Cadenas: el espacio de las estrellas
Durante muchos a?os so?¨¦ con escribir esta frase; esta inolvidable tarde de jueves puedo hacerlo: ¡°Rafael Cadenas. Premio Cervantes¡±. Como autor ha explorado la plenitud y el dolor en el discurso po¨¦tico
Escuch¨¦ que el 29 de enero de 1991 Rafael Cadenas durmi¨® con la gorra de su equipo de b¨¦isbol: el Cardenales de Lara, equipo que esa noche despu¨¦s de 25 a?os al fin gan¨® su primer campeonato.
La imagen parece discordante: un gesto tan cotidiano, tan inmediato, en uno de los poetas que ha explorado el mundo del misterio, del sentido profundo de las palabras, del adelgazamiento del yo como f¨®rmula hacia el sosiego, del trabajo sobre la poes¨ªa como proximidad humana. Pero as¨ª es Cadenas, alguien que ha explorado la plenitud y el dolor en el discurso po¨¦tico y que tambi¨¦n entiende que el esplendor de la vida reposa en la vida misma.
Cadenas es una de las voces fundamentales de la poes¨ªa contempor¨¢nea. Desde sus sensuales textos iniciales, hasta la econom¨ªa cada vez m¨¢s acerada de sus creaciones recientes, la intenci¨®n de su escritura ha sido siempre entender lo po¨¦tico como una parte inmediata de la existencia, como una necesidad de habitar el fulgor del presente.
Pero el barquisimetano Rafael Cadenas no es solo la encarnaci¨®n de una apuesta est¨¦tica, singular y ¨²nica, sino que ha mantenido a lo largo de su historia una actitud cr¨ªtica frente al poder, como cuando afirm¨® con sencillez su relaci¨®n con ciertas palabras: ¡°Libertad, justicia, democracia, civismo, honestidad, las cuales cuando se ausentan de un pa¨ªs tornan muy dif¨ªcil para sus ciudadanos el hecho de vivir realmente¡ En Venezuela nos urge instaurar una normalidad que solo puede ser democr¨¢tica¡±.
T¨ªmido y reconcentrado, Cadenas jam¨¢s ha hecho de su persona una exhibici¨®n discursiva o heroica. Siempre que la situaci¨®n lo requiri¨®, dio un oportuno y sosegado paso al frente. La pen¨²ltima dictadura militar venezolana le cost¨® el exilio, y muchos a?os despu¨¦s, la oscura noche chavista no ha podido acallar su palabra de resistencia, de dignidad, de exaltaci¨®n de lo humano frente al fanatismo y la barbarie. Cadenas siempre est¨¢ en el lugar donde se requiere la voz serena y sabia de un poeta.
Ya en los a?os ochenta, cuando la democracia venezolana comenzaba a exhibir un peligroso cansancio, Cadenas advirti¨® en su libro En torno al lenguaje sobre el acentuado deterioro verbal que rodeaba al pa¨ªs. A la vista del presente sanguinario que se vive hoy en esa tierra, cobra vigencia su se?alamiento porque de aquel desgaste de las palabras surgieron las terribles consignas del totalitarismo que hoy envenenan esas calles.
Cadenas es una totalidad; es uno de esos autores cuya escritura no permanece en los libros, sino que salta de inmediato hacia los ritmos de la respiraci¨®n ¨ªntima. Para ning¨²n lector es posible ser el mismo una vez que se desliza por frases como esta ¡°Solemos hablar del misterio del universo sin incluirnos, como cosa ajena, como si no le perteneci¨¦ramos [¡] El espacio m¨¢s familiar, el espacio donde nos movemos, el espacio cotidiano, es el mismo de las estrellas¡±.
Venezuela ha sufrido y sufre mucho su actualidad terrible. Pero en las redes, en los mensajes de voz, en los correos que ahora mismo est¨¢n movi¨¦ndose por todo el espacio virtual, hay una coincidencia en que esta noche muchos lectores est¨¢n llorando de alegr¨ªa.
Durante muchos a?os so?¨¦ con escribir esta frase; esta inolvidable tarde de jueves puedo hacerlo: ¡°Rafael Cadenas. Premio Cervantes¡±.
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