Alfonso Reyes, el humanista por excelencia nominado cinco veces al Nobel
El escritor, pensador, narrador, poeta, literato y hasta diplom¨¢tico mexicano fue considerado por Borges como ¡°el mejor prosista espa?ol de cualquier ¨¦poca¡±
Cuando la curiosidad intelectual se mezcla con la vasta cultura el resultado solo puede ser un estilo de creaci¨®n propia. Alfonso Reyes era un cr¨ªtico sabio, un escritor de historias cortas pero lleno de sorpresas y un poeta de delicada sensibilidad tanto de escritores cl¨¢sicos como modernos. Con esa definici¨®n nos quedar¨ªamos ante un simple buen escritor, pero Reyes fue muy mucho m¨¢s, al no asustarle la responsabilidad desde bien joven y tener siempre inquietudes intelectuales. Abarc¨® todos los campos de la literatura y tambi¨¦n de las humanidades, y por eso se le recuerda como uno de los autores m¨¢s distinguidos de M¨¦xico y m¨¢s notables en lengua castellana.
Alfonso Reyes Ochoa naci¨® en Monterrey, M¨¦xico, el 17 de mayo de 1889. Conocido tambi¨¦n como ¡®el regiomontano universal¡¯, fue el fue el noveno de los doce hijos del general Bernardo Reyes Ogaz¨®n y de Aurelia de Ochoa-Garibay y Sapi¨¦n, procedente de importante familia de Jalisco. Su padre ocup¨® importantes cargos al ser gobernador del estado de Nuevo Le¨®n y secretario de Guerra y Marina durante los gobiernos de Porfirio D¨ªaz.
A Reyes nunca le faltaron las posibilidades para una buena educaci¨®n. Realiz¨® sus primeros estudios en el Liceo Franc¨¦s de M¨¦xico, en el Colegio Civil de Monterrey, en la Escuela Nacional Preparatoria y en la Escuela Nacional de Jurisprudencia, que despu¨¦s se convertir¨ªa en la Facultad de Derecho. En ella, en Ciudad de M¨¦xico se licenci¨® como abogado el 16 de julio de 1913.
Pero antes de decidirse por las leyes, su inter¨¦s por los cl¨¢sicos griegos y por la filosof¨ªa, le llev¨®, en 1909, a fundar con otros escritores el Ateneo de la Juventud, donde Pedro Henr¨ªquez Ure?a, Antonio Caso y Jos¨¦ Vasconcelos Calder¨®n, entre otros intelectuales, se organizaron para leer y discutir textos, acu?ar agudas reflexiones sobre la literatura y la filosof¨ªa universales y llevar a cabo una importante labor de difusi¨®n cultural.
De esa etapa destacan como relevantes sus cr¨ªticas al positivismo y al desarrollo que tuvo en M¨¦xico durante la etapa conocida como ¡®El Porfiriato¡¯, que suscitaron una verdadera revoluci¨®n cultural en el pa¨ªs.
Tambi¨¦n fue secretario de la Facultad de Estudios Avanzados, donde imparti¨® el curso sobre la historia del espa?ol y la literatura espa?ola, y Con solo 21 a?os y antes de conseguir la titulaci¨®n de abogado, Reyes public¨® su primer libro, ¡®Cuestiones est¨¦ticas¡¯.
Pero la pol¨ªtica, de forma indirecta, se cruz¨® en camino y cambi¨® su destino: la Revoluci¨®n mexicana de 1910 no favoreci¨® a la familia Reyes, que ten¨ªa buenas relaciones con la dictadura porfirista, y el propio autor recordar¨ªa m¨¢s tarde que escrib¨ªa en su cuarto de la Ciudad de M¨¦xico con una carabina cargada, cerca de su escritorio y que de vez en cuando, la miraba, pregunt¨¢ndose si tendr¨ªa que usarla.
En 1913 su padre particip¨® en el golpe de estado contra del presidente Madero, lo que deriv¨® en la lucha fratricida conocida como la Decena Tr¨¢gica. El general Bernardo Reyes muri¨® el primer d¨ªa de combate y Alfonso Reyes le escribir¨ªa despu¨¦s un poema recordando aquella tarde. Este hecho y la posterior participaci¨®n de su hermano en el gobierno de Victoriano Huerta lo obligaron a marcharse a Europa para incorporarse a la Legaci¨®n de M¨¦xico en Francia, puesto que desempe?¨® hasta 1914.
Reyes se exili¨® despu¨¦s a Espa?a, donde residi¨® 10 a?os, entre 1914 y 1924. Esta ¨¦poca, sin duda, fue su mejor periodo de creaci¨®n y en la que se convirti¨®, al mismo tiempo, en gran escritor y en maestro de la investigaci¨®n literaria.
Sin embargo, su gran preparaci¨®n, que le permiti¨® dedicarse a la literatura y al periodismo, no le impidi¨® pasar tambi¨¦n por apuros econ¨®micos. En esos a?os trabaj¨® en el Centro de Estudios Hist¨®ricos de Madrid bajo la direcci¨®n de Ram¨®n Men¨¦ndez Pidal y en 1919 fue nombrado secretario de la comisi¨®n mexicana Francisco del Paso y Troncoso, a?o en el que escribi¨® la versi¨®n en prosa del ¡®Cantar de mio Cid¡¯.
Aunque sus amigos lo animaron a conseguir la nacionalidad espa?ola para que as¨ª pudiera entrar en el Gobierno, Reyes nunca hizo caso de ese consejo, como tampoco acept¨® las ofertas que se le presentaron para desempe?ar un puesto de profesor, y lo que s¨ª hizo fue seguir publicando numerosos ensayos sobre la poes¨ªa del Siglo de Oro espa?ol, entre los que destacan: ¡®Barroco¡¯ y ¡®G¨®ngora¡¯.
Entre sus m¨¦ritos de estos a?os destaca que fue uno de los primeros escritores en estudiar a sor Juana In¨¦s de la Cruz. Otras de sus grandes obras de esta etapa son: ¡®Cartones de Madrid¡¯, ¡®Visi¨®n de An¨¢huac¡¯, ¡®El suicida¡¯, y ¡®El cazador¡¯. Fue colaborador de la ¡®Revista de Filolog¨ªa Espa?ola¡¯, de la ¡®Revista de Occidente¡¯ y de la ¡®Revue Hispanique¡¯, asi como notables y destacados en todos los ¨¢mbitos son sus trabajos sobre literatura espa?ola, sobre literatura cl¨¢sica antigua y sobre est¨¦tica. Tal era su identificaci¨®n con la cultura que organiz¨® una ceremonia el 11 de septiembre de 1923 en el Real Jard¨ªn Bot¨¢nico de Madrid para honrar la memoria del poeta simbolista St¨¦phane Mallarm¨¦.
En 1920 Alfonso Reyes fue nombrado segundo secretario de la legaci¨®n mexicana en Espa?a. Desde entonces ocup¨® varios cargos diplom¨¢ticos que le obligaron a dejar Espa?a: fue encargado de Negocios en Espa?a (1922-1924), ministro en Francia (1924-1927), embajador en Argentina (1927-1930), embajador en Brasil (1930-1936), y nuevamente embajador en Argentina (1936-1937).
Cuando el entonces reconocido m¨¢s como diplom¨¢tico que como escritor regres¨® a M¨¦xico en 1939, se convirti¨® en presidente de la Casa de Espa?a en M¨¦xico, que m¨¢s tarde pas¨® a ser el Colegio de M¨¦xico. Reyes tambi¨¦n fue uno de los fundadores del Colegio Nacional.
En 1945 empezaron a llegarle los grandes reconocimientos por su trayectoria: gan¨® el Premio Nacional de Literatura y fue candidato al Premio Nobel, algo que se repetir¨ªa en cuatro ocasiones m¨¢s y desempe?¨® el cargo de director de la Academia Mexicana de la Lengua entre 1957 y 1959.
Las obras de Reyes que han tenido mayor ¨¦xito son ¡®Simpat¨ªas y diferencias¡¯, ¡®Me gusta y no me gusta¡¯, ¡®La experiencia literaria¡¯, ¡®El deslinde¡¯ y ¡®La X en la frente¡¯ Sus obras han sido las m¨¢s traducidas a lenguas extranjeras dentro de la literatura mexicana contempor¨¢nea y dej¨® una gran obra como traductor.
Alfonso Reyes, que continu¨® escribiendo hasta el final de sus d¨ªas, muri¨® en la Ciudad de M¨¦xico el 27 de diciembre de 1959 y fue enterrado en la Rotonda de Hombres Ilustres, pero su legado de centenares de obras y estudios sobre literatura contin¨²an siendo un referente en lengua castellana.
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