Alberto San Juan: ¡°Vivimos dopados¡±
El actor ha estrenado en el teatro Valle-Incl¨¢n de Madrid su adaptaci¨®n de la novela ¡®Lectura f¨¢cil de Cristina Morales
Hace un mes que Alberto San Juan (Madrid, 53 a?os) estren¨® en el teatro Valle-Incl¨¢n de Madrid su versi¨®n de la novela Lectura f¨¢cil, que sigue el d¨ªa a d¨ªa de cuatro j¨®venes con discapacidad que comparten un piso tutelado, por la que Cristina Morales gan¨® el Premio Nacional de Narrativa en 2019 y se situ¨® como una de las voces m¨¢s potentes, creativas, inconformistas e innovadoras de la literatura espa?ola actual. Esta vez el actor no se ha subido a las tablas, sino que se ha mantenido fuera de los focos, como adaptador y director de la puesta en escena. Para San Juan, meter 400 p¨¢ginas en un escenario de 14 por 14 metros ¡°ha sido la tarea m¨¢s dif¨ªcil que ha hecho nunca¡±, reconoce en una entrevista en el patio de butacas del Valle-Incl¨¢n.
El estreno en Madrid de la obra antes de salir en enero de gira por Espa?a ha coincidido con la emisi¨®n en Movistar de la serie F¨¢cil, dirigida por Anna R. Costa, otra adaptaci¨®n de la misma novela, que ha recibido los dardos de Morales por rebajar sus cr¨ªticas a los servicios sociales. En consecuencia, la segunda llam¨® ¡°nazi¡± a la primera y esta respondi¨® reproch¨¢ndole el dinero cobrado por los derechos.
Pregunta. Perdone la torpeza, pero qu¨¦ termino debo utilizar para referirme a los actores de Lectura f¨¢cil con alguna discapacidad.
Respuesta. Te entiendo perfectamente. Yo antes de leer Lectura f¨¢cil y hacer su adaptaci¨®n hubiera dicho que el elenco est¨¢ formado por tres personas normales y cuatro anormales. Despu¨¦s, cuando ya estaba un poquito m¨¢s educado, habr¨ªa dicho tres int¨¦rpretes normativas y cuatro con diversidad funcional. Y ahora te digo que est¨¢ formada por siete actores, y punto.
P. ?Por qu¨¦ una historia de cuatro personas en piso tutelado puede interesar a todos?
R. La obra habla no solo de estas personas, sino de la poblaci¨®n en su conjunto. El piso tutelado es met¨¢fora de una sociedad, la nuestra, donde la inmensa mayor¨ªa estamos discapacitadas por el sistema a la hora de participar en la toma de las decisiones que determinan nuestra vida en com¨²n. Se llama ¡°normal¡± a que una ¨¦lite dirija la vida de todos por el superior inter¨¦s del incapaz. Juego de palabras cuya traducci¨®n es: crecimiento constante de los beneficios econ¨®micos de los mayores propietarios del capital a costa de la precariedad del resto.
P. ?Se puede hablar de ¡°normalidad¡± en Espa?a, uno de los pa¨ªses del mundo que m¨¢s ansiol¨ªticos, hipn¨®ticos y sedantes consume?
R. Vivimos dopados para poder soportar esta sociedad. Un amigo psiquiatra me dec¨ªa: ¡°Yo me encuentro muchas veces con que viene un se?or a verme y me dice que est¨¢ deprimido y que le d¨¦ algo para aliviarse. Le digo que me cuente su vida y veo que es un trabajador explotado. Entonces su problema no es m¨¦dico, es social, es pol¨ªtico. Pero yo solo puedo ofrecerle pastillas. As¨ª que siento que estoy dopando a la gente para que pueda mantenerse alienada. Claro, sin reventar¡±. Creo que el sistema en s¨ª es una enfermedad que nos hace sufrir a todos en mayor o menor medida, aunque estemos en lugares m¨¢s o menos privilegiados dentro de esta sociedad.
P. ?Qu¨¦ ha sido lo m¨¢s complicado de meter 400 p¨¢ginas en un escenario?
R. Ha sido el trabajo de escritura m¨¢s dif¨ªcil con el que me he enfrentado nunca. Primero, que no soy escritor, soy un actor que a veces escribe e incluso dirige, pero b¨¢sicamente soy actor. No tengo tanto oficio, pero he escrito seis o siete obras originales. No obstante, esta adaptaci¨®n me ha costado m¨¢s que ninguna otra antes. Y me ha costado porque es una novela de m¨¢s de 400 p¨¢ginas de las que me gustaban todas. Lo dif¨ªcil fue seleccionar y despu¨¦s cortar, cortar y cortar.
P. ?Se lo pasa mejor con este tipo de teatro?
R. Como ciudadano y como persona que se dedica a actividades creativas me importa lo que pasa y me interesa la vida. En este sentido, los problemas de los dem¨¢s me ata?en a m¨ª tambi¨¦n, pero no me gustan las etiquetas de actor comprometido o concienciado. No soy ning¨²n activista. Soy un actor y ya.
P. Pero s¨ª hay tem¨¢ticas que le atraen m¨¢s.
R. En teatro s¨ª porque siempre he participado en proyectos que he generado o en los que he colaborado. Primero con Animalario durante 15 a?os, luego con el Teatro del Barrio, la sala que fundamos en el barrio de Lavapi¨¦s de Madrid, y ahora con la adaptaci¨®n de Lectura f¨¢cil.
P. ?C¨®mo ve el papel de la cultura en la vida pol¨ªtica actual? Pienso en la reciente pol¨¦mica con la censura de la obra del dramaturgo Paco Bezerra sobre Teresa de Jes¨²s por parte de la Comunidad de Madrid.
R. Cultura y pol¨ªtica son lo mismo: aprender a convivir. Otra cosa es cu¨¢l sea el tipo de convivencia que se busca. La mayor parte de los agentes pol¨ªticos y culturales (Ibex 35, grandes grupos de comunicaci¨®n o los partidos neoliberales, incluido el PSOE) buscan mantener el actual sistema de dominaci¨®n en favor de sus privilegios. Pero podemos aprender a convivir democr¨¢ticamente, es decir: poniendo en el centro la vida y los cuidados. Y esta gran transformaci¨®n s¨®lo es posible a trav¨¦s de la cultura y pol¨ªtica.
P. ?Hay injerencia de la ultraderecha en la vida cultural?
R. La ultraderecha es el grito del macho ante el derrumbe inevitable del heteropatriarcado. La destrucci¨®n provocada por el amo le arrastra en su ca¨ªda. Ah¨ª aparecen Ayuso o Abascal, gritando.
P. ?Cree en eso de la batalla de las ideas?
R. Me niego a plantearme la vida en t¨¦rminos b¨¦licos. No voy a participar en ninguna batalla. Soy desertor por convicci¨®n. Intentar¨¦ participar en labores colectivas de amor hacia lo vivo. B¨¢sicamente, tratar¨¦ de cuidarme cuidando.
P. Aparte de teatro, usted tiene una larga trayectoria en la gran pantalla. ?Cu¨¢l es el estado de salud del cine espa?ol?
R. En lo creativo, maravilloso. El audiovisual ha dado un salto cualitativo en los ¨²ltimos a?os en Espa?a. Y esto tiene relaci¨®n directa con el aumento de mujeres cineastas. A su vez, eso tiene que ver con que las subvenciones prioricen los proyectos dirigidos y escritos por mujeres.
P. ?Le dej¨® algo su etapa de periodista que le haya servido despu¨¦s?
R. Amo el periodismo. Y lo echo de menos. Yo era un reportero muy torpe, pero aprend¨ª cosas muy ¨²tiles.
P. ?Cu¨¢ndo se puso a escribir tem¨ªa una bronca como la que ha tenido Cristina Morales con la directora de la serie de televisi¨®n, Anna R. Costa?
R. Mi primera propuesta fue que Cristina hiciera la adaptaci¨®n, pero finalmente la hice yo. Pero me consta que la ha visto varias veces y creo que le ha gustado. Hay una buena relaci¨®n.
P. ?Y qu¨¦ le parece la discusi¨®n que han mantenido?
R. Me parece que Anna, una vez que compra los derechos, puede hacer lo que quiera. Y ha hecho la serie que ha querido. Entiendo tambi¨¦n que Cristina, como autora, puede opinar lo que quiera. Pero esto es habitual que suceda. Se convirti¨® en un cl¨¢sico escuchar a Juan Mars¨¦ poner a parir las m¨²ltiples versiones que se hicieron de sus novelas en cine. No pasa nada. Una vez que un autor vende los derechos para que otro haga una adaptaci¨®n al formato que sea, acepta que pueda no gustarle. No veo problema en que Anna haga la serie que quiera y Cristina diga lo que quiera sobre ella.
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