Goya, Vel¨¢zquez, Sorolla y el Greco en Picadilly Street
La londinense Royal Academy of Arts se da un ba?o de espa?olidad con la muestra ¡®Spain and the Hispanic World¡¯, 150 obras procedentes de la Hispanic Society de Nueva York
En ocasiones hay que rendirse al t¨®pico. La londinense Royal Academy of Arts (RAA, en sus siglas en ingl¨¦s) presenta a partir del 21 de enero la muestra Spain and The Hispanic World (Espa?a y el Mundo Hispano), una compilaci¨®n de 150 de las obras que ha atesorado durante m¨¢s de un siglo la Hispanic Society de Nueva York. La visi¨®n rom¨¢ntica de una Espa?a de la que se enamor¨® el millonario estadounidense Archer M. Huntington, a cuya herencia art¨ªstica dedic¨® un imponente edifico neocl¨¢sico en el Upper Manhattan. El estereotipo de un pa¨ªs conquistador y conquistado, ¨¢rabe y mestizo, luminoso como las playas de Sorolla y asceta como los m¨¢rtires ascendentes de El Greco. Una cultura que anticip¨® la modernidad en los trazos de Vel¨¢zquez y, sobre todo, de Goya, y que perpetu¨® el folclore con La Familia del torero titano de Zuloaga o Los marineros de Castro Urdiales de Guti¨¦rrez Solana.
Es una exposici¨®n fragmentada de una Espa?a invariable en la que hasta el modernismo de Anglada Camarasa se presenta con sus Falleras de Burriana; el de Rusi?ol con el Calvario del cementerio de Sagunto; y el de Fortuny con sus ?rabes ascendiendo una colina en un episodio de la guerra hispano-marroqu¨ª.
La colecci¨®n de la Hispanic Society, que ya fue expuesta en el Museo del Prado en 2017, es la mayor recopilaci¨®n de arte espa?ol e hispano fuera de Espa?a. Resulta complicado para cualquier comisario intentar plantear una nueva perspectiva o punto de vista distinto de un conjunto de pinturas y artes decorativas que responden al anhelo de una sociedad id¨ªlica, primitiva y rural por parte de quien se lanz¨® a adquirirlas. Huntington, probablemente, deploraba la industrializaci¨®n que alter¨® en el siglo XIX el paisaje estadounidense, pero no busc¨® su refugio en el Sur esclavista ni en el Oeste de los pioneros, sino en la Espa?a rural que descubri¨® en una peque?a librer¨ªa de Liverpool, antes de emprender con su familia el primer viaje al continente europeo.
¡°Es la visi¨®n de un hombre en concreto, Archer Huntington, que recopil¨® y junt¨® todas estas obras porque se enamor¨® de Espa?a cuando era joven, y decidi¨® que el Museo Metropolitano de Nueva York no representaba correctamente el arte espa?ol, por lo que decidi¨® abrir su propio museo all¨¢ por 1904¡å, explica Per Rumberg, uno de los dos comisarios que ha puesto en pie la que pretenden que sea una de las exposiciones m¨¢s importantes de la RAA en 2023. ¡°Hemos cambiado ligeramente el planteamiento de lo que fue la exposici¨®n en el Prado. Aproximadamente se mantiene en sus dos terceras partes. Hemos eliminado algunos de los documentos hist¨®ricos que se exhibieron en Madrid para concentrarnos m¨¢s en las obras de arte. No hemos incluido la serie de retratos del siglo XIX que resultaban m¨¢s interesantes para el p¨²blico espa?ol. Hemos dedicado una galer¨ªa expresamente a Goya, con un retrato extra [el de su amigo Pedro Mocarte]. Y hemos puesto ¨¦nfasis, con tres galer¨ªas, en las expresiones art¨ªsticas del mundo hisp¨¢nico de Am¨¦rica Latina en la era colonial¡±, resume Rumberg.
La Hispanic Society, rodeada de una importante comunidad hispana en el barrio de Washington Heights de Manhattan, ha dedicado notables esfuerzos en los ¨²ltimos a?os a incorporar material de la Am¨¦rica colonial a su colecci¨®n. La selecci¨®n del lienzo El Coste?o, de Jos¨¦ Agust¨ªn Arrieta, el retrato de un joven de origen africano en la localidad mexicana de Veracruz; o de Las castas: de mestizo e india produce coyote, el cuadro de Juan Rodr¨ªguez Ju¨¢rez que refleja la obsesi¨®n con la raza, las mezclas y la pureza de sangre, muestran que los comisarios han querido transmitir cierta intencionalidad a la parte americana de la exposici¨®n, en l¨ªnea con la propia revisi¨®n del pasado colonial que los brit¨¢nicos impulsan a golpe de debate en su propio pa¨ªs.
¡°Claro que es pol¨¦mico el periodo colonial, e intentamos abordarlo desde esa perspectiva en nuestros textos e interpretaciones. Pero tambi¨¦n muestra una fusi¨®n de tradiciones ind¨ªgenas y espa?olas, as¨ª como las m¨²ltiples capas que componen al final la historia art¨ªstica de Espa?a¡±, admite Rumberg.
Los tesoros que perdonan el t¨®pico
Conviene al visitante de la exposici¨®n de la RAA, sobre todo al visitante espa?ol, olvidar el planteamiento general que se le propone y centrarse en la oportunidad de tener ante sus ojos obras maestras individuales. El retrato de cuerpo entero de la duquesa de Alba realizado por Goya vale por s¨ª mismo el viaje hasta Picadilly Street. El de Fuendetodos guard¨® para s¨ª, en su propio estudio, muchos a?os despu¨¦s de la muerte de Mar¨ªa Teresa de Silva, la imagen de la arist¨®crata espa?ola con su traje negro de maja, esa declaraci¨®n de cercan¨ªa con el pueblo repetida d¨¦cadas despu¨¦s por la tercera de las Alba que ostent¨® el t¨ªtulo de duquesa.
El Penitente san Jer¨®nimo, de El Greco, o la Santa Emerentiana de Zurbar¨¢n, sirven para representar esa Espa?a imbuida de religiosidad y a la vez tan grandiosa y solemne con la que a¨²n sue?an muchos anglosajones. Y los ni?os que se arrastran por las luminosas orillas del Mediterr¨¢neo, o las muchachas que se visten despu¨¦s del ba?o marino en los lienzos de Sorolla no dejan de ser el Levante por el que a¨²n suspiran ¡ªe inundan¡ª cada verano millones de ingleses.
La sorpresa final de la exposici¨®n es una tonelada de t¨®picos a lo largo de varios metros. Por primera vez, puede contemplarse el boceto elaborado por el pintor valenciano con acuarela en papel de estraza, antes de ponerse a trabajar en la gran obra que le encarg¨® Huntington: Visions of Spain (Visi¨®n de Espa?a), los catorce grandes paneles con varias de las regiones de Espa?a. Pescadores, labriegos, bandoleros, falleras y gitanas, ataviados todos con el vestuario folcl¨®rico local, bajo la majestuosidad de catedrales o la cotidianidad de h¨®rreo y chozas de adobe.
Como en muchas exposiciones, el recorrido de esta tambi¨¦n desemboca en la tienda del museo, donde espera al visitante una mesa con legumbres de Le¨®n El Maragato, latas de at¨²n en aceite de oliva y de sardinas, sacos de arroz bomba ¡ªindispensable en cualquier paella¡ª, botes de azafr¨¢n, pimientos secos y dulces de Do?a Jimena. Todo entre cuencos y jarras de barro. Raci¨®n y media de espa?olidad en la calle de Piccadilly.
Babelia
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