¡®La chica salvaje¡¯: l¨¢grimas para un ¡®best seller¡¯ de 15 millones de ejemplares
El secreto de su ¨¦xito consiste en una b¨²squeda de las emociones m¨¢s primarias, y podr¨ªa compararse con una pel¨ªcula mucho mejor: ¡®Tomates verdes fritos¡¯
De un tiempo a esta parte cierto tipo de pel¨ªculas, antes habitual e incluso dominante en las carteleras, ha desaparecido casi del mapa. Y para la recuperaci¨®n de las salas, en competencia tanto con las plataformas como con la desidia, es necesario que el cine en pantalla grande sea diverso, que cada modelo de espectador encuentre lo que est¨¢ demandando. Es decir, para intentar volver a cifras respetables de recaudaci¨®n total no solo es necesario que el blockbuster de turno haga una millonada, y que el familiar y la animaci¨®n contin¨²en tirando del carro. Tambi¨¦n hacen falta grandes pel¨ªculas de autor, estimulante cine de vanguardia, e historias ¨ªntimas y emocionantes que provoquen que el otrora espectador adulto en busca de experiencias sentimentales, ahora refugiado sobre todo en las series, recupere el valor de oscuridad y de la proyecci¨®n cl¨¢sica. Y en este ¨²ltimo apartado entran t¨ªtulos como La chica salvaje. No necesariamente bueno, porque no lo es (tampoco malo), pero seguro que atractivo para una parte del p¨²blico.
Where the Crawdads Sings, t¨ªtulo original de la pel¨ªcula, se basa en una novela hom¨®nima de Delia Owens, veterana bi¨®loga jubilada, que ha encontrado un descomunal ¨¦xito con su primera aproximaci¨®n a la literatura de ficci¨®n. Publicada en 2018, ha vendido la friolera de 15 millones de ejemplares en todo el mundo, y quiz¨¢ el secreto de su ¨¦xito consista tambi¨¦n en esa b¨²squeda de las emociones m¨¢s primarias. Los conflictos de clase y raciales, el rechazo a la diferencia y a la disidencia, la violencia de g¨¦nero, la imposibilidad del amor entre diferentes estratos sociales y, c¨®mo no, un crimen que afecta directamente a la hero¨ªna de la historia conforman un relato ambientado entre los a?os cincuenta y sesenta, que en pantalla ha sido dirigido por Olivia Newman, hasta ahora centrada en las series de televisi¨®n.
Para que el lector encuadre el tipo de pel¨ªcula que es La chica salvaje, ser¨ªa bueno retrotraernos a un cl¨¢sico (relativamente) moderno como Tomates verdes fritos (1991). Salvando las distancias, claro, pues la presente est¨¢ lejos de alcanzar la calidad y el carisma de la de Jon Avnet. Aun as¨ª, las coincidencias no son pocas: ambiente sure?o (los pantanos y las marismas de Carolina del Norte), prejuicios sociales, raciales y de g¨¦nero, malos tratos, estructura a base de un pu?ado de flashbacks (cinco, en este caso), y presunto crimen en defensa propia de una joven mujer que ha visto desde ni?a de qu¨¦ forma su independencia era vista por el microcosmos de un peque?o pueblo como una risible forma de vida salvaje.
A una historia que podr¨ªa ser objeto de cualquier telefilme de baja estofa, la directora le otorga un ritmo pl¨¢cido pero intenso, y una visualizaci¨®n elegante que, con los aditamentos de contacto con la naturaleza que ya tiene la novela original, aprovecha bien la belleza de sus localizaciones, punteada por la bonita banda sonora del prestigioso Mychael Danna. As¨ª, La chica salvaje se configura como una pel¨ªcula un tanto meliflua, aunque nunca cursi, que busca la l¨¢grima m¨¢s eficaz y reparadora para el fan de este tipo de novelas y productos cinematogr¨¢ficos, pero por un camino que tampoco resulta rastrero. Por supuesto que al tratamiento de los conflictos les falta profundidad (principalmente los raciales y los de g¨¦nero), y que los momentos dedicados al juicio y a su resoluci¨®n est¨¢n basados en el brochazo m¨¢s que en la pincelada. Pero los adictos al sentimentalismo y al melodrama se pueden sentir como en casa, entre la comodidad y el inevitable pa?uelo para el llanto.
LA CHICA SALVAJE
Dirección: Olivia Newman.
Intérpretes: Daisy Edgar-Jones, Taylor John Smith, David Strathairn, Harris Dickinson.
Género: drama. EE UU, 2022.
Duración: 126 minutos.
Estreno: 30 de septiembre.
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