El museo Hammer se (re)abre a Los ?ngeles
El centro cultural finaliza m¨¢s de 20 a?os de reformas con un proyecto encabezado por el arquitecto Michael Maltzan que pretende hacerlo m¨¢s accesible
El cruce de las avenidas Westwood y Wilshire es uno de los m¨¢s activos del oeste de Los ?ngeles. Westwood es la ruta preferida para llegar al campus principal de la Universidad de California, al norte, mientras que Wilshire, una de las calles m¨¢s emblem¨¢ticas, corre de oeste a este, conectando el mar con Hollywood. A unos pasos de ese cruce de caminos se halla desde hace algunos d¨ªas una escultura de bronce de siete metros de alto y siete toneladas de peso. Or¨¢culo, del artista angelino Sanford Biggers, es una figura africana sentada en un trono y sosteniendo una antorcha a la espera de quienes quieran hacerle alguna consulta a cambio de una ofrenda.
La obra fue encargada en 2021 por el Rockefeller Center de Nueva York, pero podr¨¢ ser vista en la costa oeste hasta marzo de 2024 en esta esquina angelina. Su presencia hace resaltar el nuevo rostro del Hammer, un museo que abri¨® sus puertas hace 32 a?os, pero que ha culminado una transformaci¨®n tras una serie de reformas que se extendieron a lo largo de dos d¨¦cadas.
Or¨¢culo inaugura un nuevo espacio en el Hammer, un pedestal para obras monumentales que desde una ajetreada avenida pretende atraer a muchos al museo gratuito. ¡°El Hammer ha terminado su evoluci¨®n desde una instituci¨®n que mira hacia dentro a una nueva forma, donde los museos est¨¢n conectados con los artistas, la comunidad, la vida y el futuro cultural de esta ciudad¡±, dijo el pasado viernes el arquitecto Michael Maltzan, el encargado de llevar a cabo la visi¨®n de Ann Philbin, la directora de la instituci¨®n desde 1999.
El Hammer fue inaugurado en 1990, apenas unos d¨ªas antes de la muerte del hombre que le dio su nombre y su vasta colecci¨®n de arte, Armand Hammer. Hijo de un emigrante ruso, Hammer fue uno de los titanes industriales del oeste americano. Conoci¨® a Lenin, quien le ofreci¨® explotar una concesi¨®n de asbesto. El negocio fracas¨®, pero la relaci¨®n, en cambio, floreci¨®. El joven empresario le pidi¨® a cambio explotar grafito y se hizo millonario vendiendo l¨¢pices. Hammer se convirti¨® en uno de los empresarios estadounidenses que m¨¢s se enriquecieron con la relaci¨®n entre su pa¨ªs y la Uni¨®n Sovi¨¦tica gracias a sus v¨ªnculos con Breznev o Gorbachov.
Hammer falleci¨® a los 92 a?os. Su colecci¨®n de arte estaba llena de grandes maestros europeos del siglo XIX, como Van Gogh, Gustave Moreau, Paul Gaugin, Claude Monet y Paul C¨¦zanne. Estaba valorada en unos 400 millones de d¨®lares en el momento de su muerte, lo que provoc¨® un litigio entre algunos de sus herederos. El controvertido actor Armie Hammer es el bisnieto del todopoderoso Armand y figura como director honorario del museo junto a su hermano Viktor.
El museo se encuentra en lo que era el edificio de la petrolera Occidental, que Armand levant¨® desde los a?os 50 hasta convertirla, 30 a?os m¨¢s tarde, en la octava del pa¨ªs. El proyecto de Maltzan ha eliminado en la recepci¨®n el m¨¢rmol ros¨¢ceo y el sabor a oficina corporativa dejado por el arquitecto original, el modernista Edward Larrabee. Este dio su visto bueno a Maltzan para convertir el espacio en lo que es hoy. ¡°Si la funci¨®n de un edificio cambia, su forma necesita evolucionar tambi¨¦n¡±, se?al¨® Maltzan, quien inaugur¨® el a?o pasado un puente que se convirti¨® en un fen¨®meno viral.
La nueva recepci¨®n est¨¢ hoy cubierta con 360 kilos de hilo rojo en una telara?a producida por la artista japonesa radicada en Berl¨ªn Chiharu Shiota. La red (2023) es su primera gran instalaci¨®n ef¨ªmera, creada en tres semanas y media. Est¨¢ basada en la creencia oriental de que los ni?os est¨¢n atados a todos los que les rodean en su vida de forma invisible por un lazo que sale de sus dedos. Es un gui?o al punto de reuni¨®n y conexi¨®n en que pretende convertirse el museo en la ciudad.
El apellido Resnick compartir¨¢ protagonismo desde ahora con el de Hammer. Lo aportan Lynda y Stewart Resnick, quienes donaron 30 millones de d¨®lares de los 156 millones recaudados por Philbin en 24 a?os. Los Rensik son de los agricultores m¨¢s destacados de Estados Unidos y tienen una fortuna que asciende los 8.000 millones de d¨®lares gracias a la compa?¨ªa de frutos secos Wonderful. El donativo ha puesto su nombre en la fachada del centro.
No se puede decir que este es el relanzamiento del Hammer porque el museo nunca cerr¨® completamente sus puertas, a excepci¨®n de la pandemia, mientras el estudio de Maltzan transformaba varios de los espacios. A lo largo de m¨¢s de dos d¨¦cadas se han a?adido la sala de proyecciones Billy Wilder (2006), un patio central (2012) y el estudio Leonard Nimoy y Susan Bay (2015). Adem¨¢s, el arquitecto ha ampliado el espacio de exhibici¨®n casi 3.700 metros cuadrados, redistribuyendo los espacios de las galer¨ªas, ante la imposibilidad de que el museo creciera f¨ªsicamente. En 2015, la Universidad compr¨® el edificio y tiene un contrato para gestionarlo durante el pr¨®ximo siglo.
Maltzan ha mostrado el revolucionario poder de una ventana. En otro de los nuevos espacios de exhibici¨®n, 16 rayos l¨¢seres dibujan una escultura de luz en lo que fue un banco. Quienes aprecien la obra Part¨ªculas (2021), de la estadounidense Rita McBride, podr¨¢n ver las c¨¢maras de vigilancia y la b¨®veda de lo que fue la sucursal bancaria. ¡°Me gusta el contexto de ruina corporativa que el espacio da a la obra¡±, dijo la artista en la presentaci¨®n de este viernes. La obra, que se ve mejor de noche y est¨¢ al nivel de la calle, puede apreciarse desde fuera del museo, sobre la avenida Wilshire.
La ocasi¨®n ha servido para que el centro exponga una selecci¨®n de arte contempor¨¢neo, su colecci¨®n principal. Con la llegada de Ann Philbin, el museo profundiz¨® su compromiso con los artistas j¨®venes, en especial con quienes est¨¢n basados en Los ?ngeles. Desde 2005, el Hammer ha comprado m¨¢s de 4.000 piezas para alimentar esta colecci¨®n, una de las cinco que forman un acervo con m¨¢s de 50.000 objetos. Together in Time muestra 70 obras, algunas por primera vez. Figuran trabajos de John Baldessari, Robert Gober, Sasha Gordon, Mario Ayala, Rafa Esparza, Tishan Hsu, entre varios.
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