Llega un extra?o: D¨ªaz Dufoo (hijo)
¡®Epigramas¡¯, un centenar de formas breves, l¨²cidas e ir¨®nicas del escritor mexicano, acaba de ser publicado en Espa?a tras haber permanecido in¨¦dito casi un siglo
Carlos D¨ªaz Dufoo (hijo) parec¨ªa vivir para matarse en su propio cuadro. Como Van Gogh, que se suicid¨® en Auvers, en la misma campi?a que pint¨® con unos cuantos cuervos que la sobrevolaban. S¨®lo que D¨ªaz Dufoo (hijo) no pintaba, escrib¨ªa. Y acab¨® mat¨¢ndose en cada una de las p¨¢ginas de su breve obra genial, Epigramas, libro de 1927 escrito con las cualidades de lo incompleto. ¡°Regalaba generosamente las ideas ajenas¡±, se lee ah¨ª. Y tambi¨¦n: ¡°Gast¨® largos a?os para hacerse un estilo. Cuando lo tuvo, nada tuvo que decir con ¨¦l¡±.
?Se suicid¨® porque nada le quedaba por decir? ?O porque para ¨¦l un artista era ¡°alguien que guarda como un solitario prisionero su visi¨®n del mundo¡±? Le atra¨ªa el lado oscuro del sol, el juego del rev¨¦s y, de vez en cuando, liberaba alguna parte m¨ªnima de esa visi¨®n del mundo, pero s¨®lo para confesar que sus palabras eran insignificantes. Claro est¨¢ que tan t¨ªmidas confesiones no le impidieron parodiar el gesto de iniciar algo que pudiera abrirse a un horizonte: ¡°Comenz¨® una vez y luego volvi¨® a comenzar. Comenz¨® de nuevo, comenz¨® en mil ocasiones, comenz¨® siempre. Cuando otros llegaban, ¨¦l comenzaba. No lleg¨® nunca¡±.
Me acordaba ayer de ese ¡°comenzar siempre¡± cuando supe que Epigramas acababa de ser publicado en este pa¨ªs. Un centenar de formas breves, l¨²cidas, ir¨®nicas, que han permanecido in¨¦ditas casi un siglo en Espa?a. Un conjunto de fragmentos que no tienen g¨¦nero. En la literatura mexicana, los parientes m¨¢s pr¨®ximos de D¨ªaz Dufoo (hijo) ser¨ªan Alfonso Reyes y Julio Torri, de la llamada Generaci¨®n del Ateneo, todos arrancados de su educaci¨®n griega por la Revoluci¨®n que les envi¨® a un exilio interior. D¨ªaz Dufoo (1888-1932) era el hombre casi invisible del grupo. De hecho, una ¨²nica imagen fotogr¨¢fica prueba que existi¨®.
¡°Escapistas, le gastan una broma a la Historia y gana la literatura¡±, sintetiz¨® Christopher Dom¨ªnguez Michael acerca de la Generaci¨®n del Ateneo. Se sabe que les un¨ªa una ¡°ansiedad cr¨ªtica¡± que potenciaba la asociaci¨®n entre tradici¨®n y ensayo, ficci¨®n y pensamiento. De todos ellos llega ahora el m¨¢s extra?o, el que no llegaba nunca. En D¨ªaz Dufoo (hijo) todo es meditaci¨®n afor¨ªstica que sustenta la imposibilidad del conocimiento. Y de esta meditaci¨®n surge Di¨¢logo contra el ¨¦xito literario, la ¨²ltima de las formas breves de su libro ¨²nico. El ¨¦xito, leemos ah¨ª, es la muerte de la buena literatura, su inevitable degradaci¨®n. Y, a continuaci¨®n, asoma el dandy con su concepto radical, espectral de la escritura: ¡°El ¨¦xito es el peor enemigo de la elegancia, cuya defensa natural es la impopularidad¡±.
Dufoo (hijo) viene a decirnos que quien mejora a la sociedad gracias a su popularidad ve c¨®mo su genio personal se pierde en el alma com¨²n, por lo que deja de ser la voz inspirada de un hombre para ser la voz interna de los hombres. Me pregunto qu¨¦ caminos recorrer¨¢ Epigramas (Firmamento) en este pa¨ªs. No puede hablarse de ¡°acontecimiento¡±, porque ahora cualquier cosa lo es y porque, adem¨¢s, tal vez se trate de un sutil ¡°desacontecimiento¡±.
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