El Cervantes m¨¢s disparatado y juguet¨®n se sube a las tablas
Se estrena ¡®La casa de los celos y selvas de Ardenia¡¯, la ¨²nica comedia del autor de ¡®El Quijote¡¯ nunca representada, dirigida por Ernesto Arias
¡°Sin duda que el ser pobre es causa de esto¡±. Ya en la primera frase de La casa de los celos y selvas de Ardenia, Cervantes avanza por qu¨¦ derroteros quiere llevar al espectador con su comedia, la ¨²nica nunca representada en un teatro y que ahora por fin podr¨¢ verse en una coproducci¨®n de la Fundaci¨®n Juan March y el festival Cl¨¢sicos en Alcal¨¢, tras m¨¢s de 400 a?os. El autor de El Quijote mezcla el mundo de la caballer¨ªa y los pastores, los amores y los celos, dentro de un universo fant¨¢stico plagado de artefactos teatrales, cofres m¨¢gicos, armarios que esconden secretos, trampillas, pescantes y nubes volantes. Sin un argumento concreto, ni una sola historia preponderante, en La casa de los celos y selvas de Ardenia se combinan tres l¨ªneas temporales distintas, la caballeresca, la pastoril y la mitol¨®gica, que se cruzan, se superponen y entremezclan en un relato no lineal, a trav¨¦s de los cuales se va configurando una especie de laberinto m¨¢gico, en el que los personajes, 37 en total, aparecen y desaparecen en un juego fascinante.
Publicada en 1615 y nunca representada profesionalmente, esta comedia cervantina sale a la luz ahora de la mano de la Fundaci¨®n Juan March, en el marco de su proyecto Dramaturgo invitado, en el que se convoca a un profesional del ¨¢mbito teatral para investigar, adaptar y escenificar una obra poco conocida o nunca representada del repertorio cl¨¢sico espa?ol. El actor y director Ernesto Arias (Oviedo, 55 a?os) y la dramaturga Brenda Escobedo (Ciudad de M¨¦xico, 45 a?os) se han lanzado con decisi¨®n y pasi¨®n ante la aventura de poner sobre el escenario esta obra, alejada de las convenciones de la ¨¦poca y maltratada por la cr¨ªtica de entonces, que se estrena este pr¨®ximo 29 de junio en el festival Cl¨¢sicos en Alcal¨¢ para despu¨¦s representarse cinco d¨ªas de julio (12, 13, 14, 15 y 16) en la sede de la fundaci¨®n en Madrid, dentro de la programaci¨®n de los Veranos de la Villa, y visitar posteriormente otros festivales, como Pe?¨ªscola, Almagro y Olmedo. El reparto est¨¢ formado por Lidia Ot¨®n, Samuel Viyuela, Carmen B¨¦cares y Gonzalo Lasso, entre otros.
Ernesto Arias, que en 2017 dirigi¨® en el Teatro de la Abad¨ªa de Madrid otra obra de Cervantes, Dos nuevos entremeses nunca representados, siente una especial predilecci¨®n y curiosidad por el teatro del escritor de El Quijote. ¡°Es el autor m¨¢s considerado de la lengua castellana, prob¨® el teatro y la poes¨ªa, pero triunf¨® en la novela. Su concepci¨®n teatral, muy en contra de la tendencia de la ¨¦poca, qued¨® un tanto eclipsada por la presencia enorme de Lope de Vega, al que el propio Cervantes calific¨® de ¡°monstruo de la naturaleza¡±, explica el director, embelesado con este texto publicado en 1615 dentro del tomo de Ocho comedias y ocho entremeses nuevos, nunca representados y cuyos personajes est¨¢n inspirados en el Orlando enamorado, de Boiardo, y el Orlando furioso, de Ariosto.
No se explica Arias el porqu¨¦ del silencio y escaso inter¨¦s de la gente del teatro por las ocho comedias de Cervantes, cuya presencia se reduce pr¨¢cticamente a los Entremeses, la Numancia, Pedro de Urdemalas o La entretenida. ¡°La cr¨ªtica ha tratado las comedias de Cervantes de una manera injusta. Es cierto que siete de ellas han tenido alguna oportunidad, pero nunca La casa de los celos. En la ¨¦poca de Cervantes, el teatro iba por otros derroteros y la pauta ven¨ªa marcada por Lope de Vega. Yo tengo la teor¨ªa de que Cervantes era un renovador, un innovador, que no fue entendido, excepto en las novelas. El teatro de Cervantes lo primero que exige es una lectura adecuada y no hacerla bajo la perspectiva de los textos del Siglo de Oro. Cervantes se merece estudios m¨¢s profundos a nivel esc¨¦nico y no tanto literario. Su teatro solo puede ser afrontado a trav¨¦s de una investigaci¨®n esc¨¦nica¡±, a?ade Arias, tras el primer ensayo completo en la Fundaci¨®n Juan March.
Ernesto Arias y Brenda Escobedo han querido dar la vuelta a La casa de los celos, texto que muchos estudiosos consideran un disparate, un sinsentido, una incoherencia, tras una investigaci¨®n dramat¨²rgica muy exhaustiva, en la que se han metido en la cabeza de Cervantes. ¡°Es verdad que las primeras lecturas son desconcertantes, pero cuesta mucho pensar que Cervantes es un loco disparatado. Esta obra tiene coherencia en la cabeza de Cervantes y eso es lo que hemos tratado de descifrar. El autor la escribi¨® pensando en t¨¦rminos de representaci¨®n esc¨¦nica ¡ªcon muchas acotaciones y una gran precisi¨®n, algo poco usual en los autores del Siglo de Oro¡ª y no literarios. Es cuando se representa cuando de verdad se entiende el texto y para eso fue imprescindible el ensayo de cada una de las escenas con los actores¡±, explica Arias, mientras que Escobedo apunta que ¡°en ninguna obra de Cervantes se manifiesta tan claramente qu¨¦ es la convenci¨®n dram¨¢tica y el arte teatral¡±. ¡°El autor levanta un laberinto en donde todos son v¨ªctimas de sus propias ilusiones y delirios¡±, a?ade Escobedo.
Es tambi¨¦n, asegura Arias, La casa de los celos, escrita antes de El Quijote, donde Cervantes pone al descubierto toda la tramoya teatral, como hermoso homenaje al teatro mismo. ¡°A Cervantes no le importa que el p¨²blico descubra los trucos y las magias de un escenario. Eso es una manera de dar coherencia a la propuesta. Cervantes plantea, adem¨¢s de los dos mundos de valores, el caballeresco y el pastoril, tambi¨¦n los dos universos de la realidad y la magia, que tiene comunicaci¨®n con el m¨¢s all¨¢¡±, explica el director.
Ese m¨¢s all¨¢, en la propuesta de este proyecto, es el presente en un teatro del siglo XXI, con los miembros del equipo t¨¦cnico, regidora, maquinistas, iluminadores, sonoristas y dem¨¢s, deambulando por esa tramoya teatral, algo que, seg¨²n Arias, se desliza del propio planteamiento de Cervantes. ¡°Sin maquinaria teatral no hay teatro y Cervantes lo muestra de manera clara¡±, concluye el director, preocupado por lo que ¨¦l llama el fen¨®meno del teatro menguante. ¡°Cada vez es todo m¨¢s peque?o. Los autores escriben obras con pocos personajes porque son m¨¢s f¨¢ciles de estrenar y no hay que pagar tantas n¨®minas, en las que no hay mucha escenograf¨ªa para que quepa en una furgoneta y no se necesite un cami¨®n, muchas veces te ves obligado a montar la escenograf¨ªa el mismo d¨ªa del estreno por lo que no se pueden hacer grandes montajes. Al final vamos reduciendo y reduciendo, excepto alg¨²n musical y los espect¨¢culos de las compa?¨ªas nacionales. Ya no hay compa?¨ªas privadas que puedan hacer espect¨¢culos de grandes envergaduras¡±, se lamenta.
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