David Coria, Mar¨ªa del Mar Moreno y Andr¨¦s Mar¨ªn ponen el broche de oro al Festival de Jerez
El gran escaparate del flamenco echa el tel¨®n tras diecis¨¦is d¨ªas y medio centenar de espect¨¢culos
La imagen de una cursillista con su falda de lunares y su bolsa al hombro ha anunciado la edici¨®n de este a?o del Festival de Jerez. Podr¨ªa ser casual, pero no es as¨ª: la ilustraci¨®n viene a simbolizar el objetivo planteado de regreso a la normalidad tras la pandemia. Un term¨®metro infalible para medir esa vuelta se encontrar¨ªa en la matriculaci¨®n que registran los cursos de formaci¨®n que la organizaci¨®n programa durante el evento. En esta ocasi¨®n fueron un millar las plazas ofertadas, que han sido cubiertas en su totalidad. Esa afluencia, que no es la ¨²nica, se ha plasmado de forma visible en la asistencia a los espect¨¢culos. A falta de datos oficiales, que se ofrecer¨¢n en los pr¨®ximos d¨ªas, las colas que se han formado a la entrada de las funciones del Teatro Villamarta, el principal escenario, podr¨ªan apuntar a un cumplimiento de los objetivos.
Desde un punto de vista art¨ªstico, la programaci¨®n cumpl¨ªa de antemano con otro objetivo, que es permanente: el de ofrecer un escaparate fiel de las tendencias esc¨¦nicas actuales de la danza y del baile flamenco, ejes centrales de la cita. La abundante presencia de espect¨¢culos ya rodados, algunos de forma exitosa, en teatros de la capital o en eventos nacionales e internacionales as¨ª lo garantizaba. Han brillado de esa forma las presentaciones del Ballet Nacional de Espa?a, que inaugur¨® el ciclo, y los de las compa?¨ªas de Mar¨ªa Pag¨¦s, Rafaela Carrasco o Eva Yerbabuena, junto a las propuestas ya contrastadas de Olga Pericet, Marco Flores, Patricia Guerrero, Mar¨ªa Moreno, Luc¨ªa La Pi?ona o Paula Comitre.
El Festival ofertaba un total de 13 estrenos. De ellos hay que destacar los de los bailaores Eduardo Guerrero y Alberto Sell¨¦s, este ¨²ltimo dentro de la oferta alternativa de los Museos de La Atalaya. En ese espacio brillaron de forma especial los trabajos de Marco Vargas & Chlo¨¨ Br?l¨¦ y de Sara Calero, junto a los de j¨®venes artistas que, en algunos casos, presentaban sus primeras propuestas en solitario. Tal fueron los casos, entre otros, de Rafael Ram¨ªrez o ?gueda Saavedra, que hab¨ªa recibido el premio a la artista revelaci¨®n del pasado a?o.
La bailaora local Mar¨ªa del Mar Moreno, con m¨¢s de media docena de espect¨¢culos y varios premios en la cita, fue la encargada de clausurar la presente edici¨®n en la noche del pasado s¨¢bado. Su propuesta, con formato de gala, estuvo centrada en el baile per se, sin m¨¢s concepto ni argumento que la inspiraci¨®n que ofrecen el cante y el toque. Bajo esas premisas, Moreno pareci¨® buscar un juego de contrastes en cada una de las tres disciplinas. En la del cante, con las voces de Antonio Malena y David Lagos; en la del toque, con las guitarras de Alfredo Lagos y de Santiago Moreno, y especialmente en la del baile, que cont¨® con Andr¨¦s Mar¨ªn como invitado.
Las forma redondeadas y tradicionales de la jerezana frente a la verticalidad y los movimientos asim¨¦tricos del sevillano. Tradici¨®n y vanguardia, unidos por la fuerza de unos pies que tambi¨¦n marcan distintos acentos. Aunque el espect¨¢culo se ofreci¨® con un orden pautado de bailes de uno y otro, con especial protagonismo para Mar¨ªa, mereci¨® la pena esperar al final para ver el encuentro de estilos aparentemente distantes, pero que comparten una misma ra¨ªz.
Trabajos en construcci¨®n y En Talleres
Tras su paso por la ¨²ltima Bienal de Sevilla y por el Festival de N?mes, el bailar¨ªn y core¨®grafo David Coria trajo el viernes a Jerez una tercera evoluci¨®n o adelanto, lo que se viene presentando como work in progress, de su trabajo Los bailes robados, que estrenar¨¢ el pr¨®ximo mes de julio. Sorprende de ¨¦l su fuente de inspiraci¨®n: los bailes pand¨¦micos de la Edad Media, el de San Vito, entre otros. Plasmar aquellas man¨ªas danzantes en la escena se antojaba retador, pero Coria lo resolvi¨® con solvencia por medio de una coreograf¨ªa trabada y arriesgada, llevada a cabo por ¨¦l mismo junto a Florencia Oz, Rafael Ram¨ªrez y Marta G¨¢lvez. Un baile de cuerpos pose¨ªdos que danzan en aparentes movimientos incontrolados. Una suerte de castigo o condena que busca su redenci¨®n en la penitencia. Los cantes de David Lagos y el saxo bar¨ªtono de Juan J. Jim¨¦nez, con la interpretaci¨®n libre de la popular melod¨ªa de El Vito, contribuyeron a dar mayor cohesi¨®n a este audaz ejercicio de danza.
Otro distinto, quiz¨¢s de los m¨¢s originales que se han visto, fue el espect¨¢culo En talleres, que presentaron el pasado s¨¢bado a media tarde la bailaora Leonor Leal y el percusionista Antonio Moreno. Experimentaci¨®n, complicidad y juego para una hora repleta de sorpresas, de sonidos y de bailes bien ensamblados.
Babelia
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