Lama de G¨®ngora, un torero curtido en mil batallas con cara de ni?o bueno
Encandil¨® a Sevilla por la Puerta del Pr¨ªncipe como novillero sin caballos, ha madurado en Am¨¦rica y mantiene la ilusi¨®n por el triunfo
En la anochecida del 12 de julio de 2012, la Real Maestranza de Sevilla se encandil¨® con el toreo de un chaval nacido a pocos metros de los muros de la plaza y lo sac¨® a hombros por la Puerta del Pr¨ªncipe. La afici¨®n qued¨® embelesada por el sentimiento de aquel novillero sin caballos que, adem¨¢s, se anunciaba como Lama de G¨®ngora, sus sonoros apellidos reales que parec¨ªan elegidos con mimo para un artista.
Sevilla, tan veleidosa siempre, lo adopt¨® como hijo propio; no en vano hab¨ªa nacido en el taurino barrio del Arenal, donde se ubica el templo maestrante, proced¨ªa de una familia de clase media (la madre, secretaria judicial, y el padre, perito agr¨ªcola) y ten¨ªa una enternecedora cara de ni?o bueno. Aquel joven ¡ªsolo ten¨ªa 19 a?os cuando el trascendental suceso zarande¨® su vida¡ª reconoce hoy, a pocos meses de cumplir los 30, que ese triunfo fue ¡°muy impactante¡±. ¡°A esa edad¡±, explica, ¡°solo tienes sue?os, e intentas ser consciente cuando uno de ellos se hace realidad, pero carec¨ªa de la madurez necesaria para asimilar lo que me sucedi¨®¡±.
No ha perdido su semblante, pero ya es un hombre maduro y curtido por una experiencia vital que, profesionalmente, no ha sido todo lo propicia que aventuraba aquel resonante triunfo maestrante. Tom¨® la alternativa hace siete a?os, a¨²n no la ha confirmado en Madrid y necesit¨® refugiarse en M¨¦xico y Per¨² para buscar las oportunidades que aqu¨ª no encontraba.
¡°Creo que soy un torero que a¨²n tiene mucho que decir y solo necesita un empuj¨®n¡±
A pesar de todo, Francisco Lama de G¨®ngora ¡ªPaco para su entorno¡ª, no ha perdido la fe en s¨ª mismo. ¡°Creo que soy un torero que a¨²n tiene mucho que decir¡±, afirma, ¡°y solo necesito un empuj¨®n; me siento preparado y prueba de ello es que esta temporada he triunfado en diez de las doce corridas que he lidiado¡±. Vuelve la vista hacia el mes de julio de 2012, y recupera vivencias que no ha olvidado. ¡°Un triunfo as¨ª es bienvenido siempre¡±, afirma, ¡°pero yo carec¨ªa de la capacidad para asimilar todo lo que surgi¨® en torno a m¨ª en un solo festejo¡±. Y a?ade: ¡°Recuerdo que alguien me dijo algo que odio: ¡®Ya no est¨¢s en los sue?os, ahora est¨¢s en el negocio¡¯; y esto no es para m¨ª un negocio, sino una filosof¨ªa de vida, porque no concibo mi vida sin el toreo, y yo no estaba preparado para el negocio¡±.
¡°Recib¨ª muchos elogios, es verdad, pero no creo que me afectaran negativamente. Lo cierto, no obstante, es que, en ese momento, el torero estaba muy por encima de la persona. No es que viviera en una nube, pero como cualquier chaval que consigue algo importante, iba con un talante que no le viene bien a nadie. Ten¨ªa solo 19 a?os y me vi discutiendo y tomando decisiones con taurinos muy sabios, algunos de ellos m¨¢s listos de la cuenta; era muy dif¨ªcil saber qu¨¦ deb¨ªa hacer, y, quiz¨¢, no tuve al mejor consejero a mi lado¡±, asume.
Lama de G¨®ngora hace hincapi¨¦ en la dureza del camino que recorri¨® antes de hacer el pase¨ªllo en La Maestranza. Cuenta que particip¨® en muchos festejos sin caballos en los que se enfrent¨® a novillos m¨¢s fuertes que los que se lidian en corridas, sin m¨¢s apoyo que el de la escuela taurina de Sevilla (de la que era alumno), con poco dinero¡ ¡°Tiempos en los que sufr¨ª el ninguneo de ganaderos, empresarios y apoderados, pero yo estaba convencido de que alg¨²n d¨ªa me llamar¨ªan¡±.
¡°Y ese momento se produjo tras salir por la Puerta del Pr¨ªncipe aquel 12 de julio de 2012. Cuando llegu¨¦ al hotel, ten¨ªa cuatro ofertas de apoderamiento (una de ellas de un se?or que me hab¨ªa ignorado d¨ªas antes) y una botella de champ¨¢n sobre la mesa de la habitaci¨®n¡±.
Pregunta. ?Qui¨¦n le puso los pies en el suelo?
Respuesta. La espada...; s¨ª, el estoque. Ese invierno tore¨¦ m¨¢s vacas que las que hubiera so?ado en toda mi vida, y mi preparaci¨®n fue muy digna. Cuajaba todos los novillos que lidiaba, pero a todos los pinchaba en la suerte suprema. En una palabra, que no pude mantener las expectativas que el aficionado hab¨ªa depositado en m¨ª.
Comenta el torero que su etapa como novillero con caballos no estuvo exenta de dificultades. Se vio anunciado en las principales plazas de Espa?a, pero los reiterados fallos con la espada truncaron sus sue?os. Durante cuatro meses se encerr¨® en el campo ¡°y me revent¨¦ la mano entrando a matar a una alpaca de paja, con la ayuda de Espartaco padre¡±. Confiesa que lleg¨® a sentirse obsesionado, que dej¨® de lado a sus amigos y lleg¨® a la conclusi¨®n de que si no triunfaba no hab¨ªa alegr¨ªa en su entorno, ni en su cuadrilla ni en su propia familia. ¡°Not¨¦ que no me trataban como Paco, sino como Lama de G¨®ngora¡±, concluye, ¡°y la culpa era m¨ªa, porque solo me importaban el capote y la muleta¡±.
Solucionado el problema de la espada, y tras encerrarse con seis novillos en La Maestranza el 12 de octubre de 2014, se plantea la alternativa en la Feria de Abril del a?o siguiente, el 24 de abril, con Enrique Ponce de padrino y Jos¨¦ Mar¨ªa Manzanares como testigo.
¡°Mi sue?o es confirmar en Las Ventas; me siento maduro y formado¡±
¡°No estaba preparado para ese gran paso ni para competir con las figuras¡±, reconoce Lama. ¡°Fue una tarde digna, lo di todo, pero el aficionado esperaba mucho de m¨ª y¡¡±.
P. ?Qu¨¦ pas¨® entonces?
R. Me qued¨¦ parado. Me dejaron mis apoderados y mi novia. Me qued¨¦ solo, con mi madre y el mozo de espadas. Lo pas¨¦ mal, me sent¨ª desorientado¡
P. Y surgi¨® el viaje a M¨¦xico¡
R. Yo estaba bien, pero ten¨ªa claro que morir¨ªa siendo torero, y necesitaba demostrarme si era capaz de seguir adelante o no.
Un amigo mexicano de su familia lo invit¨® a su casa, y en el invierno de 2015 aterriz¨® en el pa¨ªs centroamericano, donde estuvo casi tres a?os.
P. ?De qu¨¦ viv¨ªa?
R. La verdad es que¡ Fue una ¨¦poca bonita, pero muy, muy dura. A veces, me sent¨ªa como un buf¨®n. Toreaba por una miseria de dinero.
De M¨¦xico, donde ha participado en casi 40 festejos, a Per¨², donde cuenta que gan¨® dinero, pero¡
¡°Los viajes en ese pa¨ªs son muy complicados, de muchas horas, por carriles por la sierra en los que no caben dos veh¨ªculos, en una furgoneta con el conductor mordiendo coca para no dormirse, con el problema del mal de altura¡¡±.
P. De vuelta a Espa?a, cree que sigue siendo una promesa.
R. Sin duda. El triunfo a¨²n es posible. Y me siento un privilegiado porque son muchos los aficionados que siguen confiando en m¨ª. Mi sue?o es confirmar cuanto antes en Madrid.
P. Imagine que tiene delante al empresario de Las Ventas.
R. Le dir¨ªa que soy un matador maduro y formado, que ha encontrado el equilibrio entre el hombre y el torero; y mi aval es mi forma de torear, que a¨²n sigue ilusionando.
Francisco Lama de G¨®ngora no ha perdido su cara de ni?o bueno, pero se le notan las cicatrices de la dureza de una profesi¨®n que no est¨¢ dispuesto a abandonar. De momento, los d¨ªas 2, 4 y 5 de febrero vuelve a estar anunciado en Per¨²; el 18, en Sanl¨²car la Mayor, y no pierde la esperanza de encontrar un hueco en Sevilla y Madrid.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.