El renacimiento de Beth Carvalho, la revolucionaria de la samba de R¨ªo que grab¨® su carrera en super-8
La cantante carioca, fallecida en 2019, es celebrada en un documental y en un libro sobre el disco ¡®De p¨¦ no ch?o¡¯, que marc¨® un antes y un despu¨¦s en el g¨¦nero musical que est¨¢ en el ADN de Brasil
Beth Carvalho (R¨ªo de Janeiro, 1946-2019) era una ni?a bien. Se crio en una familia acomodada y correteaba por Ipanema cuando en los apartamentos de este barrio carioca se suced¨ªan las reuniones de m¨²sicos susurrando junto a una guitarra. Pero aunque do?a Beth qued¨® fascinada con el invento de Jo?o Gilberto, en el fondo la bossa nova no era lo suyo. ¡°Me irritaba un poco el elitismo de esas reuniones, musicalmente era bueno, pero el comportamiento era elitista¡±, dec¨ªa. Lo que a ella le gustaba de verdad eran el Carnaval y las animadas rodas de samba de favelas y suburbios, donde el p¨²blico rodea y jalea a los m¨²sicos que tocan y cantan sentados alrededor de una mesa, en general bien surtida de cerveza helada. Su vocaci¨®n popular y un fino olfato para el talento la llev¨® a trabajar con algunos de los mejores compositores del pa¨ªs, personas casi an¨®nimas a las que conoc¨ªa en las esquinas de la vida bohemia. Recuper¨® a poetas olvidados y lanz¨® al estrellato a j¨®venes promesas. Con el disco De p¨¦ no ch?o (con los pies en el suelo), lanzado en 1978, revolucion¨® la samba al incorporar nuevos instrumentos y una innovadora forma de tocar. Ahora, un documental y un libro sobre ese ¨¢lbum que rompi¨® moldes reivindican la importancia de su legado.
¡°Beth siempre supo que sus encuentros eran hist¨®ricos, pero eso lo grab¨® todo¡±, explica en una cafeter¨ªa de R¨ªo Leonardo Bruno, el guionista del documental Andan?a, que retrata la vida de la cantante contada pr¨¢cticamente por ella misma. Adelantada a su tiempo, la se?ora Carvalho era toda una influencer ya en los a?os setenta. Se paseaba por R¨ªo con una c¨¢mara super-8 en la que grababa todos sus m¨¢gicos encuentros con esos artistas desconocidos con los que luego acabar¨ªa trabajando. Ese material (800 cintas, m¨¢s de 1.600 horas a lo largo de cuatro d¨¦cadas) es el ¡°oro puro¡± sobre el que Bruno y el director del documental, Pedro Bronz, trabajaron durante meses. El resultado de esa dif¨ªcil tarea de edici¨®n lleva por t¨ªtulo Andan?a, la balada que se convirti¨® en su primer ¨¦xito, y se estrena el 2 de febrero en Brasil.
Entre las decenas de momentos in¨¦ditos est¨¢n, por ejemplo, las delicadas charlas de Carvalho con sus adorados Cartola y Nelson Cavaquinho, los compositores de la escuela de samba Mangueira. Le presentan como el que no quiere la cosa las letras de As Rosas n?o falam y Folhas secas, dos composiciones que en su voz se transformar¨ªan en himnos. La veneraci¨®n por estos y otros poetas de las favelas fue una constante. ¡°Nunca estaba sola, en cada canci¨®n citaba a los compositores, les daba voz, cantaba con ellos para que se viera su cara¡±, recuerda Bruno. En el documental se la ve incluso quej¨¢ndose en el estudio de grabaci¨®n de que las discogr¨¢ficas les pagasen menos que a las cantantes como ella. Su lucha pol¨ªtica fue de la mano de su carrera art¨ªstica. Siempre se declar¨® abiertamente de izquierdas, y no escond¨ªa su admiraci¨®n por Fidel Castro, Hugo Ch¨¢vez o Lula. Esas simpat¨ªas tuvieron alg¨²n coste profesional, pero nadie fue capaz de ¡®cancelar¡¯ a una de las artistas m¨¢s queridas de Brasil.
Carvalho fue una mujer en un ambiente dominado por hombres, una blanca entre negros y una hija de clase alta entre gentes de la periferia. Pero todo eso nunca pareci¨® importar. Se mimetiz¨® de tal modo que parec¨ªa una m¨¢s, pero siempre desde el respeto y la admiraci¨®n ante quienes la recib¨ªan de brazos abiertos. Cuando en una entrevista defend¨ªa que hab¨ªa que reivindicar la ¡®brasilidad¡¯ y el periodista le pregunt¨® qu¨¦ significaba exactamente eso, la cantante respondi¨® sin dudarlo: ¡°negritud¡±, una defensa antirracista poco com¨²n en los a?os ochenta entre las grandes celebridades.
Siempre hizo gala de una actitud cuidadosa que la blind¨® de cualquier atisbo de apropiaci¨®n cultural. Con esa equilibrada mezcla de humildad y desparpajo lleg¨® a la sede del Cacique de Ramos, un bloco o comparsa de carnaval en la zona norte de R¨ªo. All¨ª, los m¨²sicos se juntaban al aire libre bajo la sombra del famoso ¡°tamarindo sagrado¡± y tocaban samba de una forma diferente. Usaban instrumentos poco vistos en las rodas hasta entonces: el tam-tam, el repique de mano y el banjo. En vez de baquetas, usaban las manos, algo poco usual que acercaba el sonido al de los terreiros del candombl¨¦. Era una samba m¨¢s africanizada. Carvalho tuvo un flechazo. ¡°Iba todos los mi¨¦rcoles, pero en un nivel de conexi¨®n, de amor. Era una cosa afectiva, musical, sin ninguna pretensi¨®n de que aquello se convirtiese en un vivero. Se convirti¨® en eso, pero no era mi intenci¨®n¡±, dice en el documental.
Lo que empez¨® como un feliz descubrimiento pronto se convirti¨® en un encuentro que revolucion¨® la m¨²sica brasile?a. De Cacique de Ramos, y bendecidos por Carvalho, que en seguida se gan¨® el apodo de Madrinha do Samba, surgieron nombres como Zeca Pagodinho, Arlindo Cruz, Fundo de Quintal, Almir Guineto, Jovelina P¨¦rola Negra, Luiz Carlos da Vila o Jorge Arag?o. Carvalho no s¨®lo fue una visionaria, sino el eslab¨®n que uni¨® pasado, presente y futuro. ¡°Ella no deja el pasado morir, porque reivindica las obras y las personas del pasado, y construye el futuro, porque siempre estaba buscando gente nueva¡±, apunta Bruno.
Adem¨¢s, la cantante convenci¨® a su discogr¨¢fica a grabar un disco con esa nueva sonoridad surgida en Ramos. Para ser fiel al ambiente espont¨¢neo y callejero de esas reuniones musicales, Carvalho llen¨® el estudio de comida, cerveza y amigos. As¨ª naci¨® el disco De p¨¦ no ch?o, que para Bruno marc¨® el nacimiento del pagode, subg¨¦nero de la samba a¨²n hoy muy popular. ¡°Ese disco es el Chega de Saudade de la samba. El disco cl¨¢sico de Jo?o Gilberto lanz¨® la bossa nova y De p¨¦ no ch?o lanza el movimiento del pagode, que introduce una nueva forma de tocar samba. La Bossa Nova dur¨® 15 a?os y muri¨®, pero el pagode vive hasta hoy, dur¨® 40 a?os porque atraves¨® generaciones¡±, dice Bruno, que acaba de publicar O Livro do Disco. Beth Carvalho. De p¨¦ no ch?o¡¯ (Cobog¨®, en portugu¨¦s), en que disecciona el ¨¢lbum inaugural del g¨¦nero.
Carvalho muri¨® en 2019 tras a?os con graves problemas de movilidad y fuertes dolores en la columna. Su ¨²ltimo concierto lo ofreci¨® recostada sobre un sof¨¢. No desisti¨® de los escenarios hasta el ¨²ltimo minuto y sus canciones siguen sonando en las animadas rodas de samba de los bares y plazas de R¨ªo de Janeiro. Es probable que muchos de los turistas que llegan a la ciudad con Garota de Ipanema en la cabeza y se frustran porque no hay ni rastro de bossa nova acaben cerveza en mano junto a una multitud, aplaudiendo y tarareando, sin saberlo, alg¨²n exitazo de do?a Beth.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S Am¨¦rica y reciba todas las claves informativas de la actualidad de la regi¨®n
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.