusto por el cine y la literatura de g¨¦nero. Por eso ha querido retratarse en la sala madrile?a Artistic Metropol, dedicada a estos productos escalofriantes.
Pregunta. ?No le producen terror las pelis de terror?
Respuesta. Pues s¨ª, no soy de esas que se van al festival de Sitges y se tragan toda la programaci¨®n. Es que me dan miedo real, las miro con un ojo abierto y otro cerrado. Cuando una peli me da mucho miedo, prefiero leer la sinopsis en Wikipedia. Pero me encanta el g¨¦nero.
P. ?De d¨®nde le viene el gusto?
R. En mi casa siempre hemos sido de fantas¨ªa, ciencia ficci¨®n, terror. Stephen King, Margaret Atwood, Isaac Asimov, Phillip K. Dick, Octavia Butler (me encanta), la saga de la Dragonlance¡ hasta el doctor Jim¨¦nez del Oso. A mi madre le encantan los misterios, ve extraterrestres por todas partes.
P. Parece que no, pero estos g¨¦neros hablan de nuestra realidad.
R. Creo que son los m¨¢s ¨²tiles para hablar de las cosas importantes. Eso se sabe de siempre. Si lees a Atwood o Butler encuentras un nivel de comprensi¨®n de la condici¨®n humana brutal. M¨¢s realista que el realismo.
P. ?Existe una conexi¨®n entre el terror y lo LGTBI?
R. S¨ª. Siempre ha estado muy asociado al colectivo, por aquello de la identificaci¨®n con el monstruo. El arquetipo de la vampira lesbiana, por ejemplo. Donde cabe lo monstruoso cabe la disidencia, te puedes identificar con el monstruo cuando la normalidad te parece horrible.
P. ?Y en sentido inverso?
R. Tambi¨¦n se han creado villanos muy amanerados o femme fatales para escarnio y rid¨ªculo de maricas y lesbianas, como arma arrojadiza contra la comunidad. Pero la comunidad lo ha recogido como referente.
Tengo confianza en ser una buena superviviente: no tengo gran sensibilidad ni al hambre, ni a la sed, ni a las altas temperaturas, ni a las bajas temperaturas, ni al dolor. Soy un trozo de piedra.Nerea P¨¦rez de las Heras, periodista
P. El papel de la mujer en estos g¨¦neros tambi¨¦n tiene su enjundia, como emisora de gritos.
R. F¨ªjate, el arquetipo de la mujer como v¨ªctima del asesino en las pelis slasher de los 70 coincide con el caso Roe contra Wade, que convirti¨® el aborto en un derecho en Estados Unidos. En las pelis, la imagen de la mujer d¨ªscola a la que le acaban pasando cosas terribles tambi¨¦n ha servido para disciplinar.
P. Ahora se ve y se habla mucho del fin del mundo.
R. Es que tenemos mucho miedo, y hay que sacarlo por alg¨²n lado. Cada d¨ªa pasan cosas dist¨®picas distintas, las ves en el m¨®vil. Estamos pasando un verano infernal, hay much¨ªsimos migrantes clim¨¢ticos, el cielo parece de un color raro¡ Aunque hayas tenido la precauci¨®n de no reproducirte, creo que lo vamos a vivir nosotras.
P. ?Pero de verdad se acaba el mundo?
R. Mis colegas y yo tenemos largas conversaciones sobre d¨®nde quedar cuando ocurra el colapso, para organizar nuestra supervivencia, porque no habr¨¢ telefon¨ªa. Yo no conduzco, as¨ª que no podemos quedar, no s¨¦, en Guadalajara. Espero que no me pille muy mayor, que est¨¦ todav¨ªa fuerte.
P. ?C¨®mo se ve en esa tesitura?
R. Tengo confianza en ser una buena superviviente: no tengo gran sensibilidad ni al hambre, ni a la sed, ni a las altas temperaturas, ni a las bajas temperaturas, ni al dolor. Soy un trozo de piedra.
P. ?Qu¨¦ echar¨ªa de menos?
R. A mis gatos. El lujo de tener mascotas. Los perros son m¨¢s llevaderos en la distop¨ªa. Hasta que se los come una iguana mutante, claro. Y me dan mucha pena distop¨ªas como La carretera, cuando llegan al mar y es una masa gris. Echar¨ªa de menos el mar.
P. Por cierto, usted practica el submarinismo, con m¨¢s de cien horas de inmersi¨®n a sus espaldas.
R. Me gasto ah¨ª todo el dinero. Es como estar en otro planeta, aunque sea el tuyo. Ah¨ª conoces la naturaleza de verdad. Yo he ido a Egipto y he pasado de las pir¨¢mides para sumergirme en el mar Rojo. Termin¨¦ con la sangre como coca-cola, de tanta inmersi¨®n que hice.
P. ?Por qu¨¦ le gusta?
R. En el mar tienes que estar quieta, no menearte, pasar desapercibida, solo respirar y no molestar. Mantener un perfil baj¨ªsimo. Es decir, lo contrario de lo que hacemos en la superficie. Eso me gusta.
P. Una de sus pelis de terror favoritas es Tibur¨®n. ?No tiene miedo a ser devorada por uno?
R. He buceado con muchos tiburones, de punta negra, punta blanca, nodriza, martillo, precios¨ªsimos. Les quiero mucho. Eran casi perfectos desde el principio, desde su versi¨®n 0.0. No han evolucionado una mierda porque no les ha hecho falta.
P. O sea, que la sociedad est¨¢ estigmatizando a los tiburones.
R. Los humanos somos mucho m¨¢s asesinos. Igual el tibur¨®n blanco es m¨¢s peligroso, pero los dem¨¢s suelen pasar de ti.
P. Adem¨¢s de bucear le gusta Sumar. Perd¨®n por la rima, pero usted present¨® el primer acto de la plataforma de Yolanda D¨ªaz.
R. Lo que m¨¢s me gust¨® fue que abajo, escuchando entre el p¨²blico, estaban las caras conocidas, y sobre el escenario un sindicalista rider, otro de Amazon, una trabajadora dom¨¦stica, una psiquiatra de un centro de salud p¨²blico¡ La gente que conoce su propia realidad. Tengo muchas esperanzas en ese proyecto. Yo es que creo mucho en organizarse: ya sea en una asociaci¨®n de padres y madres, en un sindicato, en una asociaci¨®n vecinal, donde sea. Estamos subdivididos y en el s¨¢lvese quien pueda.
P. ?Qu¨¦ opina del dilema que algunos plantan entra las llamadas izquierda material e identitaria?
R. Me parece una gilipollez y una trampa. Hablar de identidades no es una traici¨®n a la lucha de clases, de hecho, son inseparables. La econom¨ªa atraviesa las identidades, y las identidades atraviesan la econom¨ªa. Desde el feminismo, por ejemplo, no para de se?alarse la merma en las condiciones de vida. Pero quieren que parezcamos menos realistas y generar brechas.
P. Volviendo al gusto: le gustan las subastas.
R. Trabajando en una galer¨ªa de arte conoc¨ª ese maravilloso mundo y no era como lo imaginaba. No es tan inaccesible como pensamos, hay precios Ikea y encuentras cosas fascinantes. Angelotes, molduras, candelabros, mantones de Manila. Escalerillas para bibliotecas. Fantas¨ªa. Yo tengo una Santa Cecilia y un San Sebasti¨¢n.
P. ?Son como en las pel¨ªculas?
R. No exactamente, el proceso es bastante m¨¢s tedioso... Pero va mucha gente joven, y es divertido mirar los cat¨¢logos con tus amigos. Adem¨¢s, me pone de muy buen humor pensar en esos grandes patrimonios de los ricos diluidos y redistribuidos.
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