Desvelados los secretos del mayor tesoro romano hallado en Espa?a
El conjunto sevillano de Tomares, descubierto hace seis a?os, est¨¢ compuesto por 53.000 monedas y fue enterrado en el siglo IV bajo el p¨®rtico del almac¨¦n de una villa
La Guardia Civil fue la primera en llegar al parque de El Zaud¨ªn (Tomares, Sevilla). El 27 de abril de 2016 acababa de ser avisada de que, en unas obras de canalizaci¨®n, la maquinaria pesada se hab¨ªa topado de forma accidental con 19 grandes recipientes cer¨¢micos en cuyo interior se distingu¨ªan decenas de miles de monedas romanas. La pala de la excavadora hab¨ªa roto 10 ¨¢nforas, mientras que otras 9 se salvaron del impacto y segu¨ªan intactas y selladas. La noticia, con los escasos datos que se ten¨ªan en ese momento, salt¨® a los medios de comunicaci¨®n nacionales y extranjeros. Ahora, los arque¨®logos y numism¨¢ticos Francisca Chaves Trist¨¢n, Enrique Garc¨ªa Vargas, Miguel ?ngel Respaldiza Galisteo, Ruth Pliego V¨¢zquez, Blanca G¨®mez Tub¨ªo y Simona Scrivano, de la Universidad de Sevilla, han hecho p¨²blico en el Museo Arqueol¨®gico Nacional el informe Moneda y metal en la Antig¨¹edad tard¨ªa: el Tesoro de Tomares o del Zaud¨ªn seis a?os despu¨¦s. En ¨¦l, tras analizar 5.899 piezas, concluyen que el n¨²mero de monedas guardadas en las 19 ¨¢nforas era de aproximadamente 53.000, que estas fueron enterradas en un almac¨¦n de una desaparecida villa romana, que todas fueron acu?adas entre los a?os 294 y 311 y hasta los posibles motivos por los que su due?o las ocult¨® bajo el p¨®rtico de la edificaci¨®n.
El conjunto, tras su hallazgo, fue llevado inmediatamente al Museo Arqueol¨®gico Provincial de Sevilla, donde las nueve ¨¢nforas sin romper ¨Dque a¨²n siguen sin ser abiertas¨D fueron numeradas del 1 al 9; las fragmentadas, pero que conservaban monedas en el interior, con los n¨²meros 10 y 11; mientras que los otros ocho recipientes, destrozados y con su contenido numism¨¢tico desparramado en la zanja de canalizaci¨®n (22.288 monedas) recibieron el nombre de ¡°colecci¨®n ordinaria¡±. En los siguientes d¨ªas, los t¨¦cnicos volvieron al lugar y recuperaron otras 102 piezas en la obra. Pasada la inicial expectaci¨®n, el Arqueol¨®gico de Sevilla, los departamentos de la universidad hispalense de Prehistoria y Arqueolog¨ªa y el de F¨ªsica Nuclear, as¨ª como el Centro Nacional de Aceleradores de Sevilla coordinaron esfuerzos para investigar el conjunto monetario.
El Zaud¨ªn se encuentra en una zona de la provincia de Sevilla conocida como El Aljarafe. Es una meseta de unos cien metros de altura cuya cornisa se asoma a la campi?a del Guadalquivir. La posici¨®n geogr¨¢fica y el entorno hacen de esta comarca un territorio habitado desde el Calcol¨ªtico, por donde han pasado todas las culturas y han dejado su huella: conjuntos de d¨®lmenes, el santuario fenicio de El Carambolo o la ciudad romana de H¨ªspalis.
La excavaci¨®n arqueol¨®gica que se realiz¨® tras el hallazgo inclu¨ªa una prospecci¨®n con georradar y un sondeo estratigr¨¢fico. As¨ª se documentaron restos, con muros excavados y contrafuertes, caracter¨ªsticos de los h¨®rreos o almacenes rurales. El h¨®rreo de El Zaud¨ªn estaba presidido por un p¨®rtico sustentado por columnas y pavimentado con cal. La investigaci¨®n fecha la construcci¨®n de este almac¨¦n en el siglo I y su abandono en el IV, cuando se ocult¨® el tesoro bajo el p¨®rtico. Dos siglos despu¨¦s, el edificio fue desmantelado para reutilizar sus materiales, sin que los autores del desmonte se percataran de las ¨¢nforas. Los especialistas creen que el almac¨¦n era parte de una villa no localizada. Las villas romanas eran, en realidad, grandes complejos agroalimentarios que inclu¨ªan, adem¨¢s de la vivienda del arist¨®crata, edificios para la producci¨®n y la residencia de los trabajadores.
Para determinar cu¨¢ntas monedas componen el tesoro se ha partido del supuesto de que todas las ¨¢nforas guardaban similar n¨²mero de piezas. Las ¨¢nforas fragmentadas 10 y 11 ¨Den las que el Instituto Andaluz del Patrimonio Hist¨®rico introdujo microc¨¢maras¨D contienen cada una 2.800 monedas del mismo tipo de aleaci¨®n. Dado que todas las ¨¢nforas son iguales ¨Dfueron inicialmente utilizadas para almacenar aceite¨D, se estima que hay 53 000 monedas. Son piezas emitidas a partir de la reforma del emperador Diocleciano del a?o 294 ¨Dcambios fiscales, administrativos y monetarios para frenar la inflaci¨®n¨D y no hay ninguna que supere el a?o 312.
Como los expertos solo ten¨ªan disponibles para su r¨¢pido an¨¢lisis la ¡°colecci¨®n ordinaria¡± ¨Dla que hab¨ªa quedado desparramada en la zanja¨D, eligieron 3.000 de sus piezas, a las que sumaron 120 recogidas en d¨ªas posteriores, y otras 2.798 del ¨¢nfora 11, que estaba rota. En total, 5.899 monedas listas para su estudio, aproximadamente el 10% del tesoro. El informe de la Universidad de Sevilla lo explica: ¡°Un porcentaje suficiente y fiable para realizar algunas observaciones preliminares con respecto a la composici¨®n de la muestra que puedan ser extrapoladas a la totalidad del conjunto¡±.
Las microc¨¢maras que se introdujeron en las ¨¢nforas 10 y 11 constataron que las piezas hab¨ªan colmatado las ¨¢nforas desde el fondo a su parte superior, siempre sin alcanzar el cuello de la misma, donde solo se encontr¨® tierra, sin restos de tap¨®n. Se arrojaron sueltas al interior de la vasija, sin ir agrupadas en bolsas de tela. Se dispusieron as¨ª en capas horizontales superpuestas. Para evitar los huecos de aire, fueron agitadas, ¡°lo que provoc¨® el derrumbe de los ejemplares perif¨¦ricos que rellenaron los espacios laterales¡±. El hecho de que no exista una ordenaci¨®n cronol¨®gica entre las diversas capas de monedas (al contrario, a veces las capas m¨¢s profundas est¨¢n ocupadas por piezas m¨¢s recientes) confirma la impresi¨®n de que las monedas halladas dentro de las ¨¢nforas fueron introducidas en ellas en un mismo momento.
En las 5.899 piezas estudiadas se han encontrado ejemplares de Diocleciano, Maximiano, Constancio, Galerio, Constantino, Severo, Maximino, Licinio y Majencio. Asimismo, fueron acu?adas en las cecas de Roma, Cartago, Aquileia, Treveris, Ticinum, Lugdunum, Londinium, Siscia y Ostia. M¨¢s escasos aparecen algunos talleres orientales, como Alexandr¨ªa, Cyzicus, Thesalonica, Heraklea, Nicomedia y Antiochi. El emperador cuyo nombre aparece en el n¨²mero m¨¢s elevado de monedas es Diocleciano, y la ceca, Cartago.
?Y por qu¨¦ hay m¨¢s de Diocleciano que del resto de c¨¦sares? Porque conforme iban pasando los mandatarios y crec¨ªa la inflaci¨®n, descend¨ªa el peso de las piezas y su porcentaje de plata. De hecho, en el 294, con una libra de plata se acu?aban 32 monedas; en el 307 ya eran 40, entre el 307 y el 309 se fabricaban 48 y entre el 310 y el 311, 72. Es decir, el due?o del tesoro prefer¨ªa atesorar dinero de Diocleciano, con m¨¢s plata, que del resto de emperadores. De media, las monedas hab¨ªan sido fabricadas con un 88% de bronce, un 4% de plata, un 3,7% de esta?o y un 3,3% de plomo.
?Y por qu¨¦ tantas en unas mismas manos? Los investigadores explican que la reforma de Diocleciano supuso un foco de incertidumbre ¡°pol¨ªtica y de conflictos b¨¦licos entre los gobernantes¡±. A ello se unieron enfrentamientos territoriales y sociales que llevar¨ªan paulatinamente a una concentraci¨®n de la propiedad y a una devaluaci¨®n del numerario de este tipo frente al oro. ¡°Estos y otros factores explican las elevadas cifras de estas piezas que solo en alto n¨²mero pod¨ªan acometer pagos de cierto nivel¡±, lo que viene a significar que para hacer cualquier transacci¨®n importante era necesario un ingente n¨²mero de monedas. Y m¨¢s si eras due?o de un centro agroalimentario, una villa.
El tesoro de Tomares es uno de los mayores conjuntos monetarios de ¨¦poca tetr¨¢rquica (dos emperadores gobernando a la vez y sus sucesores) de todo el territorio imperial. ¡°Solo superado en tama?o por el de Misurata, en Libia, constituye un testimonio de primer orden sobre la circulaci¨®n monetaria a inicios del siglo IV d. C. en el sur de la pen¨ªnsula Ib¨¦rica. Su composici¨®n se convierte igualmente en un archivo inmenso donde estudiar las vicisitudes (devaluaciones, alteraciones de peso y de m¨®dulo) de la pol¨ªtica econ¨®mica de los emperadores de ¨¦poca tetr¨¢rquica, un momento en el que, m¨¢s que nunca, la manipulaci¨®n de la moneda constitu¨ªa un recurso econ¨®mico importante en manos de los poderes p¨²blicos¡±. O lo que es lo mismo, la inflaci¨®n se com¨ªa el dinero de Roma y nada mejor, pensaron, que acu?ar m¨¢s moneda y de peor calidad.
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