La casa de los Vettii de Pompeya, un viaje en el tiempo a la antigua Roma, vuelve a abrir tras a?os cerrada
La lujosa residencia pompeyana, que perteneci¨® a dos libertos, es conocida por un fresco del dios Pr¨ªapo, uno de los iconos de la ciudad enterrada por el Vesubio hace dos mil a?os
Las puertas de la Casa de los Vettii, la residencia m¨¢s lujosa de Pompeya, volver¨¢n a abrirse para los visitantes casi dos milenios despu¨¦s de que la erupci¨®n del Vesubio arrasara la ciudad. Esta ic¨®nica domus, que adem¨¢s es una de las que mejor se conservan del yacimiento y que en el pasado estuvo abierta parcialmente, lleva a?os totalmente cerrada al p¨²blico. Es la primera vez que se le realiza una restauraci¨®n completa. Como todo en esta ciudad perdida, es una extraordinaria locomotora para viajar en el tiempo hasta la antig¨¹edad y tratar de descifrar c¨®mo era la vida entonces. La furia del volc¨¢n arras¨® la urbe, pero al mismo tiempo ayud¨® a conservarla, congel¨¢ndola en el tiempo, bajo un manto de ceniza y lapilli que la ha convertido en una extraordinaria fuente de conocimiento sobre la Roma antigua.
La Casa de los Vettii, lo que en la actualidad ser¨ªa una espl¨¦ndida mansi¨®n de 1.100 metros cuadrados, est¨¢ situada en una de las zonas m¨¢s exclusivas de Pompeya y pertenec¨ªa a dos hermanos libertos, antiguos esclavos liberados, Aulo Vettio Restituto y Aulo Vettio Conviva, que amasaron una fortuna con el comercio del vino. Su ingente patrimonio les abri¨® con honores las puertas de la sociedad pompeyana, hasta el punto de que uno de ellos entr¨® a formar parte del colegio de sacerdotes augustales, uno de los pocos cargos accesibles para los antiguos esclavos. Los hermanos formaban parte de una de las familias m¨¢s ricas de Pompeya en el a?o 79, cuando el volc¨¢n sepult¨® la ciudad y la borr¨® del mapa durante siglos.
Despu¨¦s de comprar la casa, que se hab¨ªa levantado en el siglo II a. C., ambos la mandaron restaurar y la enriquecieron con un jard¨ªn donde abundaban las estatuas, las fuentes y los juegos de agua. En el interior colocaron refinadas pinturas en todas las paredes, hasta el techo, actualmente en un extraordinario estado de conservaci¨®n y en las que se aprecian un sinf¨ªn de detalles, con escenas mitol¨®gicas e incluso er¨®ticas.
Los hermanos Vettii, que vivieron en Pompeya sumergidos en lujos, entre decoraciones suntuosas y objetos de gran valor, encomendaron su espl¨¦ndida domus a la protecci¨®n de Pr¨ªapo, dios de la fecundidad. En se?al de abundancia y para mostrar con orgullo el ¨¦xito econ¨®mico de los propietarios, una gran pintura de esta divinidad grecorromana con un enorme falo apoyado en el plato de una balanza recib¨ªa a los visitantes a la entrada de la casa. Seg¨²n la mitolog¨ªa griega, Pr¨ªapo era hijo de Dionisio, dios del vino y la fertilidad y de Afrodita, diosa de la belleza, el amor y la sensualidad, los dioses m¨¢s desinhibidos del Olimpo y seg¨²n las creencias, proteg¨ªa las cosechas, los huertos y los jardines.
¡°Todo lo que s¨¦ o creo saber sobre las costumbres y la moral aqu¨ª no sirve, tengo que perder la mirada contempor¨¢nea¡±, piensa en voz alta ante la hipn¨®tica figura el narrador de un documental estrenado este mi¨¦rcoles, con el que el parque arqueol¨®gico de Pompeya est¨¢ promocionando la reapertura de la casa. En la cinta se rememora tambi¨¦n la sorpresa de los arque¨®logos que en el siglo XVIII excavaron en Pompeya por primera vez y descubrieron todo tipo de murales con desnudos e incluso escenas sexuales expl¨ªcitas. El contraste con la cl¨¢sica idea de la antig¨¹edad de m¨¢rmoles blancos y escenas id¨ªlicas es notorio. El director del parque arqueol¨®gico de Pompeya, Gabriel Zuchtriegel, explica que los antiguos romanos no ten¨ªan los tab¨²s sexuales actuales y relata que este tipo de pinturas ofrecen una idea de la ¡°gran libertad¡± que hab¨ªa en Pompeya y de una ¡°relaci¨®n m¨¢s aut¨¦ntica y m¨¢s natural con el cuerpo, con el sexo y con el erotismo¡±.
La parte de la casa en la que viv¨ªan los propietarios, a diferencia de las zonas dedicadas al servicio, est¨¢ repleta de fascinantes frescos que representan escenas mitol¨®gicas. En el interior del recinto se conservan muchos de los murales originales, enmarcados con el cl¨¢sico rojo pompeyano y un amarillo intenso.
Las salas m¨¢s ricamente decoradas dan al peristilo, entre ellas el vest¨ªbulo con su mural en el que aparecen varias figuras de amorcillos desarrollando las principales actividades productivas de la ¨¦poca, como la venta de vino o la limpieza de ropa, el cultivo de flores, la vendimia, la orfebrer¨ªa o la creaci¨®n de perfumes.
En las paredes del resto de las estancias discurren representaciones de im¨¢genes mitol¨®gicas de la tradici¨®n griega y, como explica el director del Parque Arqueol¨®gico, las potentes divinidades de la ¨¦poca hel¨¦nica se convierten en figuras de decoraci¨®n de ambientes y objetos de lujo en la domus pompeyana. Como los frescos que decoraban una de las salas del banquete, donde hab¨ªa grandes sof¨¢s en los que los invitados se tumbaban para mirar al jard¨ªn y contemplar las im¨¢genes de las paredes. Entre otras, algunas de las pinturas murales recogen distintos pasajes del mito de Dionisio, un dios que remite a la diversi¨®n, la vitalidad, el ¨¦xtasis, las pasiones desenfrenadas.
El mito del castigo de Exi¨®n, el rey que trat¨® de traicionar la confianza del mism¨ªsimo Zeus y fue condenado a pasar la eternidad atado a una rueda o la lucha entre el dios Pan y Eros, una alegor¨ªa de la lujuria contra el amor, presiden otra de las salas principales de la casa.
La habitaci¨®n contigua a la cocina est¨¢ decorada con una serie de pinturas er¨®ticas, lo que sugiere a los arque¨®logos que tal vez estuviera destinada a una prostituta, Eutychis, esclava que se ofrec¨ªa por dos ases, como cuenta un grafito en la entrada de la casa.
Los problemas de humedades creados por las cubiertas de hormig¨®n que los arque¨®logos colocaron sobre la casa en los a?os cincuenta del siglo pasado se agudizaron en 1995, cuando la estructura tuvo que cerrar por completo a las visitas. En 2016 volvi¨® a abrir parcialmente, pero ech¨® el cierre de nuevo en 2019 para restaurar las cubiertas y el interior. Ahora se atiende una apertura inminente, aunque la esperada inauguraci¨®n ya ha sido pospuesta en al menos dos ocasiones. Para los encargados de las restauraciones, esta domus es un ejemplo de c¨®mo en arqueolog¨ªa todo lo que se protege se conserva, como el caso de los frescos, que se han reparado aplicando la t¨¦cnica de la m¨ªnima intervenci¨®n posible. De hecho, la mayor¨ªa de las superficies de las paredes son las originales y la idea con la que se mueven los cient¨ªficos en Pompeya es la de conservar todo lo posible en su lugar primario.
Babelia
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