¡®Eres t¨²¡¯: la directora de ¡®Cinco lobitos¡¯ le da un giro rom¨¢ntico sobrenatural a su carrera

Ante una comedia como Eres t¨², nueva apuesta rom¨¢ntica de la plataforma Netflix, m¨¢s all¨¢ de la historia en s¨ª y de la calidad de la pel¨ªcula, lo primero que llama la atenci¨®n en materia cr¨ªtica es el nombre a cargo de la direcci¨®n: Alauda Ruiz de Az¨²a. Hace poco m¨¢s de un a?o ese nombre no le hubiese dicho nada a casi ning¨²n lector ni espectador, pero Cinco lobitos lo cambi¨® todo: gran acogida en el festival de Berl¨ªn, buen¨ªsimas cr¨ªticas, victoria en M¨¢laga, calor del p¨²blico y un pu?ado de Goyas. Un debut deslumbrante en todos los sentidos, talento, personalidad y emoci¨®n, y una profesional lista para continuar con su carrera.

Por eso sorprende tanto su segundo t¨ªtulo como directora: una comedia rom¨¢ntica de encargo, escrita por Crist¨®bal Garrido y Adolfo Valor, en principio alejada del car¨¢cter personal de su primera obra y dirigida al gran p¨²blico de plataformas. Y, sin embargo, aqu¨ª estamos para reflexionar y hasta gritar: ?y por qu¨¦ no? Ante un caso como este, hay dos posibilidades, y ambas son igual de nobles y de dignas. En la primera, Ruiz de Az¨²a siempre so?¨® con dirigir un cine que le saliera de dentro, como Cinco lobitos; tard¨® m¨¢s de 15 a?os en debutar en el largo, a pesar de que desde el a?o 2005 sus excelentes cortometrajes comenzaron a ser premiados; pero despu¨¦s del triunfo de un trabajo novel y maduro se ha ganado la oportunidad de seguir desarrollando su br¨ªo y su visi¨®n del mundo, adem¨¢s de su oficio y de ganar dinero, con un material ajeno en el que confiar. En la segunda probabilidad, Ruiz de Az¨²a, como los grandes artesanos cl¨¢sicos de Hollywood, no so?¨® con ser una autora que ¨²nicamente desplegara sus ganas en proyectos propios, sino que ansiaba simplemente ser una contadora de historias, una narradora f¨ªlmica capaz de llevar a buen puerto cualquier tipo de producto.

Y eso es justo lo que ha hecho con Eres t¨², comedia rom¨¢ntica de corte fant¨¢stico, nacida principalmente de la ra¨ªz de las fabulosas aportaciones en la disciplina del brit¨¢nico Richard Curtis (Una cuesti¨®n de tiempo y Yesterday), que fantasea con una premisa sobrenatural con la que jugar tanto en el terreno rom¨¢ntico como en el c¨®mico: un tipo tiene el don de ver el futuro amoroso de sus sucesivas parejas desde el primer beso, a trav¨¦s de flashes que le llegan justo en el instante de pegar los labios y sacar a paseo las lenguas por primera vez. Una aparente bendici¨®n para no complicarse la vida en exceso en el futuro, que, como demuestra la propia pel¨ªcula, tiene mucho m¨¢s de maldici¨®n. La base del amor, de su profundidad, su dificultad y su jolgorio, est¨¢ en que es impredecible. Y saberlo todo de antemano no es solo horrible, sino que acaba con su bendita gracia.

El guion de Garrido y Valor, bregados en series de televisi¨®n de todo tipo, creadores de Reyes de la noche, tiene su esencia en la dicotom¨ªa entre la rutina y la sorpresa, y, d¨¢ndole la vuelta a los clich¨¦s, en c¨®mo la aventura amorosa puede ser muy aburrida y el h¨¢bito de la pareja, excitante, dependiendo del modo en que se mueva cada cual en un oc¨¦ano tan provocador y peligroso. Todo ello alrededor de la industria editorial, de los escritores y sus egos, en un libreto desigual en lo c¨®mico, pero con un halo de simpat¨ªa que Ruiz de Az¨²a se encarga de madurar con la puesta en escena.

En un par de secuencias la fina l¨ªnea que separa la excentricidad de la tonter¨ªa est¨¢ a punto de rebasarse. Sin embargo, con el buen oficio de todos y la ayuda de unos estupendos int¨¦rpretes, entre los que quiz¨¢ destaque la gracia negra y amarga de Pilar Castro, se acaba llevando la m¨¢gica pasi¨®n de la pel¨ªcula al terreno que se pretend¨ªa: un estimable entretenimiento rom¨¢ntico de poco m¨¢s de hora y media, que no pasar¨¢ a la historia (ni lo pretende), pero que se ve con una media sonrisa.