As¨ª exprimieron los romanos el oro de las M¨¦dulas: 800 kil¨®metros de canales para reventar las monta?as
El CSIC desentra?a la gigantesca red hidr¨¢ulica creada por Roma para apenas extraer 4.000 kilos de metal precioso en Le¨®n
El emperador Octavio Augusto no solo fund¨® el Imperio Romano, sino que tambi¨¦n estabiliz¨® su sistema monetario. La moneda de oro pas¨® as¨ª a tener un valor de patr¨®n junto a la de plata. La conquista y pacificaci¨®n final de toda Hispania con las guerras c¨¢ntabro-astures (29 a 19 a. C.) puso a su alcance la explotaci¨®n de los abundantes yacimientos aur¨ªferos de todo el noroeste. El problema era c¨®mo sacar el metal de las monta?as y los valles. Roma sab¨ªa que para eso el agua era fundamental, por lo que la construcci¨®n de una red hidr¨¢ulica, mediante canales y dep¨®sitos, result¨® decisiva. Un equipo formado por una veintena de investigadores de centros p¨²blicos y privados, codirigido por Javier S¨¢nchez-Palencia y Almudena Orejas, del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC), ha culminado la localizaci¨®n de aquellas estructuras construidas por los romanos en Las M¨¦dulas (Le¨®n), que reventaban literalmente los hontanares, los lugares de los que nacen fuentes o manantiales. Roma necesit¨® abrir 780 kil¨®metros ¨Duna distancia semejante a la que separa Le¨®n de C¨¢diz¨D para cumplir su objetivo.
Las M¨¦dulas fue la mayor mina de oro a cielo abierto que excav¨® Roma en todo su imperio. Sus cifras son apabullantes: una extensi¨®n que supera las 500 hect¨¢reas, alcanzando m¨¢s de tres kil¨®metros de anchura. En total, se trataron 200 millones de toneladas de tierra, cuyo arrastre gener¨® vertidos est¨¦riles de otras 500 hect¨¢reas que, al rellenar un valle, dieron origen a un lago, el de Carucedo. Sin embargo, tan descomunal trabajo, en contra de lo que pueda parecer, produjo solo entre 4.000 y 5.000 kilos de oro.
El edicto del Bierzo de Octavio Augusto, del 15 a. C., muestra c¨®mo Roma estableci¨® una rigurosa ordenaci¨®n del territorio y un eficaz sistema tributario. Brais Curr¨¢s, uno de los arque¨®logos del equipo investigador, explica que ¡°puede parecer incomprensible, desde nuestra visi¨®n capitalista, tanto trabajo para casi nada. De hecho, cuando en el siglo XX se intent¨® poner en marcha otra vez la mina, la idea se desech¨® por su escasa rentabilidad¡±. Curr¨¢s a?ade que en ¨¦poca romana s¨ª era rentable porque, entre otras cosas, la mano de obra no costaba nada. Pero en contra de lo que pueda parecer, no se trataba de mineros esclavos, sino de peregrini, es decir, ¡°comunidades ind¨ªgenas libres, pero no ciudadanos romanos, que pagaban sus impuestos trabajando en la mina y luego volv¨ªan a sus tierras y sus casas¡±.
La Junta de Castilla y Le¨®n solicit¨® a los investigadores (una inversi¨®n de 110.000 euros) que desentra?asen el sistema con el que Roma consigui¨® lavar una superficie equivalente a 500 campos de f¨²tbol durante dos siglos y que modific¨® para siempre el horizonte visual de la comarca (un impresionante paisaje rojizo recubierto de bosques que es Patrimonio Mundial desde 1997). ¡°La investigaci¨®n ha aportado importantes novedades. Se han analizado 32 canales de la red hidr¨¢ulica, 39 dep¨®sitos de agua y la totalidad del proceso minero, lo que ha permitido establecer, por primera vez, la secuencia de toda la mina y determinar que se llevaron a cabo 42 derrumbes de los montes (ruina montium) en la ¨²ltima zona explotada de Las M¨¦dulas¡±, recuerda S¨¢nchez-Palencia.
Los expertos han establecido por primera vez un desarrollo detallado de las fases por las que pasaron los tres sectores de la mina. En el de Las Vali?as, el m¨¢s grande, se han identificado hasta 28 fases. Actualmente, se est¨¢ realizando un estudio para precisar con exactitud c¨®mo funcionaba la ruina montium y su empleo del agua para reventar literalmente las monta?as. La mezcla de tierras y agua originada se dirig¨ªa hacia unos lavaderos, donde se recog¨ªan las pepitas de oro. Los materiales est¨¦riles que quedaban se acumularon en seis grandes conos de deyecci¨®n o colas de lavado, incluido uno ubicado en Chaos de Maseiros, el mayor, que dio lugar al lago de Carucedo.
De los 32 canales identificados, solo el 30% es visible en la actualidad, mientras que el resto del trazado queda oculto o se ha perdido por la erosi¨®n. La idea de la Junta es integrar esta red hidr¨¢ulica como bien de inter¨¦s cultural (BIC), la m¨¢xima protecci¨®n legal que puede alcanzar un elemento patrimonial.
Para provocar el derrumbe de los montes, los romanos embalsaban el agua en grandes dep¨®sitos, de los que se conservan parcial o completamente 39. El mayor de ellos (La Horta) ten¨ªa una capacidad que rondaba unos 18.000 metros c¨²bicos (18 millones de litros).
Los sondeos arqueol¨®gicos en nueve de los canales y en tres dep¨®sitos de agua han permitido analizar sus rellenos y fechar, mediante dataciones radiocarb¨®nicas, la explotaci¨®n de la mina entre los siglos I y II d. C. Es la primera vez que se han obtenido fechas directas de estas estructuras, ya que hasta ahora la cronolog¨ªa se establec¨ªa en relaci¨®n a los asentamientos vinculados con la mina. En el siglo III, a causa de una fuerte crisis pol¨ªtica, social y econ¨®mica, se produjo una gran depreciaci¨®n de los metales (oro y plata, fundamentalmente) que hizo que la explotaci¨®n ya no resultase relevante para Roma y fuese abandonada sin agotar. En los a?os setenta del siglo pasado, debido a un alza espectacular del precio del oro, compa?¨ªas mineras francesas y brit¨¢nicas intentaron reabrirla, pero los resultados de las estimaciones no favorecieron su puesta en marcha: solo ofrec¨ªa 50 miligramos de metal por cada metro c¨²bico.
Los trabajos del equipo de S¨¢nchez-Palencia y Orejas acabar¨¢n con un estudio del registro medioambiental de la zona. ¡°De esta forma podremos tener una idea bastante precisa de la evoluci¨®n de la vegetaci¨®n y de las condiciones ambientales en esos dos primeros siglos de nuestra era, as¨ª como valorar el impacto causado por la miner¨ªa y la explotaci¨®n global del territorio que llev¨® a cabo el Imperio Romano¡±, seg¨²n Almudena Orejas.
Tras el abandono de la mina, el paisaje qued¨® enormemente modificado. Sin embargo, la naturaleza salvaje volvi¨® a ocupar los terrenos con el paso de los siglos. Hoy la comarca est¨¢ cubierta de robles, encinas, carrascos y casta?os, de numerosas especies animales (gato mont¨¦s, jabal¨ª o corzo), adem¨¢s de un centenar de variedades de p¨¢jaros y aves. Y el lago de Carucedo, formado por la explotaci¨®n de la mina, se llen¨® de truchas.
Babelia
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