Bartolom¨¦ Clavero, un referente en la Historia del Derecho
Extraordinario intelectual comprometido, abordo? el constitucionalismo desde sus ori?genes atendiendo a los procesos de dominacio?n colonial
El pasado viernes, 30 de septiembre, falleci?a Bartolome? Clavero Salvador: teni?a solo 75 lu?cidos an?os. No gozaba de buena salud, pero su inesperada muerte fue devastadora, en especial para su compan?era, Mercedes, a quien dedico? toda su vida y buena parte de su obra. Madrilen?o por casualidad, andaluz gene?tico con un toque de ruralismo serrano, internacional por derecho propio, Clavero fue un extraordinario intelectual comprometido, siempre a su especiali?sima manera, en la vida pu?blica de nuestro pai?s.
Criado a caballo entre la casa familiar de Cazalla y el colegio-internado de Sevilla, las ensen?anzas jesui?ticas no hicieron mella en e?l. Estudio? Derecho e Historia en la Hispalense, justo cuando en Espan?a corri?an tiempos interesantes. Miembro destacado de esa generacio?n inquieta y exitosa que trasmuto? la maldicio?n en esperanza colectiva, Bartolome? Clavero, Pipo para casi todos, fue uno entre quienes impulsaron ese cambio poli?tico y cultural que saco? a Espan?a de la esterilidad de la dictadura. Nada interesado por las profesiones juri?dicas, su individualismo libertario lo aparto? de la nueva vida institucional, situa?ndolo en una universidad que nunca abandonari?a.
Opto? por destinar su enorme capacidad intelectual al estudio de la Historia del Derecho, una disciplina acade?mica de rancio abolengo pero potencialmente exce?ntrica, cuyas costuras hizo estallar en pedazos. Y lo hizo desde las ca?tedras de Jerez y Sevilla asi? como a lo largo y ancho de una geografi?a espan?ola, europea y americana en la que sus radicales opiniones le granjearon infinidad de seguidores y un buen nu?mero de detractores, convirtie?ndose en un referente inesquivable para una heteroge?nea multitud de estudiosos. Interesado obsesivamente por el pasado y presente de la problema?tica colonial/indigenista, fue miembro del Foro Permanente para las Cuestiones Indi?genas del Consejo Econo?mico y Social de las Naciones Unidas, participando en misiones de derecho electoral y derechos humanos. La jubilacio?n no le cambio?: hasta que la salud le abandono?, su presencia, un poco ensimismada pero siempre amable y bondadosa, siguio? ensen?oreando el espacio universitario.
Clavero deja una obra tan original e ingente que uno se pregunta co?mo es posible que tuviera tiempo de hacerla sin dejar al margen ni su dedicacio?n a los afectos de familia y de amistad, que le fueron largamente devueltos, ni esa curiosidad que le llevo? a ser un siempre sorprendente conocedor de mu?sicas fronterizas, de cine viejo y nuevo, de versos recitados o cantados.
Ya en su primera monografi?a desbarato? las pautas de una historiografi?a juri?dica que, por lo general, se habi?a encerrado desde la posguerra en una erudicio?n medievalista ma?s comprometida con su presente de lo que pudiera aparentar. Desde aquellos primeros an?os setenta del pasado siglo se introdujo en apasionados debates historiogra?ficos estrechamente relacionados con procesos de cambio cuyo horizonte se vei?a cercano: una revolucio?n en Espan?a todavi?a pendiente o ya cumplida, la funcionalidad directa de la formacio?n del derecho contempora?neo para la consolidacio?n de estructuras econo?micas, la articulacio?n territorial histo?ricamente compleja de un pai?s a constituir. Adopto? desde aquellos an?os primeros un estilo intenso y difi?cil que no mermo? las filas de sus incondicionales; si el autor no paraba de afrontar desafi?os, que? menos que asumir el de la lectura.
Renovo? sin pausa. Estudio? instituciones medievales rompiendo paradigmas asentados. Se situo? en los siglos modernos para dejar al descubierto los mecanismos que dotaban de trascendencia econo?mica a las relaciones entre religio?n y derecho. Abordo? la historia constitucional desde sus ori?genes atendiendo a los consustanciales procesos de dominacio?n colonial, componiendo asi? una historia constituyente de derechos y culturas con valor de presente.
Valor de futuro tambie?n tiene. Nos deja por delante muchos an?os de lectura y relectura, muchi?simas pa?ginas plenas de inteligencia y criterio que seguira?n tan vivas como cuando se escribieron. Con su muerte no solo se nos va un extraordinario acade?mico; perdemos tambie?n a una inusual personalidad en el panorama cultural de un pai?s que raramente reconoce trayectorias tan excepcionales como la suya.
Marta Lorente y Jesu?s Vallejo son catedra?ticos de Historia del Derecho y de las Instituciones en la UAM y en la Universidad de Sevilla, respectivamente.
Babelia
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