Vivian Gornick, escritora: ¡°No s¨¦ qu¨¦ habr¨ªa sido de m¨ª sin feminismo¡±
La neoyorquina desguaza los lugares comunes del matrimonio y el amor rom¨¢ntico que retrat¨® la literatura
Vivian Gornick est¨¢ viviendo uno de esos extra?os fen¨®menos que a veces ocurre en la literatura y en la vida: un reconocimiento explosivo a una edad tard¨ªa, especialmente con el p¨²blico hispanohablante. Cree que el MeToo y una nueva sensibilidad han hecho a las mujeres j¨®venes mirar hacia las de su generaci¨®n, donde encuentran referentes como El fin de la novela del amor (Sexto piso), una obra de los noventa en la que desarticulaba la fe excesiva que la literatura puso en la pareja. Profundamente feminista, esta neoyorquina, de 87 a?os, desguaza en ella los lugares comunes del amor. Conversamos por Zoom.
Pregunta. ?Se ha terminado el amor tal y como lo conoc¨ªamos?
Respuesta. Hoy es imposible hacer gran literatura a partir del amor rom¨¢ntico. Antes, el amor era visto como una gran met¨¢fora de la condici¨®n humana en muchos aspectos. Ahora ya no se ve ni experimenta as¨ª, como cuando no hab¨ªa divorcio y las decisiones se tomaban desde la ignorancia. Anna Karenina o Madame Bovary ya no se pueden escribir hoy porque todos tenemos mucha experiencia. Ya sabemos que el amor rom¨¢ntico no es la salvaci¨®n.
P. ?Y cree en el amor como un motor de la vida?
R. El amor es una gran necesidad, es una de las grandes formas de sentirse vivo. Pero el trabajo tambi¨¦n. Son los dos grandes elementos que nos hacen bien. Como dijo Freud, la vida es trabajo y amor, y en ese orden. No amor y trabajo.
P. ?El matrimonio tambi¨¦n ha terminado como modelo de felicidad?
R. S¨ª, s¨ª, hoy todos se casan sabiendo que pueden divorciarse y eso termina con el car¨¢cter sagrado que ten¨ªa el matrimonio.
P. ?C¨®mo lo vivi¨® usted?
R. Yo crec¨ª en el Bronx, donde todos los edificios estaban llenos de matrimonios infelices. Nadie so?aba con dejar a nadie y las mujeres viv¨ªan de fantas¨ªas sobre lo que la vida habr¨ªa sido si hubieran encontrado al hombre apropiado. As¨ª crec¨ª y es lo que a m¨ª me expuls¨® del matrimonio. Mi madre cre¨ªa en la idea de un gran amor, pero a m¨ª no me gustaba que me dijera que eso era lo m¨¢s importante. Mi padre muri¨® joven y eso fue un desastre incre¨ªble del que nadie se recuper¨®. Yo no quise reproducir el modelo, no lo encontr¨¦ ¨²til para descubrir que estaba viva, as¨ª que siempre tuve sentimientos muy encontrados. Nunca cre¨ª en elevar el amor a una posici¨®n de tal importancia.
P. ?Y cu¨¢l fue su propia idea de independencia?
R. Siempre me imagin¨¦ a m¨ª misma escribiendo, desde ni?a. Ten¨ªa ocho a?os cuando una profesora ley¨® en alto una redacci¨®n m¨ªa a la clase y dijo: ¡°Esta peque?a es una escritora¡±. Y me lo cre¨ª [r¨ªe].
P. ?Qu¨¦ ocurri¨® despu¨¦s?
R. Luego siempre segu¨ª adelante: peque?as redacciones, impresiones, historias de por aqu¨ª y por all¨¢. Cuando ten¨ªa 16 a?os, mi madre me consigui¨® una m¨¢quina de escribir, as¨ª que algo debi¨® de ver en m¨ª. Luego tom¨¦ cursos de escritura. Y entonces vino el feminismo, que me puso en marcha para convertirme en una trabajadora en serio, de verdad, con disciplina.
P. ?El feminismo entonces le ayud¨®?
R. Me hizo ver que yo hab¨ªa nacido en un sexo que no era tomado en serio y que tampoco se tomaba en serio a s¨ª mismo. Yo me hab¨ªa dejado llevar, me cas¨¦ y me divorci¨¦ dos veces, ni siquiera sab¨ªa lo que estaba haciendo. El feminismo prendi¨® con mucha fuerza en Nueva York e impuls¨® a muchas mujeres como yo, que est¨¢bamos educadas y ¨¦ramos inteligentes, pero no ten¨ªamos una meta, una conciencia, nadie esperaba nada de nosotras que no fuera casarnos y tener hijos. Yo era infeliz con ese plan: matrimonio, hijos, amor, sexo, hombres y tal. Quer¨ªa otra cosa. Y cuando lleg¨® el feminismo nos explic¨® a nosotras mismas. No s¨¦ qu¨¦ habr¨ªa sido de m¨ª si el feminismo no hubiera abierto mi mundo.
P. ?Las mujeres de hoy s¨ª son tomadas en serio?
R. Hemos hecho progresos sorprendentes en 40 a?os, pero esto es una lucha de siglos. Ni usted ni yo estar¨ªamos aqu¨ª hoy si no fuera por el movimiento de las mujeres, pero nunca es suficiente. Espa?a misma es un gran ejemplo, pero hay tantas mujeres que a¨²n son golpeadas por sus maridos y no pueden pensar como iguales...
P. ?Cu¨¢les son las fantas¨ªas de hoy?
R. Es una pregunta dif¨ªcil, no lo s¨¦. Estamos en un tiempo muy fracturado, incluso para la gente es dif¨ªcil saber qui¨¦nes son, qu¨¦ quieren, por qu¨¦ o c¨®mo encajar. En otro tiempo hab¨ªa muchas fuerzas institucionales que te dec¨ªan qui¨¦n eras: la familia, la religi¨®n¡ pero ya no. Las j¨®venes a las que conozco est¨¢n llenas de energ¨ªa y cuando tienen conciencia pol¨ªtica son muy activas sobre los derechos de las mujeres, el racismo, la inmigraci¨®n¡ Muchas mujeres est¨¢n luchando fuertemente por estas causas. Pero no s¨¦ c¨®mo se ven por dentro, no lo s¨¦. Cuando escriben novelas, no son historias de amor, sino historias de desconexi¨®n, de alienaci¨®n. Ah¨ª estamos ahora.
P. ?Qu¨¦ encuentra usted en la lectura?
R. Encuentro consuelo en el largo y continuo registro de la humanidad que me ofrece la lectura. Me hace sentir viva el registro de las experiencias, ver los motivos para actuar, para encontrarse a s¨ª mismo, de todos los tiempos. Si lees a Marco Aurelio, por ejemplo, ya est¨¢ todo, lo sab¨ªa todo y lo plasm¨®. Y eso me reconforta mucho.
P. ?Y escribir qu¨¦ le ha dado?
R. Escribir es lo que me hace sentir m¨¢s viva. Es as¨ª. Cuando logro conseguir algo en una p¨¢gina, una sola frase que me hace sentir que est¨¢ bien, siento alegr¨ªa, me siento viva, a salvo, nada me puede herir. No hay nada igual en el mundo.
P. ?Qu¨¦ le dan los lectores?
R. En los dos ¨²ltimos a?os he recibido much¨ªsimo reconocimiento, afecto, buena voluntad y eso me hace sentir bien. El movimiento Me Too ha hecho redescubrir a feministas como yo. En Espa?a, por ejemplo, me he hecho famosa [r¨ªe] y eso me ha sorprendido. Lo que escrib¨ª hace 40 a?os, hoy importa en Espa?a, la gente ha buscado referentes en mi generaci¨®n y eso habla de d¨®nde estamos todas.
P. ?Hay esperanzas entonces?
R. Por supuesto. Europa est¨¢ llena de j¨®venes feministas que est¨¢n luchando, hay un cambio cultural, una por una. El Me Too ha sido clave. Pero a¨²n hay mucho trabajo para cambiar las sensibilidades. Hombres y mujeres a¨²n se tratan instrumentalmente, no como compa?eros. Cada uno piensa que el otro tiene algo que necesita y as¨ª lo trata, en lugar de tratarlo como una persona con sus propios derechos. Ese es el asunto.
P. ?Teme una marcha atr¨¢s definitiva en EE UU, como estamos viendo con el aborto?
R. La democracia tiene grandes ra¨ªces aqu¨ª y en el momento en que se dio un paso atr¨¢s contra el aborto, al minuto siguiente, miles de mujeres y organizaciones ya estaban combatiendo por todo el pa¨ªs. No podr¨¢n ganar. La democracia no est¨¢ en peligro. No creo.
Babelia
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