El flamenco se apodera de las antiguas bodegas de Jerez
La gran cita del flamenco en la ciudad gaditana sorprende con espect¨¢culos de formatos singulares en espacios hist¨®ricos
No es la primera vez que el Festival de Jerez se abre a la ciudad que lo acoge visitando espacios no precisamente esc¨¦nicos: ya lo hizo de forma especial para celebrar su vig¨¦sima edici¨®n en 2016. En esta nueva edici¨®n, que se celebra desde el 24 de febrero hasta el 11 de marzo, la novedad ha estado en el formato y en el car¨¢cter de los espect¨¢culos que se han presentado en un casco de bodega, el nombre que se da en Jerez a las naves hist¨®ricas que fueron dise?adas para albergar los toneles donde sus conocidos caldos se ensoleran con los a?os. Muchas de ellas se dedican ahora a otros usos, tal es el caso de la que acogi¨® los espect¨¢culos The Game. Exclusive Jerez y Electroflamenco 3.0, programados durante el segundo fin de semana del festival.
Hablamos de un ampl¨ªsimo espacio de casi 800 metros cuadrados y altura variable, cosas del techo a dos aguas, pero siempre mucha. All¨ª, el bailaor Jes¨²s Carmona, el cantaor Jos¨¦ Valencia y el guitarrista Juan Requena instalaron tres tarimas m¨¢s o menos equidistantes para ofrecer una versi¨®n exclusiva para el festival de su espect¨¢culo The Game, representado ya m¨¢s de una docena de veces en escenarios teatrales nacionales e internacionales, pero que aqu¨ª se ofreci¨® para menos de doscientas personas que, siempre de pie, pod¨ªan moverse por el anchuroso espacio para seguir las evoluciones de los artistas.
Hay que subrayar que, aunque este formato b¨¢sico (cante, baile, toque) ha sido cultivado en muchas ocasiones, para Carmona ¡ªPremio Nacional de Danza 2020, entre otros reconocimientos¡ª esta era la primera en la que no era el bailaor el que mandaba, sino que la obra ser¨ªa el resultado cooperativo de sus tres actores, y m¨¢s en esta versi¨®n abierta, donde la improvisaci¨®n se situaba como elemento primordial. Al menos en la intenci¨®n, porque es dif¨ªcil calcular cu¨¢nto hay de previsto en un desarrollo en el que tambi¨¦n se pudo comprobar el car¨¢cter de divertimento abierto.
Tambi¨¦n resultar¨ªa abierta la recepci¨®n de esta suerte de performance, que cada cual pudo vivir e interpretar a su manera, porque, a los movimientos de los artistas, hay que a?adir el del p¨²blico que segu¨ªa sus evoluciones. Un ir y venir de un lugar a otro que provocaba una cierta sensaci¨®n de desorden, si no de caos. Los momentos de confusi¨®n se alternaron con aislados destellos de baile ¡ªpresentado mayormente en fren¨¦ticas r¨¢fagas de Carmona¡ª y con el incesante manantial de cante sabio que sal¨ªa de la garganta de Valencia o el de la m¨²sica de Requena, que incluso tuvo espacio para lucirse en solitario. Entre supuestas bromas, con complicidad y ciertas gotas de comicidad, el brillo individual qued¨®, sin embargo, diluido dentro de un formato sobre el que cabe plantearse su sentido o utilidad.
A la ma?ana siguiente, los componentes de otro tr¨ªo, compuesto por m¨²sica electr¨®nica, saxos y baile, ofrecieron un uso del mismo espacio radicalmente opuesto en el espect¨¢culo Electroflamenco 3.0. Con una amplia tarima y apenas una grada, situadas en el centro de la nave, la cuarta pared qued¨® derribada y cada cual se pudo situarse donde quiso, sin ese deambular de aqu¨ª para all¨¢. Los actores principales exhibieron tambi¨¦n una cooperativa conversaci¨®n a tres, pero dentro de un guion musical cuidado, que arrop¨® el baile sin constre?irlo, en tanto siempre cont¨® con espacios para la libre expresi¨®n. La electr¨®nica marcaba el comp¨¢s mientras el saxo soprano se encargaba de dibujar las necesarias melod¨ªas flamencas. En otras ocasiones, fue el saxo tenor el que tiraba de la cuerda de la distorsi¨®n mientras las secuencias y programaciones lo mismo procesaban la voz de Camar¨®n que el cante de La Ni?a de los Peines o el de T¨ªa Anica la Piri?aca.
Dentro de esas coordenadas, el personal baile y la danza de Florencia Oz se desenvolvieron con una naturalidad ajena al artificio. Una actuaci¨®n en cuatro tiempos desarrollada con elegancia, delicadeza y mucha templanza. Adecu¨® en escena su vestuario a las distintas inspiraciones: el rojo vuelo de los derviches en los iniciales giros, que ejecut¨® descalza; el zapateado que exhibi¨®, ya calzada, respondiendo a la llamada del saxo; el baile con pantalones y chaquetilla bolero en clave de farruca y, finalmente, con bata de cola roja para bailarle de nuevo al saxo tenor de Jim¨¦nez mientras Artom¨¢tico insist¨ªa con los ecos de T¨ªa Anica. Una coda final alarg¨® una representaci¨®n cuando se presum¨ªa ya completada. En cualquier caso, la intensidad de la obra no rest¨® armon¨ªa ni belleza a esta propuesta recogida y de tono intimista.
'The game. Exclusive Jerez', ?Jes¨²s Carmona, Jos¨¦ Valencia y Juan Requena
Baile: Jesús Carmona.
Cante: José Valencia.
Guitarra: Juan Requena.
Museos de La Atalaya, Salón Don Jorge, sábado 4 de marzo. 18:30 horas.
'Electroflamenco 3.0', Artom¨¢tico con Florencia Oz y Juan J. Jim¨¦nez.
Composición y electrónica: Artomático, Daniel Muñoz.
Baile: Florencia Oz.
Saxos tenor y soprano: Juan J. Jiménez.
Museos de La Atalaya, Salón Don Jorge, domingo 5 de marzo. 13 horas
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.